“Política, la puta más cara e inútil del mundo”, opina el delegado Zero

23.Abr.06    Zapatismo

Sábado 22 de abril de 2006

Las elecciones son una “burla” que pagarán los mexicanos con sus impuestos

Reitera el llamado zapatista a dar la batalla a “los de arriba” por medios pacíficos

La Jornada

Iguala, Gro. 21 de abril. “Allá arriba han convertido a la política en la puta más cara y más inútil del mundo. Con nuestros impuestos y nuestro trabajo estamos pagando las campañas electorales más caras en la historia de éste y de muchos países del mundo, y todavía vienen a decirnos que ellos, los que están allá arriba, nos van a salvar”, dijo la tarde del jueves el delegado Zero, durante el último acto de la otra campaña en Guerrero, efectuado en la plaza central de Iguala.

También se refirió a las declaraciones de algunos funcionarios gubernamentales: “El gobierno del estado y el PRD dicen que ya nos vamos de Guerrero y que ellos se quedan. Nosotros los zapatistas, en efecto, nos vamos, pero vamos a regresar a estar con ustedes. Ya no vendré solo, vendrán los compañeros comandantes y comandantas a luchar junto a ustedes por otro Guerrero y otro país. A ésos que están allá arriba los vamos a echar no sólo de Guerrero, sino de todos los estados de la República, y de la Presidencia también”.

El delegado de la Comisión Sexta del EZLN manifestó que, durante su recorrido por la entidad suriana, la otra campaña ha visto “un estado destruido, ahora bajo la jefatura del PRD con Zeferino Torreblanca. No hemos encontrado ni una sola voz en favor de su gobierno y, en cambio, sí muchas críticas, dolores e injusticias”.

Ante cerca de un millar de personas, en el lugar donde se firmó el Acta de la Independencia de México, en 1821, Marcos señaló: “Nos pasamos la vida esperando justicia, esperando que alguien va a resolver nuestros problemas. Y de allá arriba sólo recibimos desprecio y burlas, y ahora la más grande, la electoral. Cualquiera que tenga un poco de dignidad no puede menos que enojarse y rabiar con las campañas electorales, que se reducen a escoger una cara, un rostro. No hay ninguna respuesta real para nuestros problemas.

“Cada vez que nos levantamos por nuestros derechos sufrimos desaparecidos, presos y muertos. El pueblo de Guerrero siempre ha sido el ejemplo del pueblo que se levanta por los demás pueblos. Ese fue el mensaje de Lucio Cabañas Barrientos, de Genaro Vázquez Rojas; el mensaje de todos los que en Iguala y en el resto de este estado se han levantado por la justicia. Nunca un guerrerense ha peleado por sí mismo, siempre ha peleado por nuestro país.”

Pidió a la gente “que la historia que corre en las venas de los hombres y mujeres de estas tierras vuelva a voltear, no sólo al Guerrero de abajo, también a todo el México de abajo. A los indígenas, obreros, campesinos, estudiantes, maestros, ancianos, mujeres, niños y jóvenes. A todos los que estamos acá abajo y somos objeto de la burla y la humillación de los de arriba.

“Ustedes saben que los partidos políticos sólo tienen diferencia en el color y en el candidato, pero no en su forma de gobernar, ni siquiera en su forma de robar. ¿Hasta cuándo vamos a soportar la burla, el engaño y la destrucción? No mucho, no más. Este gran movimiento de la otra campaña ha encontrado en todo Guerrero y en todo el país a los hombres y mujeres que necesita. Hace cinco años venimos a pedirles que nos apoyaran en nuestra lucha, ahora venimos a pedirles que sean nuestros compañeros y compañeras, que luchemos juntos por otro Iguala, por otro Guerrero, por otro México.”

Se pronunció por que el gobierno “en sus corrupciones, en sus robos no nos encuentre solos, mirando para arriba y escuchando las mentiras que nos dicen. Que nos encuentre mirando hacia abajo, mirándonos entre nosotros, escuchándonos”, con la mano tendida hacia abajo, “ya no hacia arriba pidiendo perdón por existir en el país que es nuestro, en el que hacemos caminar las máquinas y hacemos producir el campo. Ya no más levantar para arriba la mano pidiendo permiso, ahora a levantarla con el puño para desafiarlos de una vez por todas”.

Y anunció que los participantes de la otra campaña ya tomaron la decisión: “Nos vamos a enfrentar a ellos por medios civiles y pacíficos, y al final deberá quedar uno de los dos. Ellos o nosotros. Si ellos quedan no habrá país, no habrá nada en estas tierras. Si quedamos nosotros, entonces todo volverá andar cabal, donde el que trabaja vive con dignidad y donde el que no trabaja no tiene nada”.

Una normal extraordinaria

En el trayecto de la Montaña hacia el centro de Guerrero, el delegado Zero fue saludado en las inmediaciones de Chilapa, en tres ocasiones, por distintos grupos de simpatizantes. El primer grupo, cerca del sitio llamado la “Y”, lo llevó a conocer el predio donde se construye el estadio Subcomandante Marcos, del cual ya existe al menos la cancha de futbol.

Al llegar a Tixtla, cuna de Vicente Guerrero, el más guerrillero de los generales de la Independencia, el delegado Zero hizo una escala en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, donde habría de pernoctar. Allí se encontró con una audiencia muy aguerrida, de centenares de jóvenes normalistas, en su gran mayoría indígenas. Los homenajes a la bandera nacional y las consignas de lucha revolucionaria retumbaron cargados de decisión y testosterona (pues es una escuela sólo para varones). Marcos escuchó de los alumnos un diagnóstico demoledor de las condiciones de la educación en el estado, hecha por quienes serán mentores con energía y conocimiento de causa.

Entonces, el delegado Zero manifestó: “Al llegar aquí escuchamos fuerte y grande el no a lo que quieren hacer con la educación en nuestro país. Y vemos que viene un proceso cada vez más duro y cruel en contra de la educación pública y gratuita en México. No es sólo que afecte a las universidades públicas, también, especialmente, a las escuelas normales, y de ellas, a las rurales. No tratan sólo se apagar un foco de dignidad y rebeldía, como son desde su nacimiento las normales rurales. No sólo apagar el semillero de gente y conciencia que se empieza a esparcir por el México más dolido, oprimido y olvidado en esta época”. También buscan, añadió, hacer de la educación un negocio.

En referencia a las normales rurales de El Mexe y Mactumazá, dijo: “Se trata de ir cerrando las escuelas. Recordamos bien lo que hicieron en Hidalgo y Chiapas, y lo que quieren hacer en Guerrero. Y ellos piensan allá arriba que nos pueden ofrecer olvido al administrarnos más dolor y humillación para que olvidemos las que hemos recibido antes. Nosotros no olvidamos y no perdonamos”.

“El golpe va contra todas las escuelas, de modo que desaparezcan y puedan surgir nuevas como un negocio. Allá arriba no les importa si el hijo del campesino, el indígena o el obrero no aprende o aprende mal; lo que les importa es que aprenda a producir y, sobre todo, a obedecer. No quieren una escuela que forme maestros que enseñen a decir no, que enseñen a rebelarse, a exigir los derechos. Porque lo que va a ver el egresado de la escuela normal es lo que nos pueden platicar aquí los campesinos presentes, los indígenas y campesinos que hemos visto a lo largo de Guerrero. Ser campesino es una forma de morir, cuando hasta ahora ha sido una forma de vivir.”

Añadió que los poderosos “dirigen su mira contra esta escuela normal rural y de las universidades públicas, porque en ellas empieza a sembrarse el germen de la rebeldía y la crítica. Porque a la hora que llegan a sus centros de trabajo, a sus escuelas, a enseñar a los niños a vivir en la comunidad, se dan cuenta de todas estas injusticias, y entonces es cuando nacen Genaro Vázquez Rojas, Lucio Cabañas Barrientos y tantos otros que no nombramos ahora pero que llevamos en nuestro corazón”. Esto, en referencia a los más célebres egresados de Ayotzinapa.

La escuela, rica en historia, posee un campus funcional y bien diseñado, cuyos muros ilustran y cuentan el pasado del país y de Ayotzinapa; los anhelos del presente y la conciencia social, indígena y campesina, liberadora, que se respira entre sus muros. En sus murales están presentes los rostros de Cabañas, Vázquez Rojas, el Che, Marcos, Cuauhtémoc y numerosas alegorías al campo y la resistencia.

Siendo un acto tan aguerrido en un lugar con tanta historia, los agentes del Cisen se sintieron en la obligación de conseguirse unos gafetes de “invitado de la otra campaña en Ayotzinapa”. Lograron colarse. Se veían contentos.

Marcos hizo mención de los desaparecidos, y advirtió: “Nunca vamos a levantar la bandera del olvido ni la del perdón. Hace un rato saludamos la bandera nacional. Esa es la que traemos como zapatistas. Hemos declinado nuestra bandera. Hemos puesto al servicio de esta bandera tricolor nuestra bandera, la de la estrella roja de cinco puntas sobre un fondo negro. Para nosotros lo más importante es la bandera de nuestro país”.

Dijo que en Guerrero, “precisamente el estado más represivo y sangriento, el que tiene mayores índices de miseria”, la otra campaña iba a encontrar “la digna rebeldía de los guerrerenses, y que quienes iban a levantar ese nombre haciéndolo parte de su corazón iban a ser hombres y mujeres como ustedes, principalmente jóvenes”.

Expresó que llegará el día en que los de arriba “nos van a escuchar, y ver de nuestras manos la señal de que se salgan de este país. Van a escuchar nuestra voz y van a mirar nuestros rostros y van a ver que no han muerto Genaro, Lucio, Hidalgo, Morelos, Guerrero, Villa ni Zapata. Ellos quisieron ponerlos en los libros de historia, llevarlos a los panteones, reducirlos a corridos y poemas, y resulta que aquí en Guerrero esa sangre rebelde corre en las venas de ustedes y las de mucha gente en este país”. Confió en que volverán” a levantarse y brillar las calles con la gente de abajo”, y no con el gris “que nos están imponiendo allá arriba”.

En relación con la creciente militarización de Guerrero, el subcomandante Marcos afirmó: “A nosotros no nos dan miedo los federales. Los hemos visto ser prepotentes cuando la gente está indefensa, pero los hemos visto correr también, rajarse y desertarse por cientos cuando un pueblo está organizado”.