Emir Sader, de la izquierda del PT brasileño, acaba de divulgar un escrito en Rebelión donde hace un panegírico de Lula que nos parece un tanto extraño, por lo que haremos el ejercicio de entrar en el artículo comentando parte por parte para que cada uno haga sus propias interpretaciones:
15-04-2006
La importancia de la victoria de Lula para América Latina
Emir Sader
Alai Amlatina
El ciclo electoral latinoamericano, iniciado con las elecciones de Evo Morales en Bolivia, de René Preval en Haití y de Michelle Bachelet en Chile, concluirá con la elección argentina de abril de 2007. El continente saldrá de esas elecciones con la cara que ostentará por toda la primera mitad del siglo. No es exagerada esa afirmación, porque una serie de proyectos embrionarios pueden consolidarse y alcanzar un carácter casi irreversible -como la nueva Constitución boliviana, el gasoducto continental, la Comunidad Suramericana de Naciones- o pueden quedar estancados y revertidos, con la reanudación de su opuesto: el ALCA y la consolidación de la hegemonía de los Estados Unidos sobre los destinos del continente.
Comentamos:
Sader vuelve al viejo paradigma: la hegemonía norteamericana en el continente, como si el capital viniese de allí, esto es, la vieja política de estado contra estado, escondiendo que el capital ya no necesita esos aparatos para introducirse por todos lados en la vida y cuerpos de las personas. Es notorio que la expansión capitalista en el continente tiene en Lula a uno de sus principales exponentes, así como los sectores populares en los territorios controlados por el estado brasileño tienen en Lula a un enemigo feroz. Que lo digan (y lo dicen) las comunidades indígenas que acaban de concluir el Campamento Tierra Libre en Brasilia sin resultados a su favor, que lo digan los sin tierra que se han pasado el último período cuestionando el gobierno Lula por la no aplicación de la reforma agraria, que lo digan las favelas de Rio de Janeiro que han sido brutalmente golpeadas, que lo digan los barrios periféricos de las grandes ciudades que han debido sufrir desalojo tras desalojo, que lo diga la juventud que ha formado el Movimiento por el Pase Libre y ha manifestado por todo el país, que lo digan los militantes del PT que se están saliendo en masa hacia otros partidos, que lo digan las comunidades negras que desarrollan la autoorganización por fuera de las instituciones, en fin, son muchas las voces que no están muy contentas con los gobiernos progresistas del continente.
Por otra parte, resulta simpático el intento de meter a Morales y Bachelet en el mismo saco.
Sigue Sader:
Las elecciones peruana y ecuatoriana -ésta en octubre- deciden no sólo la orientación del nuevo presidente de esos países en crisis prolongada, sino también si ellos suscribirán los acuerdos de libre comercio que los actuales mandatarios prepararon con Washington. De ahí las inmensas manifestaciones del movimiento indígena ecuatoriano, que por ahora ya impidió la firma del acuerdo, previsto para 24 de marzo pasado. Su lucha es por un plebiscito nacional, además de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, en el estilo de la decisión boliviana. La victoria del candidato nacionalista en el Perú, más allá de la polémica sobre su trayectoria pasada, representaría el rechazo a esa firma y la decisión de priorizar el proceso en curso de integración regional. Lo mismo puede darse en el Ecuador, dependiendo del enfrentamiento aún pendiente entre los movimientos sociales y el gobierno de Alfredo Palacio.
Comentamos:
Para el autor la lucha social desemboca en nuevos gobiernos, para nada presta atención a que esas batallas se han dado por abajo. Borra de una plumada las declaraciones de Pablo Dávalos, de la CONAIE, en el encuentro de fines de marzo en La Paz y El Alto sobre resistencia indígena: “Supongamos que vamos a las elecciones y gana Luis Macas. Nos va a pasar lo mismo que a los bolivianos: los cuadros organizativos se convierten en cuadros del Estado y empiezan a legitimar al Estado, un Estado liberal, y cuando hablan lo hacen en función del Estado y ahí ya tienes otras dinámicas y otros comportamientos. Por eso estamos discutiendo qué hacemos, porque otra vez vamos a tener una victoria que la burguesía convierta en derrota, pero no es sólo un problema de los ecuatorianos sino de los bolivianos, los mexicanos…”. (Ver http://clajadep.lahaine.org/articulo.php?p=6683&more=1&c=1 )
Continúa Sader:
La probable elección del ex-gobernador de Distrito Federal, López Obrador, como presidente de México, puede no representar la salida de ese país del ALCA, sin embargo posibilitará acuerdos con el MERCOSUR y la participación en otras iniciativas continentales - como Petrosur y Telesur– representando un duro golpe a la influencia norteamericana sobre su vecino del sur. Las reelecciones de Néstor Kirchner y de Hugo Chávez pueden ser dadas como muy probables, consolidando algunos de los ejes del actual proceso de integración regional. La reelección de Álvaro Uribe, en Colombia, permitirá a los Estados Unidos mantener su único gran aliado en la región, sin embargo marcado por la guerra interna que no puede controlar. Elecciones como la de Nicaragua, de difícil pronóstico, pueden sumar un gobernante crítico a los Estados Unidos a la lista actualmente existente.
Comentamos:
La importancia que Sader otorga a las elecciones y a los gobiernos son compatibles con la mirada estratégica en el continente que busca desarrollar el capitalismo local tipo comunidad europea, como que los estados europeos fuesen antiimperialistas o anti yanquis, y lo que son es profundamente capitalistas y aún represivos, basta ver solamente las dificultades del independentismo vasco, las batallas en Francia, las huelgas en Alemania, la persecución a los inmigrantes, etc.
Para nada se observa en el texto de Sader la organización y el comportamiento de las organizaciones sociales por abajo. Sobre Venezuela, por ejemplo, vea la magnífica entrevista al ex viceministro Roland Denis, “El nuevo estado en Venezuela y los movimientos populares” en http://clajadep.lahaine.org/articulo.php?p=6682&more=1&c=1
Y sobre Bolivia, vea el informado artículo de Raul Zibechi, “Bolivia: dos visiones opuestas del cambio social”, en http://www.ircamericas.org/esp/2947
Sigue Sader:
De todas las elecciones, la que más peso puede tener en el futuro del continente es la brasileña. Esto se da básicamente por el lugar estratégico ocupado por la política externa brasileña en estos años del gobierno Lula. Fue Brasil que consiguió inviabilizar el inicio del ALCA, previsto para enero del año pasado. Brasil funciona como un eslabón de articulación entre gobiernos más radicales como los de Cuba, Venezuela y Bolivia, con otros, más moderados, como los de Uruguay y de Argentina.
Comentamos:
Muy interesante eso del “lugar estratégico” de la política externa brasileña, que nos lleva a todos a despreciar al lobo del ALCA mientras las redes capitalistas se expanden bajo nuestras narices como Pedro por su casa, esto es: necesitamos desarrollo capitalista para avanzar hacia el futuro, esa historia ya la conocemos.
Eso del eslabón de articulación, digamos bisagra, contiene muchos bemoles, pero al parecer sería el motivo por el cual Hebe de Bonafini tendió su mano a Kirchner.
Las “articulaciones” deben ser hechas entre gobiernos, digamos, los “representantes” del pueblo, pero para estos teóricos no es posible que los propios pueblos, la autoorganización social, pueda asumir esos vínculos directamente.
La izquierda por abajo debe someterse a la izquierda por arriba, quizás como la aplanadora que está pasando el MAS sobre los movimientos sociales bolivianos, bien puede ser…
Continúa Sader:
La continuidad de esta política, ahora en un marco regional mucho más favorable, representará un eje seguro de articulación y de fortalecimiento de los proyectos de integración existentes y de muchos otros. En compensación, si retorna el bloque “tucán- pefelista”, los Estados Unidos volverían a tener un aliado seguro en la región, que trabajará en función de la reanudación del ALCA, del aislamiento de los gobiernos de Cuba, Venezuela y Bolivia, representando un retroceso sin par en el futuro de América Latina. Esta es sólo una de las cuestiones que se juegan en las elecciones de este año y del próximo, pero que definirán la cara de América Latina y del Caribe por toda una nueva década.
(Fin del texto de Sader).
Comentarios finales:
¿Cuál política? Sader habla de continuidad de esta política, se refiere a la inviabilización del ALCA y al papel de eslabón entre los más progresistas y los menos progresistas. Si retorna el gobierno anterior, es decir si Lula no gana, se reanudará la búsqueda del ALCA, serán aislados los gobiernos más progresistas y eso será un retroceso sin par. Nos explica que se trata de sólo “una” de las cuestiones, pero toca la casualidad que es la que más le interesa, por lo que no vale repartir caramelos.
Vamos a ver quien es ese señor Sader antes de continuar:
Su principal actividad reconocida es la de asesor del MST y uno de los cinco hombres claves del comité organizador del Forro de Porto Alegre, por lo que su ubicación política corresponde al eje de alianzas que hemos denominado de búsqueda del fin de la autoorganización social para subordinarla a los proyectos estatistas de la humanización del capitalismo (a propósito, ¿ya han notado como están calladitos los de Attac y en especial la Susan George?, con lo que cumplen una finalidad primordial del capital: tratar de eliminar las perspectivas estratégicas de construcción de poder popular y apoyar a los diferentes gobiernos progresistas en sus tareas económicas, como el pago al FMI, los acuerdos con el Banco Mundial y la construcción de redes de infraestructura productiva y de circulación a nivel continental.
Los zapatistas previendo eso levantaron la otra campaña y tendieron puentes hacia los pueblos de otras regiones, con la idea de estimular las relaciones e intercambios por abajo, directamente entre comunidades y pueblos. La CONAIE, también en prevención de esos riesgos, consolida su organización por abajo. La Coordinadora del Agua de Cochabamba y otras experiencias de base hacen lo mismo: fortalecer el protagonismo social sin necesidad de oponerse a los gobiernos progresistas, así como hacen también algunas organizaciones venezolanas.
Sader no tiene contradicción con el hecho de que la militancia se transforme en burocracia estatal y se distancie del mandar obedeciendo para imponer el verticalismo y el autoritarismo de la dirección por arriba de los procesos. Es obviamente uno de los artífices de la desmovilización del MST y su transformación en aparato propagandista que sólo hace movilizaciones o “luchas” cuando la oportunidad política así lo amerita.
Es demasiado bochornoso y vergonzoso que venga ahora a defender la reelección de Lula a pesar de que todos están de acuerdo en que se ha tratado del gobierno que más ha defendido los principios y prácticas neoliberales en Brasil. No se trata de ponerse a favor de otro candidato o corriente, sino de ver como andamos en casa, es decir, si el MST y demás organizaciones sociales están construyendo perspectivas estratégicas o solamente base de sustentación para un gobierno. Es sintomático que el movimiento campesino Ezequiel Zamora haya bajado el tenor de sus luchas y propuestas desde abajo en Venezuela después de la visita de Sader a ese país junto a dirigentes del MST que se reunieron con ese movimiento antes del Forro de Caracas fortaleciendo la línea institucional por sobre la autonomía social.
La línea de fortalecimiento del capitalismo local sólo está sirviendo para ganar votos detrás del estado benefactor donde la panacea es la burocracia y la subordinación de los movimientos sociales.
Muy luego va a aparecer Frei Beto en esa línea de “apoyo externo” a Lula, como que no quiere la cosa, esa izquierda institucional, los somorgujos, va a asomar cabeza por todos lados para sumar votos detrás de Lula que, dicho sea de paso, ha estimulado el rol represivo de la policía y del ejército, al igual como lo han hecho los gobiernos sudafricano e Indio, tres países que han constituido un “eje progresista” sobre la base del intenso control de población y fortalecimiento de los mecanismos institucionales.
Está muy claro que en Bolivia no le está saliendo fácil al MAS dirigir todos los procesos sociales, menos ahora que acabó con los representantes de las comunidades originarias para la constituyente pudiéndose solamente votar por el candidato del MAS, una manera astuta de acabar con el protagonismo y atraerlo hacia el partido centralizado. Pero le está costando caro, pues por todas partes sigue en pie la lucha social y tendrá que hacer concesiones, lo que los otros gobiernos progresistas no harán jamás, a menos que aumente la dinámica de la autoorganización social y el protagonismo de los de abajo en las localidades, tarea que tendrá como obstáculo a personas como Sader, encargados de evitarlo.
Hace falta un encuentro regional en el cono sur donde puedan reunirse prácticas sociales de base para estudiar juntos la elaboración de redes de comunicación e intercambio directo que trasciendan fronteras y estados. Si el capital puede hacerlo y se utiliza para ello además de los gobiernos, nosotros también podemos hacerlo desde las comunidades. Ya ha habido suficientes encuentros de intercambio de ideas y de experiencias, estamos en un buen momento para analizar las posibilidades de cruzamiento de productos y actividades, de visitas y cursos comunes. Tal vez en ese encuentro se pueda también conversar sobre el Intergaláctico.
Abrazos
Profesor J