Centro cultural AKI acusa montaje por desalojo y hallazgo de balas

17.Ago.09    Análisis y Noticias

Luego de permanecer durante 3 semanas realizando talleres culturales, los integrantes del Centro Cultural AKI, fueron desalojados este domingo de madrugada por carabineros. En el procedimiento la policía dice haber hallado 108 balas calibre 30, hecho considerado un montaje por los jóvenes.

Extraño resultó para los integrantes del Centro Cultural AKI la premura con que carabineros los desalojó del nuevo espacio que habían okupado para desarrollar sus actividades artísticas.

Y es que no pasaron más de 3 semanas desde que se instalaron en una casona de Beauchef 1225, la que estuvo durante los últimos 13 años abandonada, bajo propiedad de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.

Más extraño resulta el hallazgo de carabineros al interior de la casona: 108 cartuchos de municiones calibre 30. Dichas balas son usadas sólo en armas de guerra, como fusiles y ametralladoras.

La evidencia fue expuesta junto a lienzos con la bandera mapuche y material de información anarquista, lo que evidencia el ánimo de criminalización del movimiento ocupa. La denuncia fue reproducida por los medios masivos sin cuestionamiento alguno.

En un comunicado público, los participantes de AKI acusan que “primero se dijo que se encontraron cargadores de pistolas, después que eran 2 balas. Pero no, la sorpresa era que tenían en su poder los okupas nada menos que 108 balas del caliBre 30 para ametralladoras y fusiles de guerra”.

También fueron incautadas 7 bicicletas, un notebook, herramientas y libros.

La operación fue realizada por la 2ª Comisaría Santiago Central, con apoyo de efectivos del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) y Fuerzas Especiales.

La orden provino del fiscal Arturo Gómez, de la Fiscalía Centro Norte, quien solicitó el arresto domiciliario de las 7 personas detenidas en el desalojo. Claro que la jueza desestimó dicha petición y dejó a los jóvenes en libertad con firma semanal.

“Ese es armamento de guerra y hasta la jueza se río del calibre de esas armas”- contó a El Ciudadano Back Spin, uno de los participantes de dicho espacio cultural.

Para los jóvenes también resultó extraño que el procedimiento de desalojo ocurriera tan rápido, ya que jamás llegó, según corresponde, una notificación. “En la práctica se recurrió a un allanamiento, que hicieron pasar por desalojo”.