Policías comunitarios presentan armas al delegado Zero, a su llegada a la comunidad de San Luis Acatlán, ubicada en la Costa Chica de Guerrero Foto Víctor Camacho
Miércoles 19 de abril de 2006
Ataques de autoridades y partidos no han minado la eficacia del gobierno autónomo
Necesario, que pueblos indios se reconstituyan y ejerzan su independencia: Marcos
La Jornada
Suljaa, Gro. 18 de abril. Sobre el paisaje de la depredación que aqueja a los pueblos de Guerrero y sus violencias económica, política, social, cultural, jurídica y agraria, crecen con vigor, pese a llevar todo en contra, experiencias de autonomía, de las cuales el poder no se quiere enterar, como no sea para reprimir, dividir o criminalizarlas.
En una de las jornadas más agotadoras en lo que va de su recorrido, la otra campaña atravesó la Montaña de Guerrero y se encontró donde la lucha por la autogestión y la reconstitución de los pueblos va para adelante. Partiendo del municipio autónomo de Suljaa (o Xochistlahuaca), en la región del pueblo amuzgo, la otra campaña pasó por San Luis Acatlán, donde el subcomandante Marcos rindió homenaje a Genaro Vázquez Rojas ante su tumba, se encontró con la profesora Consuelo Solís Morales, viuda del legendario guerrillero, y cargó en sus brazos al nieto de Genaro, llamado Marcos. Doña Consuelo leyó un documento que reconoce la lucha del EZLN en Chiapas, y afirma que el programa de lucha del comandante Genaro Vázquez “sigue vigente”. Así desmentía la cristiana inscripción a la entrada del cementerio: “En este lugar de descanso cesan los combates de la vida”. Ya se ve que para algunos la muerte no basta.
Poco antes, el delegado Zero había recibido el saludo de la meritoria policía comunitaria, que abarca ocho municipios de la Costa Chica y la Montaña. Marcos saludó de mano a cada uno de los agentes de la escolta de este cuerpo de vigilancia alternativo, al servicio de sus pueblos, que lo aguardaba al pie de la carretera. En Santa Cruz del Rincón se reunió con centenares de simpatizantes y adherentes a la Sexta declaración de la selva Lacandona y con la misma policía comunitaria. De tal manera, durante el recorrido, el delegado Zero sostuvo encuentros con mixtecos, nahuas, me phaa (tlapanecos) y amuzgos.
En Suljaa, el delegado Zero se reunió la noche del lunes con adherentes y hoy encabezó un acto público ante el ayuntamiento autónomo, uno de los pocos fuera de Chiapas que han resistido la represión sostenida, la descalificación mediática, la división deliberada, construida por los partidos políticos (particularmente por los caciques del PRI), y la criminalización de su autonomía por las autoridades judiciales del estado.
No obstante, la eficacia del gobierno propio es evidente, y a pesar de las divisiones meticulosamente alimentadas por el gobierno estatal y los partidos, en Suljaa se respira una seguridad y un entusiasmo que no se ve en otras partes de Guerrero, y que en cierto modo recuerda al de las comunidades más firmemente zapatistas de Chiapas. Aquí, como allá, los pueblos demuestran ser dueños de su destino, y eso le da un cotidiano motivo de alegría.
Anoche, en las modestas instalaciones de la comisión agraria de Suljaa, el delegado Zero escuchó a las autoridades autónomas y a diversos grupos que funcionan dentro de la estructura comunitaria, como es el caso de las artesanas de este pueblo de bordadoras con un estilo peculiar que les ha dado renombre: “Nosotras somos mujeres amuzgas, amas de casa y artesanas. Muchas personas piensan que nosotras valemos menos y en muchas de nosotras eso ya entró en nuestras cabezas y así actuamos. Nosotras, las mujeres, tenemos que luchar mucho para liberarnos de muchas ataduras y de la explotación que nos mantiene en el olvido y en el desprecio. Esa lucha no solamente la debemos dar las mujeres, sino con la ayuda de todos, es decir, hombres y mujeres”.
Enfundada en un largo huipil de flores delicadamente bordadas, una de sus representantes leyó un mensaje: “Nosotras sabemos que nuestro trabajo es muy importante para todo lo que se hace en la comunidad. Por ejemplo, a las mujeres les toca hacer la comida para que coma toda la familia, les toca cuidar y educar a los hijos, hacer los quehaceres de la casa, tejer la ropa. Sí apoyamos con un poco de dinero para los gastos de la casa. Es cierto que conseguimos muy poco para los gastos, porque nuestro trabajo de artesanas se paga muy mal, y ese es otro gran problema que a todos nos toca resolver, no solamente a las artesanas. Los ricos de por sí pagan muy mal a sus trabajadores, porque ellos sólo buscan ganar dinero a costa del trabajo de otros. Eso lo hemos comprobado, porque nosotras laboramos todos los días, pero toda la vida carecemos de lo indispensable para la familia, por eso muchos hombres y mujeres se van a otras tierras para buscar un mejor futuro, pero muchas veces sólo encuentran más explotación y desprecio.
“Sabemos que hay muchas trabajadoras artesanas indígenas en muchas partes del país. Unas ya están más organizadas, como las compañeras zapatistas. Entonces, se hace necesario conocernos para saber cómo le están haciendo ellas, cómo nos podemos apoyar en esa lucha. Por eso nosotras estamos alegres de que al fin todos los pobres que estamos de acuerdo en luchar por la justicia nos estemos juntando.”
Otra de las experiencias clave de esta autonomía viva y en curso es la estación radiofónica Ñomandaa, que también ha sufrido amenazas y persecuciones legales de esas que la ley Televisa promete hacer peores y, si cabe, más “legales” aún. No obstante, la radio de Xochistlahuaca realiza un cotidiano servicio de información y defiende en acción la hermosa lengua de los amuzgos. Esta mañana, el subcomandante Marcos realizó un programa especial desde la cabina de transmisiones de Radio Ñomandaa, donde “la palabra del agua es clara y verdadera” y es sostenida por el Colectivo en Rebeldía Suljaa.
Coincidiendo con la salida del camión Chómpiras de la ciudad de San Cristóbal de las Casas rumbo al puerto de Veracruz cargando maíz para Cuba y las comunidades de El Batán y La Yerbabuena, el subcomandante Marcos contó otra historia de la serie de El Chómpiras, esta vez en su chusco encuentro con la muerte, teniendo a Juan Gabriel y Los Temerarios en la banda sonora, con elementos escatológicos en un ir y venir a la letrina, y puntos intermedios de los personajes de este cuento zapatista, narrado a los amuzgos en el confín del suroriental guerrerense, ya cerca de Oaxaca.
También esta mañana, el delegado Zero se dirigió a la población de Suljaa y expuso la necesidad de que los pueblos indígenas se reconstituyan y ejerzan la autonomía y la autogestión. Antes tomó la palabra Marcelino de los Santos, representante de los mixtecos de Tlacuahistlahuaca, quienes han luchado por la creación de un municipio indígena y la autonomía de 90 comunidades que se cuentan entre las más pobres del país y el continente, según el Banco Mundial. Su municipio, Rancho Nuevo de la Democracia, fue ahorcado por el anterior gobierno priísta, y hoy sostiene sus demandas ante la indolencia poselectoral del PRD que, luego de obtener el voto de los pueblos, se alía con los talamontes y mantiene el esquema represivo que electoreramente prometió desmantelar.
En la tarde, el delegado Zero llegó a la comunidad me’phaa de Santa Cruz del Rincón, una de las sedes clave de la policía comunitaria. Florentino García, comandante de dicha corporación, aseguró que ésta “ha dado paz y seguridad a nuestro pueblo”. La componen más de 600 elementos de los municipios San Luis Acatlán, Malinaltepec, Metlatónoc, Marquelia, Cochoapa El Grande, Tlapa de Comonfort, Iliatenco y Atlajamatzingo. Informó que sus destacamentos poseen 14 rutas de coordinación. “Nuestro mando superior es el pueblo. Somos del pueblo y trabajamos para él.”
Sobre la explanada de Santa Cruz del Rincón, unos 250 agentes de la policía comunitaria rindieron honores a la bandera y al himno nacionales presentando sus armas. Según sucesivos testimonios, esta corporación autonómica ha sido acusada de “guerrillera” por el Ejército, y en alguna ocasión comandantes y agentes suyos fueron encarcelados sin motivo por el gobierno estatal.
Gelacio, representante indígena, explicó al delegado Zero “por qué estos hombres están armados frente a nosotros”. No tienen ningún sueldo. “Estos hombres ofrecen su vida por defendernos.” Cuenta cómo desde 1995 una ola de asaltos, violaciones, robos de ganado y agresiones graves amenazó con destruir la armonía de estas montañas. Los bandidos contaban con la complicidad del Ministerio Público, las policías municipales y el gobierno estatal, de manera que las propias comunidades decidieron enfrentar el problema.
“Amigo chiapaneco, la vida que están sufriendo también la sufrimos nosotros. Quizá la delincuencia no ha terminado, pero desde que tenemos nuestra policía los caminos los tenemos tranquilos”. Cuenta el indígena que él perteneció a la policía comunitaria, y para eso dejó a su mujer, hijos y trabajo, pero ayudó a su pueblo, como hacen ahora los hombres formados atrás del público asistente a la reunión. Gelacio dijo: “No nos vamos a echar para atrás. No estamos haciendo nada malo”.
Catalina García abundó que la policía comunitaria “fue aprobada por el pueblo, no por el gobierno”. Estos campesinos no piden permiso para cuidarse, sólo piden respeto. Agustín Barrera explicó “los motivos para tomar las armas y poder respirar el aire libre de la Montaña”.
La Organización por la Defensa de la Cultura Madre, de Malinaltepec, llamó a “defender nuestros territorios, nuestra lengua, nuestra policía comunitaria, nuestros usos y costumbres, nuestra autonomía, nuestras formas de aplicar justicia indígena, el reconocimiento de nuestros derechos como pueblos originarios; para decirlo en palabras sencillas, organizarse y luchar por tener un lugar en este mundo”.
Las mujeres mixtecas de la Radio Comunitaria de Buenavista, “la voz al aire de La Casa de la Lluvia”, proclamaron ante Marcos y la policía comunitaria: “No estamos solos. Al lanzar nuestra voz al aire, estamos ejerciendo nuestro legítimo derecho a la comunicación”.
De eso se trató hoy todo: de la legitimidad que han ganado estos pueblos.