La otra campaña: Diálogo de Marcos con sindicalistas

22.Feb.06    Análisis y Noticias

El subcomandante Marcos, durante el acto de ayer en la Ibero, campus ciudad de Puebla Foto Víctor Camacho

Sábado 18 de febrero de 2006

En ambiente de comprensión, conviven en Puebla el EZLN y sindicalistas

Describe Marcos a trabajadores lo que viene con la ofensiva neoliberal en el país

Anuncia que el 1º de mayo estará en la capital de la República

Denuncia embestida de los medios de información contra las conquistas laborales de los asalariados

La Jornada

Puebla, Pue. 17 de febrero. El subcomandante Marcos llegó hoy a la Ibero poblana, y también apareció Durito por debajo de la puerta, porque por lo visto en Puebla, el neoliberalismo económico y su cauda de daños colaterales en lo social, lo ambiental y lo humano arrojan un panorama estremecedor y preocupante.

La respuesta a la otra campaña tuvo una amplitud inusitada, que sorprendió a los organizadores, y culminó hoy en el gimnasio de la Universidad Iberoamericana con el delegado Zero subido en una tarima en el centro de la cancha, rodeado por unas 2 mil personas en las gradas, las sillas y los accesos. Marcos leyó “¿Qué tan grande es el mundo?” para abrir el debate de este acto indefinible, académico, político y de alguna manera moral ante el degradante espectáculo de la clase política en este preciso momento.

Tuvieron que pasar exactamente 10 años para que el priísmo reconociera desde dentro su responsabilidad directa en la masacre de Acteal. Una acusación arrojada por uno de los peores y como el último de los lodos a la cara del entonces secretario de Gobernación Emilio Chuayffet, precisamente ayer. Ese mismo ex funcionario, y hoy jeque de la bancada priísta, se encargó personalmente de anular los acuerdos de San Andrés, firmados un día antes, el 16 de febrero de 1996, por su enviado especial en los diálogos de paz en Chiapas. La explicación que el secretario dio entonces pasó a la historia: había dado el visto bueno a los acuerdos bajo el efecto de unos chinchones. Ofuscado, pues. Y los desconoció, tan tranquilo.

Resonancia

Mas no es por este motivo que la otra campaña en Puebla obtuvo una resonancia social muy significativa; ni por la debacle del gobierno de Puebla en este momento; ni por la súbita crisis del sector maquilador en el valle de Tehuacán debida el aparatoso desprestigio internacional de los inversionistas nacionales que les maquilan a los grandes consorcios de la moda. Fue por la intensidad y cantidad de participantes en todos los eventos rurales, urbanos y suburbanos de la comisión sexta.

El efecto de la otra campaña en Puebla, el octavo estado que recorre, es mucho mayor que el silencio que le dedican concienzudamente los medios nacionales. Una vez más fue John Holloway quien perfiló lo que está ocurriendo con este proceso a contrapelo de las campañas electorales. Esta mañana, en la Ibero, dijo: “Hagamos de este evento un hoyo en el tejido de la dominación ajena y una grieta que se vaya extendiendo a toda la universidad”.

Un momento particular fue el diálogo entre los trabajadores sindicalizados y el subcomandante Marcos. Con sus preocupaciones gremiales específicas, los años de militancia, los episodios de lucha de una clase obrera que no va al paraíso, y menos al paso que va México.

Tras escuchar a decenas de trabajadores, Marcos comenzó diciendo “a la compañera preocupada porque le rescindan el contrato, yo creo que al que le va a rescindir el contrato es a (Mario) Marín. Hay que exigir que le rescindan el contrato a él y a todos los políticos que, como nos han explicado aquí, se han puesto completamente del lado de la patronal para despojarnos de lo poco que tenemos”.

Apuntó: “Lo que nosotros vemos es que hay una especie de trascabo, una máquina violadora que empieza a orillar a los trabajadores hacia el precipicio, y hay un trabajo de los medios masivos de comunicación para presentar a todos los trabajadores de la ciudad que tienen sindicatos como un sector privilegiado, y convencer a la mayoría de la población de que esos trabajadores tienen que perder esos privilegios, olvidando que los conquistaron con sangre no pocas veces, con desvelo y con lucha, y que todos estemos parejos abajo. Hay una gran campaña de desinformación contra los trabajadores del Seguro Social, contra los compañeros del magisterio, contra los telefonistas, contra todo trabajador que tiene un contrato colectivo, que tiene un salario y un empleo fijo. Los medios están de acuerdo con los empresarios para convencer de que no sólo hay que dejar que gente como ustedes que está luchando por defender sus conquistas laborales las pierda, sino que además hay que aplaudirlo”.

Traje y corbata

Ante centenares de atentos sindicalistas, algunos hasta de traje y corbata, que en un acto zapatista resulta, que yo recuerde, inusual, Marcos mencionó “el caso más reciente, con los compañeros y compañeras del Seguro Social, donde hubo una campaña de medios para convencer a la población de exigir que se les quitaran los derechos que tenían.

“Este trascabo empieza a aventar a los trabajadores y a sus conquistas laborales al sótano de este país. Nosotros no creemos que el futuro de México sea que todos estemos en el sótano, sino al revés, queremos por eso aprender de ustedes y conquistar para todos los trabajadores del campo y de la ciudad no sólo lo que quieren ustedes, sino aún más.

“Durante todos estos últimos años, desde Salinas, tal vez antes, luego con Zedillo, ahora con Fox y que continuará con cualquiera que siga al frente del Estado mexicano, lo que hay es una ofensiva para precarizar el trabajo. Quitarle cualquier impedimento al gran capital para tratarnos como esclavos. Eso nos coloca, si la memoria no nos falla, en las grandes movilizaciones obreras y campesinas que precedieron a la Revolución Mexicana hace cien años.”

Especie de sueño cumplido

Aunque no todos los presentes coincidían en algunos aspectos de la otra campaña, el ambiente de asentimiento y comprensión mutua era una especie de sueño cumplido. En encuentro del ejército popular indígena de 1994 con el movimiento obrero independiente de 2006. Y se hablaron ambos directamente; no que no se conocieran, sino que ahora construyen algo juntos.

Marcos insistió en sus advertencias: “Se trata de que los trabajadores pierdan sus conquistas, los contratos colectivos. Que los sindicatos se conviertan en una cosa del pasado o en la caricatura con la que actualmente se presentan. Ayer hubo reunión de Hernández Juárez con algunas de las secciones sindicales y anunció que se estaba reuniendo con el Pacto de Chapultepec, con los partidos políticos y con todo aquel que quisiera ayudarlo a defender a los trabajadores. Que estaba dispuesto a reunirse con Marcos, que no le agradaba mucho, pero que podría reunirse con él para defender a los trabajadores. A nosotros no nos agrada nada, ni siquiera poco, y por supuesto no nos vamos a reunir con él”.

Un reconocimiento de las luchas obreras: “Nosotros recordamos que hace unos años, allá en las montañas, nos llegaban noticias de movilizaciones obreras para avanzar en las conquistas laborales, y en los últimos 12 años sólo hemos escuchado de movilizaciones para defender lo que se tiene o para que no lo quiten. Este proceso que nos tiene a la defensiva, contra la pared, no es sólo con los trabajadores de la ciudad sino también con los campesinos, con los pueblos indios y con todos los que laboran en estas tierras”.

Y una vez más el sentido de urgencia: “La única forma de no caer al precipicio que nos haga desaparecer como país, es pasar a la ofensiva, tal vez suene desproporcionado a la hora que se está hablando aquí de que nos están quitando una cosa y otra, pero pensamos nosotros, y esa es la propuesta de la otra campaña, que hay que pasar a la ofensiva y a nivel nacional. Tomar la ofensiva, ir por ellos, ponerlos donde deben estar. Donde deben estar Marín, Slim, Fox, que es la cárcel”.

“Truque de miedo”

También hay resistencias exitosas, como la del EZLN: “Así como hay trabajadores como los de Euzkadi y Pascual, que han demostrado que pueden echar a andar las empresas y hacerlas producir dirigidas por trabajadores, nosotros pensamos lo mismo”. Y anunció: “Nosotros vamos a estar el 1º de mayo en la ciudad de México y nuestra propuesta es hacer otro primero de mayo y que sea en todo el país. Que cada ciudad donde haya compañeros trabajadores se sacuda y empecemos a hacer un truque de miedo, porque todo este tiempo nos han hecho acumular el miedo. Cambiémoslo, ahora los que tienen que tener miedo son ellos, los de allá arriba.

“Se trata sobre todo de que llegue a los pueblos indios, que entiendan que no tienen en el sector de los trabajadores a alguien que está en el otro lado sino que tienen a un compañero con la misma dignidad que los hizo firmar la Sexta y decir queremos otro país y una nueva Constitución. Y no nos estamos proponiendo solamente los derechos y la cultura indígenas. Decimos que en esa nueva Constitución tienen que estar los derechos laborales pero ahora en un nuevo México, ya no uno con patrones o líderes charros. La paradoja es que este neocharrismo apenas tiene 30 años.”

La otra campaña, como los rostros cubiertos de los zapatistas, ha revelado lo que nadie quiere ver, que “hay gente que no tiene absolutamente nada y esa gente son nuestros compañeros. Gente como esa es la que nos toca el corazón y nos plantea que tenemos que hacer por ellos y por nosotros mismos. Otro país, no un remedo. Por eso la propuesta es mirar hacia abajo, hacer grande la palabra de cada uno, la lucha de cada uno, y juntos un gran levantamiento, un gran alzamiento”.

Ante la clase trabajadora que acudió al llamado de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, Marcos reconoció: “Pensamos que no es justo que sólo nosotros tengamos ese privilegio de ser sus alumnos. Toda la otra campaña debe aprender lo que es el movimiento obrero en México; no el de Vega Galina o Hernández Juárez sino el otro. Y qué mejor que en Puebla, a partir de un llamamiento de los trabajadores de la otra campaña para que los de todo el país empiecen a trabajar en otro 1º de mayo, uno anticapitalista y de izquierda”.

Otra diálogo revelador fue el de los colonos del Valle de Puebla y otros valles vecinos. La presidenta de la colonia Volcanes fue precisa: “Quizá no podemos ver la magnitud del neoliberalismo en el mundo, pero sí lo vemos en nuestras vidas”. La última escala poblana fue esta tarde en San Martín Texmelucan.