Los Foros Sociales Mundiales: ¿sirven para algo? probablemente llegó la hora de cerrarlos

27.Feb.09    Análisis y Noticias

Los Foros Sociales Mundiales: probablemente llegó la hora de cerrarlos
x José Iglesias

Los Foros Sociales Mundiales: entre la anestesia, la retórica humanitaria y la ambigüedad. El viejo capitalismo ha muerto, ¡viva el nuevo capitalismo!

Los Foros Sociales Mundiales: ¿sirven para algo?

Continúan siendo necesarios y positivos, en la medida que los movimientos sociales buscan un lugar de encuentro para denunciar las perversidades del capitalismo, compartir diferentes experiencias de tan alejadas geografías reunidas, y proponer procesos de transformación social que conduzcan a la liquidación del sistema. Estos procesos tenían y tienen un valor inicial en aquellos grupos y colectivos que consiguen poner a debate las alternativas anticapitalistas con la participación horizontal y popular de los asistentes. Como valor complementario, tampoco se debe menospreciar la repercusión gratuita en la industria mediática capitalista que tienen los objetivos que se persiguen en los Foros Sociales Mundiales (FSMs), mucho más si tenemos en cuenta que el sistema utiliza estos instrumentos precisamente para condicionar ideológicamente a las poblaciones a que mantengan y se mantengan en los valores del capitalismo.[1]

Continúan siendo negativos, y se han convertido en festivales, según la opinión de James Petras, pero necesarios para las entidades y los personajes que acuden a los mismos, tratando de anestesiar, neutralizar y convertir en una retórica humanitaria y ambigua el mensaje y los proyectos radicales de los primeros.[2] De hecho, hace tiempo que algunas preguntas, pero que nadie se atrevía a hacerlas públicas y abiertas, planeaban sobre cada FSM: es decir ¿más allá de dar a conocer un descontento generalizado sobre el capitalismo, cuáles eran y son los resultados de estos encuentros? ¿Tiene algún sentido seguir manteniendo estos foros internacionales?

Las preguntas, y por tanto la preocupación, empezó a surgir en la medida que se comprobaba que cada vez se veía que concurrían a los FSMs personalidades que tenían más que ver con los gobiernos, con los partidos, con los sindicatos y con los empresarios humanitarios, del establishment que con los movimientos sociales; más entidades de la economía social (cooperativas, bancos éticos, comercios justos, empresas con responsabilidad social [3]), que tenían más que ver con la lógica capitalista de la pequeña empresa humanitaria, que con experiencias transformadoras más allá de la lógica del mercado; con ONGs subvencionadas para ir llenando de paja los posibles discursos y crear confusión en las propuestas radicales de los movimientos sociales; [4] y de militantes de partidos disfrazados de activistas sociales para controlar las propuestas de los colectivos sociales dentro del marco de sus programas y no ser desbordados por la izquierda por estos grupos sociales.

En una palabra, el peso de la presencia de estas gentes y entidades asiduas [5] a los Foros acababa siempre por diluir el discurso antisistema que realizaban los genuinos movimientos sociales. Por tanto, lo que terminaba saliendo en los medios de comunicación sobre los debates que se celebraban era más bien una reprimenda al capitalismo, ocultando de esta forma la riqueza antisistema de los debates y de las propuestas de los colectivos. Cuando alguna de tales posibilidades de acción era publicada, esta tenía más que ver con lo que N. Sarkozy acuño como moralizar el sistema, que con las que proponían acabar con el mismo.

Diría que los FSMs son positivos porque me identifico con los colectivos del primer grupo, y negativos porque padezco la influencia de los personajes y asociaciones del segundo grupo.

Los Foros Sociales Mundiales: el viejo capitalismo ha muerto, ¡viva el nuevo capitalismo!

Así como los gobiernos de los países capitalistas se pusieron manos a la obra para defenderlo del fracaso tan ostensible, diciendo e enviando varios mensajes/masajes: hay que refundir/refundar el capitalismo; a recalcar que el capitalismo es intocable como sistema, basta sólo con moralizarlo; que la culpa no es del sistema financiero sino de algunos banqueros avariciosos: lo que ha fallado es el sistema financiero, pero no el libre mercado; una de las causas de la crisis es la búsqueda ciega del beneficio, o debe haber una relación más estrecha entre los bancos centrales y la supervisión.

Algo similar está pasando en los FSMs, dónde las críticas aciertan cuando mencionan las causas, pero en cuanto a las alternativas al sistema, más bien se orientan a apagar el fuego como si fuesen bomberos pagados por ese nuevo capitalismo popular. Se está intentando reconducir, o reciclar, o convertirlo en un capitalismo sostenible, como le gusta definirlo ahora a la canciller alemana A. Merkel, o como explicábamos ya en El vano intento de poner a dieta a la fiera capitalista.[6] La mayoría de las propuestas consisten en mantener o volver al capitalismo regulado, una exhortación a la buena senda de desarrollo bajo el control del magnánimo Estado capitalista.[7]

En los primeros Foros, algunos de los asistentes comenzaron hablando como lobos con lenguaje de ovejas; cambiaron las palabras de imperialismo por globalización, una sociedad sin clases por otro mundo es posible u otra economía es posible, capitalismo por neoliberalismo; este lenguaje se extendió a todos los grupos y, especialmente, a las ONGs, para no herir los sentimientos de quienes las financiaban. Ahora, algunas de las ovejas asistentes han recuperado el lenguaje de los lobos: capitalismo, antisistema, imperialismo, pero siguen comportándose como ovejas en sus propuestas. Hablan de “plantear alternativas radicales e ir a la raíz de los problemas”, y acaban por recitar propuestas que tienen más que ver con el capitalismo asistencial, verde y sostenible, filantrópico y caritativo, que con la transformación del sistema. Lo que señala S, Amín: “reformistas, cargadas/cargados de buenas intenciones y de votos píos, pero nada más”. Algunos ejemplos de tales exhortaciones:

- Nacionalizar los bienes y servicios básicos. Proponen que empresas públicas se encarguen de la gestión del agua, electricidad, salud, educación o comunicaciones.

- Establecer un control de capitales, prohibir el sobreendeudamiento y los créditos especulativos, reducir el mercado financiero, desmantelar los paraísos financieros y crear un nuevo sistema monetario.

- “Garantizar la soberanía alimentaria y energética, nacionalizar la banca sin indemnización y bajo control social, desmantelamiento de las bases militares extranjeras, reducción del tiempo de trabajo sin disminución del salario, derecho a la tierra y a una educación y a una sanidad pública, entre otros”.[8]

Es bien conocido como, a la salida de la Segunda Guerra Mundial, países capitalistas como Alemania, Francia e Inglaterra tenían nacionalizado alrededor de un 65% del PIB: sectores como el agua, la electricidad, el gas, el carbón, el transporte (terrestre, aéreo y marítimo), algunos medios de comunicación como la radio y la televisión pública, la vivienda, la sanidad, la educación, terreno urbano, etc., estaban bajo el control de Estado. La Política Agraria Común ya es una medida de garantizar la soberanía alimenticia en Europa sin abandonar el sistema de mercados capitalistas. Los bancos centrales ya estuvieron nacionalizados y ejercían cierto control y regulación sobre los bancos privados. Hay países capitalistas en los que no existen bases militares extranjeras. La reducción del tiempo de trabajo sin disminución de salario no impide la dominación del trabajador ni la explotación por parte del empresario (sólo se reduce la plusvalía absoluta). Cuando los gobiernos nacionales controlaban la política monetaria, podían regular el tipo de interés, los mercados bursátiles, financieros, monetarios, crediticios y el endeudamiento familiar y empresarial.

Por tanto, el capitalismo, liberal o neoliberal, regulado o sin reglas, no deja de ser capitalismo. Más que nacionalizar los bancos, hay que confiscarlos, no pagar un duro por ellos. Pero, si hay tanto poder político y social como para tomar esta medida, ¿por qué no confiscar el sector de la producción y del intercambio?, ¿por que no hacer que todas las riquezas del país se conviertan en comunales?, ¿por qué no destruir el capitalismo y sustituirlo por una sociedad sin clases, sin propiedad privada, sin poder, sin Estado, con unos órganos de decisión y gestión colegiados, horizontales, asamblearios? Como dice Raúl Zibechi, “hay que pensar experiencias colectivas que inventen posibilidades de vida más allá del mercado y del Estado”.[9] Ahí está la utopía que hay que asumir, el desafío que hay que afrontar.

Los Foros Sociales Mundiales: entre la anestesia, la retórica humanitaria y la ambigüedad

Sin dejarnos deslumbrar por informaciones cuantitativas que señalan como “durante seis días, más de 100 mil representantes de unos 5 mil movimientos sociales de 150 países debatieron en [el FSM de Belém,] Brasil las alternativas frente a la crisis global”,[10] algunos críticos tenían que llegar y atreverse a denunciar esta lenta pero constante y sutil degradación de los objetivos de los Foros. El Foro de Belém, como muchos de los antecesores, comienza a ser ese espacio y contenido de referencia para hacer esa crítica necesaria:

- Samir Amin,[11] economista crítico bien conocido, no tiene pelos en la lengua para decir que los foros corren el riesgo de convertirse en antena repetidora del discurso dominante. Y deja bien claro hacia dónde se tienen que orientar las izquierdas que concurren a los Foros: “no basta con clamar que el liberalismo es una absurdidad socialmente, ecológicamente y políticamente desastrosa. No basta con denunciar. No basta con llevar adelante batallas defensivas. Los frentes de la globalización capitalista son numerosos […] pero no proponen alternativas realizables. Hemos caído en objetivos de corte moral, general, en plan “a favor de un mundo mejor y más justo”. ¡Habrá que definir qué es un mundo mejor y más justo, y las estrategias políticas para ponerlo en marcha! Estimo que ahora tenemos que plantearnos la cuestión de las estrategias políticas. No necesariamente unificarse en una organización, pero sí construir una convergencia dentro de la diversidad. Frentes diversos, referencias culturales diversas, objetivos de transformación diversos, formas de luchas diversas, sí… Pero la cuestión política es central y hay que atreverse a decirlo”.[12]

Lo que quiero y debo añadir como importante matiz es que, a pesar de que la cuestión política es importante e imprescindible, no se ha de caer en la tentación de volver a considerar la organización partido, ni el partido como vanguardia de masas, como la única manera de hacer política, como la única manera de participar activamente en política. Frentes diversos, si, pero entonces considerando que las formas organizativas que adoptaron la mayoría de los movimientos sociales son tan positivas y hacen tanta política como cualquier otra agrupación de sujetos sociales históricos, como el partido o el sindicato. “Los movimientos sociales decidieron abandonar” [13] los partidos, por su autoritarismo, su estructura vertical de participación, y su cooptación con los poderes capitalistas, pero jamás abandonaron la política.

- También hemos de reflexionar sobre la opinión de Raúl Zibechi cuando afirma que “el progresismo que gobierna América Latina está anestesiando a los movimientos de base […] Sin duda, porque la disciplina que actúa sobre los cuerpos y en espacios cerrados fue desbordada: los pobres desertan de la escuela, el cuartel o la fábrica. Ahora hacen falta mecanismos capilares que actúen sobre el territorio y la población, ya no negando, sino más bien modulando los movimientos. El Estado siempre acudió a los barrios pobres como policía, pero de esa manera ejerce un control muy parcial. Entonces, la nueva gobernabilidad, para controlar, necesita a los militantes de izquierda que conocen los códigos de esos barrios y se creen el cuento de ayudar a los pobres a cambio de un salario que no es maravilloso, pero les asegura la supervivencia en lo que saben hacer, algo imposible desde la militancia […] Allí donde había redes clientelares, los nuevos gobiernos progresistas las barren e instalan a las instituciones estatales en su lugar, conquistando así las bases de apoyo y modificando los modos de hacer de las derechas. Pero para hacerlo deben, primero, asumir demandas de los movimientos y, segundo, colocar en el lugar de los caudillos paternalistas locales a personal de los propios movimientos, ya sea como funcionarios estatales o como miembros de ONG. Por tanto, las nuevas gobernabilidades son una construcción conjunta entre movimientos y estados”.[14]

Y especial y concretamente sobre la participación de los movimientos sociales en los FSM, cuando advierte que, “naturalmente, luego del ascenso vino el declive de la actividad pública de los movimientos, que se enfrentaron con escenarios políticos mucho más complejos en los que no siempre acertaron a ubicarse. En poco tiempo dejaron de ocupar, como en la década anterior, un lugar central en el tablero político. La llegada a los gobiernos de una camada de fuerzas y presidentes progresistas y de izquierda, gracias a la oleada de movilizaciones y resistencias que deslegitimaron el modelo neoliberal, contribuyó a desplazarlos del lugar que habían jugado en los ’90. Como se señaló repetidamente en el reciente Foro Social Mundial en Belém, el papel de los movimientos fue y seguirá siendo relevante desde el punto de vista del cambio social, pese a que una buena parte de ellos hayan sido cooptados. Sin embargo, sería poco responsable culpar de ello sólo a una de las partes, ya que en el seno de los movimientos las tendencias a la subordinación han desplazado, en no pocos casos, las tendencias a la autonomía. Este debería ser uno de los ejes de los debates en el período actual”.[15]

- Tampoco podía faltar la visión de James Petras, siempre tan incisivo y demoledor en sus críticas. Dice, “en relación con el Foro Social en Belém, que no veo ningún cambio de los festivales del pasado, digo eso, festivales porque el FSM recibe mucho dinero de fundaciones en Europa, EEUU, de multinacionales, etc. […] Y que tiene una fachada progresista y muchos grupos, o­nGs y otros movimientos se van allá; este año con presidentes de centro izquierda sin capacidad de convocar algunas acciones serias. En toda la historia del FSM nunca ha definido una posición colectivamente en el nombre de los Foros, está prohibido. Los organizadores, por la dependencia con en el gran capital imperial, prohíben cualquier pronunciamiento colectivo y mucho menos planificar un plan de lucha coordinada y dirigida contra el imperialismo. Hablan de grandes variedades como mundo alternativo, como apoyar a los indígenas, pero CONAI, la principal organización Indígena criticó el hecho que invitaran a Corea como un participante en sesión plenario y CONAI dice que Corea están apoyando grandes empresas multinacionales que están destruyendo el ambiente de las comunidades indígenas, contaminando ríos, etc. También invitaron al gran fanfarrón de Wall Street, Lula, y hay mucha información de que cada día están destruyendo en el Amazonas miles y miles de hectáreas durante todo el tiempo del gobierno de Lula, quemando, extendiendo las extensiones para vacas, para carne, para producir hamburguesas para McDonalds, y esa contradicción de llamar al FSM mientras invitan como principales voceros algunos de los peores explotadores del ambiente y los que han hecho el mínimo por proteger las comunidades indígenas. Entonces, hay una contradicción importante, hay muchos activistas y movimientos populares que participan en el Foro, pero la cúpula y los principales organizadores siguen tratando a los principales enemigos de los pueblos por lo menos con una política gubernamental ambigua. Tenemos que recordar que, regionalmente, el Foro Social era un foro para movimientos sociales, por eso excluyeron a las FARC diciendo que no invitaban políticos, pero siempre invitaban políticos socialdemócratas de Europa y ahora invitan a un gobierno como el de Lula, que ha hecho enorme daño, tanto en el ambiente Amazónico como a la comunidad indígena amazónica, que ha fomentado enormes ingresos de capitales en el agro desplazando a los campesinos”.[16]

- Con un tono más suave, la opinión de Emir Sader podría cerrar esta ronda de intervenciones. “Los que piensan que el fin del FSM es el intercambio de experiencias deben estar contentos. Para los que llegaron a Belém angustiados con la necesidad de respuestas urgentes a los grandes problemas que el mundo enfrenta, quedó la frustración, el sentimiento de que la forma actual del FSM está agotada, que si el FSM no se quiere diluir en la intrascendencia, tiene que cambiar de forma y pasar la dirección para los movimientos sociales”.[17]

Sólo añadir que comparto totalmente las opiniones críticas de estos autores: sus argumentos son claros y nos ayudan a separar el grano de la paja; ahí quedan para quien quiera refutarlos. Quizás añadir que tales observaciones debieran servirnos de advertencia cuando aceptamos propuestas que, más que estar formuladas para cambiar el sistema, lo refuerzan. Aquí tenemos ya unos cuantos argumentos para decidir si o no se cierran los Foros. Y si no se cierran, a los que pensemos que sí, nadie nos obliga a participar en ellos.

Los Foros Sociales: entre denuncias y exhibiciones

Como ha ocurrido con los anteriores, cada participante cuenta del Foro según le fue en el mismo, o más bien qué espera de su continuidad, sus expectativas presentes y futuras. Incluso, a juzgar por las diversas valoraciones que aparecen en los medios y revistas de ‘izquierdas’, da la sensación que cada Foro contiene varios foros internos, cada uno con su contenido, y con diferentes participantes. Por lo que deduzco, a su vez, que cada uno de estos foros valora a su manera la presencia de los varios presidentes supuestamente de izquierdas y supuestamente promotores de un socialismo desde arriba: Luiz Inácio Lula da Silva, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Fernando Lugo.

Mi preocupación, aunque no soy participante en los FSMs, es la posible influencia de estos personajes en los objetivos y procesos que se comienzan a vislumbrar como necesarios a desarrollar en el futuro en esos encuentros internacionales. Por ejemplo, un proceso en el que se resalta la importancia de un modelo de comunidad de bienes, con órganos de decisión y gestión horizontal, chocaría frontalmente con otro proceso con un modelo de propiedad estatal, con decisión y gestión vertical, presidencial, fuertemente orientado desde las instituciones clásicas del Estado. Los modelos brasileños, venezolanos, bolivianos, ecuatorianos, paraguayos, nacen con estas características y probablemente tengan sentido en la geografía y en la medida que históricamente han comenzado. El problema se da, a veces, cuando los simpatizantes de estos procesos pretenden generalizarlos a todos los espacios del mundo. Y aquí sí que tenemos un problema grave, la de que pretendan imponernos un imperialismo humanitario.[18]

Ya en el terreno de las anécdotas, mi otra prevención es la noticia de que “el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha ofrecido su apoyo diplomático para que Estados Unidos o un país de Oriente Medio acojan la próxima edición del FSM “para que las propuestas altermundistas tengan mayor eco”. Aunque Lula fue vetado en algunos eventos del Foro, su papel todavía es importante y el Comité Internacional del Foro recibió bien la oferta de Lula”. Y, a juzgar por lo que dice Pedro Zerolo (PSOE) desde Belém. “se trata de hacer realidad las recetas del Foro en todas partes”.

Finalmente, mi prevención y mi duda, repito, desde y dada la invasión de este espacio de tanto representante con poder e influencia vertical, de partido, e institucional, sea este un presidente de gobierno o sea un militante de partido disfrazado de miembro de un movimiento social, es si en el siguiente FSM en los EE UU, no asistirán al mismo el presidente Barack Obama y su mujer, los Clinton, Al Gore, y una buena corte de políticos y empresarios yanquis socialmente responsables. Al final, esta gente se ha presentado y ha ganado unas elecciones prometiendo un cambio social en su país; a su manera, se han responsabilizado de humanizar el capitalismo yanqui. Cómo tanto otro gobernante, militante y activista en los Foros, el propio Al Gore se ha declarado paladín de la defensa de los ecosistemas mundiales. Si esto ocurriese, y entra dentro de lo posible, si que diría que ha llegado la hora de bajar la persiana de los Foros. Aunque sólo sea un cerrado por reformas.

Notas

[1] Además de los suculentos beneficios que obtiene de la utilización de estos recursos.

[2] Como decía M. McLuhan, el mensaje es el masaje, y no el medio es el mensaje.

[3] Oded Grajew “Capitalismo con responsabilidad social”. Su aportación al “otro mundo posible” se llama Instituto Ethos, incentiva la gestión socialmente responsable de las empresas y de él depende el 35% del PIB brasileño. Las 1.367 compañías adscritas se rigen por criterios sostenibles y mercantiles.

[4] Samir Amin. “De hecho, no son más que antenas repetidoras del pensamiento dominante. Simpáticas, reformistas, cargadas de buenas intenciones y de votos píos, pero nada más”. http://www.lahaine.org/index.php?p=35844

[5] Hay asistentes que pueden citar su presencia en los FSMs al igual que los militares de graduación cuelgan sus medallas. Copio de uno de ellos: “Porto Alegre, Brasil, 2005; Caracas, Venezuela, 2006; Nairobi, Kenia, 2007; europeos Londres, 2005; Malmo, Suecia, 2008; regionales Ramala, Palestina, 2002 y en la organización de diversos foros sociales nacionales y locales Fòrum Social Català 2008 y Foro Social en La Vall d´Uixó, entre 2005 y 2008”.

[6] http://www.kaosenlared.net/colaboradores/joseiglesias

[7] Samir Amín. “El capitalismo actual es oligárquico, en el sentido estricto de la palabra, en el sentido de oligarquía al estilo ruso. Es un puñado de oligarcas, a escala planetaria, no más de seis mil personas, quienes concentran la riqueza de todos.” http://www.lahaine.org/index.php?p=35844

[8] Esther Vivas. La hora de la verdad del Foro. Activista y autora de ‘El futuro del Foro Social Mundial’. También es militante de Revolta Global / Ezquerra Anticapitalista

[9] www.blogs.publico.es/fueradelugar

[10] Gustavo Torres. Belém versus Davos. Una nueva etapa para el Foro Social Mundial. En http://www.rebelion.org/noticia.php?id=80612

[11] Director del Foro del Tercer Mundo de Dakar y uno de los coordinadores del Foro Mundial de las Alternativas.

[12] http://www.lahaine.org/index.php?p=35844

[13] Web citada anteriormente.

[14] Raúl Zibechi. Entrevista en Público. 1 febrero del 2009.

[15] Raúl Zibechi. Los ciclos de los movimientos sociales. En http://www.rebelion.org/noticia.php?id=80469

[16] James Petras. Los resultados y repercusiones del Foro de Davos y del Foro Social Mundial, realizado en Belem, en Brasil. http://www.lahaine.org/index.php?p=35899

[17] Emir Sader. Balance del Foro de Belém y de otro mundo es posible. Sin Permiso. En http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2339

[18] Ver Jean Bricmont. Imperialismo humanitario. El Viejo Topo. Barcelona 2008.