El presidente peruano y el empresariado chileno

05.Jul.08    Análisis y Noticias

El presidente peruano y el empresariado chileno

Alán García, que encabeza el estado peruano contra la población de esos territorios, tal como Bachelet encabeza el de acá contra nosotros, acaba de declarar su intención de construir el edificio más alto del Perú, a cargo de empresarios chilenos.
Suena chistoso o casi cabalístico, ya que los faraones acostumbraban a construir sus gigantescas obras con arquitectos afamados, aún de otros lugares, como Babilonia, Grecia y otros. Sólo que después ellos iban a parar embalsamados debajo de sus obras en intrincados laberintos llenos de trampas y maldiciones. Vaya a saber uno lo que encontrarán los hombres y mujeres del futuro debajo del edificio de marras. Tal vez una caja negra de un avión Lan. Sepa Moya.

El alcalde de Valparaíso, Aldo Cornejo, que sólo conoce el puerto como visitante y conquistador, tal como Pizarro y sus secuaces lo “conocieron” en su época, no tiene empacho en traer una obra de Niemeyer para instalar su impronta imperecedera en nuestras tierras colonizadas mientras con la otra mano favorece a las grandes empresas navieras jugando cartas marcadas en la EPV (Empresa Portuaria de Valparaíso), haciendo a un lado a los pequeños y medianos empresarios de Asonave. Dicho sea de paso, la famosa EPV está dirigida por un sujeto designado por el alto mando de la cosa pública desde la capital del reino, un tal de Correa de nombre igual que el tipo que dirigió el Transantiago. A lo mejor es alcance de nombre, aunque aquí todos juran que se trata del mismo chambón.
(Me decía un amigo que leyó este texto antes de circularlo que el chambón me metería un pleito por “insultarlo”, pero yo creo que estoy siendo suave con el individuo y un montón de abogados estarían dispuestos a ponerse a mi lado para meterle un dedo en el ojo al tal, que bien lo sabe, así que: chambón, chambón).

Las construcciones y proyectos faraónicos del borde costero y de los esperpénticos edificios altos que tapan la vista son ni más ni menos que el resultado del escarceo en el lecho de las negociaciones alcaldicias con la especulación inmobiliaria. Nada de raro que Alán García se lleve a un constructor de Valparaíso, especialistas en ganarse el odio de la gente vendiendo las cuentas de colores y los espejitos del “departamento vista al mar”.

Sin duda que el piso más alto del fedificio de García estará designado para Lan Chile, digo Lan Perú, luego el que le sigue hacia abajo será de Luchetti, el de más abajo tal vez se lo ofrezcan a Niemeyer, el que viene será lo más probable para algún palo blanco del alcalde de Valparaíso, otro para el nieto de Correa (Germán, creo que es el nombre) y así sucesivamente. Dicen las malas lenguas que habrá que dejar un piso para algún paniaguado o designado por el García.

El caso es que entre tanto buen humor y cortina de humo, se está destapando la olla del nuevo marco de relaciones entre el gobernante peruano y un sector del empresariado chileno. No es posible olvidar que Ollanta Humala se enfrentó electoralmente al García bajo (o encima de) la consigna del nacionalismo contra los chilenos, los marcianos y quien quiera que fuese, bien orientado por su padre, viejo fundador del etnocacerismo, un “ismo” como cualquier otro, sólo que inflado por Chávez. Si, el mismo que llamó a desarmar la guerrilla y que en Perú pedirá que hasta los boy scouts salgan sin palos a pasear al bosque o a la selva.

Perú había invadido la selva amazónica arrebatando una extensión impresionante a los gobernantes del Ecuador, casi tan grande como lo que le quedó al actual Liliput, desatando la ira eterna de los militares ecuatorianos, objeto de burla y chistes de mal gusto en todas las filas de jubilados del mundo por haber salido con la cola entre las piernas del lío aquel y que han conseguido, como pequeña venganza china, que los niños estudien en las escuelas el mapa indicando que esa parte del amazonas ha sido arrebatada por los peruanos, y que la vocación de todo ciudadano es recuperar esa tierra usurpada, etc.
Más chauvinista no podía ser, pero esos son gajes del oficio de la geopolítica, y como los milicos peruanos tienen la rabia histórica de que los soldados chilenos les quitaron los leones que trajeron a la Plaza de la Victoria y les arrebataron parte del territorio del sur, nada impidió entonces que la conjunción de estrellas desembocase en una alianza estratégica entre militares y gobiernos de Chile con Ecuador. Así en los tribunales internacionales e instancias diplomáticas no es raro ver caminar a los milicos y diplomatas chilenos con ecuatorianos bien tomados de la mano. Lo que sucede es que se quieren y se adoran no por ellos mismos, sino por el odio común a los milicos y a los diplomáticos peruanos, los que por su vez andan siempre en las instancias internacionales buscando con quien pololear.

Por lo visto lo encontraron en un sector político y del empresariado chileno. El viaje de Piñera no ha sido en vano, sembrar para cosechar. Hoy por ti y mañana por mí. Y para dejar un registro histórico, como que fuese resultado del romance entre Julio César y Cleopatra, que dicen que se bañaba con leche de burra, nada mejor que un símbolo fálico: el edificio más alto del Perú. Si Bachelet no se baña con leche de burra, le irá mal.

Jaime Yovanovic Prieto
Profesor J
Pre candidato independiente a la alcaldía de Valparaíso
jaimeyovanovic@yahoo.es
http://alcaldeprofesorj.blogspot.com