Gualeguaychú: La asamblea y el futuro. La vida después del corsódromo

14.May.06    Análisis y Noticias

La Asamblea y el futuro

La vida después del Corsódromo

La Asamblea de Gualeguaychú estudia cómo retomar la iniciativa tras el acto presidencial. La comunidad se movilizó en escasa medida (hay quienes calculan que hubo no más de 5.000 gualeguaychenses en el Corsódromo). La invasión de gobernadores, intendentes, burócratas y gente fletada dejó cierto aroma malvinista, el discurso de Kirchner generó indiferencia, y la Asamblea Ciudadana sigue reuniéndose para evitar contaminarse de desmovilización. Horizonte de movidas en Buenos Aires y en la ruta por el “No a las pasteras”.

¿Cómo entender el paso de Néstor Kirchner por Gualeguaychú, alegando ponerse al frente de la lucha ambiental? La Asamblea Ciudadana, que el 30 de abril había movilizado entre 80.000 y 100.000 personas en la ruta (Gualeguaychú tiene 100.000 habitantes y recibió el apoyo de otras asambleas y comunidades), no convocó al acto de Kirchner en el Corsódromo, el 5 de mayo, entendiendo que no era necesario.
La invasión de esposas, gobernadores, asesores, intendentes, burócratas, asesores, sindicalistas, jefes de prensa, asesores, funcionarios, gente fletada, gente pesada (y asesores), representantes de cualquier cosa menos de lo que reclama la comunidad, simbolizó un espectáculo armado a conveniencia del habilidoso gobernador Jorge Busti (que intentaba mantener alejados a los gualeguaychenses para evitar abucheos), y de la campaña reelectoral de Kirchner. Ambos, montándose e intentando domar el reclamo de la Asamblea Ciudadana, que ni fue tenida en cuenta para el acto, y sigue pensando cómo mantenerse movilizada.

¿Cuánto es “equis tiempo”?

Alfredo De Angelis es miembro de la Asamblea Ciudadana, productor de la Federación Agraria, y transparente con respecto al optimismo que le genera el actual presidente.
-Yo le creo- dice a lavaca.
-A más de uno parece haberle causado desconfianza.
-Hay de los dos bandos. Si dijo algo, si dijo poco. Es muy importante que haya venido un presidente, gobernadores. Podemos discutir si mintió o no, yo creo que no. Pero lo que tenemos claro es que Gualeguaychú tiene una sola palabra: No a las pasteras.
-Pero eso es lo que Kirchner no dijo.
-Es cierto, pero hay que ver cómo lo interpretamos. Él dice que la lucha de Gualeguaychú es la lucha de la Nación. Y nuestra lucha es “No a las pasteras”. Entonces, no nos puede cambiar el discurso. A lo mejor genera un poquito de suspicacia, o te haga pensar si lo dijo pero no lo dijo.
-¿Puede generar desmovilización?
-Al revés, el marco es muy bueno, y si dentro de equis tiempo no pasa algo vamos a estar movilizándonos. Hay distintas ideas, un traslado a Buenos Aires, un cortecito transitorio en la ruta, pero no nos vamos a quedar quietos.
-¿Qué significa “equis” tiempo?
-Diez, quince días. Si no pasa nada la gente va a decir basta. ¿El 24 de mayo Tabaré Vázquez quiere mojarnos la oreja haciendo un acto en Fray Bentos? Bueno, algo haremos entonces. No vamos a ir a agredirlos ni mucho menos. Pero algo vamos a inventar. Y por eso vamos a seguir haciendo las asambleas en Arroyo Verde, aunque sea una a la semana, porque es nuestro símbolo de lucha, para marcar que Gualeguaychú está vivo, activo, movilizado y en asamblea.

“Una cosa pobre”

El acto resultó ajeno para la gente de Gualeguaychú. La inundación de de “transversalidad” kirchnerista abarcó a algunas madres de Plaza de Mayo, intendentes bonaerenses a los que las propias Madres han calificado como asesinos, personal a sueldo fletado por dichos intendentes y varios gobernadores, radicales prófugos, duhaldistas arrepentidos, menemistas conversos: todo en el marco del horneado de la reelección, con arengas de pretendida unidad nacional que por momentos evocaban aires malvinistas.

Gustavo Rivollier es técnico en informática y uno de los asambleístas que a veces se encarga de la coordinación de las reuniones: “El acto fue el viernes, el domingo estuvimos toda la tarde en asamblea informativa en Arroyo Verde, éramos más de 500 personas. Yo te confieso que a mí me gusta más escuchar que hablar, y lo que me llamó poderosamente la atención es que nadie habló del discurso del presidente. Yo no digo que haya sido malo. Pero fue tibio tirando a frío. Todo el mundo se quedó con esa sensación. Una cosa pobre”.
Sin embargo el gobierno agita el evento como un gran acto. Gustavo: “No. No fue eso. Si esto era el lanzamiento de una política ambiental nacional, con intendentes, gobernadores, empresarios, legisladores… bueno, habrá que reconocer que fue todo muy pobre. Para mí fue una oportunidad histórica desperdiciada, de hacer una política ambiental con criterio. Yo no te digo que instale una constitución ambiental desde Gualeguaychú, pero al menos lanzar una idea, una propuesta”.

Para Rivollier “la gente de Gualeguaychú se movilizó muy poco, casi nada. veníamos de una marcha tremenda, la del 30 de abril, pero aquí no participamos en nada. los de ceremonial nos ofrecieron usar dos tribunas para la gente de Gualeguaychú”.
Detalle: esas tribunas tienen capacidad para 1.500 personas cada una.
“Yo pensé que iba a haber mucha más gente. No fue despreciable porque la política no acarrea mucha gente que digamos, pero fue muy poco”. Debe recordarse que ese día se dictó asueto y no hubo clases, para facilitar la movilización.
Sin embargo, la propia Asamblea no convocó al acto. “Es que consideramos que si venía el presidente, no era necesario. Y no estábamos en la organización. Cuando lo hacemos nosotros pensamos en las ambulancias, servicios, todas las previsiones. Pero como acá no podíamos intervenir ni dar garantías, entonces la Asamblea quedó al margen. Pero no fue ni la tercera parte que lo del 30 de abril”.

¿Y qué representó entonces el acto? Para Rivollier, “da la sensación de que Kirchner vino a cerrar el anuncio de la presentación en La Haya, como el gran broche de oro del gobierno. Pero la verdad es que llegamos a La Haya porque lo venimos pidiendo nosotros hace tres años. Si el gobierno nos hubiera atendido desde el comienzo, ya estaríamos al borde de una resolución, y no empezando”.
Se trata de una larga historia: los funcionarios de la Cancillería del actual gobierno no sabían en qué consistía el Estatuto del Río Uruguay, que regula la convivencia y las obligaciones sobre un río compartido (lo que implica, por ejemplo, consultar al vecino para tener su aprobación antes de poner en marcha un proyecto posiblemente contaminante; justamente lo que el Uruguay no hizo).
“Pero en la Cancillería creían que el Estatuto era el marco regulatorio de la navegación deportiva” recuerda Rivollier. “En una reunión hubo que pedir un cuarto intermedio para imprimirlo y que lo leyeran”.
Aclaración: los gualeguaychenses acusan por su inactividad a funcionarios como Roberto García Moritán, por ejemplo, que fueron ascendidos por el kirchnerismo. García Moritán es el actual vicecanciller.

Volviendo al presente, y frente a la frialdad del discurso presidencial, ¿qué pasa en Gualeguaychú de ahora en más? Rivollier: “Noto preocupación por no desmovilizarse. Todos los días nos estamos llamando unos a otros, para ver qué se va a hacer, qué novedades hay. Por lo pronto, todos los martes se va a reunir la Asamblea en el teatro de Gualeguaychú o en la sala de la Cultura, y los fines de semana la idea es seguir reuniéndonos en Arroyo Verde. No queremos perder la ruta”.
Es toda una paradoja que simboliza el efecto contaminante que a veces vierten los llamados “políticos” sobre las iniciativas sociales:
 hace pocos días Gualeguaychú protagonizó la marcha más grande de la historia argentina en defensa de un tema que reúne derechos ciudadanos, recursos naturales y cuidados ambientales.
 Diez días después el temor es el de haber quedado desmovilizados, ajenos a la propia capacidad de acción.

Gualeguaychú no parece querer resignarse a semejante quietud.

¿Cuánta gente hubo en el Corsódromo?

José Alberto (o mejor dicho) “Pepo” Pouler fue uno de los responsables designados por la Asamblea para la organización de la marcha del 30 de abril, y por eso mismo fue parte del grupo designado por la Asamblea para estar en contacto con el personal de seguridad de presidencia de la Nación para el acto del 5 de mayo y con la policía local.
Gastronómico, pizzero para más precisiones, recorrió el acto de Kirchner a lo largo de todo el día, de ida y de vuelta, convirtiéndose en un testigo privilegiado de varios detalles, que permiten entender cómo se (des) informa sobre este tipo de eventos,
-¿Cuánta gente se movilizó?
-Unas 22.000 personas en total, 25.000 a lo sumo.
-¿Y cuántos eran de Gualeguaychú?
-Exagerando, 3.000. Si quieren inflar los números puede estirarse hasta 5.000, pero fueron menos.
-Pero aún la gente que reconoce que el acto fue pobre, calcula que hubo 30.000 personas y que la mitad era gente de Gualeguaychú.
-No. Están lejísimos con ese cálculo. Yo estuve todo el día ayudando a coordinar algunas cuestiones, y fue muy poquita la gente de Gualeguaychú. Lo que yo digo son números reales, después que cada uno infle lo que quiera. Pude ver cada cosa, cada lugar, y con la gente de la policía evaluamos lo mismo.
-Pero la policía anunció 45.000 personas.
-Está mal. A mi no me gusta mentir. Yo te explico. Había dos tribunas para Gualeguaychú, entran 1.500 personas en cada una. No las pudimos llenar y hubo que completarlas con la gente que mandó la provincia por miedo a que abuchearan a Busti. La calle central del Corsódromo también era para ellos: fue un manejo político para guardarse los lugares cerca del palco, y dejarnos lejos del presidente. Así que yo pude ver que hubo 3.000 personas de Gualeguaychú. Ponele hasta 4.500 pero ya me parece exagerado. Y 20.000 o 22.000 de afuera.

Un detalle es que Pouler hace toda esta evaluación calculando 6 personas por metro cuadrado cerca del palco, menor cantidad más atrás, haciendo precisas estimaciones de las tribunas, hasta llegar a sus conclusiones casi milimétricas. Y concluye: “Soy de Boca, pero si juega mal lo digo. Soy peronista pero si el peronismo hace desastres lo digo. Soy muy objetivo”. Para Pouler varios gualeguaychenses que fueron al acto al rato se volvieron a sus casas “porque había gente brava, gente política, que fue a copar el acto, empujando y peleando”.
Una interpretación: “Para mí se demostró que la Asamblea puede mover cuando quiere, pero los políticos no mueven a nadie”.

La más mínima pelota

Pepo Pouler no es de los que se sorprendió con el discurso presidencial.

-El que creía que se iba a enojar con su amigo estaba equivocado. A nivel nuestro se nota que Kirchner lo ve a Tabaré como un amigo al que hay que seguir ayudando. Lo de La Haya lo hizo porque había que descomprimir, pero no es una solución.
-¿Y cuál es la solución? Kirchner no dijo ‘No a las pasteras’, que es lo que plantea la comunidad de Gualeguaychú.
-Los tiempos de los políticos son distintos que los nuestros. A nosotros el movimiento nos pasó por encima, fue más rápido de lo esperado. Pero hace años que se viene trabajando, incluso con este presidente. Y nunca nos dio la más mínima pelota. Palmaditas, ‘me voy a encargar’, ‘es una causa nacional’. Estupideces. Lo que pasó es que el corte, y la asamblea horizontal, la ciudadanía movilizada, fue lo que potenció tremendamente a todo el movimiento. Ahora nos miran no sólo los ambientalistas sino mucha gente, pensando que es una forma de organizarse para defender los derechos.
-Si eso es cierto, una Asamblea como la de Gualeguaychú se transforma automáticamente en una amenaza para el poder político convencional.
-Claro, por eso nos han metido punteros políticos, gente que quiere creer en las promesas oficiales. Pero todos sabemos que no es así. Este es un gran grupo de ciudadanos que estamos intentando defendernos de un hecho no consumado: las pasteras. Sabemos que van a contaminar y nos pusimos en alerta. Para mí es hermoso ver cómo la gente responde. Algunos más que otros, pero todos participando. Eso el gobierno no lo puede entender. Si se cae uno de nosotros, vienen tres a reemplazarlo.
-Es raro, teniendo en cuenta que venimos de años hablando de desinterés, individualismo, resignación, y mucho no te metás.
-Es cierto. Todos estábamos en lo mismo. Pero de golpe surgió un tipo de movimiento que por el hecho de ser horizontal y apolítico, permitió que la gente se fuera incorporando. Yo me sumé en febrero del 2005. Había algunas peleas, gente que quería ser líder, pero de entrada se demostró que acá todos pueden hablar a la par. Por eso creció tanto.
Yo tuve que salir un tiempo por cuestiones laborales. Volví, no había cabecillas, y me dieron ganas de volver a trabajar, y de invitar a mucha gente que también se sumó.
-¿La asamblea es apolítica? ¿O es política, pero apartidista?
-Sí, es apartidista. Hacemos política en el buen sentido, más que mucha gente paga que siempre se candidatea y nunca hace nada. somos como una punta de lanza de una gran lucha contra el capital, entendido de un modo amplio. Hemos reactivado a asambleas y organizaciones que estaban caídas, y tenemos que seguir trabajando para que hasta los porteños entiendan que toda esta mugre también les va a llegar a ellos.

La movida de los DJ

Para Pepo uno de los ejemplos que muestra la fuerza de la Asamblea se observó en el acto del 30 de abril. “Una marcha de esas características, con unas 100.000 personas, contando todo lo que hay que mover, afiches, logística, publicidad, el sonido y demás, cualquiera te dice que implica unos 100.000 pesos. ¿Sabés cuánto nos costó a nosotros? No llegamos a 5.000. Lo más caro fueron los chalecos, mil y pico de pesos”. (Uno de esos chalecos anaranjados que dice No a las papeleras se lo alcanzaron a Kirchner quien se lo puso hasta que su esposa le advirtió cuál era la leyenda, para que volviera a quitárselo, según se desprende de los gestos en el palco).
¿Cómo se logró bajar la cifra de tal modo? “La persona encargada del tema convocó a todos los que están en la cuestión del sonido. Entonces se sumaron todos los DJ y sonidistas de Gualeguaychú terminaron de trabajar a las 5 o 6 de la mañana, cargaron los bafles calientes, digamos, en los camiones y trajeron todo a la ruta. Se fue instalando, para que estuvieras primero o estuvieras último, se escuchara exactamente igual. Nadie tenía necesidad entonces de estar adelante. Pensá que los DJ compiten entre ellos, pero acá organizaron todo juntos, se prestaron las cosas, no durmieron, se pasaron el día, y a la noche se fueron de nuevo a los bailes y fiestas para seguir trabajando. Una FM hizo un radioenlace y todo lo que pasaba se podía escuchar por Internet en tiempo real en cualquier lugar del mundo. Por eso pagamos 50 pesos de Internet. Otros 700 pesos por trasladar unos equipos desde Larroque, y el combustible lo puso el municipio”.

Rumbo al gran mercado

Pouler –como Rivollier y De Angelis- fue de los que aprobó levantar el corte de ruta el 1º de Mayo, en una votación muy reñida. La razón de Pouler: “Cuando uno es fuerte, hay que saber dar un paso al costado, para tener más fuerza al volver”. Cree que el corte se había convertido en la única herramienta de la Asamblea. “En cambio ahora es una herramienta más. Una de las tantas cosas que podemos hacer”.
Hasta ahora la Asamblea ha obtenido logros densos: difundir globalmente la situación, poner patas arriba al Mercosur, incluir a la Corte Internacional de La Haya, involucrar a los gobiernos de la región y también a los de España y Finlandia en el problema, movilizar a la Iglesia (en realidad es lo que ha intentado el gobierno argentino) a las ONG internacionales, y se vienen las componendas en el marco de las Naciones Unidas. Además lo ha hecho tomando medidas riesgosas, decididas en asambleas horizontales, con participación masiva y convalidadas por la comunidad.
Pero sin embargo queda un dilema pendiente: ¿qué se puede pensar de aquí en más? ¿Las pasteras comenzarán a trabajar, toda esta acción no va a tener resultado?
Pouler: “Para mí es muy bueno ver a la gente organizándose, haciendo cosas. Tal vez las pasteras se coloquen. Mi idea es que eso no va a ocurrir. Pero mientras tanto todo lo que se consigue es muy positivo. Hay contagio en otros lugares y eso te da ánimo para seguir”.
Uno de los temas que la Asamblea está considerando, comenta Pepo, es que “hay que ir por el gran mercado”. El gran mercado es Buenos Aires. “Sabemos que es difícil, que tenemos apoyos, mucha contra, pero estamos armando grupos de trabajo para ir aprendiendo las cuestiones técnicas, para poder presentar nuestras ideas y propuestas, dar charlas, explicar lo que pensamos, y que nuestras acciones se vean. Y tampoco nos vamos a quedar quietos en la ruta” dice Pepo, que tiene una teoría amasada en la experiencia de estos años de asambleas, debates, acciones y movilizaciones de todo tipo:
“Lo nuestro no es el ideal. Pero de acuerdo a los políticos que tenemos, es lo mejor que nos puede ocurrir”.

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