Oaxaca: Policía tirotea estaciones de radio ocupadas por la población, que responde quemando buses

23.Ago.06    Análisis y Noticias

Martes 22 de agosto de 2006

Foto 1: La asamblea del pueblo y maestros de Oaxaca marcharon ayer por la tarde para condenar el ataque por sujetos armados a medios electrónicos que ocupaban. Durante la manifestación presentaron las balas recogidas tras el atentado
Foto 2: La población de inmediato quema buses que mantenía secuestrado.

Esta madrugada, policías tirotearon estaciones ocupadas con el fin de recuperarlas

Tras ser atacada, tomó la APPO 12 radiodifusoras en Oaxaca
Municipios que apoyan a inconformes denunciaron represalias económicas del gobierno estatal

La Jornada

Oaxaca, Oax., martes 22 de agosto. Media hora de balazos la madrugada del lunes. Fueron recogidos en el cerro del Fortín al menos 300 casquillos de AK-47. El comando que destruyó de la manera más brutal posible los transmisores de la radio y televisión oficialmente “de los oaxaqueños” no se anduvo con cuentos. Pero el movimiento popular tampoco. No bien amanecieron las frecuencias sin una estación para la voz del magisterio y la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), éstos ocuparon todas las radiodifusoras AM y FM de la ciudad, y para el mediodía ya transmitían, en poder de la APPO, 12 emisoras de nueve empresas diferentes.

Pero en los primeros minutos de este martes, desde más de 20 vehículos en movimiento -la mayoría sin placas-, fuerzas policiacas atacaron a tiros varias de las estaciones ocupadas con la intención de recuperarlas. Fueron identificadas las patrullas 517, 801, 529, 693 y 55 de la policía municipal. Se reportó un herido grave, con un tiro en el pecho.

Durante el lunes, uno recorría el cuadrante y no encontraba una Radio APPO, sino muchas. Con los micrófonos abiertos para la ciudadanía, algunas se escuchanan en todo el estado. Desde temprano comenzaron a llegar llamadas de aliento y respaldo de la sierra Sur, la Cañada, la Costa y los valles centrales.

El clamor que escuchaban los oaxaqueños aún era por la salida de Ulises Ruiz, quien sobrevive en la burbuja mediática que le prestan desde el centro de la República. En su estado se le escucha sólo como anécdota. El gobernador de Oaxaca, como aquel personaje de la novela Peter Schlemihl, es un hombre sin sombra; habla de paz y diálogo, y se lava las manos de cuanto hecho de sangre provocan policías de civil y golpeadores profesionales vinculados a su administración.

Cara limpia para el Senado

En otra esforzada acción de gobierno, los policías municipales y sus colaboradores “civiles” se han dado a la ingrata tarea de borrar con pintura blanca las pintas y el grafiti (que por millares decoran las fachadas y muros de la ciudad y los suburbios), para dar buena impresión a la avanzada que envió el Senado de la República con el fin de evaluar la situación y determinar si viene una comisión de legisladores. Muros blanqueados para tranquilizar a los observadores.

Y entonces brotó la voz de la protesta en todas las radios. Además, siguen siendo más los que, aerosol en mano, pintan y repintan los muros exigiendo la desaparición de poderes y denunciando por sus nombres o apodos a los funcionarios relacionados con la represión. También exigen, con nombre, la liberación de los presos políticos, torturados en todos los casos.

El comercio cerró el lunes en buena parte de la ciudad. Y ante la falta de transporte, pues no circularon los autobuses urbanos, por todas las colonias se veía caminar a la gente por centenares y los taxis no daban abasto.

Una marcha popular que salió a las 14 horas del mercado de Santa Rosa dio la vuelta a la capital durante cinco horas. Unas 12 mil personas, convocadas en pocas horas, atravesaron la central de abasto, realizaron un mitin en la distante colonia Reforma, y luego un plantón en El Llano, para concluir con una concentración en el zócalo.

Los inconformes cerraron desde temprano todos los accesos de la ciudad, con excepción del aeropuerto, “pues es federal”, explicaron, y fueron bloqueadas las terminales de autobuses ADO, AU y Del Sur. Fueron quemados vehículos de la empresa Sertexa en distintos puntos de la periferia. ¿Cuánto falta para que esto sea una insurrección popular generalizada?

Mientras el gobierno estatal balbucía su deslinde de la balacera y el madrugador asalto al plantón en la antena de CORTV, y aventuraba la versión de un “autoatentado” de la APPO, todos sabían que era un ataque más de la fuerza pública, como el de ayer contra las bodegas del diario Noticias, que este lunes seguía en poder de los policías e invasores que encabeza el presidente municipal de Santa Cruz Amilpas, el priísta Miguel Garza Quintana.

Según informó la APPO en conferencia de prensa, entre las radiodifusoras tomadas estaban -además de La Ley- La Grande de Oaxaca, La Súper Q, Radio Cristal, Radio Oro, EKSA, Mexicana, Radio Fórmula, Estéreo Exitos y Qué Buena. Y ninguna dejó de transmitir el lunes.

“Qué gusto me dio poner radio La Ley esta mañana y oír que estaban hablando ustedes”, decía al aire un ama de casa de la colonia Morelos. “Ahí siempre se habla mal del movimiento, se desinforma con descaro y nunca permiten las llamadas con críticas, rápido las bloquean”.

Este sentimiento liberador y desafiante se adueñó de las ondas hertzianas. En EKSA los conductores alternativos decidieron que “la pregunta del día”, dirigida al secretario de Gobierno, Heliodoro Díaz Escárraga, era: “¿Dónde está tu esposa?” La repitieron todo el lunes, inquiriendo sobre la ex funcionaria Aurora López Aceves, quien fue secretaria de Transporte en el gobierno de José Murat, y coordinadora de Transporte con Ulises Ruiz. Se le acusa de falsificar 18 mil concesiones de taxis, a razón de 120 mil pesos cada una, y de fabricar con ellas “lealtades” de transportistas del PRI y la CROC. Una y otra vez se le definió como “prófuga de la justicia”.

La marcha que rodeó la capital oaxaqueña iba encabezada por miles de campesinos indígenas procedentes de la sierra Mixteca. “Compañeros, levanten sus armas”, invitaba una bocina en la descubierta, y los mixtecos levantaban machetes, palos, varillas, resorteras y ¡periódicos! “Este es un movimiento pacífico. Nuestras únicas armas son nuestros instrumentos de trabajo”, proseguía el magnavoz.

Frente a la populosa central de abasto, donde proliferan centenares de puestos y negocios, la marcha proclamaba: “Lo que el gobierno quiere es que ustedes, los comerciantes, desaparezcan para abrir paso a sus socios, las grandes cadenas: Sam’s Club, Gigante, Soriana, y ellos llevarse la tajada. Los priístas ayudan a los que te van a quitar tu trabajo”. También señalaban al cacique de la central, Roberto Mendoza, alias El Patachín, que trafica permisos y promueve la invasión de calles y colonias. “Es hora de que los comerciantes alcen la voz y se defiendan”. El efecto de desnudamiento de la protesta popular oaxaqueña es ya de largo alcance.

La APPO responsabilizó al gobierno por “infiltrar agentes provocadores, fabricar delitos, cometer asesinatos, detener y encarcelar y torturar ilegalmente. Hacemos un llamado a la población general a su comprensión y a reforzar las guardias y proteger todos los lugares que ocupan las radiodifusoras ocupadas, de manera responsable y organizada, evitando cualquier provocación que justifique la intervención policiaca del gobierno federal”.

En un mensaje difundido profusamente el lunes, la APPO señalaba: “Ante este panorama de provocación, terror y represión, hacemos la más amplia convocatoria a nuestro pueblo para concentrar todas nuestras fuerzas en torno a la demanda única que es la caída del tirano y, por consiguiente, a reforzar los puntos fijos, los campamentos y las distintas tomas de oficinas”.

Por otra parte, diversos municipios que apoyan a la APPO y participan en el movimiento denunciaron que el gobierno retiene fondos públicos para más de 200 municipios, 47 de ellos gobernados por el PRD y el resto por ayuntamientos electos por usos y costumbres. “Es un acto de represalia”, según Ignacio Cruz López, alcalde de San Jacinto Amilpas, uno de los “castigados” por Ulises Ruiz.

Martes 22 de agosto de 2006

En represalia, los inconformes tomaron radiodifusoras y quemaron autobuses

Presuntos policías y porros atacaron emisoras ocupadas por la APPO
Un profesor resultó herido durante la agresión; hay tres desaparecidos, dijeron maestros

La Jornada

Integrantes del movimiento magisterial y popular de Oaxaca quemaron por lo menos cinco autobuses del servicio urbano tras ser atacados por un comando armado Foto Ezequiel Leyva
Oaxaca, Oax., 21 de agosto. Un grupo de al menos 60 hombres, presuntamente policías vestidos de civil y porros, atacó esta madrugada las antenas y el transmisor de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (Cortv), ubicada en el Cerro del Fortín, que estaban en poder de miembros del movimiento magisterial y popular, cortando las transmisiones del Canal 9 de televisión y de la estación de radio 96.9 de frecuencia modulada.

Los agresores arribaron al lugar alrededor de las 3:30 horas, unos a bordo de camionetas y otros caminando por el monte, para disparar en varias ocasiones contra quienes hacían las guardias de vigilancia de las instalaciones, con el fin de dispersarlos y después ingresar a destruir los aparatos.

En el tiroteo resultó herido de un balazo en la pierna izquierda el maestro Sergio Vale Jiménez, de 58 años, quien fue trasladado al hospital Presidente Juárez del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

El secretario de Prensa y Propaganda de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Daniel Rosas, reportó además la desaparición de tres maestros, conocidos como José Adelfo, Daniel y Eloy, quienes también se encontraban en el lugar.

Culpó de los hechos al “régimen autoritario y fascista” del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, porque “pretende acallar a balazos y con sangre la inconformidad del pueblo de Oaxaca”.

Algunos miembros del movimiento magisterial y popular, encolerizados por la agresión, prendieron fuego a por lo menos cinco autobuses del servicio urbano que habían secuestrado desde hace días para bloquear los accesos a las antenas y a la Cortv, que operan desde el pasado primero de agosto.

El maestro José Luis Silva, quien formaba parte de las guardias de vigilancia, contó que los presuntos policías arribaron por la avenida José Murat, pero se detuvieron a kilómetro y medio de distancia del área de transmisión de la Cortv; otros subieron a pie entre la maleza, supuestamente desde el hotel Victoria.

En las afueras del inmueble y en el interior quedaron más de una centena de cartuchos percutidos, presuntamente calibres 12 y 16 de escopeta, AR-15, .38 y 9 milímetros.

Repiten ataque supuestos policías y porros

Dos horas y media después, al filo de las seis de la mañana, cerca de la Secretaría de Finanzas estatal, que también está en poder del movimiento magisterial y popular, presuntos policías y porros accionaron armas de fuego, aunque no se reportaron lesionados.

En respuesta, los miembros del movimiento magisterial y popular concentrados en la Cortv se trasladaron, a bordo de autobuses del servicio urbano que tenían secuestrados, a tomar 12 estaciones de radio comerciales.

A las nueve de la mañana, personas a bordo de un automóvil dispararon contra quienes se encontraban resguardando una de las estaciones ocupadas, Estéreo Cristal.

Bloquearon con autobuses las calles aledañas a dichas instalaciones para evitar un desalojo policial, con lo que quedó aislado el diario Tiempo.

En más acciones, suspendieron la circulación vehicular de la carretera Oaxaca-México, en las inmediaciones del club de tenis Brenamiel, y en la avenida Hornos y la carretera a El Rosario, donde se ubican las antenas y los transmisores de cuatro
de las estaciones tomadas, además de otras arterias, lo que provocó que la ciudad quedara sitiada y se suspendiera el servicio de transporte urbano en la mayor parte de la capital.

El vocero de la Asociación de Comunicadores de Oaxaca, José Villarreal, condenó la toma de las estaciones radiofónicas y advirtió que interpondrán la denuncia penal correspondiente por el allanamiento de sus instalaciones.

De su lado, el gobernador Ulises Ruiz deslindó a su administración de alguna responsabilidad en los hechos, e informó que la procuraduría estatal “inició de inmediato” las investigaciones en torno a los hechos en instalaciones de la Cortv y la toma de las radiodifusoras de la capital.

Lamentó que en el día en que debería iniciar el ciclo escolar 2006-2007 ocurran estos acontecimientos, que distraen nuevamente al magisterio oaxaqueño de la consulta que realizaría para retornar a las aulas y atender a más de un millón 300 mil alumnos. “Se me hace muy raro ahora que el magisterio está en consulta ocurra esto”, aseveró.

La coordinación provisional de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, a su vez, emplazó al presidente Vicente Fox, al secretario de Gobernación, Carlos Abascal, y al Congreso de la Unión a manifestar su “voluntad política para resolver el conflicto”, pues de lo contrario “serán responsables de lo que suceda”.

En tanto, el senador electo de la coalición Por el Bien de Todos Gabino Cué afirmó que “hoy más que nunca se requiere con urgencia la intervención de los poderes de la República”, ante el uso de la violencia para dirimir los problemas que mantienen a Oaxaca en un estado de ingobernabilidad y fractura del estado de derecho.

La Red Oaxaqueña de Derechos Humanos, la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos y otras organizaciones de la sociedad civil oaxaqueña demandaron la destitución de Ruiz Ortiz.

Por la tarde, unos 12 mil miembros del movimiento magisterial y popular marcharon por las principales calles de la ciudad para exigir la liberación de los “presos políticos y de conciencia” y el cese “a la represión gubernamental”.

Maestros hidalguenses se solidarizan con sus compañeros de Oaxaca

Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Hidalgo se solidarizaron con sus compañeros de la sección 22 y el pueblo de Oaxaca, además de exigir la libertad de los presos políticos, entre ellos del profesor hidalguense Germán Mendoza, detenido el 9 de agosto, a pesar de estar atado a una silla de ruedas, depender de la diálisis y tener problemas de diabetes, “por el simple delito de su activismo político”.