Bolivia: Un camino incierto: Pueblos y naciones a la Asamblea Legislativa Plurinacional

12.Mar.09    Análisis y Noticias

Un camino incierto: Pueblos y naciones a la Asamblea Legislativa Plurinacional

Aureliano Turpo Choquehuanca
inkawasinchis@yahoo.com

Han transcurrido días, semanas y meses
desde la aprobación y proclamación de la
nueva CPE de la república unitarista de Boli-
via, cuya implementación institucional se
hace tortuosa en medio de la violencia es-
tructural, cuya expresión sobresaliente se
manifiesta en la corrupción en la empresa
YPFB, bandera política de la revolución de-
mocrática y cultural del gobierno del MAS.
La estructura socio-política, económica y
cultural de la sociedad boliviana no es otra
cosa que la clara manifestación de la estruc-
tura colonial impuesta a partir de 1548 y re-
formulada a partir de 1825, que dio paso al
proceso del colonialismo interno dirigido e
implementado por los españoles americanos
independentistas, los criollos y mestizos que
se han sucedido en la administración gu-
bernamental del Estado republicano en Boli-
via y en toda la hoy llamada América del Sur.
Dentro de esta realidad centenaria, obser-
vamos las pugnas políticas de las organiza-
ciones corporativas de la derecha centrista
y extremista y de la izquierda neoindigenista,
confundidas y empantanadas en sus ideales
clasistas y se aprestan a reformular sus
partidos y sindicatos para participar de las
próximas elecciones generales y ser miem-
bros del legislativo plurinacional. La historia
colonial republicana nos ha acostumbrado
a participar de sus ofrecimientos electoralis-
tas, que en otras palabras fue la oferta del
mejor postor a ser diputado o senador,
supuestamente sensible y comprometido
con las necesidades de los electores y sus
partidos en la lid carnavalera partidista,
mientras que el soberano seguirá ignorado
y manipulado para las marchas y huelgas de
sus dirigentes sindicales y partidos.
Dentro de la nueva propuesta de la organi-
zación del Estado Plurinacional y de confor-
midad a la NCPE boliviana, es un acierto his-
tórico y político configurar la ASAMBLEA
LEGISLATIVA PLURINACIONAL (ALP),
pues, es un nuevo reto del milenio, no sola-
mente porque permite reconstituir una real
presencia de los pueblos y naciones de
Bolivia. Sin embargo, la estructura clasista y
corporativa de las organizaciones partidarias
y sindicales del campo y la ciudad no han
entendido la esencia de la ALP, de ahí que se
empeñan en mantener sus organizaciones
clasistas, cuando deberían emprender el ca-
mino de la transición hacia la estructuración
de organizaciones que expresen y represen-
ten la voluntad soberana de los pueblos y
naciones kechuas, aymaras, amazonenses
y mestizas, como los ejes principales de la
composición representativa del primer poder
del Estado Plurinacional, la ALP.
El Estado Plurinacional, en esencia, es la
expresión de todas las sangres que habitan
este espacio territorial que se denomina
Bolivia, que en un futuro próximo, podría
denominarse de otra manera como un justo
reconocimiento a la deuda histórica y polí-
tica que sepulte los rezagos del colonialis-
mo euro-español, hoy empantanado en los
valores culturales anglosajones, mal deno-
minados, valores de la modernidad e inclu-
so de la postmodernidad, que suelen expre-
sar los intelectuales de la oligarquía criolla-
mestiza, seguido por los intelectuales neo-
indigenistas de América Latina y Bolivia.
El reto que tienen en sus manos los llama-
dos “indígenas y no indígenas”, con rela-
ción a las próximas elecciones de la ALP, es
ser visionarios y superar las taras del colo-
nialismo interno que instrumentó medios de
manipulación de la voluntad soberana del
pueblo, al convertirlos en meras “masas” o
pongos políticos y en escaleras políticas de
los jefes de los partidos políticos y de los
secretarios generales de los sindicatos cam-
pesinos y obreros, negando de esta manera
la real representación del pueblo y las nacio-
nes ancestrales de Bolivia. El colonialismo
mental anidó gracias a estas formas de orga-
nización del Estado monocultural republi-
cano, que en palabras del Presidente de
todos los bolivianos ha dejado de existir
desde el día de la proclamación de la NCPE.
Gran acierto para las generaciones futuras.
La proclamada sabiduría de los aymaras,
kechuas y amazonenses ante esta situación
política deberá ser de respuesta histórica y
política de cara a los retos del siglo XXI,
siendo creativos y estructuradores de las
nuevas instituciones políticas, judiciales,
sociales, económicas, culturales y espiritua-
les del Estado Plurinacional, de esta manera
se encaminarán hacia la refundación de
Bolivia, hasta llegar a reconstituir las formas
de organización de la sociedad comunitaria
de ayllus del Kollasuyu y arribar a la Confe-
deración de Pueblos y Naciones del siglo
XXI. La república criolla mestiza ha cumplido
su siclo y es tiempo del Apu Pachakutiq y
del Inkarri que definirá la nueva estructura
socio-política, económica, social, cultural y
espiritual de la Bolivia Plurinacional.
De este escenario político-social no está
excluida la participación de la minoría pobla-
ción criolla y mestiza de Bolivia. El tiempo
que administraron y usufructuaron del erario
nacional boliviano, es la prueba contundente
del fracaso de su visión de país, por lo que
les queda ser coadyuvantes del nuevo pro-
ceso político, que aun se encuentra cercado
por los rezagos del colonialismo mental que
debe ser depurado por la lógica de pensa-
miento cósmico tawantinsuyano, garantía
para reordenar lo desordenado por el invasor
colonialista, sobre todo, de institucionalizar
el Estado Plurinacional a nivel continental y
subcontinental, recreando el espíritu comu-
nitario, solidario, recíproco y complementar-
los con los valores culturales recreados du-
rante la estructura político-social republi-
cana que le da viabilidad a la bolivianidad.
El paradigma del siglo XXI es retomar y
fortalecer el proceso civilizatorio del Tawan-
tinsuyu dentro de un nuevo proceso de inte-
gración, sepultando el proceso de la asimila-
ción aculturante que ha negado y deformado
nuestra identidad pluricultural y nuestra
pertenencia territorial como pueblos y nacio-
nes. Es tiempo de armonizar y equilibrar la
sociedad comunitaria plurinacional, conso-
lidando los cuatro ejes societales que son
expresados en los pueblos kechua hablantes,
aymara hablantes, los mestizos castellano
hablantes y los amazonenses deberán
encontrar su lengua aglutinante que los po-
sibilite encontrar el camino de la integración
amazónica. Son retos históricos y políticos
que no se solucionan con aventuras geno-
cidas de la lucha de clases, mucho menos
con la violencia estructural, sino con la
racionalidad pragmática y equilibrada, como
expresión de la sociedad comunitaria y del
Estado plurinacional de los pueblos y
naciones del tercer milenio.
De no tener en cuenta la esencia plurina-
cional en la construcción de las instituciones
del Estado, la heredad histórica de los pue-
blos y naciones ancestrales del Kollasuyu-
Tawantinsuyano, como de las poblaciones
citadinas mestizas y criollas seguirán el
curso de la confrontación intolerante y
racista que ha imperado por más de 475 años
de colonialismo español y colonialismo
interno republicano. Dentro de esta circuns-
tancia política la llamada revolución democrá-
tica y cultural no será más que un espejismo
en el desierto y el monstruo corporativista
retomará el poder político perdido, para con-
tinuar con la política colonial monocultural
de la desestructuración económica, política
y cultural.