La izquierda y el baile de los somorgujos moñudos

09.Feb.06    Análisis y Noticias

Ya que tanto se habla hoy de que la izquierda avanza en Abya Yala a pasos de gigante, vamos a desarrollar aquí la idea de que en realidad avanza a pasos de somorgujo. En primer lugar rogamos a los que buscan recetas de cómo hacer la revolución o el trabajo político de “organización y movilización de masas” que dejen de leer y mejor se vayan a mirar la TV o algo más ameno, ya que aquí no van a encontrar nada que les sirva, más bien se van a molestar y hasta se pueden enojar con el Profesor J por ser tratados de somorgujos, cosa que quizás esté justificada (el enojo, aunque quizás también el ser llamados así). Algunos van a tener fuertes sensaciones viscerales de desagrado, otros (los menos) irán a verse al espejo de Narciso en el lago para conocer aquella ave palmípeda.

Para no quedar de aburridos, hagamos primero el ejercicio de decir algo sobre los somorgujos y cuando usted se deslice por las palabras, como haciendo surfing en la cresta de una ola, haga la idea de que está leyendo sobre la izquierda y verá lo que digo. Luego dejaremos el lenguaje bio-eco-palmípedo para adentrarnos en el pantano izquierdista del continente dando unas picotadas por cada país y en torno a las tácticas y estrategias que se modifican de un día para otro de manera que parece quebrarse el hilo de la continuidad, lo que no es más que una apariencia.

Somorgujo.
Llamado vulgarmente también de somormujo.
Ave palmípeda, con pico recto y agudo, alas cortas, patas vestidas, plumas del lomo, cabeza y cuello negras, pecho y abdomen blancos, costados castaños, y un pincel de plumas detrás de cada ojo. Vuela poco y puede mantener por mucho tiempo sumergida la cabeza bajo el agua.
locs. advs. Por debajo del agua.
locs. advs. coloqs. Ocultamente, con cautela.

Somorgujar: Sumergirse, bucear.
Garcilaso, Égl. 2.49-50 “somorgujó de nuevo su cabeza / y al fondo se dejó calar del río”.

El somorgujo moñudo es llamado así porque posee un moño doble negruzco y gola castaña alrededor de la cabeza de cuello blanco y largo, ambos sexos son iguales. Actualmente es bastante común en las aguas del pantano Iznájar, cerca de Granada, Andalucía, así como en otros diversos lugares del mundo. Ocupa zonas muy resguardadas en las que descansar. Esta especie es difícil de observar, pues surge de repente con una cabeza triangular seguida de un largo cuello; del cuerpo sólo se ve el dorso grisáceo, a ras de agua, inmediatamente el ave se sumerge de nuevo. Fuera del agua en cambio es pesado y poco diestro. Para echar a volar tiene antes que correr sobre el agua a fin de adquirir velocidad. Nidifica en una plataforma de hierbajos en el agua, que flota y se ancla a las plantas cercanas o toma asiento en el fondo; pone, de abril a julio, de 3 a 6 huevos blancos, pero pronto se oscurecen por las hierbas acuáticas. Los pollos, alimentados por la pareja, dejan el nido después de nacer, comenzando a bucear a las 6 semanas e independizándose a las 9 ó 10 semanas. Se alimentan de pececillos, moluscos, algas, hierbas y otras materias vegetales.
Machos y hembras danzan sobre el agua pico contra pico, emiten roncos reclamos sofocados, muestran la librea en todo su esplendor, abren las alas, se asean el plumaje, se ofrecen algas manteniendo el cuello estirado hacia arriba, se alzan sobre el agua mostrado todo el vientre casi desde el comienzo de las patas y mueven la cabeza rítmicamente.

Esta danza y las carreras por sobre el agua de las bandadas que toman impulso para emprender el vuelo configuran el llamado baile de los somorgujos moñudos.

He ahí a la izquierda del continente.

Salen desde debajo del agua, son escandalosos para sus arrumacos, son lentos y pesados, deben correr para tomar impulso, quieren volar alto y no pueden tanto, dan pasos de baile para acá y pasos de baile para allá, sacan a una pareja a danzar y luego sacan a otra. Al final bailan con todos: con el capital, con Chávez, con Lula, con los gobiernos, con los militares, con la Bachelet, etc. y ahora invitan a los zapatistas y a las autonomías al gran salón de baile del lago de los somorgujos, sólo que esos no bailan la música que tocan desde arriba, aunque algunos de lo alto dicen que hay que ir a las autonomías a tocar los bellos sones de la marcha nupcial sin soltarse, obviamente, de la superestructura agarrada o deseada. La causa de esta “invasión” de la izquierda tradicional vía personeros, escritores, periodistas, grupos, etc. hacia el campo de las autonomías y las construcciones locales dicen las malas lenguas que sería porque se estaba acrecentando la aproximación entre la izquierda por abajo y corrió el somorgujo de González Casanova a formar el movimiento de movimientos con nada menos que 300 invitados de grupos, grupitos, personas, personajes, etc., algunos de los cuales ya han adscrito a la Otra Campaña y otros apoyan o están próximos a López Obrador y sus secuaces del PRD o de otros grupos y sindicatos que apoyan al candidato de “izquierda”. La idea de González, hasta ahora reconocido izquierdista próximo al zapatismo, es tender desde su “movimiento de movimientos” un “puente” hacia la Otra Campaña, es decir, no adherir, sino estar fuera y desde ese lugar establecer alguna relación. Si una parte de sus seguidores están cerca de la candidatura de AMLO, podemos hacer jugar la imaginación de cuales y como serán esos pasos de baile sobre el puente, ya que la música y quien la toca van a determinarlos. Los zapatistas no cayeron en el juego ni mordieron el anzuelo. No son somorgujos. Siguen siendo topos.

En Ecuador, el somorgujo Vargas, el ex general, se alía con los viejos reformistas del PC y levantan el altisonante movimiento bolivariano alfarista después de intentar quebrar el Pachakutik retirándose de allí algunos grupos de izquierda. Después de haber logrado Gutiérrez que se debilitara la base de la CONAIE –situación que se está revirtiendo rápidamente a pesar de la constante ofensiva contra sus bases (véanse el caso de la federación Shuar y otras regiones)- ahora vienen los de la izquierda por arriba (o arribados o arribistas, como quiera llamarlos) a disputar espacios contra la autonomía levantada por las comunidades indígenas que se han aliado con los sectores de izquierda por abajo agrupándose en el Polo Político Autónomo (o nombre parecido).

En Argentina la somorguja Hebe de Bonafini suspende las marchas de la resistencia y declara que en la casa de gobierno ya “no hay enemigos”.

Los somorgujos Petras y Alziaga entran en el medio alternativo La Haine.

En el Forro Social el somorgujo Chávez invita a apoyar a Lula.

En Chile los somorgujos del PC apoyan a Bachelet.

En Colombia la somorguja Gloria Gaitán viaja a Venezuela a ponerse a las órdenes de Chávez, aunque antes debió correr bastante para emprender el vuelo. Ahí mismo varios somorgujos están llevando a organizaciones sociales a sumarse a la candidatura de Gaviria.

En Brasil los somorgujos del MST se quedan quietos para permitir la subida de las encuestas a favor de Lula y dedican esfuerzos a subordinar la asamblea del pueblo guaraní.

En Uruguay los somorgujos del PIT-CNT lanzan una declaración de apoyo a los peludos que ocuparon tierras y al mismo tiempo de apoyo al gobierno que instala las papeleras que han concitado tanta oposición popular. Baile por aquí, baile por allá.

En Perú, varios somorgujos están suavizando sus críticas a Humala.

En Bolivia los somorgujos tienden puentes desde arriba hacia las comunidades para subordinarlas, pero al mismo tiempo invitan a Óscar Olivera a encabezar la futura asamblea constituyente, lo que sería una buena contribución a la autonomía de dicha asamblea, cuestión dudosa por la aplanadora que está pasando el MAS por todas partes para asegurar mayoría de constituyentes proclives.

En Paraguay los somorgujos mediatizan la lucha campesina.

En Nicaragua y Salvador los somorgujos sandinistas y del FMLN afilan sus estacas para las elecciones.

En Panamá los somorgujos chavistas, Cáritas de la iglesia católica, PPP y otros vinculados a ONGs y al Forro Social mantienen y reproducen la división del pueblo priorizando por los acuerdos y conducción por arriba mientras se deja de lado la tesis del intelectual Juan Jované de que “debemos hacer redes, redes y redes, donde cada uno sin perder su personalidad participe en un movimiento organizado y vaya construyendo un modelo alternativo de desarrollo” y el diagnóstico de otro intelectual destacado de ese país, Marco Gandásegui Hijo, que afirma “El camino de los partidos políticos existentes está cerrado ya que todos están sumergidos en las aguas ideológicas neoliberales. A su vez, la mayoría de las centrales obreras ha sido cooptadas”.

En Venezuela, los somorgujos de la web de Aporrea, vocero oficioso del bolivarismo, han dejado de publicar noticias y declaraciones críticas de organizaciones de base.

Eso era de esperar, la izquierda por o para arriba se acerca a la izquierda de los de abajo, a los movimientos sociales, a las comunidades originarias, etc. para ampliar el abanico de su base para las alianzas que exige el capitalismo regional y el control de población. No les está saliendo bien, aunque uno que otro se deje llevar por los cantos de sirena, pues las autonomías no están cayendo en el compás de la música del lago de los somorgujos moñudos.

Las alianzas podrán hacerse sobre dos ejes:

La consolidación de la autonomía y el protagonismo desde los sujetos sociales en las localidades y el crecimiento de las relaciones horizontales entre ellos intra o extra fronteras. Sin ello sólo habrá subordinación.
Que los gobiernos progresistas aprendan a mandar obedeciendo. No basta decirlo, hay que hacerlo. Sin ello sólo habrá burocracia.

Si no se cumplen esas dos condiciones, el socialismo del S.XXI será peor que un simple calco del que ya se fue. Como dice Marx, que cuando la Historia se repite, se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa.

Abrazos
Profesor J