Presidente de Níger promete la amnistía a los rebeldes si entregan las armas
EFE
Niamey
El presidente de Níger, Mamadou Tandja, ha prometido la amnistía a los rebeldes tuareg que entreguen las armas durante un encuentro que mantuvo con sus representantes en la ciudad de Agadez, en el norte del país, informaron hoy fuentes oficiales en Niamey.
La reunión se celebró el domingo y en ella participaron representantes de los tres principales movimientos tuareg del país: el Movimiento Nacional por la Justicia (MNJ), el Frente de Fuerzas de Recuperación (FFR) y el Frente Patriótico de Níger (FPN), que llegaron a Agadez desde Trípoli a bordo de un avión libio.
En el encuentro, el primero de este tipo desde que los rebeldes retomaron las hostilidades en 2007, participó también el ministro de Interior nigerino, Albade Aboud.
“Es una gran satisfacción haber podido mantener este encuentro con nuestros hijos nigerinos, que desde hace tres años han tomado las armas”, declaró el jefe de Estado a la radio estatal del país tras la reunión.
Tandja, que en los últimos años ha rechazado el diálogo con los rebeldes calificándoles de “bandidos armados”, afirmó que las autoridades nigerinas están “dispuestas a perdonar ya que quieren la paz y no se puede construir un país con las armas en la mano”.
Los contactos entre ambas partes comenzaron el pasado marzo bajo la mediación del líder libio, Muamar el Gadafi, y a mediados de abril, el ministro de Interior anunció que los rebeldes habían aceptado entregar las armas.
Sin embargo, hasta el momento no se ha fijado ninguna fecha para esa entrega ni para la firma de un acuerdo de paz y varios grupos rebeldes persisten en sus reivindicaciones, que incluyen una mejor distribución de los beneficios de la explotación de las minas de uranio en el norte del país.
Precisamente hoy el presidente nigerino asistió a la inauguración de la construcción de la mina de uranio de Imouraren, la mayor de África y la segunda más grande del mundo, que será explotada por el consorcio nuclear francés Areva.
Areva firmó el pasado enero un acuerdo con las autoridades nigerinas para la explotación a partir de 2012 del yacimiento de uranio de la zona de Imouraren.
Varias organizaciones no gubernamentales han criticado los efectos nocivos para el medio ambiente y la salud de la población local de las actividades del grupo nuclear francés, al que acusan de expoliar las riquezas del país del Sahel.
Níger es el mayor productor de uranio de África, cuyos yacimientos se encuentran en el norte del país, escenario de la rebelión de las poblaciones tuareg que denuncian la pobreza en la que viven pese a la riqueza natural de la zona.
Los rebeldes tuareg volvieron a las armas en 2007 tras las prospecciones realizadas por el Gobierno de Niamey ese año en busca de nuevos yacimientos.
En 2008 cuatro trabajadores franceses de Areva fueron secuestrados por los tuareg, aunque fueron liberados pocos días después.