Francia. Alumnos toman 17 universidades
Se extiende la rebelión estudiantil
Miles de jóvenes se han movilizado contra el proyecto de ley de “primer empleo” del ministro conservador Dominique de Villepin.
Violentos combates de guerrilla urbana se registraron el martes en el Barrio Latino de París cuando centenares de jóvenes —algunos enmascarados— se enfrentaron con la policía, mientras que en el resto del país se intensificaban las ocupaciones de preparatorias y universidades.
De las 84 universidades que existen en Francia, el martes por la noche había 17 totalmente en poder de los estudiantes y otras 28 estaban “perturbadas”, según el Ministerio de Educación.
Varias manifestaciones recorrieron la ciudad para exigir al gobierno que retire el CPE (Contrato de Primer Empleo), un discutido programa contra la desocupación juvenil. En Francia, la tasa de desempleo afecta a 23 por ciento de los jóvenes que tienen entre 15 y 25 años.
Los incidentes estallaron simultáneamente en varios puntos del Barrio Latino, como si fueran una acción perfectamente coordinada a fin de obligar a la policía a dispersar sus fuerzas.
Después de seis horas de persecuciones, incidentes y enfrentamientos, la policía logró retomar el control de la situación poco después de las 22:00 horas locales.
Los estudiantes también se enfrentaron con un centenar de jóvenes de extrema derecha que acudieron al Barrio Latino con intenciones de provocar a los manifestantes hostiles al gobierno.
La prestigiosa universidad de la Sorbona de París continuaba cerrada, después de que la policía tuvo que intervenir el pasado fin de semana para desalojar a centenares de estudiantes que se habían atrincherado en su interior.
Patrullas de las Compañías Republicanas de Seguridad (CRS) seguían custodiando el venerable edificio para impedir que vuelva a ser ocupado por los estudiantes en rebeldía.
Los jóvenes se oponen en particular a una disposición que autoriza a las empresas a realizar despidos durante un periodo inicial de dos años, sin dar explicaciones ni pagar indemnización.
También en las grandes ciudades del interior hubo movilizaciones juveniles.
Por primera vez los estudiantes de las escuelas secundarias participaron en las manifestaciones y comenzaron a adherirse masivamente a la protesta.
Los jóvenes también recibieron el apoyo de cinco presidentes de universidades y varios decanos de facultades, hostiles al CPE y partidarios de intensificar la presión contra el gobierno para obligarlo a retirar el proyecto, que se encuentra en mitad de su proceso de aprobación en la Cámara de Diputados francesa.
Después del éxito obtenido en esta jornada de movilización, ahora están programadas una nueva acción de protesta el jueves y una serie de gigantescas marchas el sábado con participación de sindicatos y partidos de izquierda. Esas concentraciones constituirán una demostración de fuerza contra el gobierno.
Los incidentes registrados en el Barrio Latino y las manifestaciones del martes demostraron el escaso eco que tuvo el primer ministro, Dominique de Villepin, que el lunes por la noche apareció por televisión para tratar de desactivar la crisis, pero no realizó ninguna concesión.
El CPE tropieza con la resistencia de 58 por ciento de los franceses, según encuestas oficiales. Entre los jóvenes ese porcentaje es de 63 por ciento.
“El CPE es justo y equilibrado. El gobierno se ha comprometido con este contrato útil, que creará puestos de trabajo para los jóvenes”, insistió el martes Villepin ante la Asamblea Nacional.
El presidente Jacques Chirac, que se encontraba en Berlín, envió su apoyo a Villepin, y reafirmó que defenderá el CPE. Sin embargo, a pesar del respaldo de Chirac y del apoyo que obtuvo en el Parlamento, Dominique de Villepin se encuentra en una situación particularmente frágil.
Diversos miembros del gobierno francés buscaban el martes una solución de compromiso que permita al primer ministro retirar el programa sin quedar ridiculizado ante la opinión pública como un político débil.
Un nuevo sondeo confirmó la fuerte caída de la popularidad de Villepin. Apenas 37 por ciento de las personas interrogadas emitieron opiniones positivas sobre su gestión.
Diez meses después de su llegada al Hotel Matignon (residencia del primer ministro), Villepin perdió 15 por ciento de popularidad en los últimos tres meses.
A un año de la elección presidencial de abril o mayo de 2007, Villepin aparecía como el posible “delfín” de Chirac. Hasta ahora, logró mantener su popularidad porque no había tenido que adoptar medidas de austeridad”, explicó el politólogo Jean-Luc Parodi. “Para los franceses, el CPE no es una reforma positiva. Villepin rompió una parte de su imagen”, agregó.
Tradición rebelde
Las protestas de estudiantes en el Barrio Latino de París han hecho recordar a muchos las protestas de mayo de 1968, cuando los jóvenes parisinos se rebelaron contra el gobierno del general Charles de Gaulle.
Uno de los líderes de ese movimiento, que alcanzaría una gran trascendencia en la cultura europea, fue el alemán Daniel Cohn-Bendit, conocido como Danny el rojo, quien muchos años después se convirtió en eurodiputado por Los Verdes.
Entre los estudiantes que ahora se movilizan se encuentran muchos pertenecientes a distintos grupos de altermundistas, aunque según consignan varios diarios parisinos también hay un nutrido grupo de jóvenes generalmente apolíticos en los disturbios.
Miles de estudiantes protestan en Francia contra el nuevo contrato
París. Un total de 250.000 estudiantes, según la policía, y de 500.000, según los organizadores, protestaron ayer en las calles de toda Francia contra un nuevo contrato laboral especial para jóvenes impulsado por el gobierno.
En total, según la Gendarmería -la policía nacional paramilitar- unas 247.000 personas participaron en unas 200 manifestaciones pacíficas en todo el país, en protesta contra la nueva ley laboral elaborada por el gobierno del presidente Jacques Chirac. Sólo en París, la manifestación reunió a 33.000 personas, de acuerdo con las cifras del ministerio del Interior, y a 120.000, según los organizadores.
En total, entre 70 y 80 ciudades fueron escenario de manifestaciones contra este Contrato Primer Empleo (CPE), aprobado por el Parlamento la semana pasada y que provoca la ira de los jóvenes del país.
Los manifestantes expresaron su rechazo al nuevo marco jurídico denominado Primer Contrato de Empleo (CPE, por sus siglas en francés). Esta normativa crea contratos de dos años para los jóvenes menores de 26 años, pero el punto más polémico es el que permite el despido injustificado.
Las protestas no se concentraron en la capital del país europeo, sino que se extendieron a otros centros urbanos como Marsella, Grenoble, Limoges, Rennes, entre otros.
En París, los estudiantes efectuaron una manifestación a lo largo de la ciudad y desde la distancia parecía más bien una fiesta, por el colorido de las pancartas y globos que acompañaban la protesta. Sin embargo, los cánticos de los manifestantes revelaban la profunda rabia que existe frente a la nueva ley.
El marco legal fue aprobado el mes pasado por el Parlamento francés, con el “objetivo” de reducir la tasa de desempleo (más de 20%) entre los jóvenes del país, una de las más elevadas en Europa.
Los legisladores creen que esto dará flexibilidad a las empresas para que contraten a más gente joven, amparados en que la ley permite despedirlos en cualquier momento. Sus críticos indican que, por el contrario, los trabajadores más jóvenes tendrán menor seguridad laboral que sus colegas más antiguos, por lo que ha surgido especial rechazo en las universidades y centros de educación superior.
Flexibilidad
Durante los últimos 20 años todos los gobiernos han decidido darle mayor flexibilidad al mercado laboral, especialmente en el segmento de trabajadores jóvenes, “pero en este período la tasa de desempleo sólo se ha incrementado”, según algunos analistas.
La magnitud de las protestas, que comenzaron el pasado fin de semana, ha generado comentarios y comparaciones con las multitudinarias manifestaciones estudiantiles de 1968, en el gobierno de Charles de Gaulle.
En París lanzaron proyectiles contra los antidisturbios que respondieron con gases lacrimógenos y se registró, al menos, un herido que tuvo que ser hospitalizado.
Tanto los estudiantes como los sindicatos interpretaron la movilización de ayer como un «ensayo general» de las manifestaciones interprofesionales convocadas para el próximo sábado, tras las cuales los representantes de los trabajadores pretenden pasar a «la velocidad superior» con la convocatoria incluso de huelgas.
Pese a la presión de la calle, el primer ministro, Dominique de Villepin, asegura que defenderá el CPE «hasta el final» porque cree en el bien fundado de esa medida que él impulsó y cree que su único error ha sido ir «demasiado rápido».
La mayoría conservadora y sus ministros, que no ocultaron hace algunos días ciertas reticencias, están obligados ahora a «remar juntos», en palabras de un diputado, pues saben que una eventual marcha atrás en este asunto la pagarían cara en las elecciones presidenciales y legislativas del 2007. Villepin, que reiteró ayer por enésima vez que está «abierto al diálogo» para «mejorar» el CPE, pero sin tocar al espíritu de la ley aprobada por el Parlamento hace justo una semana, «no puede recular, porque si lo hace está muerto» en sus aspiraciones al Elíseo, le dijo un ministro a ‘Le Monde’ bajo la cobertura del anonimato.
El problema, según ciertos analistas, es que Villepin llevó adelante el CPE sin concertación previa con los sindicatos y se metió en esta crisis sin haber previsto un ‘plan B’.
Una vez votada por el Parlamento la ley de igualdad de oportunidades, en la que se incluyó el CPE por la vía de enmiendas, éste no necesita ningún decreto para su entrada en vigor, por lo que el Gobierno no puede suspenderlo o retirarlo como reclaman los estudiantes, los sindicatos y la oposición de izquierdas.
La puerta de salida que podría abrir el Consejo Constitucional si suscribe el recurso contra el CPE que los socialistas presentaron el pasado martes es considerada como poco honorable.
Francia no tiene tregua
Unas 300 personas fueron detenidas por las protestas en París. Chirac reiteró esta mañana que el gobierno está “listo al diálogo”.
Unas 300 personas fueron detenidas en Francia en el marco de las protestas estudiantiles a nivel nacional contra la reforma del mercado de trabajo, indicó hoy el ministro del Interior Nicolas Sarkozy en París.
Sarkozy dijo que espera que los detenidos sean duramente castigados y responsabilizó de los disturbios en la capital a extremistas de izquierda y de derecha.
Tan sólo en París hubo unas 180 detenciones, dijo el ministro al visitar una garita de la policía, donde agradeció a los funcionarios por su “proceder prudente”.
El presidente Jacques Chirac, en tanto, reiteró esta mañana que el gobierno está “listo al diálogo” y que espera que se inicie lo más pronto, en torno al controvertido contrato laboral para jóvenes que ha provocado grandes manifestaciones en todo el país.
Chirac pidió “la responsabilidad” de todos a un día de la manifestación del sábado convocada por los sindicatos de asalariados y las organizaciones de estudiantes universitarios y de secundaria.
El mandatario dijo que las manifestaciones deben llevarse a cabo en calma y en el respeto a todos y volvió a defender el Contrato Primer Empleo (CPE).
Según un sondeo que será publicado el viernes por la prensa francesa un 68% de los ciudadanos franceses se opone al polémico CPE. (Agencias)