“Recordemos, pero no para repetir un pasado,
sino para evitar que se repita” (E. Galeano)
El anunciado golpe militar de marzo de 1976, pergeñado por los sectores dominantes de la sociedad nacional e internacional, abrió la etapa neoliberal en la Argentina, facilitó y agilizó el saqueo de los recursos públicos, disminuyendo drásticamente los gastos estatales en cobertura social. La represión indiscriminada de los trabajadores y trabajadoras, la desmantelación de los sindicatos, el asesinato de militantes de diversas organizaciones, la apertura de la economía externa, la promoción de las exportaciones y el achicamiento general del estado, son parte del mismo paquete de medidas. Este estado de sitio, al servicio empresarial, se extendió por toda Latinoamérica bajo la atenta mirada de EUA, quien ayudó a todos los regímenes, ya sea aportando inteligencia con la CIA, préstamos de dinero, e ideológicamente, con la Doctrina de Seguridad Nacional. Así, América Latina se plagó de regímenes militares, fasistoides manipulados por poderosos sectores económicos. La enorme represión orquestada desde el estado hacia los sectores considerados subversivos dejó un saldo de mas de 30.000 desaparecidos y un quiebre fundamental en la organización popular, que tardará mucho en volver a consolidarse.
La universidad fue uno de los sectores predilectos por la dictadura a la hora de secuestrar compañeros. Cualquiera que no comulgara con la perorata castrense, era como mínimo desplazado de su lugar de trabajo. Es resentida, no sólo en la ausencia física de compañeros, sino también la marca del proceso de reestructuración estatal encarado desde el ’76, que ha dejado una huella profunda.
El proyecto de sociedad y particularmente de universidad, encarado por la masacre militar y de los capitales, sigue siendo enarbolado hoy por un sector de la comunidad universitaria, que pretende que los estudios universitarios sean una máquina de generar mutantes ajenos a la realidad. Universidad que sólo aspira a formar profesionales a medida de la necesidad de las empresas, con docentes funcionales al sistema, que soslayan la necesidad de transformar la sociedad actual. Resulta paradigmático el caso de la actual rectora de la universidad, Ana Pechén, quien fué funcionaria de la Universidad Nacional del Sur bajo la intervención de Remus Tetu y hoy representa a uno de los grupos universitarios que más propugna por la flexibilización universitaria y su elitización. En plena época electoral, no hay ni visos de cambio…Y no hay que ser ilusos, la Ley de Financiamiento Educativo del gobierno K ni siquiera llega a ser un paliativo, sino que somete a la universidad, y a toda la educación, a la “mano negra” del mercado. La crisis educativa proviene de una crisis general que es sistematizada.
La represión y la tortura siguen siendo hoy moneda corriente. En Argentina siguen muriendo personas por hambre, se agrava la marginación de vastos sectores de la población que viven con las necesidades básicas insatisfechas. Estas y otras muchas injusticias más son las que el sistema supura y que dimanan de un modelo económico que bajo diferentes imposturas siguen reproduciendo de manera más aguda la marginación en peores condiciones que en el golpe.
Ayer la junta militar asesinaba compañeros por luchar, hoy Kirchner encarcela a cualquiera que se atreva a abrir la boca más de lo permitido. La brutalidad del proceder del gobierno de facto choca con las “sutilezas” del periodo “pseudo” democrático Kirchnerista. Dos épocas, dos aparentes maneras diferentes de proceder, un mismo resultado: dejar trunco cualquier proceso de organización popular y de lucha por una sociedad mejor. La aparente panacea peronista nacional y popular es una muy buena farsa montada para que nada cambie (y muchos entren).
El ejemplo mas claro de ello es el actual conflicto en Las Heras. Los medios de prensa oficiales han desviado una vez más el enfoque, tergiversando lo que era un legítimo reclamo de los trabajadores en un affaire policial. El estado de sitio que se vive en Las Heras ha permitido torturas, abusos y detenciones ilegales, además de que los familiares de los detenidos ni siquiera saben donde se encuentran estos.
Recordar y repudiar la masacre militar constantemente es necesario para que la historia no se vuelva a repetir. Aquí recordar es insuficiente sino conlleva una actitud crítica para el presente. Svetan Todorov decía que una vez que la línea entre el bien y el mal ha sido trazada en hechos del pasado, es muy fácil pararse de un lado u otro de la línea desde el presente; un cierto riesgo conlleva, sin embargo, tomar decisiones con respecto al presente, donde nuestras apreciaciones, valoraciones y acciones, nos tienen más comprometidos. Pensamos que es una tarea insoslayable para todos nosotros. Decir “Nunca Más” al golpe de estado es necesario, pero insuficiente. La realidad, nuestro presente, es la vigencia de un sistema totalmente injusto. Alzar la voz contra la represión, la pobreza y la censura es oponerse a Kirchner y lo que él representa. Ejercer memoria activa implica una oposición radical a las injusticias del hoy. Los que realmente hoy tienen memoria activa son los luchadores, como los compañeros de las Heras, los compañeros de la educación agrupados en Aten, los obreros de Fasinpat, la pelea que damos los estudiantes en y desde la universidad (vista claramente en lo que fue la toma de un mes contra las políticas nefastas de este y anteriores gobiernos y en la eliminación del ingreso restricto, bandera de los que pelearon en los 70’).
Nosotros no LES DAMOS FERIADO A LA MEMORIA. Hoy algunos dicen que este gobierno ha cambiado, han decidido no resistir más, salirse de las calles y apoyar a este gobierno autoritario, que no ha dado concesiones al pueblo y que sigue permitiendo que la riqueza se acumule cada vez más en menos manos. Un estado que se fortalece en la represión y la impunidad, que nos roba compañeros que sólo quieren un futuro mejor, así como hace treinta años nos robó a nuestros treinta mil compañeros. Ese mismo estado vestido de democracia nos quito a Víctor Choque, Aníbal Verón, Teresa Rodríguez, los mas de treinta compañeros caídos en diciembre del 2001, Darío Santillán, Maximiliano Kosteki, y todos los muertos que sólo buscaban algo mejor para este pueblo. Recordemos además que en esta democracia que vivimos también hay desaparecidos: Sergio Ávalos y Florencia Pennacchi son desaparecidos en democracia.
El caso del compañero Sergio Ávalos, estudiante de Economía, muestra claramente la inoperancia de los jueces de esta provincia, quienes no han sido capaces de dar ningún tipo de respuesta, así como el no accionar de la actual rectora de la universidad, que está desde el momento de su desaparición, y no acompaña ni el reclamo de los familiares ni el de los estudiantes, actuando como cómplice de esta seguidilla de encubrimientos. La inconcebible desaparición de Florencia Pennacchi, estudiante neuquina en Buenos Aires, de quien nunca se supo ni se sabe nada. La policía de esa provincia y la Federal no han hecho nada para encontrarla, pero sí han puesto todos sus recursos y tecnología para atrapar los ladrones de un banco de barrio de ricos, muestras de que les importa más el dinero que la vida de las personas. Los dos, compañeros desaparecidos en democracia.
Del 20 al 24 de marzo en contra de la represión y la impunidad, la Federación Universitaria del Comahue rinde homenaje a los compañeros que se negaron y a los que se niegan a vivir en un mundo de desigualdades.
“Nuestros sueños no caben en sus urnas; la lucha nos da lo que las urnas nos quitan”
Graffiti en Quito
FEDERACION UNIVERSITARIA DEL COMAHUE
Frente de Estudiantes por la Resistencia