En éste 10 de mayo, en el municipio de San Antonio, Intibucá, en la desconocida Honduras, el pueblo unido dejó claro que no se quiere la represa El Tigre en el río Lempa.
Muchas más de 4000 personas, cargadas en camiones pasando por carreteras de lodo y tierra, llegaron a San Antonio desde los departamentos de Intibucá, Lempira e incluso desde Tegucigalpa. También llegaron en muestra de solidaridad desde los departamentos de Morazán y Cabañas de la vecina República del Salvador. Todos y todas se dieron cita en una clara muestra de poder popular.
Dentro del marco del Plan Puebla-Panamá y tras los TLCs recientemente firmados por los malos gobiernos centroamericanos, sin ningún tipo de estudio sobre las consecuencias que traerán a sus pueblos, se piensan construir represas, grandes espacios logísticos, explotar salvajemente los recursos naturales… Todo ello va a ser gestionado y controlado por grandes empresas Transnacionales. En el caso del proyecto de la represa El Tigre, se trata de las empresas JARZA, LAHMEYER y TAJAL. Y éstas son las luchas que los pueblos mesoamericanos afrontan incansable y dignamente a diario.
La represa El Tigre es uno de éstos megaproyectos que quieren construir para abastecer de energía básicamente a las futuras zonas industriales en todo Centroamérica. Además, se trata de almacenar agua para las necesidades del norte.
Con una cortina de 100 metros de altura, con esta represa se inundarían 70 KM2 de territorio en la frontera entre el Salvador y Honduras (70% hondureño). Se trata de ricas zonas de cultivo y ganadería con gran producción. Se calcula que 20000 personas tendrán que ser desalojadas y bastantes comunidades y municipios quedarán bajo el agua. A parte de las pérdidas humanas, el valor natural de la zona es incalculable.
Los actos del miércoles iniciaron con una misa presidida por el obispo de la zona Luis Alfonso Santos, quien presentó claramente su oposición a proyectos como este y animó al pueblo diciendo que “No hay que ceder ante el capitalismo salvaje”. Fue un acto muy emotivo, en un lugar donde la fe es muy importante y en donde más de uno de los presentes se acordó de las homilias de Monseñor Romero. Después se realizó una rueda de prensa en la se dio a conocer el comunicado del pueblo con unas intenciones muy claras de organización y resistencia.
Finalmente, mientras se celebraba la conferencia y de sorpresa, unas 1100 personas con el rostro tapado, palos en sus manos, ordenados y en silencio, desfilaron y “tomaron” pacíficamente la población entre aplausos y consignas de ánimo de los pobladores de la zona.
En mensaje del pueblo fue claro: “Aquí nacimos, aquí vivimos y aquí moriremos”.