Peru: Milicos desalojan mil familias incendiando los ranchos. Ferrea resistencia deja 20 heridos

21.Jun.03    Análisis y Noticias


Milico cargando con botella de refresco robada en uno de los ranchos destruidos. Parecian marabuntas arrasando con todo

Brutal desalojo en Cieneguilla

Hasta el mediodía la situación de las casi mil familias que tomaron posesión de un extenso terreno en Cieneguilla -adjudicado como campo de instrucción del Ejército- era de aparente tranquilidad. A partir de entonces la calma se rompió y el área se convirtió en escenario de una verdadera batalla campal que al final dejó al menos 20 heridos.
Los pobladores fueron desalojados por unos 800 soldados y policías que unieron fuerzas e hicieron uso masivo de bombas lacrimógenas ante la férrea resistencia que opusieron hombres, mujeres e incluso niños que, por tercera vez, llegaban a ocupar las tierras adquiridas -según ellos- a la comunidad de Llanavilla.
Desde la noche del jueves la gente levantó sus chozas con palos y esteras sobre una extensión de 30 hectáreas, a la altura del kilómetro 12.5 de la carretera a Cieneguilla.
Sus sueños y esperanzas de tener una casa propia los mantuvo firmes. “Solo muertos nos sacarán de aquí”, decían mientras colocaban un enorme cartel con el nombre de asociación de vivienda Nueva Alborada.

FÉRREA RESISTENCIA
Y lo que vino después fue un lamentable resultado: más de mil familias en la calle, algunos detenidos, contusos y niños semiasfixiados por efectos de los gases.
Pobladores de la asociación Los Industriales trataron de interceder por los invasores, pero sus voces tuvieron poco eco y fueron conminados a retirarse del lugar. Igual les pasó a otros moradores de viviendas vecinas, que abogaron por los supuestos usurpadores, pero de poco valieron sus palabras.
El desalojo fue violento, rápido. Los pobladores, formados en grupos de 80 y hasta 100, estaban armados con palos y piedras y hondas. Las autoridades con varas y bombas lacrimógenas.
Por momentos hubo amenazas de enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre ambos bandos, pero felizmente ello no ocurrió.
Los ocupantes del terreno empezaron a atacar cuando oyeron al oficial a cargo de la operación ordenar a los agentes que usaran sus armas porque había que concretar el desalojo.
Entonces las bombas lacrimógenas empezaron a llover por doquier. Muchos niños que nada tenían que ver en el litigio resultaron afectados.
En la refriega con los pobladores que se resistían a ser desalojados salieron golpeados dos policías y tres soldados, producto de las pedradas que les asestaron con hondas y huaracas.

María Dolores Huamán manifestó que fue golpeada por algunos agentes. “Se me tiraron encima, cuando me opuse a que continuaran los desalojos”, dijo.
Los disparos de gases irritantes fueron a mansalva, según lo atestiguan algunos pobladores que se encontraban en el lugar.

“Nosotros actuamos en legítima defensa y en protección de estos terrenos que pertenecen al Ministerio de Defensa”, precisó un oficial del Ejército.
En el desalojo participaron miembros del Batallón Manchay y de la División de Fuerzas Especiales y policías de la Unidad de Servicios Estratégicos, así como efectivos de la Jefatura Metropolitana Este.
Se supo también que cuatro personas fueron detenidas y que ahora enfrentan la amenaza de ser acusadas por alteración del orden público, asociación ilícita, daños y lesiones.
“Esta situación tan lamentable que vive esta gente amerita una investigación y la intervención de los Derechos Humanos, pues aparentemente habría sido estafada”, expresó un oficial de la policía.

Desalojados: “Vamos a volver”

La presidenta de la asociación Nueva Alborada, Graciela Muñoz Torres, calificó de brutal la acción cometida por las fuerzas del orden en contra de gente indefensa de esta comunidad.
“Se extralimitaron en sus funciones porque no hubo orden de desalojo, sin embargo, destruyeron nuestras chozas, dispararon bombas a rabiar y saquearon nuestros pocos bienes, esto es un abuso de autoridad”, denunció.
Explicó que en el Archivo General de la Nación existe un título perteneciente a las 3 parcialidades del distrito de Santo Domingo de los Olleros: Llanac, Collanac y Llanavilla de 1746-1866. “Estos terrenos no son del Ejército”, agregó.

“Vamos a volver porque estas tierras (30 hectáreas) nos pertenecen. Nosotros somos legítimos posesionarios”, subrayó.