“Piensan que los mayas ya murieron, pero están equivocados, seguimos vivos y resistiendo”.

17.Ago.06    Análisis y Noticias

Miércoles 16 de agosto de 2006

Actitud incongruente; ahí hasta filman películas, dicen; piden intervención de la ONU

Prohíbe el INAH a mayas celebrar sus rituales en la zona arqueológica de Edzná
LORENZO CHIM CORRESPONSAL

Ritual del fuego sagrado que sacerdotes mayas debieron celebrar en la ciudad de Campeche el sábado pasado, luego de que el INAH les impidió usar la zona arqueológica de Edzná Foto Lorenzo Chim
Campeche, Camp., 15 de agosto. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) prohibió celebrar rituales autóctonos en la zona arqueológica de Edzná, como el del “fuego sagrado”, por lo que agrupaciones indígenas, como la Academia de la Lengua Maya y el Consejo Supremo Maya pidieron la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Gaspar Cahuich Ramírez, presidente de la Academia de la Lengua Maya en Campeche, consideró incongruente que se autoricen actos masivos y comerciales en zonas arqueológicas como Chichén Itzá y Uxmal, o se filmen películas y se hagan locaciones en esas áreas, pero se niegue autorización para la preservación de las tradiciones autóctonas.

El sábado pasado, Candelaria Duarte, administradora de la zona arqueológica de Edzná, y guardias, prohibieron a los participantes del Sexto Encuentro Lingüístico y Cultural del Pueblo Maya la celebración del “ritual del fuego sagrado” con el argumento de que se podría incendiar el pasto.

A ese acto acudieron representantes de los pueblos mayas de Belice, Guatemala y México, entre éstos habitantes de Quintana Roo, Chiapas, Campeche y Yucatán, quienes enviaron una protesta ante las oficinas de la ONU en México, y solicitaron un pronunciamiento o, al menos, que las decisiones legales que involucren a los sitios arqueológicos sean consultadas con los representantes de estas comunidades.

Angel Chan May, habitante de Motul, Yucatán, recordó que alrededor de las 4:30 de la madrugada del 12 de agosto el sacerdote maya guatemalteco a quien le correspondía hacer el “ritual del fuego” empezó a instalar el altar en un círculo no mayor a medio metro. En eso llegó Candelaria Duarte en compañía de los guardias, para impedir la ceremonia con el argumento de que se dañaría el “zacate cubano”, y daría mala imagen a los turistas.

El indígena chiapaneco José Ac expresó indignación, “porque sí dejan que vengan extranjeros, como (el tenor Luciano) Pavarotti, (el presidente de Estados Unidos) George W. Bush, y a ellos sí los dejan pasar”.

Angel Tpec, de Belice, expresó hartazgo de que “nuestros gobiernos nos utilicen” como atractivos turísticos para aumentar sus ventas y nuestros templos mayas sean usados como zonas arqueológicas cuando verdaderamente son centros ceremoniales; piensan que los mayas ya murieron, pero están equivocados, seguimos vivos y resistiendo la discriminación de que somos víctimas”.