Avances de la autonomía en Nicaragua

24.Feb.09    Análisis y Noticias

Avances de la autonomía en Nicaragua

Gilberto López y Rivas

En la sede de Bilwi (Puerto Cabezas) de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua (URACCAN) se impartió recientemente un curso más del programa de Maestría en Antropología Social (MAS), que con todo éxito celebra su segundo año de vida. Sin una sola deserción, los 32 estudiantes que iniciaron el programa, provenientes de todos los pueblos y las comunidades étnicas que conforman las dos Regiones Autónomas (RAAS y RAAN) constituyen una prueba fehaciente de los avances de la autonomía en Nicaragua.

Pese a las enormes dificultades en sus condiciones materiales de existencia por la precariedad del transporte aéreo y terrestre, las fallas constantes en el suministro de energía eléctrica y los servicios públicos, y no obstante los sacrificios personales que implican los cursos intensivos de ocho horas diarias durante semanas, los hombres y las mujeres que integran esta generación de antropólogos en ciernes muestran una extraordinaria vocación para el ejercicio de la disciplina y un interés genuino en el desarrollo del proceso autonómico de la Costa Atlántica.

Todo ello es importante si tomamos en cuenta la variedad de profesiones de las que proceden estos graduados (abogados, médicos, comunicólogos, agrónomos, profesores universitarios, etcétera), las experiencias vividas por ellos y ellas en la historia de ese proceso (como dirigentes de organizaciones, miembros de partidos políticos, funcionarios de gobierno, pastores de la iglesia Morava), y las responsabilidades que tienen o deberán asumir en el futuro inmediato de la Costa.

Como parte de un ejercicio del curso, los estudiantes aplicaron a la realidad de la regiones autónomas las hipótesis elaboradas por los investigadores del proyecto Autonomías indígenas en América Latina; condición indispensable para el desarrollo sustentable” (Latau-tonomy), que muy próximamente publicará en México su primer libro a través de la editorial Plaza y Valdés.

Una de las hipótesis principales de dicho proyecto es la que tiene que ver con el equilibrio de los factores involucrados en determinado sistema autonómico, que es un proceso social del cual emerge un nuevo sujeto político, y en el que debe existir un equilibrio entre las dimensiones política-jurídica, cultural-intercultural y económica-ecológica. Si un proceso autonómico tiene carencias de una de estas dimensiones, existe el peligro de que actores externos (Estado nacional, terratenientes, compañías trasnacionales, entre otros) penetren el sistema, lo subviertan desde adentro y lo destruyan.

Para el caso nicaragüense se detectó, en el ejercicio de Bilwi, un desequilibrio de factores involucrados en el proceso autonómico que se manifiesta en el papel de dependencia que asumen los gobiernos regionales autónomos con respecto al gobierno central. Se resiente también que la Asamblea Nacional sea la única instancia para la formulación de leyes y que no existan las condiciones políticas para reformar el estatuto de autonomía (Ley número 28) en favor de las regiones. Se reiteró la carencia de un plan de arbitrios para dirimir los conflictos sobre las competencias entre los distintos niveles de gobierno, aunque se propuso la búsqueda de mecanismos para el fortalecimiento del proceso autonómico a través de la equidad social, la cultura y, sobre todo, de una mayor concientización del sujeto político autonómico.

La hipótesis de la red señala que la sostenibilidad de un sistema autonómico depende de su capacidad de vincular el nivel de las comunidades locales con una estructura regional de manera horizontal e interactiva. A través de un proceso de integración desde abajo se deben crear estructuras políticas económicas participativas que se articulen tanto en el interior de las autonomías multiculturales como hacia fuera, generando un proyecto de sociedad alternativa. Esta hipótesis va tanto en contra de cualquier localismo etnocentrista, como en contra de las representaciones jerárquicas que impiden el desarrollo de mecanismos participativos en la toma de decisiones políticas.

Aplicada a la situación de las regiones autónomas nicaragüenses, el ejercicio de los estudiantes de la MAS encontró una debilidad expresada en la poca articulación comunal y regional, por lo que se recomienda dar más apertura a las autoridades comunales, más participación a municipios para lograr mayor consenso y equilibrio. Se señaló que la participación comunitaria es incipiente, que no hay horizontalidad hacia municipios y regiones y que en los primeros hay fuerte injerencia del gobierno central, sin pasar por la autoridad regional. No obstante, como elemento positivo se identificó a las redes en proceso de formación desde la sociedad civil, particularmente en el caso de mujeres y jóvenes.

Se hizo mención a la dispersión geográfica de las etnias, a los recursos mal distribuidos y sobre todo al hecho de que no obstante que existe un plan estratégico regional y uno de inversión municipal, hace falta consensuar estrategias de articulación y vinculación territorial y sectorial. Se concluyó que es posible fortalecer la autonomía sin reformar la Ley, entendiendo que el proceso autonómico es un proyecto que se genera en todos los ámbitos: la legislación, la representatividad, el ejercicio de la democracia.

En el curso de la MAS se estudio la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y se analizaron las experiencias de las juntas de buen gobierno zapatistas, con el propósito de incorporar a la realidad autonómica de Nicaragua los preceptos del “mandar obedeciendo”. Si lo más importante de un proceso de autonomía es el desarrollo del sujeto autonómico, URACCAN, con esta generación de antropólogos comprometidos con su realidad, está contribuyendo con creces a su fortalecimiento.