Chile busca conformar con México un “frente común” en América Latina; “institucionalizar sus relaciones políticas” para tomar acciones conjuntas en los planos económico y social, y poner en marcha un fondo de cooperación de 2 mil millones de dólares para financiar proyectos mutuos, aseguró a La Jornada el embajador de ese país, José Goñi Carrasco, quien precisó que para las autoridades de su gobierno la democracia también se fortalece combatiendo la pobreza.
En las oficinas de la sede diplomática, Goñi Carrasco señaló que Chile quiere hacer esta alianza con México y no le intimida el clima de inseguridad que se registra en el país, porque hay confianza de que esta situación se va a frenar. De hecho, previó que se incremente el flujo de inversión chilena, que en 2006 osciló entre 400 y 600 millones de dólares.
El embajador señaló que su gobierno no juzga la política interior o exterior de otras naciones, sólo se aboca a pactar acuerdos, porque “tanto los gobiernos de izquierda como los de derecha tienen que atender a sus sociedades”.
Para que el acuerdo de asociación estratégica entre los dos países -que ya fue firmado y se pondrá en marcha durante la visita a México de la presidenta del gobierno chileno, Michelle Bachelet-, el diplomático informó que se creará un fondo de cooperación en el que cada país aportará un millón de dólares.
-Dado que México ve más hacia América del Norte que hacia el Sur, ¿Chile no estará tratando de juntarse con el chico malo de la región?
-No, en lo absoluto. Chile también tiene un tratado de libre comercio con Estados Unidos, y estamos contentos porque nos ha ido muy bien. También tiene un acuerdo con Europa y una relación intensa con la Organización Mundial de Comercio. Lo que se busca con México es hacer una fuerza común para buscar que en el comercio internacional todos juguemos las mismas reglas, y evitar que unos países puedan aplicar subsidios y otros no.
Acercamiento de Bachellet con la IP
Goñi Carrasco precisó que la jefa del gobierno chileno, Michelle Bachelet, se entrevistará con representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo en su próxima visita a México, aunque también habrá encuentros con el sector empresarial, pues considera que es un buen momento para profundizar las relaciones en todos los aspectos.
Cuestionado sobre el rumbo que se quiere dar a la relación bilateral, precisó que el asunto más importante en este momento es poner en marcha el acuerdo de asociación estratégica entre las dos naciones. Dicho acuerdo, dijo, además de retomar la relación económica y comercial, institucionalizará la relación política, mediante la creación de un consejo de asociación, en el que confluirán presidentes, ministros y funcionarios de todo nivel para tomar acuerdos. También tendrá un comité cooperación, cuya encomienda será diseñar programas bilaterales.
La novedad, aclaró, es el fondo de cooperación, que será financiado por ambos países con más de un millón de dólares cada uno.
-¿Cómo elevar el nivel de integración con México cuando la inseguridad está alejando la inversión de otras naciones?
-Básicamente porque es un clima que no puede continuar. Las acciones que está poniendo en marcha el gobierno federal y los gobiernos de los estados son necesarias e imprescindibles, y van a generar un clima de mayor seguridad, que evidentemente atraerá capitales. En Colombia, por ejemplo, a pesar de las condiciones (de inseguridad) que se presentan también hay un importante flujo de inversión chilena.
Lo que Chile busca en México, apuntó el embajador, es un socio para entrar al mercado asiático. “Hay que dejarse de retórica para entrar de lleno en acciones de cooperación en diversos terrenos, como medio ambiente, sector forestal, agricultura, minería, agroindustria, telecomunicaciones y hasta museología, cooproducción teatral y cine”.
Para Chile, la mejor forma de eliminar desigualdad es creando trabajo. “Hay que generar empleo; eso no sólo es una condición social y económica fundamental, sino política, porque también las democracias se refuerzan combatiendo la pobreza. Sobre todo porque, tanto las corrientes neoliberales como las que no lo son, coinciden en que la premisa de toda economía es crecer para poder redistribuir”.