Unos tres mil indígenas estuvieron en el mitin que encabezó el delegado Zero en Yucudá Foto Víctor Camacho
Domingo 12 de febrero de 2006
Los políticos sólo se acuerdan de los indígenas cuando quieren nuestro voto, afirma
Pueblos originarios, obreros, trabajadores y estudiantes debemos despertar al país, señala
La Jornada
Yucuda, Oax. 11 de febrero. “Venimos a decirle con respeto, a pedirle con humildad al guardián de la Mixteca que despierte junto con nosotros, y que junto con nosotros y los guardianes que hay en todas las montañas de nuestros país, que tienen nombres de todos los indígenas, que despertemos juntos a nuestro país y tendamos nuestra mano morena al obrero, al campesino, al estudiante, al empleado, al trabajador que está dispuesto a luchar”. Con estas palabras saludó el subcomandante Marcos a los indígenas que lo recibieron en Yucudá.
La otra campaña atravesó hoy las montañas gris y ocre de la Mixteca y se detuvo en un crucero en medio de la grandeza cruel de estas montañas. Unas tres mil personas, mujeres en muy alta proporción, pues éstas son tierras de hombres que se van al norte, se congregaron en un terraplén para hablar con el delegado Zero, y para escucharlo decir:
“Nuestros compañeros y compañeras jefas y jefes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional me han dado la orden de que camine por todo el país para hablar con la gente sencilla y humilde que no está de acuerdo con el sistema que tenemos y especialmente que dirija unas palabras de cariño, de respeto y de lucha para los pueblos indios.”
Ante los campesinos mixtecos, triquis, amuzgos y chocholtecos, el delegado zapatista señaló: “Todas y cada una de las luchas para dignificar este país han tenido la sangre morena de los pueblos indios de México y a pesar de eso, ésos que están arriba, los ricos y poderosos, no nos respetan como indígenas que somos. Se acuerdan de nosotros sólo cuando quieren un voto, pero cuando necesitamos tierra, cuando necesitamos buen precio para nuestro producto, cuando necesitamos respeto a nuestra cultura, empleo, buena vivienda, agua, luz, drenaje, carreteras, escuelas, hospitales, nadie se acuerda de nosotros”.
En un acto donde un representante triqui acababa de decir: “En México ya no hay pobres; hay miserables”, el subcomandante Marcos, de pie sobre una mesa para hacerse ver en el espacio irregular de este paraje de Yucudá, cruzado por vientos encontrados bajo un sol lacerante, dijo: “Estamos en la orilla de este país, a punto de ser aventados al suelo. Y nosotros, como desde hace más de 500 años, resistiendo esta situación de injusticia. Y cada vez que nos organizamos tenemos que levantarnos sobre la sangre de nuestros muertos, porque nosotros sí recordamos el nacimiento del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui, sabemos que costó sangre de los compañeros y sabemos que esa sangre es morena como la sangre que nos costó a nostros como zapatistas levantarnos. Y es esa sangre y esos muertos los que hoy nos vienen a hablar con nuestra voz”.
Vino gente de Juxtlahuaca, Nochixtlán, San Juan Copala, Putla, Atatalpa. Muchos desde anoche, así que durmieron en este crucero de vientos y caminos, pasaron frío, y ahora escuchan con atención. Poco antes, Joel Arellano Ortiz, defensor indígena del maíz, fustigó a las “ratas de Monsanto”. Y el delegado Zero expresó: “Sabemos que están matando a la tierra con unos productos que se llaman transgénicos, están envenenando a la tierra que es nuestra madre y con ello nos están envenenando la sangre y nos están haciendo dependientes de las grandes empresas hasta que la tierra ya no acepte nuestro maíz criollo, sino que sólo acepte el maíz que fabrican ellos y que tengamos que comprarles también la semilla para venderles el maíz que producimos y en lugar de consumir nosotros el maíz tengamos que consumir, comprar, los productos que ellos hacen.
“Nosotros sabemos que tuvieron que caminar de noche, pasar frío, luego soportar el calor. Sabemos que como pobres que somos siempre nos mojamos. Nos mojamos con las lágrimas por el dolor y la rabia de las injusticias que recibimos. Nos mojamos con el sudor del trabajo. Nos mojamos con la lluvia que cae porque no tenemos buena vivienda. Nosotros, como indígenas, sabemos bien lo que es el dolor de esta tierra. Lo conocemos desde hace mucho tiempo y también conocemos la rabia y la indignación que se hace rebeldía. Pero esa rebeldía, así sola, no alcanza para nada, tiene que organizarse, tiene que buscar su propio camino, tiene que buscar al igual, voltearlo a ver, hablar con él, escucharlo y empezar a hacer acuerdos para resistir y para conquistar lo que merecemos”.
Ya no debemos estar solos
En su mensaje el subcomandante Marcos subrayó: “Se trata de que la lucha de todas las organizaciones que están aquí en la Mixteca ya no estén solas. Que no contemos nuestros muertos solos, ni miremos solos por nuestros presos. En este gran movimiento que vamos a hacer, cuando cambiemos este país tiene que estar bien claro el color que somos y tiene que haber para él respeto, admiración, dignidad que es lo que merecen los pueblos indios, y no la persecusión el desprecio y el racismo”.
El profesor Teófilo Soriano, hombre mayor, se dirigió “a los hermanos indígenas presentes y ausentes” para saludar al delegado zapatista diciendo: “Nuestra presencia aquí es lo más intersante en la vida de todos nosotros, para recibir al hombre que nos ha hecho reconocernos como indígenas. Hermano Marcos, te mereces nuestro corazón”.
En el camino, el delegado Zero había sido saludado sobre la carretera, cerca de Nochixtlán, por unos 400 mixtecos del Frante Amplio de Lucha Popular (FALP), quienes lo esperaban en la autopista. Marcos les dijo que en la otra campaña “van a tener un lugar y van a ser respetados como organización y tienen que seguir adelante en su lucha” y que en todo el país se está levantando “una gran rebelión nacional”.
El FALP nació en 1993, meses antes del alzamiento zapatista. El delegado Zero los llamó a no rendirse ni venderse ni dejarse derrotar, a que se mantenga firmes “y con ese firmeza que han mantenido desde hace 13 años, ahora unan su lucha con otros, sin dejar de ser lo que son”.
Jesús López Rodríguez, del FALP, expresó ante el delegado Zero: “La región de la mixteca es una de las más empobrecidas por ese sistema capitalista neoliberal. Hemos decidido dar una lucha frontal. En cada barrio, en cada región y en cada colonia, vamos a seguir luchando, compañeros”.