Marcos, delegado Zero: La Sexta, esfuerzo nacional por alzar un dique contra el capitalismo

08.Abr.06    Análisis y Noticias

El delegado Zero y adherentes a la otra campaña, en Nurío, Michoacán Foto Víctor Camacho
Lunes 3 de abril de 2006

Afirma que la clase política actual no es alternativa para la reconstrucción del país

La Sexta, “esfuerzo nacional” por alzar un dique contra el capitalismo: Marcos
“El EZLN no descansará hasta que sean reconocidos los derechos y cultura indígenas”

La Jornada

Nurio, Mich. 2 de abril. Al iniciar la reunión de la otra campaña en esta comunidad purépecha, el delegado Zero caracterizó la Sexta declaración de la selva Lacandona como “esfuerzo nacional” por alzar un dique contra al capitalismo. En los pueblos indios, afirmó, “está la posibilidad de construir una realidad diferente para nuestra Nación”. Subrayó que poseer “otra relación con la naturaleza”, como es el caso de los pueblos indígenas, es lo que podría evitar el avance de la destrucción neoliberal.

Las dos reuniones indígenas de la otra campaña en Michoacán (Ostula y Nurío) han suscitado los discursos más contundentes del subcomandante Marcos sobre la “guerra de conquista alocada” del Estado mexicano y sus socios capitalistas contra los pueblos. También se escucharon algunos de los discursos e informes más fuertes e implacables hasta ahora dichos por representantes purépechas, wixaritari, nahuas, ñañhús y chichimeca-guachichiles, miembros del Congreso Nacional Indígena (CNI) en su región Centro-Pacífico. Y una denuncia contra la policía y el gobierno estatal, en boca del propio delegado Zero.

Este recordó que después de su alzamiento los zapatistas “no sólo encontramos la solidaridad de mucha gente, sino sobre todo la identificación plena con el movimiento indígena, que no nació con la lucha el primero de enero de 1994; ya llevaba mucho tiempo luchando por sus derechos y su cultura. Desde aquel Foro Nacional Indígena, que luego se convirtió en el CNI, empezamos a caminar con los pueblos indios”.

Dijo que mientras el EZLN tenía dificultades para entenderse con la izquierda, el movimiento urbano y la sociedad civil, que les reclamaban “no seguir su modo”, con los pueblos indios hubo identificación respecto a la lucha por la autonomía y la relación con la naturaleza. “Por eso hicimos una gran lucha nacional junto con todos los pueblos indios, apostando a que la clase política entendiera la necesidad de que la bandera incorporara a los pueblos indios. Confiamos en que los sectores que se dicen progresistas o democráticos dentro de la clase política iban a entender, y podríamos unirnos con otros movimientos para lo que nos propusimos desde un principio: la liberación de nuestro país.”

Reconoció que los acuerdos de San Andrés no fueron construidos sólo con las demandas del EZLN. “Contaron con la participación de los pueblos que ya estaban en resistencia. La mesa de San Andrés significa la imposición del modo indígena sobre el gubernamental. En San Andrés, gracias a la sabiduría de estos pueblos, pudo construirse un consenso. Los acuerdos incorporaron las principales demandas de los pueblos indios y marcaron el punto de arranque para la reconstrucción de su lugar en la nación mexicana. Entonces se planteó el eje central de los acuerdos de San Andrés y de la lucha de los pueblos indios: el derecho a la autonomía y a la libre determinación, que significaban un golpe frontal a los planes capitalistas neoliberales. Que la decisión sobre la tierra y los recursos naturales es de las comunidades y no de quien tiene dinero para comprarlas.”

A pesar de que se dio un gran movimiento nacional y “que ninguna otra iniciativa de ley ha tenido el apoyo de la ley Cocopa, la clase política cerró filas en torno al gran capital, sabiendo ya que esa ley impediría que se apoderaran de los recursos que hay en tierras indígenas. Se vio la traición que conocemos, y que fue encabezada, entre otros, por el hoy gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel”, quien, añadió, “ha medrado con el apellido de su abuelo”.

Marcos reveló que desde hace tres o cuatro años el EZLN empezó “a seguir de cerca el repliegue del CNI, y prácticamente sólo la región Centro-Pacífico lo mantuvo con vida en reuniones y discusiones, y alentando los movimientos de autonomía y libre determinación que se estaban gestando. Aunque el movimiento indígena pasó a segundo plano o desapareció de la opinión pública, estos compañeros siguieron adelante y gracias a ellos estamos todavía aquí”.

Los zapatistas concluyeron que no era posible conseguir las demandas indígenas sólo con la fuerza de los pueblos indios y con la simpatía inestable de la sociedad civil. “Digo inestable, porque en algunos sectores sigue habiendo la esperanza de que la clase política dará alguna solución. De ahí que sectores de la sociedad civil que antes apoyaron la demanda por los derechos y la cultura indígena, ahora hayan declinado a favor de la falsa esperanza de que un gobierno de izquierda -dicen- va a resolver lo que no se resolvió antes.”

Al decidir no sólo luchar con los pueblos indios, sino en unidad con otros sectores, “los zapatistas supimos que seríamos abandonados por esa gente, cosa que ocurrió, y que además íbamos a recibir un ataque de medios de comunicación, que también sucedió, y se iba a abrir la posibilidad de un ataque militar”. Entonces “empezamos a trabajar para despedirnos. Era necesario que el EZLN se desprendiera de las comunidades, de tal forma que el previsible fracaso de lo que iba a ser la Sexta no implicara costos a los pueblos. Nuestro fondo de guerra fue dedicado totalmente a la consolidación de los municipios autónomos rebeldes zapatistas y a alentar la sociedad entre ellos y el germen de las Juntas de Buen Gobierno. Nos preparamos como para el primero de enero de 1994, de tal forma que las comunidades sobrevivieran sin perder el apoyo conseguido con su alzamiento”.

El eje de la Sexta “es identificar al responsable del dolor de los pueblos indios, el mismo que se encarga de impartir el dolor para obreros, campesinos no indígenas, estudiantes, maestros, empleados y sectores que se sintieron identificados con el zapatismo. La clase política actual no representa una alternativa para reconstruir al país, sino que es una simulación para continuar con la destrucción. El EZLN llama la atención sobre las prácticas que han hecho los partidos políticos, particularmente ese partido engañabobos que es el PRD, que ha construido su endeble autoridad moral en la esperanza de sectores de la sociedad civil que olvidan propositivamente la historia de este partido, de sus legisladores y de lo que ha hecho para destruir al movimiento indígena y los sectores más olvidados y explotados”.

Así, “sobrevino la ruptura con la clase política y particularmente con la llamada izquierda electoral y los intelectuales que usufructúan su cercanía. Eso significaba que el EZLN iba a perder a casi todos los simpatizantes que tuvo durante 12 años”, expuso Marcos. Por eso, explicó, “desde hace tres años empezamos a deslindarnos con prudencia y radicalidad respecto a la clase política, incluyendo a la izquierda parlamentaria. Cuando estuvimos listos, lanzamos la alerta roja, hicimos la última consulta dentro de las comunidades para ver si están dispuestas a seguir. La mayoría dijo que sí, y empezamos a encontrar gente humilde y sencilla y fuerzas políticas de izquierda que no creen que el capitalismo se puede humanizar más que desapareciéndolo”.

La Sexta representa dos problemas. Uno, “que si hablamos con nuestro modo indígena despertaremos simpatía, caridad o lástima, pero nunca el reconocimiento como compañeros. Necesitamos encontrar fuerzas políticas y colectivos que aprendan a vernos como diferentes y como compañeros. Aquí se abre el otro problema: en esta lucha los únicos que no van a titubear son los pueblos indios”. Adelantó que los otros sectores podrán encontrar en el camino “las sillas que les va a ofrecer el sistema. Los únicos que no van a encontrar sillas para sentarse son los pueblos indios, porque su planteamiento central de autonomía, libre determinación, tierra y territorio significa el golpe mortal del sistema capitalista, al escamotar su fundamento, que es la propiedad privada y el criterio de ganancia.

“Difícilmente podrán encontrar en las declaraciones de principios de fuerzas radicales de izquierda que participan en la otra campaña una mención sobre los pueblos indios. A diferencia de los pueblos, que no batallan para incorporar estos ‘otros’, esas fuerzas no nos ven todavía. Les hemos dicho que a la hora que ganemos, porque vamos a ganar, si sigue pendiente nos volveremos a alzar ahora contra ellos. El compromiso del EZLN, venimos a decirlo aquí en la casa del purépecha, es que no descansaremos hasta que sean reconocidos los derechos y la cultura indígena.”

Invitó a los presentes “a no terminar hasta que terminemos, a no dejar nada en paz hasta que seamos reconocidos como pueblos indios. Y los invitamos juntos a desafiar incluso a quienes dentro de la otra campaña o simulando posiciones progresistas nos siguen viendo como objeto de caridad, de risa o simpatía”.

Al concluir la reunión, el subcomandante Marcos denunció que la caravana fue agredida “por el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel. Esta agresión, que paradójicamente ocurre en un estado gobernado por el Partido de la Revolución Democrática, que tanta esperanza provoca en los intelectuales, es de las más graves que ha recibido la otra campaña”.

El sábado, alredededor de las 22 horas, “10 compañeros y compañeras adherentes de la otra campaña de las organizaciones Partido de los Comunistas, Frente Popular Francisco Villa Independiente, colectivo Radio Pacheco, compañeros de la Casa del Estudiante Efrén Capiz y compañeros de la comunidad de Tingambato, y compañeros de la Casa del Estudiante Carlos Marx, de Uruapan, sufrieron una agresión en la carretera Buenavista-Los Reyes por tres patrullas de la Dirección General de Seguridad Pública, con números 00012, 00595 y 00596, con 15 elementos de la policía que los encañonaron, los obligaron a tenderse en el suelo y fueron cateados, con insultos. Posteriormente fueron abordados por policías con uniforme de la policía estatal y les fueron revisadas todas sus pertenencias, argumentando que portaban armas y que había una denuncia de que estaban deteniendo gente en la carretera y la estaban asaltando”.