En el marco del Foro Social Alternativo, organizado por el periódico El Libertario y otras organizaciones de Venezuela, en un auditorio repleto y caliente, un nutrido grupo foristas acudieron a escuchar a John Holloway, autor de Cambiar el mundo sin tomar el poder.
John comenzó diciendo que vino a Caracas para conocer lo que acá pasa por lo que lo más importante era dialogar sobre la situación de Venezuela. Acá resumimos lo que Holloway expuso:
El punto de partida es el NO: no estamos de acuerdo con lo que pasa y ello nos lleva a replantear la transformación radical del mundo.
La experiencia histórica muestra que la toma del poder estatal ha fracasado como medio para esa transformación. El estado, al separarse de la sociedad, se constituye en un modo de organizar para excluir.
Debido a ese fracaso, se abre la pregunta de cómo cambiar el mundo sin tomar el poder, aun cuando reconocemos que NO sabemos la respuesta a esa pregunta. Por ello, la nueva política (ojo, ya no habló de “anti-política”) implica escuchar y preguntar, así como intentar la construcción de organizaciones que funcionen de modo horizontal.
Tras esos argumentos, Holloway hizo 4 propuestas para avanzar en la discusión acerca de cómo entender esa revolución:
1. La revolución es la emancipación del poder-hacer respecto del poder-sobre, la revuelta del hacer creativo respecto del trabajo alienado.
2. Más que momentos concentrados, la revolución ocurre por “grietas” que se expanden progresivamente: se trata de momentos de rechazo al mando ajeno y, al mismo tiempo, momentos de creación de otra cosa. Esas grietas podemos nombrarlas “dignidades”, entendidas como la afirmación de lo que podría ser la sociedad humanizada. La revolución se entiende como la creación, expansión y multiplicación de esas grietas.
3. La revolución debe romper el tiempo del poder. La revolución no es para el futuro, es AQUÍ y AHORA. Y a la vez, es necesario pensar en una segunda temporalidad, entendiendo que la revolución es también un proceso de largo plazo.
4. El sujeto de la revolución es el NOSOTROS QUE SOMOS TODOS. Ese nosotros constituye una crítica a la separación al estado como espacio de la separación-exclusión-representación. Se constata un cambio en la composición de género de las luchas: las mujeres juegan un papel predominante numéricamente sobre todo en términos de creatividad. En ese contexto, es necesario pensar en nuestra esquizofrenia, nuestra auto-contradicción. Así, la revolución es TAMBIÉN en contra de cada uno de nosotros; por ello no hay ninguna pureza.
Holloway terminó su intervención con dos preguntas:
¿Es cierto que la experiencia de Venezuela muestra que la revolución sólo puede hacerse tomando el poder estatal?
Si hay que cambiar el mundo sin tomar el poder ¿cómo debe ser la relación con los que piensan que sí es necesario tomar el poder?
La respuesta de los presentes fue muy emotiva, tanto por la cerrada ovación que dimos a John como por la cantidad de personas que participaron en la charla que siguió a esta exposición. En la segunda parte hubo un poco de todo, algunas descalificaciones al régimen chavista, algunas expresiones de simpatía a lo que hace el gobierno y algunas preguntas e intervenciones interesantes en torno a problemas como la violencia, las contradicciones entre las decisiones individuales y el colectivo. Igual hubo algunos delirios en una sesión ahogada en el calor de un Foro Social Alternativo presidido por una artesanal manta que dice:
Ninguna revolución se financia por multinacionales
Lejos de la exhuberancia y los ríos de gente del FSM “oficial” (y del aire acondicionado!), el Foro Social Alternativo hace su camino y los asistentes resentimos la importancia que ha tenido el levantar este desafío ante los hábitos de las izquierdas estatalistas… al tiempo que constatamos la enormidad de las tareas…