Wikipedia: entre la buena fe y el caos

17.May.06    Análisis y Noticias

Internet, como cualquier producto humano, es un reflejo de la sociedad de su tiempo. Uno de los proyectos que refleja de forma más cruda las contradicciones de nuestra época es Wikipedia.

Wikipedia es, a decir de sus fundadores, un “experimento social”. El experimento consiste no tanto en preguntarse qué sucede si creamos una enciclopedia en la que cualquiera pueda escribir, como en preguntarnos qué sucede si todos los que escriben tienen el mismo poder. En concreto, se trata de no dar ventaja alguna a la autoridad académica. Para ello se establece un sustituto inventado al efecto que se llama “el Punto de Vista Neutral” (PVN)…

El PVN, en su formulación original, consiste en que todos los que editan discuten los temas hasta que llegan a un consenso. En caso de que no lleguen se hacen dos versiones: una mayoritaria y otra que se incluye bajo el epígrafe “Teorías alternativas”. Nadie puede alegar que tiene un conocimiento mejor del tema, sino que este mayor conocimiento debe usarlo para convencer a los demás.

El entorno intelectual que rodea la idea es muy complejo, pero hunde sus raíces en el relativismo cultural que guía el pensamiento cultural en la actualidad. Este pensamiento dice, en voz alta, que la ciencia occidental es una opinión, pero ni la única, ni la mejor. Ésta es una de las consecuencias nefastas del siglo XX: terminar con el prestigio de los científicos, a los que se hace en cierta forma culpables de la retahíla de desgracias que han asolado el mundo durante esa centuria. Actualmente, los cientificos como institución están bajo el fuego de varios colectivos.

En primer lugar, y aunque hubiera parecido imposible hace 30 años, las religiones extremistas están resurgiendo, y disparan con bala contra lo que consideran la principal fuente de ateísmo. Sus portavoces claman, en voz cada vez más alta, contra la idea de que la ciencia atea sea “la verdad” y han reclamado que se la considere como “una religión más”, sin darle ventajas a ningún nivel o incluso condenándola como la más falsa. En esta línea podemos encontrar desde la carta reciente del presidente iraní a Bush -en la que le llama a recuperar la obediencia a Dios como principio rector de las sociedades- hasta la petición de “neutralidad” en las escuelas de EEUU -explicando el creacionismo como una alternativa a la “teoría” de la evolución. La explicación profunda de este hecho es que la incapacidad de las sociedades laicas para cohesionarse ha entregado en bandeja a las religiones a millones de personas huérfanas de certeza trascendente.

En segundo lugar, toda la serie de parapsicologías y pseudociencias que desde siempre han hostigado al academicismo, han encontrado en los modernos medios de comunicación un instrumento de penetración social enorme, lo que les ha permitido influenciar a grandes áreas de la sociedad. Especialmente virulento ha sido el ataque lanzado sobre la medicina por un amplio rango de creencias irracionales, tanto de nueva factura como de existencia milenaria. Cada vez es más dificil para un médico normal justificar los tratamientos, ya que la extrema no-linealidad del cuerpo humano, sumada a la despersonalización de la medicina masiva -tal como se practica en los grandes hospitales- ha creado un ambiente de feroz oposición a ellos en muchas personas, basada tanto en las ofensas como en los supuestos éxitos de las alternativas.

En tercer y último lugar, está la matriz ideológica de los fundadores de Wikipedia, que es un individualismo feroz de raíz anticomunista. Esta ideología, llamada objetivismo, niega cualquier inteligencia colectiva y rechaza la propia existencia del estado más allá de unas funciones mínimas. En los años 80 coalesció con la ideología monetarista que abominaba de los impuestos, para configurar un bloque ideológico muy fuerte que actualmente -si bien no en su expresión más virulenta- forma la mitad no-religiosa del pensamiento que sostiene al gobierno republicano de los USA. En una curiosa pirueta intelectual, se considera que la ciencia es un producto del estado a través de las universidades “reguladas” y que por tanto ésta es un enemigo más (o por lo menos un cómplice sospechoso del estatalismo).

El caldo en el que se cuece todo esto es el de la quiebra de la idea de progreso (producto también de una supuesta evidencia de que las cosas van cada vez peor) y de la duda sistemática sobre la capacidad del raciocinio humano para entender el mundo, inducida por la cacofonía que percibe el lego en las discusiones entre científicos. Hay que remontarse al siglo XVIII para encontrar un pesimismo tan grande tanto en la capacidad humana como en el destino de la humanidad.

Así pués la Wikipedia no es un hongo solitario, sino una manifestación de algo mucho más amplio y extendido. Pretende probar la viabilidad de unas ideas que en último término se consideran alternativas no sólo al modelo del capitalismo social de posguerra, sino directamente al paradigma de “cómo saber que algo es verdad”, que desde la Ilustración había ido haciéndose cada vez más hegemónico. Se trata pues de un experimento al que en absoluto le falta ambición.

En este contexto, el PVN se alza como una especie de contrato entre personas libres y soberanas que por su cuenta y riesgo deciden qué está bien y qué está mal, sin someterse a ninguna autoridad y mucho menos a la de los científicos a sueldo del estado.

No quiero ocultar que discrepo completamente de todas estas ideas. Creo que el pensamiento científico puede explicar por qué existen las religiones y por qué cada una es como es, por lo que se sitúa en un plano epistemológico superior. Creo que si bien el estado no puede ser más grande que su tamaño ideal, cualquier intento de considerarlo un particular o un grupo de particulares termina en una hecatombe social. Y considero que lo que el siglo XX demuestra no es que las ideologías progresistas son malas, sino que el fanatismo y el atavismo son la autopista a la opresión y al asesinato de masas, sea cual sea el ropaje con que se vistan. Lo digo porque mi análisis de lo que pasa en Wikipedia está guiado por estos prejuicios y para ser riguroso no puedo por menos que explicitarlos.

Para mí, lo que pasa en la Wikipedia es que al haber eliminado la autoridad académica no existe forma de argumentar nada sólidamente. Si alguien dice que los ovnis existen y los gobiernos mundiales los ocultan, no hay forma de hacer que desista, porque se trata de razonar desde cero. Si todos los usuarios fueran expertos epistemólogos y/o tuvieran una honestidad intelectual a toda prueba, sería teóricamente posible demostrarle al que afirma tal cosa que está en un error. Como esto dista mucho de ser el caso, el usuario que cree en ovnis puede argumentar “ad nauseam” sin dejarse convencer nunca. Y así con todos y cada uno de los aspectos del saber humano. Lo mismo reza para qué hay que incluir y qué no. Si alguien quiere que el grupo de música de su primo salga en Wikipedia lo pone, y después hay que hacer una votación para borrarlo, justificando los motivos.

Con estas premisas Wikipedia no habría durado ni una semana. Afortunadamente, Wikipedia no se ha fundado en el vacío sino que sus usuarios son personas normales y en una proporción muy grande son licenciados, doctores o estudiantes. Por ello, la idea de que cualquier disparate aparezca como una verdad incuestionable en una enciclopedia, les repugna y han creado espontáneamente unos mecanismos que impiden que la utopía del “la opinión de todos vale lo mismo” se realice.

En Wikipedia existen los bibliotecarios, que tienen poderes de los que carecen los usuarios recién llegados. Entre los bibliotecarios aún es mayor la proporción de personas con vida académica, por lo que usan su autoridad para mantener un orden elemental y expulsar a la gente que no respeta las normas. Sin embargo, estos bibliotecarios van más allá, porque tienen en su cabeza unos ciertos valores sobre lo que es y “no es” una enciclopedia. Por ello, favorecen que el punto de vista “académico” esté privilegiado y que las cosas que serían consideradas disparates en una universidad tengan una existencia difícil y azarosa.

Un creyente en los ovnis verá como al principio se discute con simpatía con él, aunque sin dejarle poner sus ideas como verdad. Si insiste, verá como la situación se crispa, y si aún así continúa, es probable que acabe “bloqueado” (baneado un tiempo).

El problema es los bibliotecarios hacen esto sin estar respaldados por la filosofía de Wikipedia, y los usuarios con ideas peregrinas suelen formar grupos de presión que hostigan durante semanas al que ha osado enfrentarse a ellos. Alegando PVN pueden tener en jaque a todo el mundo, porque no hay forma de decirles “no digas más chorradas” sin violentarles, ya que si es su opinión pasa a ser sagrado.

En este sentido hay que convenir que el pensamiento científico soporta bien la prueba. Al ser un grupo coherente de conocimientos y ser compartido por la mayoría de usuarios, sobrevive más fácilmente que las religiones y paraciencias, fragmentadas y enemistadas entre sí. Además las paraciencias y religiones carecen de opinión sobre muchos temas (p.e. la constante de Hubble, el calor específico del plomo o el metabolismo de la mitocondria), por lo que no pueden ofrecer una alternativa bien estructurada, sino más bien una guerrilla que hostiga pero no tiene capacidad para plantear una alternativa estratégica. Lo que les salva es que el PVN obliga a un desgaste tal a los partidarios de la ciencia que siempre hay en algún punto un frente abierto. De hecho, los bibliotecarios buscan, siempre que pueden, llegar a un trato y que junto al artículo que dice “la verdad” conviva un pequeño apartado de disparates con el título “Otras teorías”.

Existen sin embargo apartados en los que la Wikipedia no puede sobreponerse a sus propias normas, por más que algunos bibliotecarios se batan el cobre heroicamente. Recientemente, los usuarios han logrado ganar una votación para que el ratón de ordenador se llame “mouse” (pronunciado “maus”), con el argumento de que “se usa más”. Paladines de la lengua han intentado evitar esta manifestación del Spanglish, pero sólo para ser objeto de mofa y befa, ya que sus invocaciones a la Real Academia de la Lengua o al Diccionario Panhispánico de Dudas no pueden sobrevivir al PVN, puesto que sólo son “otras opiniones”, con el mismo valor que las de un adolescente de Miami.

En aquellos temas en los que la gente de la calle no tiene opinión o su opinión coincide con la académica, la Wikipedia funciona más que razonablemente bien. En aquellos temas en los que existen grandes grupos con ideas “equivocadas” (las comillas son una concesión al PVN) no hay más remedio que darles cabida. Y en aquellos temas en que la mayoría en presencia está total y radicalmente “equivocada”, los defensores de la ortodoxia son arrasados en medio de burlas.

Mención aparte merece el ambiente social que estas situaciones provocan. Los bibliotecarios para poder trabajar deben adoptar un carácter fuerte y expeditivo. El contacto continuo con trolls, chiflados y vándalos los estresa extraordinariamente, máxime cuando a veces algún otro bibliotecario da soporte a estos personajes si sus ideas son similares y dificulta el baneado fulminante. Además las filias y fobias, junto con las dinámicas personales, contaminan todas las discusiones porque si “tú votaste que no ayer, hoy yo te devuelvo la pelota” (sin decirlo).

Como subproducto de esta tensión, los usuarios nuevos son tratados a patadas a la mínima sospecha de que no van a ser obedientes. Normalmente, los bibliotecarios se cubren entre sí para poder sobrevivir en un ambiente tan hostil ya que en cualquier momento uno de ellos puede estar bajo el fuego de una secta, un adolescente ofendido o un grupo de presión de cualquier tipo que comienza a vandalizar y llenar los foros de quejas contra la dictadura (recordemos la aversión de los adolescentes contra la autoridad). Cuando, por el motivo que sea, varios bibliotecarios colisionan entre sí, se produce una situación muy desagradable en la que no hay una salida clara. Las prolijas normas son un conjunto de vaguedades que pueden ser interpretadas por cada uno como quiera. La solución suele ser una votación, aunque normalmente el poco rigor de los planteamientos y los ánimos exaltados causan una tormenta aún mayor.

La realidad, tal como dice el único apartado de las normas que tiene sentido universal, es que sin mucha buena fe por parte de todo el mundo, el invento se derrumba. Es la paradoja típica del que no tira papeles al suelo: si sólo lo hace él no sirve de nada, pero si no lo hace ni él es aún peor.

Todo ello hace que el paisaje de la Wikipedia se asemeje al de una ciudad en la que cualquiera pudiera construir. Los edificios altos serían normales, porque la gente que sabe construirlos tiene una cierta unidad de ideas. Los edificios pequeños serían un conjunto de chabolas estrafalarias, porque cualquiera podría levantarlos a su capricho. Y por todos sitios, grupos de energúmenos irían causando destrucción, mientras claman que les están hostigando los que intentan impedirlo.

En este sentido la conclusiones del experimento son claras. En primer lugar, el pensamiento científico tiene algo que intrínsecamente le hace sobrevivir incluso sin tener el beneficio de la autoridad. En segundo lugar, a la mayoría de la gente le importa un pepino la ciencia y prefiere aportar sobre Star Trek, Madonna o el futbol. En tercer lugar, la gente “constructiva” tiende a agruparse y ayudarse unos a otros, mientras los nihilistas suelen ir más por libre. En cuarto lugar habría que poner todo un tratado de sociología y psicología: que los líderes suelen ser de carácter odioso pero necesarios, de forma que la gente los quiere y los odia a la vez, que no se puede vivir sin el cariño de los demás, que el trabajo rutinario y sostenido puede siempre con las explosiones de genio y las grandes ideas, que a la masa le gusta linchar y abuchear sólo por diversión, pero a veces también aplaude la virtud con el mismo entusiasmo, que cada uno considera que sus ideas e inquietudes son el centro del Universo, etc…y todas esas cosas que son así desde el tiempo de los monos.

Añadiría por mi cuentra una conclusión que ya tenía antes de ser usuario de Wikipedia: que la autoridad concebida como garantía de la unidad de objetivos no puede ser sustituida por el democratismo extremo, porque lo que se obtiene es un estado biestable que oscila entre el caos y la dictadura.

Y por último daré un consejo a los que quieran colaborar con Wikipedia. El consejo es evitar los temas polémicos o de actualidad, donde sólo van a encontrar frustraciones, viendo como cualquiera les discute y como continuamente caen en disputas interminables. Mejor hacer artículos sobre algo en lo que la gente de la calle no tenga opinión y donde los que opinarán serán gente informada. Eso es mucho más satisfactorio que intentar convencer a alguien de que el 11-M no fue obra de los extraterrestres o de que la telepatía no está a punto de demostrarse como el sexto sentido. Dedíquense al límite de Chandresakar o a la sintaxis del idioma Klingon y verán como su experiencia es mucho más satisfactoria.

igor21
kriptopolis.org
http://www.kriptopolis.org/node/2277

Nota de Clajadep:
Si bien coincidimos con el autor en la descripción de algunos problemas que suceden en Wikipedia, nos parece delicado tratarlos de anticomunistas, al igual que en la URSS muchos que buscaban nuevas ideas eran acusados de tales.
El racionalismo occidental “científico” tiene grandes dificultades por entender y participar en experiencias donde se mezcla el “trabajo serio” con “banalidades” de la vida cotidiana, lo que permite la continuidad de los ghetos intelectuales entre personas con gran caudal de información, los “neo iluminatti” informales lejos del mundanal ruido de la plebe.