El Gobierno de Chile una vez más no ha cumplido sus acuerdos con el mundo Mapuche
Hace una semana se ingresó por parte del ex ministro del Interior Andrés Zaldívar el proyecto de ley que tiene por objeto modificar la ley antiterrorista y que consecuencialmente concedería la libertad a los presos políticos mapuches. Esta iniciativa legal que contaba con el apoyo del ejecutivo y el compromiso político de parlamentarios de la Concertación. Debía ser ingresada con el carácter de suma urgencia, no obstante ello, la actual administración decidió restarle dicha urgencia y en definitiva será discutida con el carácter de urgencia simple, lo cual dilata y posterga la pronta discusión de dicho proyecto de ley y, la libertad de los presos políticos mapuches se hace cada vez mas angustiante y lejana.
Las señales que da la actual administración refuerzan la tesis de que el gobierno dialoga y negocia solo cuando la ciudadanía se moviliza y presiona y ante situaciones mediáticas que son puestas en la mesa de discusión por parte de los medios de comunicación.
Lo anterior evidencia la falta de iniciativa, la falta de previsión y desinteligencia de los actuales administradores de este país, estos personajes reaccionarios carecen de las competencias y capacidades necesarias para prever, abordar y solucionar los problemas que el mundo indígena ha venido reclamando desde hace mas de dos décadas.
¿Cuál será entonces la decisión que las organizaciones mapuche debemos tomar frente a compromisos incumplidos y frente a esta falta de ideas y previsión del gobierno?
La respuesta es sencilla, debemos movilizarnos lo antes posible y, señalar con absoluta claridad y determinación que exigimos la pronta libertad de nuestros hermanos mapuche y que en el mas breve plazo se ratifique el convenio 169 de la OIT.
La derecha no puede seguir pautando y definiendo los problemas políticos que se deben discutir, la delincuencia no es el problema de fondo, los mapuche no somos terroristas, las encuestas no pueden ser el instrumento mediante el cual se elige a una Presidenta.
Debemos apuntar a solucionar las causas de la desigualdad y las graves injusticias económicas sociales y culturales que afectan a nuestras comunidades.