Resistencia en el sur: Antecedentes de las batallas contra Celco

19.Ago.06    Análisis y Noticias

DOCUMENTO: Orígenes del conflicto de Mehuín

Por José Araya Cornejo
Escrito el año 2001

Han pasado ya 4 años de esa conversación, de esas que se encuentran en localidades como Mehuin, en un bar, entre pescadores, en el horario de las confesiones, cuando alguien contó los verdaderos motivos de los trabajos en la desembocadura del río Lingue.

Era el detalle que faltaba para reafirmar un rumor que circulaba en el pueblo y que conectaba a Mehuín con la planta de celulosa que se instalaría en la zona. La información circulaba hace meses, pues era el proyecto forestal más grande de Sudamérica, y con ello la solución para la depresión económica y borraría esa imagen de comuna pobre sin mayores expectativas. Solo se discutía su aprobación ambiental definitiva, cuestionada allá lejos por algunos ambientalistas que veían peligros para el río donde hay un santuario natural de aves, y que serviría de desague para los residuos líquidos de la planta.

Pero esa conversación armó una verdadera batahola en la comunidad. Los temidos y criticados residuos líquidos, ya no irían al Río Cruces, sino que iban a ser vertidos justo en la mitad de la playa grande de Mehuín. En el pueblo sonó como a una sentencia de muerte, y para saber el porqué no había que ser experto biólogo ni químico. Si era tóxico para aves y peces en el río porque debía ser bueno para el mar.

El proyecto había sido presentado en 1995, y entraba a su conflicto más serio en julio de 1996, cuando Mehuín se organizó y luchó para proteger su medio ambiente. Ante la sorpresa y la duda de todos, ese poblado de 1700 personas le dobló la mano al grupo económico más poderoso del país, y a esa idea de desarrollo nacional que en forma simple considera que el crecimiento del país necesita del sacrificio de algunos, aunque eso sea la muerte de pequeños ecosistemas del país. Pero la historia cambió, no sólo de Mehuín, sino también de los conflictos ambientales en Chile.

De los numerosos conflictos ambientales que se presentan en nuestro país, el de Mehuín con la planta de celulosa es de aquellos que entregan lecciones permanentes. Quizás ya no muchos recuerden al pueblo, con su caleta de pescadores y casitas de veraneo y los nombres de los que dirigieron su férrea lucha, pero Mehuin es hoy un buen ejemplo para estudiar conflictos sociales y ambientales en Chile.

La oposición a este proyecto significó desobedecer lo que la ley obliga para tramitar proyectos ambientales, y también desobedecer a una cierta norma que venía diciendo que la gente no opinaba y las decisiones no se cuestionaban. Mehuín se opuso al absolutismo de quien está en el poder, y cree que todo lo hace bien y por el bien de todos. Para ello Mehuín recurrió a esas condiciones particulares que le daban su historia y cultura. Enfrentó esa cultura indígena discriminada y la de esforzadas familias de mar que sólo quieren vivir tranquilos de lo que la naturaleza les ofrece con sus recursos y su paisaje, con esa herencia dictatorial que te abre una puerta a la democracia sólo para dejarte encerrado en su burbuja neoliberal, exitista y consumista. Luchó ahí en el espacio abierto que da la seguridad de saber que la verdad está con ellos, y que esa sola arma es suficiente si se empuña entre todos. Y lo hizo ahí en su territorio, en la tierra y en el mar sabiendo, sin necesidad de leerlas, que hay leyes más importantes que priorizan al hombre y a la naturaleza. Se trata de eso, una pelea por la sobrevivencia de una forma de vida.

Mehuín

Mehuín es un pueblo ubicado en la costa en la zona noroeste de la Provincia de Valdivia, en los límites de la IX y X regiones, a 850 kms. al sur de la capital del país. Mehuín es el pueblo mas grande luego de la capital de la comuna, San José de la Maríquina. Está inserto en la cordillera de la costa, junto a la desembocadura del río Lingue, y convive ahí junto a un caserío llamado Misissippi, y a las comunidades mapuche-lafkenche, que habitan hacia el sur del pueblo.

Mehuín, es una pequeña bahía, donde desemboca el pequeño río Lingue, rodeada de cerros de la cordillera costera. Es un lugar aislado geográficamente y a escasos metros del límite entre dos regiones. Por esto mismo el sentido de pertenencia de los habitantes de Mehuín es muy fuerte y, aunque se sienten lejanos, están muy informada de lo que ocurre en el resto de la región y del país.

La población de Mehuín es de aprox. 1700 personas, pero otras 3.000 son mapuches-lafkenche y viven en 13 comunidades en la zona costera al sur del pueblo y que bajan a Mehuin a vender sus productos y a abastecerse. Pero aparte de la diferenciación étnica existen en el pueblo sectores muy definidos, y con sus propias particularidades culturales y que se relacionan de distinta forma en Mehuín. Uno de estos grupos son los pescadores artesanales que habitan preferentemente un sector del pueblo llamado ‘la caleta’, al lado del Río Lingue, y donde se desarrolla gran parte de la vida cotidiana del pueblo. En este sector están los criaderos de mariscos, las ventas de pescados, mariscos y algas marinas, y es además un lugar obligado para las compras y el paseo de los turistas. Otro grupo lo constituyen los residentes permanentes y temporales que viven de actividades ligadas al turismo, y que habitan el sector conocido como el centro y las playas. Ahí están la administración de los servicios básicos [luz, agua, policía, salud] y se desarrollan las actividades del verano para los turistas.

La población flotante del pueblo se multiplica en varios miles en verano [enero y febrero], temporada donde llegan los que tienen casas de veraneo en el pueblo y cientos de familias completas [particularmente personas pobres] que vienen de la IX Región [una región sin playas], convirtiendo a Mehuín en una de las playas de turismo popular mas importantes de toda la zona.

Aunque los indicadores sociales la identifican como una comunidad social y económicamente deprimida, situación que vive especialmente la población lafkenche, sus habitantes se reconocen como un poblado estable, con futuro por el desarrollo turístico, y en la que efectivamente no existen personas pobres [mendigos o gente sin casa]. Su población es mayoritariamente católica, pero la población evangélica ha crecido como en todo el país. Votaban por candidatos de la derecha, situación que varió luego del conflicto, por el apoyo de este sector político a la planta de celulosa.

Mehuín es una población donde los hombres ejercen casi todos los cargos públicos. En ello influye la cultura indígena, donde los hombres ejercen los cargos relevantes, e igual situación se da en el mundo de los pescadores artesanales. Las mujeres, que son el 47% de la población, se dedican a las actividades de la casa, crianza de hijos y a apoyar actividades de la pesca, y en pequeñas actividades agrícolas de subsistencia. Sólo algunas están dedicadas al negocio del turismo.

Resumen del conflicto

El conflicto Mehuín se desarrolló entre julio de 1996, desde el momento en que la comunidad se organiza al saber que se hacían estudios secretos para construir un ducto que llevaría a la bahía 900 litros por segundo de residuos industriales líquidos contaminantes del proyecto Planta Valdivia, una planta de celulosa. Y se dio por terminado técnicamente cuando se resolvió aprobar el proyecto pero vaciando los residuos en otro lugar el 16 de octubre de 1988.

El proyecto es de Celulosa Arauco y Constitución [CELCO], parte de la filial forestal del grupo económico Angellini, y consiste en instalar una fabrica de pulpa de celulosa blanqueada, usando un proceso conocido como Kraft. El proyecto con una vida útil de 20 años, tendría una producción anual de 550 mil toneladas, y una inversión de US$ 1.400 millones. Esta planta de celulosa es parte del desarrollo del modelo forestal en Chile, que se inicio en la década del 70, en plena dictadura militar, con la masificación de plantaciones de pino y eucaliptus. Estas plantaciones y la actividad económica que generan hoy, es también la que mas impactos ambientales y sociales negativos provoca, y en torno a esta actividad se generan hoy los mas violentos conflictos sociales con comunidades mapuches.

El conflicto básicamente fue la oposición de la comunidad de Mehuín al ducto con los RILES que llegarían a la bahía. La campaña se llamó NO AL DUCTO, lo que significó en la práctica un rechazo al uso del mar para votar residuos contaminantes, y la estrategia de la comunidad fue no permitir que se hicieran estudios técnicos que permitieran a la autoridad ambiental autorizar la construcción de este ducto. Ello derivó también en un cuestionamiento de la institucionalidad ambiental en Chile, y a relevar el papel de la [s] comunidad [es] en la decisiones sobre los proyectos de desarrollo y que impliquen daños ambientales.

El inicio

El proyecto de esta planta de celulosa, la mas grande de sudamérica, fue aprobado en mayo de 1996, y la resolución ambiental le daba la posibilidad a CELCO de elegir entre dos alternativas para los residuos líquidos. Vaciar en un río, instalando un sistema mas moderno para limpiar residuo especializados, o el mar distante a 35 kilómetros. Para CELCO la alternativa mas barata era llegar al mar en vez de instalar un nuevo sistema químico para limpiar las aguas y tirarlas al río. La diferencia influía en los costos de producción como en la mantención técnica de las instalaciones.

CELCO inició trabajos en forma secreta en la bahía, pero la comunidad se entera y decide organizarse para enfrentar esta situación que consideraron grave. Se realiza una asamblea y se constituye una directiva. En esta primera reunión se define el objetivo que sería después el eslogan de la campaña NO AL DUCTO.

Desde un primer momento la organización se preparó para conversar y para el enfrentamiento. Se reunieron con las organizaciones locales, la empresa y el gobierno para manifestar su rechazo a esta iniciativa.

La comunidad decidió que no se harían estudios en la bahía, y esto los ponía al margen de la legislación ambiental. Las acciones realizadas para evitar que se ingresa al pueblo para hacer estos estudios, significó constantes amenazas del gobierno de intervenir el pueblo mediante la fuerza policial.

Ante la actitud del pueblo CELCO reaccionó con los mismos argumentos que ya se usaban en otros conflictos en el país, y que habían dado resultados. Lo primero era tratar de imponer el proyecto como una decisión de la autoridad, y asustar a la comunidad de que oponerse era un delito. La prepotencia y el autoritarismo eran herramientas fuertes y validadas. El segundo paso era convencer a la gente de los beneficio del proyecto, desprestigiando todo argumento y grupo que estuviera en contra, en especial a los grupos ambientales a los cuales se les acusaba de terroristas y manipuladores. El tercer paso era ofrecer dinero, lo que era fácil para un proyecto que invertía U$1.400 millones. Se les ofreció una escuela nueva, materiales de trabajo a los pescadores, hasta un muelle para cubrir el ducto que entraría la mar. También dinero para algunos dirigentes, si terminaba el conflicto.

Además CELCO se apoyo en el poder de los medios de comunicación afines al empresariado, siendo el diario de Valdivia el mas decidido defensor del proyecto.

El gobierno intentó imponer el proyecto como una decisión tomada por equipos técnicos, y que cualquier oposición de la comunidad debía hacerse en el marco de la legislación vigente. Para el gobierno lo importante era reafirmar su política de crecimiento económico y ello significaba apoyar toda inversión privada, y el modelo forestal era parte de este proceso. La legislación ambiental debía apoyar este proceso económico, dando garantías a las partes en conflicto para resolver mejorando los proyectos pero nunca eliminando iniciativas económicas. En este contexto el gobierno apoyaba el proyecto, y ante los ojos de la comunidad estaba al lado de la empresa.

La máscara ambiental

En agosto de 1997, CELCO decide terminar con este proyecto y presenta otro de igual característica y donde la única alternativa posible para los residuos líquidos eran el mar en la bahía de Mehuín. La empresa sustentaba este nuevo proyecto en estudios hechos bajo simulación computacional, y en datos que supuestamente habían recogidos en la costa. Además había entrado en vigencia un nuevo reglamento de la ley ambiental, que especifica una modalidad de participación ciudadana, y la intención era forzar a la comunidad a participar de ella. El gobierno era parte de este nuevo plan.

Para la comunidad el nuevo proyecto era una amenaza cierta y había que reunir todas las fuerzas posibles para enfrentar la situación. Aunque el conflicto era conocido nacional e internacionalmente, todos pensaban que la lucha se daría ahí en Mehuín, en terreno, y eso significaba enfrentamientos. Pero la comunidad siguió en su acción pacífica, y dedico sus esfuerzos a denunciar la máscara ambiental que se pretendía en esta nueva etapa.

La comunidad se organizó para evitar que se hicieran los estudios por tierra o por mar, y se negó a participar del mecanismo que ofrecía el nuevo reglamento de la ley ambiental. Para Mehuín el tema no eran los espacios de participación, sino los espacios de decisión. Y estaba claro que lo nuevo en la ley no permitía a una comunidad decir que no a un proyecto. Esa era la máscara, los proyecto tenían un marco de decisión política donde una comunidad no tenía mayor influencia, salvo la movilización.

Ante la negativa, Mehuín pasó a ser un conflicto político y los empresarios pedían que se aplicaran otras herramientas legales para que se respetara el estado de derecho. Mehuín fue relacionado con el conflicto mapuche que se inició en la VIII y IX regiones, y al que acusaban de estar instigados por grupos ambientales e indígenas. Y si había relación, ya que el conflicto mapuche se iniciaba en esta etapa con una nueva realidad, la comprobación de los indígenas del daño ambiental de las plantaciones forestales. A esto se sumaban otros conflictos por proyectos energéticos, mineros y de infraestructura. Tras estos conflictos estaba la máscara ambiental del desarrollo económico del país.

La derrota

Finalmente vino la ofensiva final. CELCO trató de ingresar por mar y tierra a Mehuín para hacer los estudios, pero se encontró con una comunidad ya muy organizada, y que había logrado sensibilizar a gran parte de la opinión pública. El gobierno estaba expuesto a la mirada del país y de parte de la comunidad internacional que miraba con preocupación lo que pasaba en los conflictos ambientales e indígenas, y la fuerte represión que se había visto en algunas zonas mapuches.

Ante la inminente derrota la empresa y gobierno negociaron una salida al conflicto. Aprobar el proyecto con la alternativa inicial propuesta en el primer proyecto: vaciar los residuos líquidos en el río Cruces con un tratamiento ambiental mas moderno, y que garantizará la menor contaminación. El proyecto no podía retirarse ya que se había generado una gran expectativa económica en la Provincia de Valdivia por este megaproyecto, y además CELCO necesitaba hacer una planta para ocupar las miles de hectáreas de plantaciones de pino y eucaliptus que tenía en la zona. Hoy ya se ha anunciado su construcción para este año 2001.
Mehuín logró triunfar gracias a su constancia y fe en la comunidad y su organización. Nunca se hizo una gran celebración, y la comunidad comenzó a retomar su ritmo de vida habitual, pero concientes de que ya no eran los mismos, por que lo que habían vivido sirvió para que ellos se conocieran mas y que su experiencia es hoy aporte al movimiento ambiental.

Desobediencia civil en Mehuin. Una decisión política por la no violencia.

Hay antecedentes que permitían decir que el conflicto de Mehuín podría ser violento. La participación de comunidades mapuches concitó la atención preferente de la prensa, porque podía significar imágenes de enfrentamientos y violencia. Ello por la historia confrontacional de este pueblo y el estado chileno, y que se agudizo con el inicio de una nueva etapa del conflicto mapuche, con fuertes incidentes en la VIII y IX regiones. Los mapuche lafkenche son gente pacífica, pero llevan consigo la historia de su pueblo guerrero, solo dominado por las fuerzas de las armas y luego de cruentas guerras en el siglo XIX.

Otro antecedente eran los pescadores artesanales, un gremio reconocido como muy fuerte y unido, y que siempre han protagonizado acciones muy violentas contra las autoridades al reclamar sobre sus demandas y derechos. Por ello aquí la cultura y la historia tenían mucho que decir a la hora de tomar decisiones de usar o no la fuerza.

Las acciones pacíficas fueron una opción política, decidida junto a los dirigentes y en las asambleas, y que permitían asegurar el éxito. Si había violencia sólo sería una respuesta material a la imposición arbitraria de este proyecto. La opción por la desobediencia civil la comunidad ya la había tomado, ya que esto era consencuencia de la decisión de no permitir estudios en la costa. Pero la fundamentación para las aciones pacíficas tomadas finalmente por la comunidad están en los movimientos sociales generados por la lucha por los derechos humanos y la defensa del medio ambiente.

La ética de los derechos humanos

Luego de la dictadura militar [1973-1989], el movimiento de derechos humanos logro que sus sus objetivos de verdad y justicia fueran aceptados por la mayoría del país. La defensa de los derechos humanos logró aglutinar a distintas fuerzas políticas y sociales para terminar con la dictadura del Gral. Pinochet, y la lucha pacifica de mujeres reclamando saber por sus familiares ejecutados y desaparecidos es seguida cotidianamente por el pais en los medios de comunicación. Esa valentía, serenidad y fortaleza que traslucían estas mujeres mostraban un camino de acción. La decisión de actuar unidos, cuando el problema es común con el convencimiento que se tenía la razón.

Los derechos humanos, aunque en Chile siguen muy relacionados con el pasado dictatorial, han logrado proyectar en la sociedad su dimensión ético y se ha logrado con ello importantes cambios institucionales. La dimensión político social y utópica de los derechos humanos ha influido en el trabajo de pequeños movimientos o en la reorganización de nuevos grupos en la sociedad.

En Mehuín existía conciencia de que se defendía un derecho, y lo que se conversó con la población y los dirigentes es que esta defensa, en la perspectiva de los derechos humanos, debía hacerse justamente validando una nueva cultura democrática que erradicaba la violencia. Mas aun cuando los empresarios que respaldaban el proyecto, tenían una relación de lealtad con la dictadura militar, y por lo tanto eran ellos los que estaban comprometidos con la violencia que había significado la violación masiva y sistemática de los derechos humanos de miles de personas.

La transversalidad de la defensa del medio ambiente.

Un fenómeno creciente en el país ha sido la defensa del medio ambiente, y un aporte importante del movimiento generado en torno a este tema es la diversidad social que ha convocado y reunido.

En Mehuin, la defensa del mar y el rechazo a su contaminación logró aglutinar a una diversidad de actores y grupos de la comunidad. Y quienes encabezaron este movimiento no fueron cuestionados por sus ideas personales, sino que evaluaba su dedicación y la fuerza con que expresaban los objetivos de la comunidad. La defensa del medio ambiente había logrado reunir al pueblo.

Los conflictos ambientales eran muy conocidos por la divulgación que habían tenido en los últimos años. Conflictos como Ralco, o contra vertederos de basura, antenas de telefonía celular y desechos contaminantes en los ríos, tenían amplia repercusión nacional, y por ello comunidades como Mehuín estaban muy enterados de que se trataba, y que hacía la gente para defenderse.

Justamente el movimiento ecologista había logrado impulsar un cierto debate sobre la desobediencia civil, como una acción ciudadana que cuestionaba la institucionalidad vigente. Es esta institucionalidad la que provoca una violencia estructural, y lo que se requería era construir un movimiento ciudadano que permitiera modificar esta estructura.

En Mehuín pensar en formas de autodefensa y prepararse para ello, era de sentido común, ya que veían que la fuerza del empresariado tras el proyecto era muy grande, y aquí, además, estaba la voluntad política del gobierno de que el proyecto se hiciera. Para un sector importante del pueblo tarde o temprano el enfrentamiento se produciría.

Pero finalmente fue más importante la mejor estrategia para lograr el objetivo del pueblo, y esta significaba optar por acciones pacíficas de protesta y llevar el conflicto a un espacio político que concitara el apoyo de la comunidad nacional, y donde se notaran las grandes diferencias de poder tras el conflicto. Mehuin, un pequeño pueblo enfrentándose a un megaproyecto: David contra Goliat.

Todas las formas de comunicación son válidas

En Mehuín había falta de preparación para el uso y diseño de formas y medios de comunicación. Esta es una situación que se repite en los conflictos, y por eso hoy es una necesidad incluir esto en la capacitación y asesorías en la gestión de conflictos.

Pero aquí se usaron todas las posibilidades necesarias para que la estrategia funcionara. Mehuín tenía un objetivo y una opinión sobre lo que ocurría y eso debían saberlo todos: autoridades y cualquier persona que cruzara el pueblo.

Conectados con la comunidad

La relación permanente con la comunidad, para tomar decisiones e informar, fueron las asambleas. Estas no tuvieron la regularidad necesaria, ya que pasaron meses de absoluta incertidumbre sobre el proyecto. Pero las asambleas validaron las decisiones de los dirigentes y permitieron conocer y canalizar opiniones y críticas al trabajo del Comité. También opiniones disidentes de personas, que todos sabían estaban de acuerdo con el proyecto.

Una decisión fue diseñar un medio informativo. El boletín Mehuín, y del cual se hicieron cuatro números. Este medio permitió además mantener informados a los visitantes y contactarse con el movimiento ambiental, con otros grupos en conflicto y organizaciones e instituciones ambientales y ecologistas. Con la frase NO AL DUCTO, se diseñaron materiales de denuncia y difusión, como afiches, adhesivos y fueron el eslogan para rayados, poleras y lienzos.

Dialogando desde fuera de la institucionalidad

Mehuín rechazó someterse a cualquier proceso de la institucionalidad ambiental, que permitiera validar los estudios que el proyecto requería. Eso fue lo que se comunicó en reuniones con autoridades de la región y a nivel nacional en Santiago. Una comisión de la Cámara de Diputados viajó al lugar, y también lo hicieron senadores de la zona. Todos aseguraron apoyar a Mehuín, pero esto debía hacerse respetando la institucionalidad.

El rechazo al apoyo político del proyecto tuvo su mejor manifestación en las elecciones parlamentarias de 1997. Los candidatos no pudieron hacer campaña al interior del pueblo, y los votos sumaron el 66%.

La prensa un amigo estratégico

Redactar comunicados de prensa y contestar cada nota de opinión o artículo sobre el tema, fue una tarea que rindió sus frutos. Mehuin, siempre mantenía la ofensiva comunicacional. Y ello se logró en una relación permanente con periodistas de medios locales y nacionales, incluso con aquellos que se sabía apoyaban el proyecto. El único veto fue con ‘El Diario Austral’, el periódico de Valdivia, que era un defensor muy agresivo del proyecto.

Toda la costa contra el ducto

El apoyo decidido de todas las comunidades costeras al norte y sur de Mehuín reforzó la idea de que el rechazo al ducto no era sólo de Mehuin, y que tras este objetivo estaba la defensa del mar como una forma y medio de vida. Todos lo sindicatos de pescadores y comunidades mapuches costeras se hicieron presentes ante el llamado de Mehuin.

Construir esta relación significó un esfuerzo educativo ya que se debieron preparar materiales didácticos sobre los impactos ambientales de la planta de celulosa y el ducto al mar, para convencer a quienes veían una opción posible de desarrollo en este proyecto. Además, ello contrarrestaba la ación de algunas autoridades locales y la empresa, quienes a través de medios coercitivos presionaban a las comunidades a aceptar puestos de trabajo, proyectos y otros beneficios que traería la celulosa. Esta relación se complementó con el apoyo de grupos ambientales y las diversas acciones de solidaridad que surgieron de estos grupos en la capital del país, y las ciudades cercanas a Mehuin.

Movilizados en la tierra y el mar

La protesta y la movilización es una medio que se utilizó sólo en el pueblo y en la ciudad cercana de San José. Ello por la dificultad de trasladar a gran parte del pueblo a otras ciudades. Pero las acciones realizadas mostraron un pueblo comprometido y su mayor expresión estuvo en lo que se llamó la ‘batalla naval’ ocurrida en enero de 1998, cuando la empresa intentó hacer los estudios desde el mar con un barco. Mas de 200 embarcaciones y cientos de personas movilizadas en la costa hicieron desistir de sus acciones a CELCO.

La organización

Mehuín formó un Comité de Defensa en julio de 1996, integrado por 12 personas, que representaban a distintos grupos de la comunidad: pescadores, vecinos, pequeños empresarios, indígenas. Esta organización dirigió todo el conflicto, junto a un equipo asesor cuyas capacidades estaban relacionadas con la gestión de conflictos ambientales, la defensa de los derechos humanos y el desarrollo de estrategias político comunicacionales. El Comité, luego de un año de trabajo quedo sólo integrado por 4 personas, en una selección natural de quienes más se involucraron en la toma de decisiones, y hacían mas operativo el trabajo.

La organización contaba con una estructura informal donde participaban dirigentes de sindicatos de pescadores y mapuches de las zonas más cercanas al norte y sur del pueblo. Con ellos se compartía información y decisiones sobre acciones públicas donde se requería apoyo. En esta estructura informal estaban también presentes pequeños grupos de apoyo que se formaron por personas que vivían fuera, pero tenían familiares en Mehuín y amigos.

Al interior de la comunidad se generaron grupos de trabajo, fundamentalmente mujeres, siendo los mas destacados el grupo de que mantenía la comunicación con los medios de prensa y quienes recolectaban dineros para financiar las actividades del Comité. El Comité de Defensa se relacionó con una red de grupos e instituciones ambientales, que le permitieron difundir el conflicto, generar acciones de solidaridad y espacios para compartir la experiencia. Mehuín se hizo parte del movimiento ambiental chileno y ahí era un referente importante dada la fuerza que generaba lo que ocurría en ese pueblo .

El Comité debió enfrentar situaciones internas de grupos que apoyaban el proyecto, y otros que opinaban que la estrategia era muy confrontacional. Había una sensación de inseguridad, que creció en la medida que pasaban los meses y no se veían resultados.

Al igual que en otros conflictos, la situación de Mehuin fue un aprendizaje sobre el tiempo y sus efectos en la gente. Nunca hubo certeza de cuando terminaría el conflicto.

Objetivos y resultados

El NO AL DUCTO fue un objetivo y una estrategia a la vez. El objetivo estaba claro para todos: el ducto de la planta de celulosa jamás llegaría a la playa. La estrategia fue negarse y anular toda acción que permitiera hacer estudios técnicos, para validar el proyecto. Para ello Mehuin actuaría al margen de la ley ambiental.

NO AL DUCTO, fue el eslogan de la política comunicacional, y era la presentación y el único resultado posible en toda conversación o negociación con la comunidad.
Un debate al interior del pueblo fue la diferencia entre oponerse al ducto, y no a todo el proyecto de la planta de celulosa. Para la mayoría, Mehuín no quería el ducto y la solución al proyecto no era responsabilidad del pueblo. Esta postura varió en la comunidad, ya que la experiencia les fue diciendo, y la práctica mostrando, que a ellos se los eligió por ser un pueblo pequeño y posible de sacrificar a favor del ‘desarrollo’. Había ahí un reconocimiento de que efectivamente el proyecto producía daños ambientales. La pregunta es simple, si mentían sobre el ducto, porque creer los otros posibles beneficios del proyecto, o porque no creer los otros daños del proyecto.

Una mirada mas amplia en el pueblo también amplio la concepción de su propio objetivo. Un cambio muy relevante ya que el aislamiento de Mehuín también propiciaba una visión aislada de sus problemas. Cuando se presentó el segundo proyecto todos sabían que estaban peleando no sólo contra una parte del proyecto sino contra todo el proyecto.

Algunos logros del conflicto

·Cuestionar la concepción de participación ciudadana de la legislación ambiental. Este cuestionamiento tuvo un efecto práctico sobre las técnicas de participación, las que con el conflicto me Mehuín fueron mas abiertas y con una mayor difusión y convocatoria pública para que cualquier persona pueda opinar en los proyectos de inversión. El otro efecto esperado era en la estructura, y ahí el caso Mehuín demostró que es posible revertir decisiones políticas y económicas que puedan afectar el medio ambiente. Esta reversión significaba oponerse a la instalación de determinados proyectos negativos para una comunidad, o imponer condiciones de protección ambiental.

·La organización de Mehuín reforzó la idea de que las personas y grupos pueden trabajar en forma independiente, confiando y reforzando sus capacidades. En esta idea el apoyo externo es una colaboración mutua y no un asistencialismo, que finalmente en forma velada controla y toma las decisiones de la comunidad. En Mehuín no sólo estaba la presión de organismos estatales y privados, sino también de organismos ambientales que trataron de controlar la situación o dirigir el trabajo de la organización.

·La tecnología asociadas a las plantas de celulosa para evitar efectos negativos ambientales, mejoro sus estándares. Aunque esta planta no se ha construido aun, cualquier otro proyecto futuro deberá usar nuevas y modernas tecnologías para los residuos líquidos, como para residuos sólidos para emisiones atmosféricas.

Conclusiones

1. Como en muchas partes, en Chile, decir plantas de celulosa es decir contaminación, y Mehuin experimentó esa sensación de ser un vertedero para la contaminación de otros y con ello perder todo lo que tenían. El pueblo se vio en un momento atrapado en un debate que veían y escuchaban lejano. La destrucción del medio ambiente era algo que les pasaba a otros. Luego vino el conflicto con la incertidumbre del tiempo y su resolución final. Y lo que era peor sentían que estaban siendo sacrificados para el desarrollo de otros. Así, el espacio físico, el mar, la convivencia cotidiana que de tanto vivirla no se percibe. Un pueblo pequeño donde todos dicen que se conocen. Pero ¿de verdad se conocían?. Todo toma otro sentido cuando esta amenazado y puede desaparecer.

El conflicto de Mehuin fue una experiencia de crecimiento personal para muchas personas de la comunidad. Entre quienes fueron dirigentes, algunos hoy son personas de referencia en el pueblo con capacidades e idoneidad para resolver conflictos internos, otros aprovecharon el aprendizaje para seguir trabajando en sus propios espacios de organización, en los sindicatos de pescadores o comunidades indígenas.

El trabajo desarrollado sirvió para medir capacidades personales, aprender destrezas nuevas [relaciones de grupo, formas de comunicación], valorar la confianza en si mismo.

No se ha trabajado con la gente de Mehuín saber cuánto es el cuestionamiento que se hicieron sobre sus ideas y valores. Era sabido que la mayoría del pueblo y las comunidades mapuches apoyaban a candidatos de la derecha política, los mismos que defendían la obra del gobierno militar de Pinochet y que impulsaron el modelo de desarrollo neoliberal en el cual estaba inserto este megaproyecto de celulosa. Durante el conflicto se rechazó a estos por igual que los del gobierno.

2. Mehuín sigue ahí junto al mar con sus pescadores mapuches y chilenos, y los miles de turistas que paradójicamente dejan grandes cantidades de basura tirada por todos lados. Y es que el aporte de Mehuín no tiene relación con la conciencia ambiental que los conecta con cosas básicas necesarias y cercanas: mejorar su entorno, limpiar las playas o que los pescadores en su actividad no dejen residuos de combustibles y plásticos por todos lados.

El aporte de Mehuín fue principalmente al movimiento ambiental en el país. Un ejemplo para otras comunidades en conflicto que pueden conocer una experiencia de organización que permite decir: si es posible ganar, si el objetivo es claro y asumido por todos. Y ello significa también ver el valor que ellos mismos se otorgan como grupo o comunidad.

Mehuín hizo esta valorización de la comunidad. Si pensaba cada uno en sus trabajos, en sus familias, en los vecinos, en el paisaje, al involucrarse es difícil decirlo hoy día. Pero la mayoría del pueblo se comprometió con el movimiento y cada uno a su manera hizo un aporte. Se formaron nuevos grupos, nuevas amistades, nuevos líderes de la comunidad y se agregó un nuevo episodio a la historia del pueblo, donde ello son protagonistas. Y saben que pese a las dificultades y errores que pudieron haber lo hicieron bien.

3. Objetivos hacia otros grupos y el movimiento ambiental fue buscado intencionadamente, principalmente por el equipo asesor, y que después hicieron también los propios dirigentes en encuentros y talleres de trabajo sobre conflictos ambientales. La intención era discutir sobre la participación social, mediatizada hoy por los enclaves de poder que significan los empresarios, los militares y hoy también los partidos políticos. La posición frente y las estrategias para el cambio del modelo de desarrollo son preguntas esenciales hoy en la construcción de movimientos sociales, y si estos existen, ante un fuerte proceso de individuación de la sociedad.

Mehuín fue un pequeño movimiento que logro su objetivo, pero que nos puede entregar lecciones sobre estas grandes preguntas y dar algunas respuestas, especialmente sobre el rol de las personas y grupos en la defensa de sus derechos, y en la construcción de nuevos derechos.