REACCIONES A LA ENTREVISTA CON ETA
Las reacciones a la entrevista a ETA acaparan los discursos políticos
·El PNV rechaza las críticas de ETA y se presenta como «el espejo de su fracaso». Batasuna remarca que «la clave está en Euskal Herria» y que, para avanzar, es necesario el foro de partidos
El contenido de la entrevista a ETA realizada por GARA, la primera desde que la organización armada hiciera su declaración de alto el fuego permanente y que fue publicada ayer, provocó un sinfín de reacciones, especialmente entre los representantes de formaciones políticas vascas. Por su parte, el Gobierno español eludió entrar en comentarios sobre las reflexiones de ETA y se limitó a remarcar que «no es conveniente adelantar ninguna fase».
DONOSTIA
La amplia entrevista a ETA que publicó en su edición de ayer GARA que también se puede leer íntegramente en euskara, y su traducción al castellano, en www.gara.net acaparó ayer el interés político e informativo en Euskal Herria, como también ocurrió en gran medida en el Estado español.
A través de las respuestas a las cuestiones planteadas por este diario, en la primera entrevista concedida tras su declaración del alto el fuego del pasado 22 de marzo, ETA destaca, entre otras cuestiones, que «ha llegado el momento de materializar los compromisos en el proceso democrático», que ese proceso «no podrá seguir adelante si continúan los ataques de los apartados de los estados» y que el acuerdo que puede sentar las bases de la solución al conflicto «deberá ser una formulación consensuada en torno a la territorialidad y la autodeterminación».
Las reacciones de las formaciones políticas vascas contrastaron tanto por el fondo de las cuestiones abordadas por los distintos portavoces como por la profundidad con las que se analizaba el contenido de las reflexiones planteadas por la organización armada a lo largo de la entrevista.
Tampoco faltaron las interpretaciones sobre los «supuestos destinatarios» a los que estarían dirigidos los mensajes de ETA, aunque los dos miembros de la organización entrevistados se dirigen tanto al conjunto de Euskal Herria, como a los agentes políticos y sociales o a los estados francés y español.
Precisamente, desde el PNV se insistió en esa dirección. El portavoz del EBB, Iñigo Urkullu, dio la «bienvenida» a la entrevista si ésta sirve como «código de comunicación» entre ETA y el Gobierno español, y para que el PSOE «pueda ir ante el PP y decirle que las manifestaciones públicas (de ETA) están verificando el proceso de pacificación».
En referencia a las críticas a la actuación del PNV, comentó que su partido está «acostumbrado» a que ETA «vaya poniendo nota permanentemente», al tiempo que identificó a la formación jeltzale como «el espejo del fracaso de ETA y el espejo del fracaso de la apuesta que hace 27 años hizo ETA y el mundo de la que se dice izquierda abertzale». Por ello, criticó que les impute el «zipayismo político y la represión», al tiempo que subrayó que su partido se «enorgullece» de la labor de la Ertzaintza.
Diálogos y foros
En el acto político celebrado por el PNV en Barakaldo, Urkullu apeló a «todo el sufrimiento generado y todas las víctimas causadas», para negar a ETA «la autoridad para marcar el debate político», ya que considera que esto corresponde «exclusivamente» a las formaciones políticas. No obstante, también dio la «bienvenida» a la entrevista «si sirve para que ese mundo que durante tantos años ha justificado inútilmente la práctica de la violencia para conseguir fines políticos, admite ahora un compromiso real de trabajar en la política sabiendo que no es posible imponer ningún proyecto político». Y reiteró la «bienvenida» si contribuye a que, «en unas semanas», la sociedad vasca se coloque ante «una situación inédita y llena de ilusión», en referencia a la prevista comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados español para anunciar el inicio del diálogo con ETA. Aseguró que en esos contactos no se hablará de normalización política, ya que «de este asunto se tendrá que hablar en un foro en el que estén presentes, o puedan estar presentes, todas las formaciones políticas vascas».
Conversaciones multipartitas que se podrían poner en marcha «justo después de la presencia de Zapatero ante el Congreso». A pesar de su propio augurio, Urkullu abogó por «dejarse de enredos» y de hablar en público de posibles ritmos y fechas, porque «da la impresión de que se están queriendo forzar públicamente cuestiones que han de ser previamente discutidas», y acusó a quienes se comportan así de querer «hacer imposible la conformación de la mesa resolutiva de partidos políticos».
Mucho más breve fue la primera valoración realizada por Batasuna. En Senpere, el mahaikide Xabi Larralde comentó que «durante la entrevista aparece, una y otra vez, la voluntad de ETA de ir hasta el final de un proceso democrático».
«Batasuna considera que la clave está en EuskalHerria y que es necesario, cuanto antes, configurar una mesa de partidos para que ese proceso político avance. Esa mesa puntualizó Larralde debe constituirse sin ningún tipo de exclusión, garantizando a todos los agentes vascos y a toda la ciudadanía el derecho a participar».
Por su parte, la portavoz de la Ejecutiva de Eusko Alkartasuna, Onintza Lasa, puso el énfasis en que «ETA no puede tomar decisiones en nombre de nadie». En declaraciones a Europa Press, recordó que la apuesta de su formación pasa por hacer realidad el proceso de paz y de normalización política, lo que supone conformar «cuanto antes» la mesa de partidos políticos.
Insistió en que en ese foro se deben abordar la territorialidad y el derecho a decidir. «Por ahí pasa la solución, y en la mesa se tendrán que tratar este tipo de cuestiones políticas. Como no se aborde esa raíz advirtió, no se va a llegar a la verdadera solución y, con mayor o menor intensidad, perdurará el problema».
«Sin condicionamientos»
También fue escueta la reacción del PSE. Rodolfo Ares replicó a ETA que «no van conseguir condicionar ni tutelar» el debate político de «los representantes democráticamente elegidos por la sociedad vasca» y advirtió de que «el Estado de Derecho seguirá combatiendo las actividades ilegales».
Mientras tanto, el secretario general del PSN, Carlos Chivite, afirmó que su partido «hace caso omiso» a los pronunciamientos de ETA en la entrevista porque «no desea ejercer ni de transmisor ni de altavoz de las reivindicaciones». En su comunicado, sí valoró que «se está avanzando de forma prudente por el camino hacia la paz desde el respeto al Estado de Derecho y de la mano de sus instituciones».
Desde UPN, por contra, no hay lugar para lecturas positivas. Su secretario general, Alberto Catalán, afirmó que el planteamiento de ETA, en torno a la necesidad de un consenso sobre te- rritorialidad «es decir, Navarra», apostilló, y autodeterminación,«no es asumible» y refleja que «el alto el fuego no es sincero».
Por otro lado, el coordinador general de EB, Javier Madrazo, comentó que «ETA viene a decirnos que ésta es una tregua condicionada a la consecución de determinados logros políticos y, por tanto, no estamos ante una tregua indefinida e irreversible como se había trasladado, sino ante un cese de violencia condicionado a que el Gobierno (español) cumpla determinados compromisos». Sin embargo, aseguró que el cese de la violencia «no tiene vuelta atrás, por mucho que ETA quiera trasladar otro tipo de mensajes, porque la sociedad vasca no lo permitiría».
También el vicecoordinador de Aralar, Mikel Basabe, manifestó que «no se puede ni siquiera dejar entreabierta la posibilidad de una vuelta atrás en ningún aspecto».
De la Vega: «No hay que adelantar ninguna fase»
MADRID
También la vicepresidenta primera del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, fue interpelada ayer en relación con la entrevista publicada por este diario. En declaraciones a la cadena Ser, De la Vega insistió en que el Ejecutivo no entra a analizar comunicados ni declaraciones de la organización armada. «Ahora el Gobierno trabaja en la fase de la verificación y la constatación de que la declaración de ETA del alto el fuego permanente se corresponde con una decisión de cese definitivo e irreversible de abandonar todo tipo de violencia», puntualizó.
Advirtió de que no es conveniente «adelantar ninguna fase», y reiteró que «el proceso va a ser largo y difícil», aunque el Gobierno español tiene «esperanza» en que sea «irreversible». Precisó que el proceso se está «construyendo de la mano y con el consenso de todas las fuerzas políticas» y agregó que «la paz no tiene atajos ni recovecos, ni va a haber nunca ningún tipo de precio político».