Cocaleros inician paro indefinido con cierre de carreteras en Huánuco
lunes, 16 de abril de 2007
(09:59 hrs) Los campesinos cocaleros de la Provincia de Leoncio Prado en Huánuco, facción liderada por Iburcio Morales, inician hoy una huelga indefinida para frenar la erradicación de los cultivos de hoja de coca.
Desde tempranas horas se reportó el cierre y bloqueos de la carretera marginal Fernando Belaunde, en el tramo Tingo María- Huánuco en diversos tramos, así como en las ruta de penetración que une las localidades de Tocache con Tingo María.
El lema de los manifestantes, liderados por el alcalde del valle El Monzón, Iburcio Morales”, es “Coca o muerte, venceremos”, por lo que analistas consideran que esta protesta es del sector más radical de los productores cocaleros.
Asimismo, se han anunciado bloqueos de las carreteras que unen los departamentos de Huánuco, San Martín, Pucallpa y Ucayali.
Según cifras oficiales, cerca de 60 mil familias peruanas producen hoja de coca, insumo con el que se produce el clorhidrato decocaína, en catorce valles agrícolas repartidos en el centro y sur de Perú, con un pago mínimo de parte de los narcotraficantes.
Cuando El Monzón baja, cualquier cosa puede suceder”, dicen los pobladores de Tingo María a sabiendas de las acciones violentas de los cocaleros del sector radical de Iburcio Morales que desde esta medianoche iniciaron una huelga indefinida en rechazo a la erradicación de los sembríos de coca, incluso de los que se encuentran cerca de las pozas de maceración.
Con estas protestas, los cocaleros más incendiarios entran a la guerra de la coca para desafiar en las calles al gobierno de Alan García, con un pedido innegociable: el cese indefinido de las erradicaciones.
Dicho bastión agrupado en la Central Nacional Agropecuaria Cocalera del Perú (Cenacop) pregona el lema “Coca o Muerte” y luego de la elección de Iburcio Morales como alcalde de El Monzón tiene como presidente al joven y beligerante Eduardo Ticerán Salazar.
Ticerán asegura que por lo menos 10 mil productores llegarán del valle El Monzón para bloquear varios tramos de la carretera Fernando Belaunde Terry en Tingo María y Aucayacu (Huánuco) que conducen a Tarapoto (San Martín) y Pucallpa (Ucayali). De esta manera, se suman al paro iniciado el jueves 12 por la Federación de Productores Agropecuarios Cocaleros y Forestales del distrito de José Crespo y Castillo- Aucayacu (Huánuco) ante el inicio de las erradicaciones en la zona de Yanahanca.
Policía en alerta
Debido a las protestas, los 300 efectivos del Frente Policial del Alto Huallaga que dirige el general Víctor Hernández se encuentran en estado de alerta. Además, se desplazarían desde Lima 50 efectivos de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes).
La Cenacop ha dejado entrever que para el martes las medidas de fuerza podrían ampliarse a la Carretera Central para obstaculizar la vía hacia La Oroya y las regiones de Pasco y Junín. La paralización contará con el apoyo inicial de algunas organizaciones sociales de Tingo María como el Frente de Defensa de los Intereses de Leoncio Prado, el Sutep y la asociación de mercados, en algunos casos por temor y porque además, según el analista Jaime Antezana, la hoja de coca representa el 80% de la economía de Tingo María.
Sin embargo, la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (Conpaccp) que dirige Nelson Palomino, y a la cual están alineadas Nancy Obregón y Elsa Malpartida más allá de las pugnas internas, no apoyará el paro.
“Hay campesinos que quieren dar la cara y otros que no quieren luchar contra el narcotráfico. Y nosotros no vamos a apoyar un paro que desconoce el acta de Tocache. Si hay cocales alrededor de las pozas, se tiene que erradicar”, dijo Malpartida, quien explicó que Cenacop se opone al empadronamiento de los productores.
Ticerán, el sucesor de Iburcio Morales, luego de la reunión del 10 de abril en la que se acordó el paro, desafió al Jefe del Estado: “Así como dicen ‘Tolerancia Cero’, ahora vamos a hacer igual, nos vamos a encontrar entre radicales (…) ahí va a ver Alan por qué el valle El Monzón es ‘Coca o Muerte’”.
Quieren otra acta de Tocache
El analista en temas de narcotráfico Jaime Antezana explicó que los cocaleros de El Monzón buscan otra acta de Tocache, pero incluso con mayores concesiones como la suspensión indefinida de las erradicaciones sin empadronamiento de por medio. “Un pedido así es innegociable. Lo que debió hacer el gobierno es zanjar ese tema en Tocache con el grupo más débil, y no esperar a ponerse fuerte ahora con el sector más radical”, afirmó. Según Antezana, también fue un error que el gobierno suspendiera la reunión de la mesa técnica del jueves 12 con dirigentes de El Monzón para atender sus demandas cocaleras.
De otro lado, fuentes policiales informaron que por el bloqueo de la carretera en Aucayacu, 44 pasajeros se desplazaron el sábado en una barcaza por el río Huallaga y a la altura de la localidad de Madre Mía naufragaron. Hay 3 muertos y 12 desaparecidos.
Los campesinos de las cuencas cocaleras de los ríos Apurímac y Ene (VRAE); los de la provincia de Leoncio Prado, en la región Huánuco, y los de Tocache, en la región San Martín, son los que oponen mayor resistencia a la erradicación de los cultivos de coca.
Casi la totalidad de cocaleros de dichas áreas sostienen que no deben eliminarse sus cultivos, de acuerdo con una encuesta de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), aplicada a más de seis mil jefes
de hogar de diez cuencas cocaleras de todo el país.
En el VRAE el 90.4 por ciento, en Leoncio Prado el 88 por ciento y en Tocache el 75.3 por ciento de los campesinos encuestados rechazan la erradicación de los cultivos.
Coincidentemente, dichas cuencas han sido escenarios de violentos ataques contra trabajadores del programa de erradicación. Además, en las mismas áreas operan las columnas terroristas encabezadas por los camaradas “Alipio” y “Artemio”.
El lado oscuro
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“En las zonas donde hay una mayor dependencia de la economía de la coca, existe menos gente convencida de dejar su cultivo de coca”, indica el informe de Devida.
A los encuestados también se les preguntó si consideraban que la coca era mala, porque traía consigo el narcotráfico, la corrupción y la violencia. Los campesinos que en mayoría habían expresado su oposición a la erradicación de los cultivos de coca no la consideran mala o peligrosa.
Por ejemplo, en Leoncio Prado solo el 31.3 por ciento manifestó que el cultivo de coca atrae males para la población; en el VRAE el 31.4 por ciento y en Tocache el 43.8 por ciento.
El 74.8 por ciento de los que señalaron que sembrar coca origina dificultades, precisó que generaba delincuencia y violencia; el 22 por ciento dijo que potenciaba problemas legales; el 21.2 que alentaba el terrorismo; y el 18.7 por ciento que promovía el narcotráfico.
La encuesta de Devida permite identificar en qué cuencas cocaleras es necesario enfatizar las operaciones de erradicación, interdicción y los programas de sustitución de cultivos.
En blanco y negro
Por otro lado, la encuesta facilita identificar con nitidez en qué cuencas se ubican los agricultores que declaran que no sembrarían coca: en el Huallaga Central se expresó en ese sentido el 92.8 por ciento; en el Bajo Huallaga el 89.1 por ciento; y en Juanjuí el 87.1 por ciento.
En cambio, en la provincia de Leoncio Prado solo el 49 por ciento indicó que jamás cultivaría coca; y en el VRAE el 51.6 por ciento.
El estudio de percepción de Devida abordó también el impacto de los convenios de reducción gradual y concertada de los cultivos de coca. El 57.1 por ciento de los agricultores que han suscrito el convenio dijo que era bueno.
Solo un 7.9 por ciento del total de los campesinos que habían suscrito el acuerdo admitió haber vuelto a sembrar coca. Ahora bien, el 20.8 por ciento de los agricultores que reconocieron haber regresado a los cocales pertenece al VRAE, el 10 por ciento a Leoncio Prado y el 8.2 por ciento a Tocache.
“Gobierno debe sacar una lección de la encuesta”
Hugo Cabieses, especialista en hoja de coca, afirma que los resultados de la encuesta de Devida revelan que existe un porcentaje más elevado de lo que se pensaba de cocaleros que se niegan a la erradicación de sus cultivos.
“La mayoría de los que se oponen a la erradicación pertenecen al VRAE, Leoncio Prado y Tocache, y es que en dichas zonas hay un rechazo absoluto a la política gubernamental”, explicó Cabieses: “Y comparto el rechazo porque la política ha sido ineficaz y ha terminado profundizando la pobreza y aumentando la rentabilidad de la hoja de coca”.
Cabieses señaló que el gobierno debe tomar en cuenta estos resultados, “para revisar la forma cómo está manejando el conflicto, si no lo hace se le puede ir de las manos”. Según el experto, los cocaleros que se han radicalizado en estos días constituyen un sector minoritario, pero si la represión se intensifica, los agricultores de otras cuencas podrían sumarse.