Más de 8 mil personas marchan contra excisión de Ecopetrol
¡Hay algarabía en el puerto!
“¡..El Fondo Monetario Internacional presionó tanto, que Uribe terminó vendiendo el Seguro Social para convertirlo en siete entidades de carácter privado, que enriquecerán a otros del extranjero….!”.
La voz retumbaba en la Avenida Galvis Galvis. Dos enormes altoparlantes ubicados sobre una de las “combativas” camionetas de la USO comenzaron a dejar escapar los gritos de inconformidad hacia las 3:00 de la tarde.
Calentaba el Astro Rey, ardía la piel. Rostros ajados por el sopor, humedecidos por el sudor, enrarecidos por el clima de tensión.
Sólo hay confianza entre ellos, los de overol caqui, camisas celestes con el emblema del coloso gremio: “USO”.
“¡Mantengámonos unidos, compañeros, esa es nuestra garantía de seguridad… No se separen. Andando; vamos a gritarle a Barrancabermeja, al país, que no queremos que Ecopetrol entre en la lista de empresas privatizadas…!”.
De nuevo la puerta de la Refinería se congestionó. La convocatoria fue a sudar petróleo por la estatal más rentable y poderosa del país.
“¡La semana pasada entregó Telecom y ya casi tiene firmados los papeles para acabar con Ecopetrol…!”.
Comenzó a colmarse la glorieta. Amas de casa, mujeres cabeza de familia de la OFP, Anthoc, las cooperativas, algunos directivos de la Refinería…
Medio Barranca salió a gritar, a protestar por lo que el Gobierno aún no ha dicho o mejor, no ha confirmado, según los sindicalistas: la escisión de Ecopetrol.
Desbocado, un caudaloso río humano fue rompiendo el dique de la indiferencia, con remos de entusiasmo, de dolor propio; mientras cientos de comerciantes contemplaban aquellos canaleteros de la protesta.
“¡Pueblo mirón, únete al montón…!”.
La avalancha subió por la calle 49, tomó rumbo al Seguro Social, desvió por la Avenida del Sena, para terminar casi dos horas después en el parque Camilo Torres.
Un viacrucis que incluyó las entidades que el Gobierno tiene listas o en proceso de privatización.
Fue mucho pueblo. La apoteósica marcha fue más contundente, más popular, más fuerte que la del martes.
Aunque para los obreros de la estatal, faltaron los “pata e” vacas”, los compañeros que se quedaron dentro, garantizando que los 240 mil barriles diarios de hidrocarburos se produzcan.
Tenían argumentos de “peso”, como el que la Refinería le entrega anualmente más de cien mil millones al municipio, para inversión social, esa que muchos reclaman, porque no la ven; aunque en los libros oficiales esté escrito que se proyecta sembrarle a la ciudad 7 mil doscientos millones de pesos, sólo por concepto de regalías.
Hay quienes inconformes, aseguran que no se da tal inversión. Por ella reclamaban ayer, hasta los sindicalistas de la USO. Familias completas asidas de la mano, ancianos, niños, los hijos de los obreros, payasos, papayeras.
Hay algarabía en el puerto. El gobierno sigue en silencio. Los sindicalistas amenazan con huelga. No termina la desazón.
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