Unas 150 familias pertenecientes a la etnia indígena Maya Q’echi ocuparon el fin de semana cuatro predios comunales en el norteño departamento guatemalteco de Izabal.
Según afirmaron los ocupantes, la medida se tomó porque “no nos dejaron otra opción”, y agregaron que fuerzas policiales se acercaron al lugar “quizás para intimidarnos, pero no pasó a más”.
Los indígenas señalaron que los cambios de “un lugar a otro” constituyen para ellos una “experiencia dolorosa”.
“Nosotras y nosotros nos encariñamos con las cosas, lugares, formas y con todo el ambiente con el que nos relacionamos cada día. Tener que abandonar ese cuadro causa tristeza y frustración”, sostienen en un comunicado que presentaron a las autoridades locales.
Pero aclaran que las razones que los impulsaron a “buscar nuevos horizontes” son “mucho más fuertes”.
Estas comunidades indígenas de Izabal han denunciado al Estado guatemalteco porque “no delimita, ni demarca, ni titulariza” los territorios que a ellos les pertenecen desde “tiempos ancestrales”.
Según aseguran, las autoridades desconocen los derechos de propiedad de las comunidades, mientras conceden en forma “irregular y oscura” licencias de explotación a favor de la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN).
Este fin de semana algunos delegados de la CGN concurrieron al lugar de la ocupación de tierras para “enterarse si estábamos dentro de su territorio”, según dijeron los ocupantes.
“Como no es así, luego vinieron las autoridades del gobierno para enterarse de nuestra situación. Ojalá sea el principio para un proceso de acompañamiento positivo de construcción comunitaria. De lo contrario, también estamos dispuestos a continuar nuestra lucha y resistencia”, añaden en la carta.