El Universal
Sao Paulo, Brasil
Miércoles 07 de marzo de 2007
16:56 Un grupo de agricultores sin tierra invadió el miércoles una mina, un banco y otras propiedades en Brasil para protestar por el impacto de las grandes compañías sobre los pobres y por la próxima visita del presidente estadounidense George W. Bush a la nación más grande de Latinoamérica.
Los manifestantes, en su mayoría mujeres de la rama brasileña del movimiento de trabajadores agrícolas Via Campesina, cerraron brevemente una mina de mineral de hierro, invadieron una destiladora de etanol y tomaron las oficinas en Río de Janeiro del Banco Nacional de Desarrollo la víspera de la visita de Bush.
Marcilene Aparecida Ferreira, vocera de Via Campesina, dijo que tres personas, entre ellas una mujer embarazada, fueron heridas por balas de goma disparadas por la policía durante un operativo para desalojar manifestantes que bloqueaban la entrada a la mina Capao Xavier, en el estado de Belo Horizonte, a unos 340 kilómetros al norte de Río de Janeiro.
La policía se limitó a decir que los manifestantes fueron desalojados de la entrada y que no tenía información sobre lesionados. La mina es propiedad de Mineracoes Brasileiro Reunidas, que es a su vez controlada por el gigante de la minería Companhia Vale do Rio Doce.
La oficina de prensa de CVRD no ofreció inicialmente comentarios sobre la breve toma.
En avenidas muy transitadas podían verse leyendas en las paredes que decían “¡Vete Bush! ¡Asesino!” en letras rojas brillantes cerca de los sitios en Sao Paulo adonde acudirá el mandatario al iniciar una gira por cinco países latinoamericanos.
Los líderes de la protesta planean atraer hasta a 15.000 personas para una marcha el jueves a lo largo de tres kilómetros, antes de que Bush llegue a la ciudad más grande de Sudamérica para forjar una alianza energética en torno al etanol con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
“Bush viene a Brasil como el chico mensajero de las multinacionales, las compañías especializadas en agricultura, las petroleras y las fabricantes de automóviles que desean controlar los biocombustibles”, dijo Joao Pedro Stedile, líder del poderoso Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, que ayudó a organizar las protestas del miércoles.
Los organizadores denunciaron a los extranjeros que invierten en los extensos campos de caña de azúcar empleados para producir el etanol de Brasil.
Estados Unidos es el mayor productor mundial de etanol, empleando maíz, pero Brasil es el mayor exportador y tiene mucho más tierra para dedicar a la producción de biocombustible derivado de caña de azúcar a medida que crece la demanda internacional por éste. Los manifestantes dicen que las grandes corporaciones se embolsarán la mayoría de las ganancias, mientras que los cultivadores de caña seguirán recibiendo bajos salarios.
“El pacto entre Brasil y Estados Unidos para la promoción del etanol es siniestro”, dijo el obispo Tomás Balduino, director del grupo Pastoral de la Tierra de la Iglesia católica, el cual ayuda a los agricultores pobres. “Sólo va a promover la muerte, la marginalización, la pobreza y la destrucción del medio ambiente porque defiende los intereses de las grandes multinacionales”.
La visita de Bush también busca recabar apoyo para Estados Unidos en una región que recientemente ha dado un fuerte giro político hacia la izquierda.
Bush viajará el viernes a Uruguay, donde se entrevistará con el presidente Tabaré Vázquez. No visitará Argentina, pero el presidente venezolano Hugo Chávez, que dice ser un rival izquierdista de Estados Unidos, se trasladará a Buenos Aires ese mismo día para encabezar protestas contra Bush.