Entrevista a ETA

15.May.06    Análisis y Noticias

Entrevista a ETA: “No es posible garantizar una situación de paz en Euskal Herria sin desactivar a esa policía autonómica de España como fuerza represiva”

GARA

En una entrevista concedida en exclusiva a Gara, ETA asegura que «ha llegado el momento de materializar los compromisos en el proceso democrático», e insta a poner en marcha ya ese proceso.
– ¿Por qué ahora? ¿Qué diferencia esta decisión de otras anteriores?

No es suficiente con analizar detenidamente la actual situación política, es preciso decir que nos encontramos ante los resultados y la cosecha de la lucha y la evolución de estos últimos años. En primer lugar, queremos resaltar la aportación de la izquierda abertzale, porque ha sido la lucha por la construcción y la defensa de Euskal Herria lo que ha permitido abrir la situación actual; eso nos ha traído a este escenario. Asimismo, ha permitido extender entre la gente nuevas conciencias, y ahora vemos cómo conceptos y principios políticos que durante años la izquierda abertzale se ha visto obligada a defender en solitario son asumidos hoy por muchos agentes y partidos. Ha sido la lucha de la izquierda abertzale la que ha provocado que la posición de agentes y estados se mueva, y eso ha posibilitado que hoy se abran nuevas oportunidades.

- ¿Cuáles son hoy las razones políticas para dar inicio a un proceso y para que ETA haya adoptado el alto el fuego permanente?

Por una parte, deberíamos subrayar que Euskal Herria, en su conjunto, es hoy una realidad cada vez más aceptada, y ello ha abierto el camino, de un modo más consistente que nunca, al reconocimiento político de Euskal Herria como nación y pueblo. Para nosotros, existe además otra razón fundamental, que la idea de que son los ciudadanos vascos quienes deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro es cada vez más aceptada. Porque ésa es la esencia que llevará a superar el conflicto.

Además, gracias a la capacidad de resistencia de la izquierda abertzale, la fantasía de la salida policial ha quedado al descubierto, y ello ha reforzado la necesidad de dar una solución política y negociada al conflicto.

Desde que la izquierda abertzale hiciera pública su alternativa para una solución democrática, está asumido por los ciudadanos y los principales agentes el doble esquema que deberá desarrollarse: por una parte, el proceso político para decidir el futuro de Euskal Herria; y, por otra, lo que deberá ser acordado entre ETA y los estados. Y, finalmente, esos conceptos y deseos extendidos entre los ciudadanos han contribuido, de algún modo, a que los agentes y los partidos se muevan en esa misma dirección. Obviamente, a esas razones sumamos que la decisión y el paso de ETA no se ha dado en el vacío; en nuestra decisión también han tenido que ver la voluntad y los compromisos expresados directamente por diferentes agentes en estos últimos meses.

- ¿En esos contactos que han mantenido con los agentes ha quedado tan patente esa voluntad? ¿Qué objetivos buscaba ETA en esos contactos?

ETA mantiene regularmente contactos con los agentes de Euskal Herria; especialmente, para nosotros son un ámbito de relaciones prioritario las fuerzas que consideramos favorables a Euskal Herria, y en los últimos meses también hemos llevado a cabo esos contactos. El principal objetivo de los contactos que hemos mantenido en estos últimos meses ha sido el de conocer de primera mano la disposición de esos agentes para desarrollar un proceso democrático, así como los pasos que estuvieran dispuestos a dar y los compromisos que estuvieran dispuestos a asumir, y conocer directamente esas decisiones.

- ¿Está la situación política donde ETA quería que estuviera?

Al reflexionar sobre la situación política es preciso apuntar, de forma especial, que Euskal Herria se encuentra en un momento de cambios políticos; por ello, para nosotros es importante subrayar por qué se encuentra en ese momento de cambio, y destacar los elementos que lo caracterizan. Antes que nada, subrayando que nos hallamos ante un cambio provocado por la lucha de la izquierda abertzale, y si el resto de agentes y partidos se han movido en esa dirección ha sido gracias a la presión y la lucha ejercida por la izquierda abertzale.

Si algo es obvio es lo inevitable del cambio político, y ello es así porque el agotamiento de los marcos que dividen y niegan a Euskal Herria es más evidente que nunca. Y trae con ello el fracaso de quienes impusieron la reforma política de España hace 30 años. Por una parte, porque ha quedado demostrada la incapacidad de esos marcos para construir Euskal Herria; esa maraña jurídico política la construyeron para secuestrar la libertad de Euskal Herria, y con la lucha de estos años hemos demostrado que esos marcos no valen para liberar Euskal Herria, no valen para construir nuestro pueblo.

Es evidente, además, que esos marcos no sirven para resolver el conflicto y darle una salida democrática. Y no han valido, tampoco, para devorar a la izquierda abertzale y acabar con la lucha de liberación. Y eso ha llevado a una consecuencia clara, que Euskal Herria no tiene futuro como pueblo bajo España y Francia y que el conflicto no puede solucionarse bajo esa situación. Por lo tanto, es necesario el cambio político de los marcos impuestos a Euskal Herria, y ese cambio debemos hacerlo entre todos, debemos poner en marcha el proceso democrático que plasmará ese cambio.

- ¿Quién debe hacer o impulsar ese cambio? ¿En qué momento nos encontramos?

Hoy estamos en el punto de andar el camino que lleva del marco de imposición al marco democrático, y lo que nosotros decimos a todos los agentes es que, habiendo llegado a este punto, hoy no podemos cometer los mismos errores cometidos hace 30 años. Quienes afirman que entonces hicieron la «transición democrática», quienes conformaron el bloque de la reforma, han fracasado en sus principales objetivos. Hemos podido comprobar el alcance del fraude perpetrado entonces y todas sus consecuencias. Y ahora ha llegado el momento de hacer un verdadero camino democrático; la posibilidad de superar el conflicto llegará a través de andar el camino que lleva del marco de negación y partición a la situación de reconocimiento de Euskal Herria. Esa es la base del actual momento político.

- Desde la declaración de alto el fuego, sin embargo, e incluso con anterioridad, hay quien ha sostenido que se trata de una iniciativa surgida desde la debilidad, y también ha sido apuntada la situación creada desde los atentados del 11 de Marzo… ¿Cómo han recibido esas declaraciones?

Desde hace tiempo venimos manifestando que quien realiza una lectura en clave de debilidad de las iniciativas de ETA y de las propuestas impulsadas por la izquierda abertzale, en primer lugar se equivoca al realizar el diagnóstico correcto de la situación y, lo que es peor, si se imponen cálculos políticos basados en esa reflexión al final se fracasará en la dirección que debe imprimirse al proceso. Si en lugar de procesos para superar el conflicto se diseñan estrategias para arrinconar a la izquierda abertzale en base a ese cálculo malicioso, la historia nos enseña que son estrategias condenadas al fracaso. Muchos realizaron idéntica lectural en el proceso del 98, muchos seudointelectuales, periodistas y políticos profesionales impulsaron esa tesis, y todos conocemos las consecuencias resultantes de su imposición. Reiterar e insistir en esa mentira son, en nuestra opinión, intentos de alimentar estrategias ya fracasadas.

- A menudo se ha mencionado, casi se ha dado por supuesto desde el primer momento, que la declaración de ETA ha llegado tras contactos y negociaciones con el Estado español. De hecho, hace un año ETA anunció que estaba inmerso en un intento de abrir un proceso de negociación con el Gobierno español. ¿Qué desarrollo ha tenido ese intento?

Al hacerlo público hace un año, ETA no hizo sino confirmar una actitud que siempre hemos mantenido, es decir, expresar nuestra voluntad de superar el conflicto por medio de la negociación, al tiempo que manteníamos nuestra lucha y nuestra determinación para superar el conflicto entre Euskal Herrria, España y Francia a través de una negociación y un acuerdo. Y este último año, por supuesto, ETA ha seguido dando pasos en esa misma dirección, en ese intento de abrir y desarrollar un proceso de negociación.

- ¿Qué contactos y negociaciones ha habido?

Para nosotros la discreción es un elemento básico e indispensable en un proceso de negociación, y por lo tanto ésa es siempre la actitud que ETA ha mantenido y mantendrá, y solicitamos idéntica responsabilidad a los agentes y partidos.

- ¿Tienen alguna credibilidad las filtraciones que han visto últimamente la luz?

Quisiéramos denunciar esos rumores y filtraciones que han salido en las últimas semanas en los medios sobre procesos de negociación y contactos que haya podido haber o no, principalmente porque son filtraciones realizadas para alimentar intereses partidistas concretos y de medios, con el objetivo de dañar al proceso y originar confusión.

- ¿Han abierto vías o espacios de contacto con el Gobierno francés?

Quisiéramos confirmar de nuevo la información transmitida hace varios meses: ETA envió una carta al primer ministro francés, el señor De Villepin. En aquella carta, mostrábamos nuestra voluntad para superar el conflicto entre Euskal Herria y Francia a través de la negociación, como primer paso para abrir una vía de negociación, que debería plasmarse en un proceso de negociación sobre las formas de superar el conflicto.

- ¿Recibieron respuesta a esa carta?

No hemos recibido respuesta oficial de ningún tipo. Es más, confirmando su actitud más negativa, la carta fue filtrada a la prensa, incluso modificando y manipulando su contenido. El Gobierno francés debe mostrar otra madurez y seriedad para poder abrir un proceso que contribuya a dar salida al conflicto. Es necesario exigirle que abandone su cerrazón, y que muestre voluntad para dar una respuesta positiva.

- ¿Cómo han valorado, en términos generales, las reacciones a su iniciativa?

Nos gustaría destacar que la iniciativa de ETA ha sido colocada en una perspectiva de proceso, es decir, como una iniciativa ligada a otros movimientos y no como un paso aislado.

Al mismo tiempo, la mayoría de los agentes han respondido con discursos escritos de antemano, con una respuesta formulada en base a sus propios intereses, con el objetivo de fijar su posición en el proceso.

- ¿Cómo valoran la respuesta y la actitud del PSOE?

El PSOE está tratando de alejar el centro y la dirección del proceso de Euskal Herrria, para que todas las miradas se orienten hacia los movimientos que debe hacer Moncloa. Esa estrategia oculta un objetivo concreto, desviar los pasos que deben dar los partidos sucursalistas del PSOE y bloquear los pasos y responsabilidades que deben darse y asumirse para impulsar el proceso político en Euskal Herria. Vemos cómo los representantes de PSE y PSN han dado todo el protagonismo a Zapatero y cómo están bailando a su son.

Por otra parte, siguen manteniendo sin cesar la actitud de imponer condiciones a la izquierda abertzale, en lugar de mirar hacia sus propias responsabilidades. Nos parece que es una actitud de chantaje y presión hacia la izquierda abertzale. El PSOE debe ser consciente de que la oportunidad para superar el conflicto vendrá del desarrollo del proceso democrático en Euskal Herria. Ahí deben situarse todas las bases.

El PSE y el PSN siguen a la sombra de la política marcada desde La Moncloa, y aún no han respondido a su compromiso de cara a desarrollar el proceso de Euskal Herria, y deberán hacerlo más temprano que tarde para que el mismo pueda desarrollarse realmente.

- ¿Qué opina ETA de la reacción y actitud del PNV?

Ibarretxe realizó de inmediato un intento especial por apropiarse de la iniciativa, pero para nosotros es importante mirar hacia atrás, observar de dónde viene esa actitud de Ibarretxe.

Con la publicación del Plan Ibarretxe, el PNV quiso tomar la iniciativa, a la medida de sus intereses, claro está. Con esa iniciativa colocaron su propósito en la renovación del Estatuto de La Moncloa y buscaron arrinconar a la izquierda abertzale. Pero cuando ésta renueva su propuesta de resolución del conflicto en noviembre de 2004 y, junto con otras iniciativas, recupera su iniciativa política, cuando comienza a perfilarse una nueva situación, el principal proyecto del PNV comenzó a hacer crac, y llegó la cuesta abajo del Plan Ibarretxe; eso se comprobó especialmente en las elecciones vascongadas del año 2005.

El PNV perdió la iniciativa que tuvo en el periodo 2001-2004 y dio un salto evidente: dejó a un lado el Plan Ibarretxe e intentó recolocar su proyecto situándose tras la iniciativa marcada por la izquierda abertzale y saltando del Plan Ibarretxe al discurso de la mesa por la resolución. Era un intento por recuperar la iniciativa y ganar protagonismo en el proceso que se estaba abriendo. Y el PNV sigue en esa dinámica, con el mismo propósito.

Nosotros entendemos que el PNV tenga, y se haga, su sitio en el proceso, así tiene que ser, porque debe presentar su aportación, y además es un agente de gran referencia. Lo que debiéramos aclarar es cuál será el sentido y la dirección de esa aportación. Si el objetivo de esa aportación es construir un proceso democrático entre todos y dar una respuesta real a las causas del conflicto, es decir, no repetir los errores cometidos hace 30 años, será bienvenida. En cambio, si lo que persiguen es, adecuándolo a la situación actual, repetir el mismo objetivo que buscaban con el Plan Ibarretxe, lo que decimos es que caminan en la dirección equivocada.

- ¿Qué busca en su opinión, entonces?

Vemos dos objetivos en los movimientos realizados por el PNV estas últimas semanas: quiere ser el árbitro del proceso, y busca un proceso adecuado a sus objetivos e intereses. Pero el PNV no puede ser el árbitro del conflicto, porque es parte del mismo. En cualquier caso, lo más preocupante es que todavía no ha definido cuál será su comportamiento ante el proceso; sigue sin salir del remolino de su ambigüedad histórica. A nosotros nos genera varias preguntas, que el PNV debería responder: por qué no estuvo en la manifestación del 1 de abril, por qué ataca Imaz tan violentamente a la izquierda abertzale, por qué tantos viajes a Madrid, por qué tanto pacto económico con las autoridades de La Moncloa, por qué tanta oferta de colaboración al Gobierno de España…

- ¿Qué quiere decir ETA cuando dice alto el fuego permanente?

Expresa la solidez de la decisión de ETA, el alcance del compromiso de ETA y nuestra voluntad de llevarlo a término. Eso irá en función del desarrollo del proceso.

- Sin embargo, hay quien les reitera que debe ser irreversible.

Nos parece algo sin sentido. En este momento, en un momento en el que ETA adopta una decisión de semejante calado, cuando ha anunciado un cese de las acciones armadas para impulsar el proceso, pretender situar la responsabilidad en ETA y buscar abrir debates en base a ello, nos parece una gran irresponsabilidad, y eso da idea del escaso nivel de los responsables políticos que actúan en Euskal Herria, un nivel ciertamente escaso.

Ahora bien, si con eso quieren expresar que su compromiso con el proceso es definitivo y que su voluntad para superar el conflicto es irreversible, van por el buen camino. En cambio, si buscan situar otra vez la clave en convertir en irreversibles las decisiones de ETA sin desarrollar ningún proceso democrático, tenemos que decirles claramente que están totalmente equivocados.

ETA ya ha realizado su principal aportación al impulso del proceso. Pero lo ha hecho tanto con esta decisión como con la trayectoria recorrida hasta ahora. Y seguiremos haciéndolo en adelante. Ahora corresponde a esos agentes concretar sus compromisos.

- Madrid y Lakua (en especial el PNV) han exigido que el alto el fuego sea universal. ¿Es así?

A esos dirigentes y partidos, a quienes repiten esa cantinela, les decimos que conocen los parámetros de la decisión de ETA, y también su solidez, y ETA ha manifestado claramento cuáles son sus compromisos. El resto nos parecen discursos realizados de cara a la galería, para justificar la actuación de cada cual y confundir a los ciudadanos. Lo peor es que esos discursos se utilizan a veces para bloquear los pasos que deben darse en el proceso, con el objetivo de condicionar y desfigurar la naturaleza del mismo.

- Desde que anunciaron el alto el fuego se han registrado dos ataques que han sido relacionados con la kale borroka, en Barañain y en Getxo. ¿Qué tienen que decir sobre esos dos ataques?

Nosotros no hacemos lecturas de sucesos concretos, y mucho menos del alboroto creado en función de los intereses de medios y partidos. Hacemos valoraciones más generales, por ejemplo sobre la lucha popular y la respuesta del pueblo.

- ¿Y cuál es esa valoración?

Mientras persistan los ataques de las fuerzas armadas, si siguen los seguimientos y los secuestros de ciudadanos, si los ciudadanos son torturados en los cuarteles, si continúa la violación de los derechos de los presos, si el estado de excepción no tiene fin, creemos claramente que los ciudadanos vascos deben responder, movilizarse y utilizar los modos que tienen a mano. Creemos que esos ataques son la manifestación del enfado y de la respuesta popular. Lo que nos parece que hay que denunciar es que esos partidos, ante hechos de esta naturaleza, pretendan de nuevo situar la responsabilidad del enfrentamiento sobre la izquierda abertzale. Nos parece un enorme ejercicio de hipocresía, precisamente porque son esos partidos quienes cuando secuestran y torturan a ciudadanos vascos miran hacia otro lado o, aún más, quienes azuzan a las fuerzas policiales para que cometan esos ataques, con el objetivo de golpear a la izquierda abertzale.

- ¿Pero tiene ETA alguna responsabilidad en esos ataques?

ETA nunca ha tenido, y tampoco tiene ahora, ninguna responsabilidad ni paternidad sobre esos ataques; pero que nadie pida a ETA que ejerza labores de bombero ante la respuesta de los ciudadanos. Con lo que deben acabar es con los ataques de los estados y de las fuerzas armadas.

- Por otra parte, han dado mucho de qué hablar las cartas que supuestamente ustedes han enviado a empresarios solicitándoles dinero. ¿Las han enviado?

En primer lugar, querríamos denunciar la intoxicación por parte de las fuerzas policiales, y al mismo tiempo el interés de algunos por crear debates basados en esas intoxicaciones y provocar confusión en el debate político.

Es preciso aclarar que la lucha de liberación de Euskal Herria siempre ha originado diferentes tipos de necesidades, y entre estas hay necesidades económicas para hacer frente de algún modo a la lucha, y hoy la lucha de liberación continúa originando esas necesidades, incluidas las económicas. En esa evolución, el ofrecimiento que han hecho los ciudadanos ha sido muy amplio, la aportación realizada en la lucha por Euskal Herria ha sido muy grande, y también la aportación económica. Lo entendemos como una ayuda de personas comprometidas. ETA garantiza que ese dinero será utilizado a favor de la libertad y construcción de Euskal Herria. En ese sentido situamos las peticiones monetarias que realiza ETA.

Nos parece un ejercicio enorme de hipocresía que quienes se escandalizan por las peticiones de dinero realizadas por ETA sean precisamente algunos partidos políticos que se enriquecen gracias a la corrupción y a negocios ocultos; o quienes roban miles de milllones a la izquierda abertzale por medio de fianzas, o quienes secuestran miles de millones en multas a ciudadanos que se movilizan; o algunos empresarios que se enriquecen por medio de la explotación, o quienes pagan miles de millones a España en impuestos pero no están dispuestos a dar nada a favor de Euskal Herria.

- Hay quien, como Ibarretxe, dice que es el último tren…

El discurso no es nuevo, llevamos 30 años escuchando cosas como ésa. Se utiliza para amenazar a la izquierda abertzale, una amenaza en torno a la situación que puede llegar en el futuro. Al igual que a Ibarretxe, a quienes esgrimen el concepto del último tren hay que decirles que la izquierda abertzale lleva muchas décadas en el mismo tren, subidos al tren de la lucha por los derechos de Euskal Herria, y que tenemos la absoluta determinación de continuar en esa lucha hasta lograr la libertad de nuestro pueblo, por encima de todas las dificultades y amenazas. Por supuesto, estamos dispuestos a compartir ese viaje con otros muchos agentes, y eso lo sabe el PNV. Lo que nos parece grave es que, cuando lo que está en juego es dar una salida democrática a un conflicto de muchos años, se utilice esa situación para renovar estrategias de amenazas contra la izquierda abertzale.

- Relacionado con todo esto, el Gobierno español ha declarado que antes de hacer nada debe verificar el alto el fuego, y que cuenta con instrumentos y vías para hacerlo.

Con el alto el fuego ETA ha realizado su aportación fundamental al proceso, y ha mostrado claramente la firmeza y el alcance de su compromiso y de su voluntad. Ahora corresponde a las autoridades de Moncloa tomar y cumplir sus compromisos para dar una salida negociada al conflicto. Y uno de ellos es, desde hoy mismo, desterrar los comportamientos represivos, mostrar voluntad y dar pasos.

- También Josu Jon Imaz ha expresado claramente que la verificación es su prioridad.

Algunos partidos están poniendo sin cesar condiciones a otros. El PNV, sobre todo, debe aclarar y verificar su propio comportamiento, debe aclarar por qué secuestró a dos ciudadanos a las pocas horas de entrar en vigor la iniciativa de ETA; o por qué sigue utilizando aún ahora a la policía autonómica para arremeter contra los ciudadanos vascos; o por qué continúa utilizando a la Ertzaintza como su brazo armado. Por qué sigue utilizando el PNV a la policía autonómica de España al servicio de sus decisiones políticas, dentro de su estrategia político-militar. Esto es lo que el PNV debe explicar, porque tenemos claro que no es posible garantizar una situación de paz en Euskal Herria sin desactivar a esa policía autonómica de España como fuerza represiva.

- ¿ETA también está llevando a cabo algún tipo de verificación?

Lo que nosotros tenemos claro es que son los ataques de los estados los que deben acabar, y quienes deben hacerlo son los responsables de sus aparatos, es decir, las autoridades de España y Francia. La respuesta de ETA estará en función del proceder de los estados español y francés.

- ¿Hay prisa por negociar?

Cuando se mencionan la prisa y otros factores similares, lo que nosotros creemos es que es necesario dar pasos continuamente para alimentar el proceso, mejor hoy que mañana; lo más importante es alimentar sin cesar el proceso, y para ello deben darse pasos concretos, sin dar opción a que haya parones en el mismo, sin dejar que pueda pudrirse finalmente.

No entendemos por qué algunos partidos manifiestan intención de retrasar los pasos a dar en ese proceso; consideramos que subyacen intereses partidistas tras esa intención, o el propósito y la estrategia de desgastar la posición de los otros. Es el momento para que, en el marco del proceso para superar el conflicto, se materialice en hechos concretos la voluntad mostrada hasta ahora; ahora es el momento para alimentar ese proceso con pasos concretos y prácticos. ¿Por qué dejar para mañana los compromisos y los pasos que se pueden adoptar y dar hoy?

- ¿Cómo valora ETA algunos hechos que han acaecido desde el 22 de marzo: detenciones, controles policiales, las ilegalizaciones que continúan…?

El proceso necesita algunas condiciones democráticas básicas para que pueda desarrollarse. Para que esas condiciones puedan ser garantizadas es imprescindible detener la ofensiva de los estados, desterrar las actitudes represivas. Está en manos de los gobiernos de España y Francia dar los pasos necesarios para ello. Es más, algunos ataques que se han producido los entendemos como un ataque dirigido directamente contra el proceso, y en último término como ataques dirigidos contra el desarrollo de un proceso democrático. Entre otras cosas, porque son secuestros y obstáculos dirigidos directamente contra representantes designados por la izquierda abertzale para desarrollar el proceso democrático. Debemos manifestar con rotundidad que los ataques que se están produciendo son incompatibles con un proceso de resolución del conflicto y con el desarrollo de un proceso democrático. Tenemos que decir claramente que si los ataques de los aparatos de los estados prosiguen será imposible seguir adelante en el proceso.

- En su iniciativa, ETA emplazó directamente a Madrid y a París a que declaren que aceptarán los resultados del debate democrático que deberá tener lugar en Euskal Herria, pero todavía no hay noticias en ese sentido. ¿Esperan que esa declaración tenga lugar? ¿En qué términos deberían pronunciarse?

Lo que los gobiernos de España y Francia deben manifestar es una actitud clara de dar una salida al conflicto por la vía de la negociación, una postura clara de llevar a término un proceso de esas características. Por otra parte, deben abandonar sus comportamientos represivos, deben garantizar las condiciones básicas que permitirán el desarrollo del proceso democrático, y eso exige respetar los derechos civiles y políticos de la izquierda abertzale, acabar con los secuestros de ciudadanos vascos y con la persecución por parte de las fuerzas policiales. España y Francia deben tomar y cumplir sus compromisos de «tregua» para que el proceso pueda desarrollarse.

Pero las autoridades de España y Francia deben responder a una respuesta clave: ¿están dispuestos a respetar lo que decidan los ciudadanos vascos sobre su futuro? Deben proclamar su voluntad de retirar todos los límites que se imponen al deseo y a la decisión de Euskal Herria.

- El Gobierno español ha manifestado que no pagará precio político alguno, y también el PP presiona en esa dirección. ¿Pide ETA algún precio político?

Lo que les pide ETA es que pongan fin a todas las actuales imposiciones antidemocráticas. Dicho más claramente, que pasen de ser estados que causan represión y partición a ser estados que respetarán los derechos de Euskal Herria en un contexto democrático.

Precio, y muy alto, es lo que los ciudadanos vascos hemos tenido que pagar durante largos años, debido a la represión, debido a la vulneración de todos nuestros derechos, con la opresión de nuestra identidad, con la vulneración de los derechos lingüísticos. Para superar ese estado de opresión y reconocer esos derechos hay que hacer el proceso.

- ¿De qué hablará ETA con los estados?

Para nosotros, la clave principal y la base imprescindible se encuentra en el proceso democrático que debe desarrollarse en Euskal Herria, y ahí hay que lograr el acuerdo principal para superar el conflicto, es decir, entre los agentes vascos. De su desarrollo vendrá la nueva situación que posibilite solucionar el conflicto. A Francia y España les corresponde respetar los resultados de ese proceso democrático.

De este modo, la negociación que ETA debe llevar a cabo con los estados estará construida sobre esas bases. La esencia de la negociación entre ETA y los estados proviene de ese punto de partida y, en último término, el principal eje de la negociación se centrará en garantizar que los estados levantan las restricciones que hoy imponen a Euskal Herria. Además, los estados deberán ofrecer garantías de que ese proceso democrático se desarrolla sin injerencias y sin su intromisión, deberán adoptar compromisos para desterrar las actuaciones represivas.

Sobre esas bases se abriría la situación para hablar y negociar sobre las consecuencias del conflicto, es decir, el momento para hablar de presos y desmilitarización. Pero el punto de partida es el otro desde nuestro punto de vista. Ese es el sentido que damos al ámbito de negociación de ETA.

- ¿La cuestión de los presos es, como sostienen algunos, «técnica»? ¿Cómo ubican en el proceso la situación que padecen los presos y sus derechos?

Los presos políticos tienen derecho a tomar parte directamente en el proceso y hay necedidad de ello. Tienen que hacer su aportación activa al proceso. Para nosotros no es una cuestión técnica, es más, no es, sin más, una cuestión que ataña a ETA. Los presos son militantes políticos, militantes políticos que están en prisión por luchar por Euskal Herria y, por lo tanto, respondiendo a la razón que les ha llevado a la cárcel se dará respuesta asimismo a la cuestión de los presos políticos. Y eso, en un proceso de resolución de conflicto tiene un nombre: amnistía y excarcelación de presos. Poner en libertad a los presos es condición democrática imprescindible en el proceso de resolución del conflicto. Los militantes que están secuestrados son presos que el pueblo considera suyos y es la propia Euskal Herria la que proclama que en un proceso de resolución del conflicto los presos deben estar en la calle. Por lo tanto, lo que decimos es que los ciudadanos vascos deben seguir luchando por la amnistía.

Junto con todo ello, creemos que, desde hoy mismo, los gobiernos de Francia y España deben dar pasos hacia el respeto de los derechos de los presos, especialmente para reconocer su estatus político y respetar los derechos básicos de los presos, sobre todo en el sentido de poner fin a la situación de excepción que se le impone al Colectivo, entre otras cuestiones acabando con la dispersión exterminadora.

- ¿Si se produjera un acercamiento de presos debería ser interpretado como un gesto?

No es cuestión de gestos. La cuestión es que si una de las claves principales del proceso debe ser la amnistía, que tiene que plasmarse en una fase de desarrollo del proceso, desde hoy mismo debe acabar la situación de opresión que padecen los presos, una situación que debía haber acabado ya.

Si dieran ese paso lo único que estarían haciendo sería desactivar una pieza de la situación de excepción impuesta al Colectivo. Darían un paso básico hacia el respeto de los derechos de los presos.

- Si un carril va bien pero el otro no, o si un carril va bien pero los gobiernos dicen que no, ¿qué hará ETA?

ETA ha adoptado su decisión para impulsar el proceso democrático, y en adelante también seguirá tomando sus decisiones en función del desarrollo del proceso, y ese desarrollo es lo que analizaremos; tomaremos en cuenta todos los factores para proceder a esa reflexión, tomando en consideración y valorando todas las piezas del proceso en su conjunto.

- ¿Qué pide ETA exactamente al Estado español? ¿Qué esperan de Madrid?

Hoy podemos decir que, de algún modo, existe una demostración de voluntad para solucionar el conflicto a través de la negociación; eso es lo que se ha mostrado hasta ahora. Pero nosotros miramos siempre más a los hechos que a las palabras, y lo que toca ahora es plasmar en hechos concretos esa voluntad, con compromisos concretos por parte del Gobierno español; y ahora estamos en ese momento.

Para nosotros, ese compromiso debe tener dos bases principales: por una parte respetar lo que los ciudadanos vascos decidan, y por otra detener los ataques contra Euskal Herria.

De todas formas, en nuestra opinión es importante contextualizar lo que subyace tras esa demostración de voluntad y lo que subyace tras las oportunidades abiertas para desarrollar un proceso de negociación. Por una parte, ubicamos ahí la vieja crisis de la estructuración de España; es decir, el marco de las autonomías organizado como cárcel para los pueblos tras el franquismo ha fracasado, y en ese fracaso ha tenido directamente que ver la lucha por los derechos de Euskal Herria, y más concretamente la lucha de ETA. En ese sentido, el Gobierno español sabe hoy que el Estado español no tendrá estabilidad mientras no dé solución al conflicto que vive con Euskal Herria. Es más, ése es el único modo de estabilizar cualquier reforma o cambio que el Estado español realice de cara al futuro, dar solución al conflicto que vive con Euskal Herria.
El Gobierno español sabe que esa solución sólo puede ser negociada; es decir, que la negociación es el único modo de solucionar el conflicto. Porque la trayectoria de estas décadas y el fracaso de todos los intentos represivos les lleva a esa conclusión. Y añadimos que el Gobierno español sabe que en esa negociación y en ese proceso para resolver el conflicto tendrá que dar una respuesta directa a los derechos de Euskal Herria.

- ¿Que influencia puede tener un eventual cambio de Gobierno en el Estado español?

Esté un partido u otro en el Gobierno, lo que al fin cuenta es que es el Estado español quien debe reconocer, respetar y aceptar los derechos de Euskal Herria. En último término, si se consigue una solución democrática, y si se supera el conflicto entre Euskal Herria y el Estado español, será necesaria la implicación del Estado. Por Por ello, a la solución hay que darle perspectiva de proceso.

- ¿Cómo valoran la actitud de Zapatero en el proceso catalán?

Para que lo que se haga en Euskal Herria sea un proceso de superación del conflicto, ese proceso debe tener como resultado el respeto a los derechos de Euskal Herria, dar cauce a todas las opciones políticas para Euskal Herria. Pero pretender concluir una mera reforma de los estatutos con movimientos o pactos por una sola parte, pretender imponer a Euskal Herria un segundo ciclo autonómico, además de ser un fraude, no haría sino alimentar el conflicto.

- ¿Qué es, para ETA, lo que se ha dado en llamar «proceso»? Se habla de paz, normalización, ambas juntas, separadas…

Los ejes que reseñábamos en nuestra declaración son nuestra referencia para desarrollar el proceso. Es decir, que hay que desarrollar el proceso democrático, con la participación de todos los agentes vascos y tomando en cuenta el conjunto de Euskal Herria. Nos referimos al camino que será preciso recorrer del marco actual a la situación de reconocimiento de los derechos de Euskal Herria.

Eso es lo que nosotros queremos impulsar, y es ahí donde hay que avanzar. A fin de cuentas, lo que ETA hace es permitir y abrir todas las puertas a todas las opciones políticas para desarrollar el proceso. Ahora, sin quedarnos en ese escenario del marco actual, sin dejar que cierren las puertas a ese camino, el objetivo debe ser atravesar esas puertas abiertas y pasar al escenario de la autodeterminación y la territorialidad. Lo que hay que hacer es ese paso de un escenario a otro. Eso será para nosotros, en definitiva, llevar el proceso a término y el único modo de abrir el camino a todas las opciones.

- ¿Y qué no es, para ustedes, el proceso?

El proceso no es un proceso para construir una paz falsa sin contenido; el proceso no puede ser, sin más, un proceso para integrar a la izquierda abertzale en la normalización política; por lo tanto, que nadie piense que la izquierda abertzale va a aceptar mansamente el actual marco sin ningún cambio político. Y tampoco puede ser un proceso que desemboque en el actual marco, debe hacerse para que abra un camino hacia una verdadera situación democrática, porque si es un verdadero proceso habrá que recorrer ese camino. Por lo tanto, se equivocarán quienes se limiten a intentar desactivar la lucha armada de ETA.

- ¿Qué es lo que habría que desarrollar hoy?

Lo que hay que desarrollar, principalmente, son elementos que están en boca de todos los agentes. Hoy están ya en boca de la mayoría de los agentes y del debate político todos los componentes para avanzar en el proceso de resolución del conflicto, y eso es lo que hay que desarrollar: el reconocimiento de Euskal Herria, los derechos de Euskal Herria, la palabra y la decisión de los ciudadanos vascos, la necesidad de que los estados respeten esa decisión, y que para ello deberá convocarse una consulta. Son esos elementos los que ahora deben concretarse y desarrollarse en el proceso. Los parámetros y las bases del debate democrático que debe abrirse están ahí, esos son los elementos que componen el meollo del conflicto.

Así pues, el acuerdo que deberá surgir de ese proceso tendrá que desatar esos nudos. Estando esos elementos ya en el debate político y en boca de una mayoría de agentes, ha llegado la hora de concretar los momentos y pasos de ese debate democrático, de dar pasos concretos. Esa es hoy la necesidad, necesidad de concreción sobre todo. Diríamos que ha llegado el momento de dar cuerpo a compromisos concretos en el proceso democrático.

- En el camino, en el trayecto de un marco a otro, aparecen otros nudos. Han mencionado que en el proceso, en definitiva, se trata de Euskal Herria. ¿Qué dificultades esperan para integrar a Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea en el proceso? ¿Qué esperan del Estado francés, estado que niega tener una «cuestión vasca»?

En primer lugar nos gustaría señalar que el alto el fuego de ETA ha tenido también ahí un amplio impacto, y eso se ha podido ver en las reacciones a nuestra decisión. En la práctica, ha mostrado el efecto político de la decisión de ETA. Las reacciones han sido muy variadas. Podríamos distinguir tres: por una parte, quienes han seguido en sus tradicionales actitudes de cerrazón, sosteniendo que estamos frente a una cuestión interna de España y, por lo tanto, que el Gobierno francés no tiene que dar ningún paso. Ante eso, tenemos que manifestar claramente que no podrán mantener durante mucho tiempo esa posición, porque el mero hecho de cerrar los ojos no sirve para tapar el conflicto. Al contrario, pretender en este momento político y ante el proceso abierto no dar ninguna salida política al conflicto no hace sino alimentarlo.

Por otra parte, otros agentes han reaccionado solicitando al Gobierno francés que se implique. En este caso, es importante para nosotros detenernos en el sentido y la dirección que debiera tener esa implicación. Queremos subrayar que los pasos y la implicación del Gobierno francés son necesarios, pero que, sobre todo, esa implicación debe dirigirse a responder a las raíces políticas del conflicto, para responder al problema político y no sólo atender a sus consecuencias. Eso tiene una interpelación clara: deben mostrar su disposición a respetar los derechos de Euskal Herria.

La reacción de otros agentes ha servido para corroborar su compromiso, recalcando la importancia de que los agentes vascos impliquen a Lapurdi, Baxe Nafarroa y Xuberoa en el proceso de Euskal Herria; y ese es el camino que, a nuestro entender, deben recorrer los agentes vascos. Finalmente, hablamos de un proceso que debe desarrollarse en toda Euskal Herria, que debe tener dimensión nacional y, por lo tanto, es de vital importancia implicar en el mismo a los agentes de Lapurdi, Baxe Nafarroa y Xuberoa, y que adopten pasos y compromisos propios de cara al proceso.

- ¿Cómo debería ser esa implicación? ¿Cómo debería plasmarse la dimensión nacional del proceso?

En nuestra opinión, ese compromiso debería plasmarse sobre todo en torno al reconocimiento de Euskal Herria, abriendo un debate sobre esa cuestión, impulsando su reivindicación y reivindicándolo asimismo con firmeza ante el Gobierno francés. Por lo tanto, creemos que los agentes vascos deben implicarse de ese modo. Y hay que utilizar la situación creada por el proceso para colocar en el centro político el debate sobre el reconocimiento de Euskal Herria.

- Nafarroa está en boca de muchos, y hay quien parece nervioso ante la nueva situación, Sanz por ejemplo…

Lo que Sanz está demostrando es una actitud defensiva, y eso es así porque tiene miedo ante la oportunidad que puede abrirse para que los ciudadanos vascos decidan sobre su futuro; porque sabe que ése es el rumbo del proceso.

Lo que Sanz ha visto, y de ahí viene su nerviosismo, es que está perdiendo la iniciativa. Sanz y el Gobierno de UPN habían centrado su proyecto y apuesta política en la reforma del Amejoramiento del Fuero, querían dirigir el debate político en ese sentido, y en este momento eso ha dado un giro y el debate político están en otros parámetros, y eso ha provocado que Sanz pierda iniciativa.

Miguel Sanz sabe, en última instancia, que el proceso actual le afecta de lleno. En realidad, Sanz está situando muy bien cuáles son los nudos que deben desatarse en este proceso y cuáles son realmente las claves políticas del proceso, precisamente el debate en torno a la autodeterminación y la territorialidad.

El empeño del fascista Sanz es colocar un muro frente a esa oportunidad de cambio político. Nosotros vemos en esa actitud a los de UPN, pero sobre todo los vemos totalmente inmersos en el actual debate político.

- ¿Qué es, para ETA, lo que se ha dado en llamar «proceso»? Se habla de paz, normalización, ambas juntas, separadas…

Los ejes que reseñábamos en nuestra declaración son nuestra referencia para desarrollar el proceso. Es decir, que hay que desarrollar el proceso democrático, con la participación de todos los agentes vascos y tomando en cuenta el conjunto de Euskal Herria. Nos referimos al camino que será preciso recorrer del marco actual a la situación de reconocimiento de los derechos de Euskal Herria.

Eso es lo que nosotros queremos impulsar, y es ahí donde hay que avanzar. A fin de cuentas, lo que ETA hace es permitir y abrir todas las puertas a todas las opciones políticas para desarrollar el proceso. Ahora, sin quedarnos en ese escenario del marco actual, sin dejar que cierren las puertas a ese camino, el objetivo debe ser atravesar esas puertas abiertas y pasar al escenario de la autodeterminación y la territorialidad. Lo que hay que hacer es ese paso de un escenario a otro. Eso será para nosotros, en definitiva, llevar el proceso a término y el único modo de abrir el camino a todas las opciones.

- ¿Y qué no es, para ustedes, el proceso?

El proceso no es un proceso para construir una paz falsa sin contenido; el proceso no puede ser, sin más, un proceso para integrar a la izquierda abertzale en la normalización política; por lo tanto, que nadie piense que la izquierda abertzale va a aceptar mansamente el actual marco sin ningún cambio político. Y tampoco puede ser un proceso que desemboque en el actual marco, debe hacerse para que abra un camino hacia una verdadera situación democrática, porque si es un verdadero proceso habrá que recorrer ese camino. Por lo tanto, se equivocarán quienes se limiten a intentar desactivar la lucha armada de ETA.

- ¿Qué es lo que habría que desarrollar hoy?

Lo que hay que desarrollar, principalmente, son elementos que están en boca de todos los agentes. Hoy están ya en boca de la mayoría de los agentes y del debate político todos los componentes para avanzar en el proceso de resolución del conflicto, y eso es lo que hay que desarrollar: el reconocimiento de Euskal Herria, los derechos de Euskal Herria, la palabra y la decisión de los ciudadanos vascos, la necesidad de que los estados respeten esa decisión, y que para ello deberá convocarse una consulta. Son esos elementos los que ahora deben concretarse y desarrollarse en el proceso. Los parámetros y las bases del debate democrático que debe abrirse están ahí, esos son los elementos que componen el meollo del conflicto.

Así pues, el acuerdo que deberá surgir de ese proceso tendrá que desatar esos nudos. Estando esos elementos ya en el debate político y en boca de una mayoría de agentes, ha llegado la hora de concretar los momentos y pasos de ese debate democrático, de dar pasos concretos. Esa es hoy la necesidad, necesidad de concreción sobre todo. Diríamos que ha llegado el momento de dar cuerpo a compromisos concretos en el proceso democrático.

- En el camino, en el trayecto de un marco a otro, aparecen otros nudos. Han mencionado que en el proceso, en definitiva, se trata de Euskal Herria. ¿Qué dificultades esperan para integrar a Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea en el proceso? ¿Qué esperan del Estado francés, estado que niega tener una «cuestión vasca»?

En primer lugar nos gustaría señalar que el alto el fuego de ETA ha tenido también ahí un amplio impacto, y eso se ha podido ver en las reacciones a nuestra decisión. En la práctica, ha mostrado el efecto político de la decisión de ETA. Las reacciones han sido muy variadas. Podríamos distinguir tres: por una parte, quienes han seguido en sus tradicionales actitudes de cerrazón, sosteniendo que estamos frente a una cuestión interna de España y, por lo tanto, que el Gobierno francés no tiene que dar ningún paso. Ante eso, tenemos que manifestar claramente que no podrán mantener durante mucho tiempo esa posición, porque el mero hecho de cerrar los ojos no sirve para tapar el conflicto. Al contrario, pretender en este momento político y ante el proceso abierto no dar ninguna salida política al conflicto no hace sino alimentarlo.

Por otra parte, otros agentes han reaccionado solicitando al Gobierno francés que se implique. En este caso, es importante para nosotros detenernos en el sentido y la dirección que debiera tener esa implicación. Queremos subrayar que los pasos y la implicación del Gobierno francés son necesarios, pero que, sobre todo, esa implicación debe dirigirse a responder a las raíces políticas del conflicto, para responder al problema político y no sólo atender a sus consecuencias. Eso tiene una interpelación clara: deben mostrar su disposición a respetar los derechos de Euskal Herria.

La reacción de otros agentes ha servido para corroborar su compromiso, recalcando la importancia de que los agentes vascos impliquen a Lapurdi, Baxe Nafarroa y Xuberoa en el proceso de Euskal Herria; y ese es el camino que, a nuestro entender, deben recorrer los agentes vascos. Finalmente, hablamos de un proceso que debe desarrollarse en toda Euskal Herria, que debe tener dimensión nacional y, por lo tanto, es de vital importancia implicar en el mismo a los agentes de Lapurdi, Baxe Nafarroa y Xuberoa, y que adopten pasos y compromisos propios de cara al proceso.

- ¿Cómo debería ser esa implicación? ¿Cómo debería plasmarse la dimensión nacional del proceso?

En nuestra opinión, ese compromiso debería plasmarse sobre todo en torno al reconocimiento de Euskal Herria, abriendo un debate sobre esa cuestión, impulsando su reivindicación y reivindicándolo asimismo con firmeza ante el Gobierno francés. Por lo tanto, creemos que los agentes vascos deben implicarse de ese modo. Y hay que utilizar la situación creada por el proceso para colocar en el centro político el debate sobre el reconocimiento de Euskal Herria.

- Nafarroa está en boca de muchos, y hay quien parece nervioso ante la nueva situación, Sanz por ejemplo…

Lo que Sanz está demostrando es una actitud defensiva, y eso es así porque tiene miedo ante la oportunidad que puede abrirse para que los ciudadanos vascos decidan sobre su futuro; porque sabe que ése es el rumbo del proceso.

Lo que Sanz ha visto, y de ahí viene su nerviosismo, es que está perdiendo la iniciativa. Sanz y el Gobierno de UPN habían centrado su proyecto y apuesta política en la reforma del Amejoramiento del Fuero, querían dirigir el debate político en ese sentido, y en este momento eso ha dado un giro y el debate político están en otros parámetros, y eso ha provocado que Sanz pierda iniciativa.

Miguel Sanz sabe, en última instancia, que el proceso actual le afecta de lleno. En realidad, Sanz está situando muy bien cuáles son los nudos que deben desatarse en este proceso y cuáles son realmente las claves políticas del proceso, precisamente el debate en torno a la autodeterminación y la territorialidad.

El empeño del fascista Sanz es colocar un muro frente a esa oportunidad de cambio político. Nosotros vemos en esa actitud a los de UPN, pero sobre todo los vemos totalmente inmersos en el actual debate político.

- La Declaración de Anoeta mencionaba dos vías, pero parece que ambas están conectadas.

En nuestra opinión, el proceso debe ser observado e interpretado como un conjunto, aunque en ese proceso existan ámbitos diferentes para su desarrollo. Al mismo tiempo, creemos que los pasos que deben darse en el proceso, los pasos que hay que dar desde hoy mismo, finalmente se alimentan mutuamente. Hay que dar pasos en todas las direcciones.

Las bases y los puntos de partida principales del proceso son el debate y el proceso democrático que deben ser impulsados en Euskal Herria, porque es ahí donde debe responderse a la clave del reconocimiento de los derechos de Euskal Herria. El acuerdo para la resolución del conflicto llegará desde el punto de partida de ese proceso político. Esa es la base para nosotros, y lo que los estados deben hacer es respetar los resultados de ese proceso democrático, respetar la palabra y la decisión de los ciudadanos vascos sin ningún límite.

Como hemos dicho, el ámbito de negociación de ETA se desarrollará en función de ese punto de partida, y es por ello que decimos que es preciso leer el proceso en su conjunto.

- Una única mesa o mesas por administraciones. ¿Cuál es la opinión de ETA sobre esta cuestión?

Pensamos que eso hay que acordarlo y concretarlo entre los agentes vascos. Pero para nosotros está claro que si ese debate democrático realmente va a servir para resolver el conflicto tendrá que contar con unas bases claras, y para que eso sea así es imprescindible que ese debate integre a la totalidad de Euskal Herria y, por lo tanto, deberá dar una respuesta directa también desde el inicio del proceso a la clave de la territorialidad. Ese será un pilar inprescindible para llevar a término el proceso democrático y para que ese acuerdo final integre las bases del conflicto. Establecer, a fin de cuentas, los procedimientos y modos de dar la palabra y la decisión a los ciudadanos vascos.

- ¿En su opinión, cómo debería plasmarse el compromiso de los agentes?

Ha llegado ya el momento de concretar el desarrollo del proceso, y lo que toca a los agentes es comenzar a dar cuerpo a los compromisos en esa dirección, para conseguir finalmente un acuerdo que responda a las claves del conflicto; hay que desarrollar desde hoy mismo un proceso que tendrá como objetivo ese gran acuerdo.

Cuando decimos que ha llegado el momento de dar pasos, nos referimos a que ha llegado el momento de plasmar en pasos prácticos y compromisos concretos la voluntad expresada hasta ahora.

- ¿Y si a lo largo del proceso no se reconocen la autodeterminación y la territorialidad?

Sin desatar esos nudos no es posible superar el conflicto, no es posible lograr una solución democrática. Por lo tanto, es imprescindible construir el proceso desde el principio sobre esas bases, y el acuerdo final que lo lleve a término debe ser una formulación acordada sobre la autodeterminación y la territorialidad, ya que ésas son las claves para superar un conflicto de tantos años.

- En su declaración hicieron un llamamiento expreso a los ciudadanos vascos. ¿Cuál consideran que es su función?

La sensación de alegría que ha surgido entre los ciudadanos tiene que ver con que sienten que todas las opciones están abiertas en Euskal Herria, y con que realmente ven una posibilidad de que se desarrolle un proceso con ese objetivo. Para guiar esa activación de los ciudadanos vascos es necesario convertir esa ilusión en un activo; para eso los ciudadanos deben ser agentes de primer orden, deben movilizarse, deben ejercer una presión popular para que la esperanza abierta se plasme en pasos concretos, para que los derechos de Euskal Herria sean materializados. Sobre todo, los ciudadanos deben situarse en la primera fila para que los agentes y partidos no pierdan esta oportunidad, para que los agentes den cuerpo a sus compromisos, para que no retrasen los pasos a dar en el proceso. Los ciudadanos son la llave para ello, para que la esperanza no se ahogue en vías falsas sin futuro.

Porque, en definitiva, el proceso comienza y acaba en los ciudadanos vascos.

- ETA hizo un llamamiento especial a la izquierda abertzale en su declaración.

La izquierda abertzale debe ser consciente de que la actual oportunidad política se ha abierto gracias a su lucha. En adelante esa seguirá siendo la llave, el impulso que con su lucha dará al proceso. Es responsabilidad de la izquierda abertzale ser el motor, como hasta ahora. La izquierda abertzale debe recorrer el proceso junto con los ciudadanos, y debe trabajar para implicar a los ciudadanos en el proceso.

A pesar de que ha tenido que pagar un alto peaje para llegar a esta situación, de aquí en adelante también deberá seguir inmersa con la misma firmeza en la construcción y defensa de Euskal Herria. El conjunto de la izquierda abertzale debe seguir construyendo Euskal Herria en todos los ámbitos, organizando la defensa de nuestra identidad y dignidad, luchando por la independencia de Euskal Herria.

- ¿No puede ocurrir que la gente caiga en el desánimo si el proceso es más largo de lo esperado, o si fracasa?

Creemos que la esperanza se corresponde con las oportunidades abiertas. Pero, precisamente porque hablamos de un proceso, es imprescindible dar pasos concretos para materializar esa esperanza, ya que eso permitirá poder llevar a término el proceso. Por eso decimos que en este momento es absolutamente necesario que los agentes den pasos para alimentar la decisión de ETA y desarrollar el proceso democrático.

En relación al término desánimo, lo que queremos expresar es que en nuestro diccionario no cabe la palabra frustración, y ello nos lleva a reflexionar sobre el sentido de la lucha y del camino realizado por este pueblo en las últimas décadas, cuál es el sentido de la aportación realizada por ETA a Euskal Herria. Esa trayectoria no ha sido frustrante para nosotros. Porque lo entendemos precisamente al contrario, aunque la lucha es dura, finalmente ha sido ese proceso de resistencia y lucha el que nos ha traído ahora a abrir todas las oportunidades. Lo frustrante sería dejar morir a Euskal Herria sin luchar. Y, por eso, ahora igual que antes, ratificamos nuestra absoluta determinación a seguir luchando hasta lograr un pueblo libre.

- Algunos afirman que el proceso será largo y repleto de obstáculos.

Hemos visto cómo algunos partidos tienden a alargar lo más posible los tiempos y fases del proceso, y es preocupante. La frase «largo, duro y difícil» se ha hecho famosa. Tras esa frase se oculta la voluntad de retrasar los pasos del proceso en función de intereses políticos concretos, la voluntad de atrasar los pasos que pueden darse desde hoy mismo. Además, cuando esos responsables políticos hablan de obstáculos, o cuando apuntan que el proceso será difícil y duro, están enviando un mensaje dirigido a la izquierda abertzale, porque anuncian especialmente para la izquierda abertzale esa dureza, porque anuncian esas dificultades para la izquierda abertzale. Así que lo entendemos como una amenaza.

- ¿Qué importancia da ETA al factor internacional?

ETA valora de forma positiva las reacciones provocadas por su iniciativa en el plano internacional y la dimensión que han cobrado las reacciones. Porque muchas declaraciones han dado amparo a la vía de una solución negociada, pero queremos subrayar especialmente las declaraciones a favor de los derechos de Euskal Herria, las reacciones que han defendido y respetado la lucha de liberación de Euskal Herria.

En todos los casos, consideramos que esas reacciones y movimientos son fruto de los intentos realizados en estos últimos años por hacer presente la lucha de Euskal Herria en el marco internacional, y consecuencia de ello es que hoy el conflicto entre Euskal Herria y España y Francia y el proceso para superar ese conflicto están situados en la agenda internacional. Y para nosotros eso tiene un gran valor político.

No puede ser de otro modo de todas formas, porque el conflicto no es una cuestión que atañe únicamente a España y Francia, se trata de un conflicto que supera ese marco para afectar directamente a instituciones internacionales, porque en su esencia está el derecho de autodeterminación que corresponde a todos los pueblos. Y, al mismo tiempo, porque el reconocimiento de los derechos de Euskal Herria exige también el reconocimiento y la aprobación internacional.

http://www.gara.net/dosierrak/etari_elkarrizketa/index_es.php