BOTSWANA: Decenas de bosquimanos resisten en la reserva del Kalahari, en el sur de África

01.Feb.06    Análisis y Noticias

Más de treinta bosquimanos sobreviven a base de melones tsama y agua desde el mes de septiembre en la comunidad de Metsiamanong, en la Reserva de Caza del Kalahari Central en Botsuana. La comunidad, incluidos unos 15 niños, se niega a abandonar la tierra de sus antepasados a pesar de las amenazas y la intimidación sufrida a manos de los guardas armados.

En un intento de obligar a los bosquimanos a abandonar la reserva, el Gobierno de Botsuana les ha prohibido cazar y recolectar, además de quitarles su ganado, por lo que les han dejado a su suerte, sobreviviendo a base de raciones que les matan de hambre.

Toda la reserva de caza lleva cerrada más de cuatro meses. Una mujer ya ha muerto por inanición y deshidratación. Las recientes lluvias han hecho que la vida sea un poco más fácil para los que están en la reserva, aún así su abastecimiento de alimentos es extremadamente reducido.

Un grupo de bosquimanos que viven fuera de la reserva recientemente han podido volver a su hogar para asistir a un funeral. Estos mismos bosquimanos informaron después que la gente en la reserva tenía miedo y estaba hambrienta, pero que aún así estaban determinados a quedarse en su tierra.

Los “bosquimanos” son los habitantes más antiguos del cono sur de África, donde han vivido durante al menos 20.000 años. Su hogar está en el inmenso Desierto del Kalahari.

Hay muchos pueblos bosquimanos distintos. No poseen un nombre colectivo para denominarse, siendo los términos “bosquimano”, “san”, “basarwa” (en Botsuana), etc. empleados indistintamente. La mayor parte de los nombres de uso extendido han venido impuestos por no indígenas y tienen un sentido peyorativo. El uso y aceptación del término “bosquimano” es ya común. Hablan diversas lenguas, si bien todas incorporan sonidos de chasquido, que se representan de forma escrita mediante símbolos como ! o /.

¿Cómo viven? Los bosquimanos son cazadores-recolectores que, durante miles de años, han subsistido en el desierto gracias a estas habilidades. Cazan diversas especies de antílope, pero su dieta básica se ha basado siempre en las frutas, frutos secos y raíces que buscan en el desierto. Construyen sus hogares temporales con la madera que recogen. Muchos bosquimanos que han sido expulsados de sus tierras viven ahora en asentamientos situados en lugares no propicios para la caza y la recolección, sobreviviendo mediante pequeños cultivos y trabajando en las haciendas.

¿A qué problemas se enfrentan? Las tierras de los bosquimanos fueron invadidas hace unos 1.500 años por las tribus bantúes ganaderas, y en los dos últimos siglos, por los colonos blancos. Desde ese momento sufrieron la expulsión de sus tierras ancestrales, discriminación, asesinatos y opresión, llegándose a un genocidio masivo pero silenciado, que redujo su población de varios millones a sólo 100.000. Hoy, aunque todos padecen la calificación de su estilo de vida como “primitivo” y la supuesta necesidad de convertirlos al modo de vida de las tribus mayoritarias ganaderas, sus problemas específicos difieren según el lugar donde viven. En Sudáfrica, por ejemplo, los !khomani han logrado el reconocimiento de la mayor parte de sus derechos territoriales, pero muchas otras tribus bosquimanas no poseen derechos en absoluto.

Las tribus gana (g//ana) y gwi (g/wi) que viven en la Reserva de Caza del Kalahari Central de Botsuana se encuentran entre las más perseguidas. Lejos de reconocer sus derechos de propiedad sobe la tierra en la que han vivido durante miles de años, el Gobierno de Botsuana ha expulsado de hecho a la mayoría de ellas de allí. El acoso comenzó en 1986, y los primeros traslados forzosos tuvieron lugar en 1997. Los bosquimanos que permanecieron allí se enfrentaron a restricciones drásticas de sus derechos de caza, a torturas y al acoso constante. A comienzos de 2002, este acoso se intensificó, siendo acompañado de la destrucción de la bomba de agua de los bosquimanos, el vaciado de las reservas de agua existentes sobre la arena y la prohibición de toda caza o recolección. Estas tácticas consiguieron forzar a casi todos a salir de allí, pero desde entonces un gran número ha regresado, mientras muchos más ansían hacerlo.