Un camino en el Buen Vivir

28.Feb.09    Análisis y Noticias

Atendiendo una invitación de la Coordinadora Andina de Organizaciones
Indígenas – CAOI, nos hicimos presentes en un importante evento de
“Capacitación, Incidencia, Estrategias y Alianzas Indígenas”, el cual tuvo
lugar en Cochabamba, Bolivia, entre los días del 18 al 29 de noviembre, de
2008. Estaban presentes organizaciones de toda America Latina, entre
ellas: Convergencia Nacional Maya Wakib Kej (Guatemala), Organización
Nacional Indígena de Colombia – ONIC; Confederación de Pueblos de la
Nacionalidad Kiwcha del Ecuador – ECUARUNARI; Confederación Nacional de
Comunidades del Perú Afectadas por la Minería – CONACAMI; Consejo de
Ayllus y Markas del Qollasuyu – CONAMAQ; Organización Nacional de Pueblos
Indígenas de Argentina – ONPIA; Coordinación de Identidades Territoriales
Mapuche -CITEM, (Chile); entre otras.

Nuestra participación en un taller que tomó un día y medio estuvo
precedida de importantes debates guiados por Boaventura de Souza (Profesor
de la Universidad de Coímbra en Portugal y distinguido intelectual y
activista). Con Boaventura tuvieron los más de cuarenta asistentes, la
oportunidad de debatir temas de indudable importancia para el futuro
político de la lucha y organización de los pueblos indígenas, entre ellos
la plurinacionalidad, la interculturalidad y la postcolonialidad. Además
había sido invitado Aníbal Quijano (Profesor de las universidades de
Binghamton y San Marcos) pero por problemas de salud declinó su
participación. Discutieron los participantes a cabalidad La Declaración de
las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada
en la 62° Sesión de la Asamblea General de la ONU, realizada en New York
el 13 de septiembre de 2007 y que trae inmensas repercusiones en las
luchas de los pueblos indígenas del planeta. En mi caso me correspondió
un dialogo intercultural acerca de la crisis de la civilización, la
justicia climática, la deuda ecológica, la objeción al desarrollo y la
agenda ambiental para los nuevos gobiernos. Fue sin duda una
extraordinaria oportunidad para avanzar en el proceso de construcción de
relaciones más profundas entre ambientalistas y organizaciones de los
pueblos indígenas y de fraternizar sobre nuestras proximidades
cosmogónicas y filosóficas.

En resumidas palabras habré de referirme a los asuntos que se nos plantean
para la reflexión. Entre los debates suscitados unos hacen referencia al
imperativo categórico para fundamentar una ética latinoamericana que nos
permita afianzar el una civilización sustentable y justa. El respeto a la
vida en todas sus manifestaciones, el respeto al territorio, el respeto a
la Pacha Mama son todos asuntos que se articulan para moldear ese
imperativo categórico que podríamos enunciar como “el buen vivir”.

Con relación a nuestras apuestas económicas, sin duda reconocemos que
estamos construyendo nuevas economías por fuera del mercado capitalista
fundamentadas en principios que compartimos como son: la solidaridad, la
reciprocidad, la complementariedad, el cuidado de los medios y prudencia
para con los fines y medios.

Reconocemos que el origen del capitalismo no está en el desarrollo
industrial inglés como euro céntricamente lo han intentado explicar los
historiadores, sino en el saqueo de la naturaleza que se produjo por el
sistema colonial y que data de 516 años. Desde entonces se ha producido
una gran deuda ecológica que no cesa de crecer y que se expresa en
fenómenos como el cambio climático. Este fenómeno socio-natural hoy
devasta amplias regiones de nuestro continente de Abya Yala y es preciso
detenerlo a través de la movilización de las víctimas, pues los mecanismos
multilaterales donde ello debería ser resuelto están plagados de intereses
de las grandes trasnacionales de la energía, la infraestructura y las
finanzas. El movimiento de victimas por la justicia climática nos
articulará en esta lucha.

Estamos unidos en denunciar al ecologismo mentiroso que embauca a los
pueblos tradicionales con falsa promesas, que ofrece vincularles a los
procesos de mercantilización de la vida y de la naturaleza, que acicatea
para envolverles en el mercado de carbono y de servicios ambientales, etc.
Estamos en pie de lucha contra el ecologismo del capital que ha levantado
barreras para la articulación de las luchas de los pueblos indígenas y de
los ambientalistas.

Estamos dispuestos y dispuestas a aumentar nuestro trabajo político para
que los gobiernos de izquierda avancen más hacia el buen vivir y menos
hacia el desarrollismo occidental. Estamos dispuestos a trabajar
mancomunadamente para que la agenda urbano-rural-agraria del ambientalismo
y del movimiento indígena se alimente de las luchas por las soberanías alimentaria, energética y ecológica.