Graves problemas y divisiones en el XIV Congreso de Fejuve en El Alto

08.Abr.06    Análisis y Noticias

XIV Congreso de Fejuve

Los intereses partidarios nuevamente pugnaron por controlar la dirección de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto al punto que la flamante directiva —a la cabeza de Nazario Ramírez (distrito 5)— fue elegida en medio de botellazos y sillazos, gritos e insultos, e incluso ante el abandono de tres de los ocho distritos municipales asistentes al magno evento.

Nada sería el nivel de violencia expresada por los distintos bloques políticos, unos simpatizantes del MAS y otros del Plan Progreso, sino la división que se generó entre los distritos alteños y la falta de legitimidad de una directiva que empieza su gestión con amenazas de creación de una Fejuve para el sector sur y otra Fejuve para el sector norte.

Así expresaron sus intenciones los delegados de los distritos 1, 4 y 7 que abandonaron la elección y que en total sumaban 181 juntas vecinales del total de 484 que se inscribieron en la Comisión de Poderes del XIV Congreso Ordinario de Fejuve.

Después de una larga historia de control de parte de los partidos políticos (Condepa, MIR, NFR y otros), la organización vecinal más fuerte del país no logró imponer su independencia cívica a favor de los intereses de la tercera ciudad más importante a nivel nacional, lamentaron varios delegados de base ante la trifulca que se armó en el escenario y en el patio del auditorio de Radio San Gabriel.

“Tres días perdimos el tiempo”, lamentaron varias señoras al constatar, según sus percepciones, que las resoluciones de las comisiones que trabajaron el fin de semana no se llevarán a cabo, debido a la fragilidad de la nueva directiva. Una de las resoluciones asumida de forma unánime fue la exigencia de renuncia de Abel Mamani a la cartera del Ministerio de Aguas, cosa que según varios congresistas cayó con desagrado a los militantes del MAS. “Por eso no querían que se concluya el congreso”, decían.

Por otro lado, los adeptos del Plan Progreso del ex alcalde Papelucho, vieron sus “planchas” amenazadas, las que con anticipación habían confeccionado desde las subalcaldías distritales. Según sus cálculos, la elección estaba asegurada salvo algunos consensos que no se habían obtenido sobre todo en el sector norte.

Al final, no faltaron los tradicionales “amarres” de unos con otros para no perder espacios de poder aunque todo dependerá de que los distritos vuelvan a un mismo carril de conducción reconociendo al nuevo presidente o impugnando su elección dividiendo definitivamente a la Fejuve.