La falta de legitimidad necesariamente conduce a la violación de las leyes por parte de las autoridades; a mayor ilegitimidad, mayores medidas ilegales que garanticen el sostenimiento del régimen, señala el politólogo, historiador y urbanista Pablo Moctezuma Barragán.
Ese proceso inició desde el “fraude” de 2006: con la supuesta lucha contra los cárteles de la droga, el gobierno federal frecuentemente viola la Constitución, las constituciones estatales y no respeta las garantías individuales, sostiene el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana. Sin duda alguna, sentencia: “Se avanza en la fascistización del país”.
Para Carlos Montemayor, en México la legitimidad nunca se ha alcanzado. El exintegrante de la Comisión de Mediación EPR-gobierno federal asegura que “tenemos 100 años sin ser capaces de legitimar los comicios electorales. El fraude más notable ocurrió en 2006; no creo que en esta ocasión haya un fraude que lo supere”.
Ahora, la legitimidad es sustituida por la fuerza y la coacción, señala Edgar González Ruiz. También considera que Felipe Calderón llegó a la Presidencia de la República por “un fraude” y se mantiene mediante los cuatro pilares tradicionales de los regímenes fascistas: el Ejército, la propaganda masiva en los medios de comunicación, el clero y las cúpulas empresariales.
El maestro en filosofía y especialista en la derecha política mexicana dice que los gobernantes “consideran que lo que cuenta es la realidad mediática creada por ellos mismos; y esperan que la gente actúe según lo que le dice la televisión; de lo contrario, ahí está la iglesia; y si no, los patrones; y si no, el Ejército”.
Movimientos sociales, la respuesta
El fascismo no sería la única expresión que podría seguir a las elecciones intermedias. El teórico e investigador Carlos Antonio Aguirre Rojas considera que, paralelamente a la criminalización de la protesta social, “hay un proceso de reacción evidente a la ilegitimidad del régimen”.
De acuerdo con el doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México y posdoctorado en historia por la École des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, se vislumbra en el panorama mexicano una serie de movimientos sociales que ni siquiera la militarización podría contener.
“El Estado mexicano le apuesta a la fuerza de los militares y a la criminalización de la protesta; pero es una apuesta fallida: el movimiento social ha seguido avanzando de manera silenciosa y sin que le presten atención los grandes medios de comunicación; y de no haber cambios, podría gestarse un movimiento de cientos de miles e incluso millones de mexicanos que no pueda ser detenido por militares ni policía alguna.”
Aguirre Rojas señala que los movimientos en proceso de gestación estarían desvinculados de los partidos políticos y se agruparían en organizaciones como La Otra Campaña, el Congreso Nacional Indígena, El Campo No Aguanta Más y otras que aún no salen a la luz pública.
“Como historiador, puedo decir que la debacle del Estado no es nueva, inició hace varios años y lo único que está ocurriendo es un aceleramiento del proceso donde la gente va a buscar alternativas no políticas de cambio social: estamos en la víspera del (año) 2010 histórico”.
Desde 2006, luego de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que dio inicio a La Otra Campaña, centenas de organizaciones políticas, sociales e indígenas y más de 1 mil colectivos y organizaciones no gubernamentales “echaron el trato” de derrocar el régimen mediante una “revuelta civil y pacífica”.
Luego de las dos fases que incluyeron recorridos del subcomandante Marcos y de comandantes del EZLN por todo el país, el movimiento trabaja en el Plan Nacional de Lucha, en el que supuestamente quedarán plasmadas las demandas del movimiento y las acciones a seguir hasta la “deposición” del presidente de la República, los gobernadores, los legisladores y todo el Poder Judicial.
Aguirre Rojas señala que no sólo las organizaciones integrantes de La Otra Campaña iniciarán movilizaciones, sino también nuevas centrales obreras en gestación e incluso organizaciones guerrilleras diferentes al EZLN.
Tomado parcialmente de Voltairenet.org