Veamos primero el resultado “oficial” y luego las cifras directamente, así podremos ver la contradicción de la sociedad del espectáculo y el avance de la conciencia y organización desde abajo:
La noticia oficial:
Según los resultados de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) con el 75,64 por ciento de los sufragios válidos contabilizados, el aspirante nacionalista Ollanta Humala ocupa el primer puesto con el 29,65 por ciento.
El socialdemócrata García, del histórico Partido Aprista Peruano, se ubica en el segundo puesto con el 24,95 por ciento, mientras que Flores, de la alianza Unidad Nacional, aparece tercera con el 25,69 por ciento de los votos válidos, según la ONPE.
El total de los votos emitidos que han sido procesados oficialmente es de 9.860.301, pero la ONPE advirtió ayer que la totalidad del recuento estará terminada en 20 días.
Según el último boletín emitido por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) en las elecciones generales realizadas el último domingo sólo se registró un ausentismo del 10 por ciento, lo cual es una cifra alentadora que representa un mayor compromiso de los peruanos para elegir a las autoridades que nos representarán los próximos cinco años.
Hasta aquí las noticias oficiales, veamos un análisis más a fondo:
Si el 75.64% de los votos válidos se refiere a la cifra de 9.860.301 contabilizados (sin considerar los blancos y nulos de esos ya contados), entonces el 100% de esos votos (es decir, el total de los votos emitidos en la jornada electoral) se acerca a la cantidad de 12.400.000, así la diferencia con el total de electores (16.400.000) resultaría en casi 4 millones de personas que no votaron, lo que significa alrededor de 24% de ausentismo, y considerando que hay que restar de los emitidos los blancos y nulos, se debe deducir que alrededor del 26 a 28% no ha votado por ningún candidato, si no más.
Hablar del 24% de ausentismo está por debajo del 28% alcanzado en la elección presidencial anterior, pero está muy lejos de las expectativas del gobierno y las instituciones que se dedicaron a caldear el ambiente para incentivar la “participación”. También sorprende que la Oficina Nacional haya declarado que se ha registrado solamente un 10% de ausentismo, lo que contradice las propias cifras entregadas. Es muy probable que arreglen los resultados para evitar mostrar la abstención y afirmar la “democracia”. Para eso tienen 19 días, donde podrán evaluar los pro y los contra para bajar o subir los resultados en la dirección más conveniente para la “estabilidad”.
Si Humala sacó el 30% de los votos válidos, de 12.400.000 que es el total, tendremos la cantidad de 3.720.000 votos a su favor, lo que dentro del total de votantes habilitados representa solamente un 22%, por lo que el resto de los candidatos mayoritarios fluctúa en alrededor del 15 a 17%.
Así la abstención y el voto protesta son los ganadores, el electorado peruano ha demostrado que hace tiempo ya ha entrado por la puerta grande en la dinámica continental de cuestionamiento de las instituciones sobre la base de la autoorganización y la democracia directa.
Habrá que analizar estos resultados por regiones y lo más probable que las votaciones altas se hayan dado en las grandes ciudades mientras la abstención se acreciente en los pueblos medios y pequeños, así como en las zonas campesinas y de comunidades indígenas, lugares donde existe menos cohesión estatal y la crítica o rechazo a las instituciones es más generalizada, justamente los lugares del avance de la autoorganización, los bloqueos y el protagonismo social. Por eso el programa de Humala busca atraer a esos votantes para rearmar la adscripción al aparato del estado.
La segunda vuelta podrá decir si sigue aumentando o no la abstención y los votos de rechazo. Para los desafíos del movimiento social desde abajo es lo mismo que gobierne cualquiera de los tres candidatos mayoritarios. Son tres caras de la misma medalla: el capital.
Abrazos
Profesor J