Independentistas vascos sorprenden con multitudinaria manifestación en favor de los luchadores detenidos

18.Oct.09    Análisis y Noticias

MULTITUDINARIA MANIFESTACIÓN EN DONOSTIA

Una multitud exige la libertad de los encarcelados con un ejemplo de unidad por la solución democrática
«Efecto bumerán». Éste era uno de los términos más utilizados ayer entre el túnel del Antiguo y el Boulevard, un recorrido que llenó casi completamente la convocatoria de la mayoría sindical. La última agresión estatal ha dado pie, en cuatro días, a una imagen de futuro.

Ramón SOLA- Gari MUJIKA |
Gara

La bahía de La Concha se asemeja a un bumerán en su forma. Y ayer, lo fue más que nunca. Una movilización masiva e inusitada por su composición devolvió el golpe, en respuesta a unas detenciones que han sido interpretadas unánimemente en Euskal Herria como un ataque contra las opciones de cambio de escenario. El Gobierno español decidió llevarse a nueve representantes de la izquierda abertzale el martes y, en sólo cuatro días, ayer se encontró con más de 37.000 abertzales unidos en las calles por primera vez en mucho tiempo.

La manifestación desbordó las previsiones de la mayoría sindical vasca, que era la convocante. También las del Gobierno español, cuyo ministro de Interior apareció ayer desconcertado por la lluvia de adhesiones. Y las de los medios madrileños: Efe habló de «multitudinaria manifestación»; “El Mundo'’, de «decenas de miles de personas»… En realidad, el acto lo desbordó todo, también el control instalado por la Guardia Civil en Zarautz -sólo sirvió para molestar-, el reloj -casi a las 18.00 seguía saliendo gente- y la ciudad entera -el recorrido se abarrotó casi de inicio a fin, desde el túnel de Ondarreta hasta el Boulevard-.

Hay que remontarse siete años, hasta el cierre de “Euskaldunon Egunkaria'’, para encontrar una movilización similar en la capital guipuzcoana. La marcha partió con puntualidad británica, a las 17.00, y desde el túnel no dejarían de partir manifestantes hasta las 17.57, en una romería interminable. Sólo nueve minutos después de ello, a las 18.06, la cabecera llegaba a la meta del Boulevard para dar inicio al acto final. Sobra decir que más de la mitad de los manifestantes no llegaron ni a acercarse a este punto. Y lógicamente no existe una sola imagen en que se vea a todos los participantes, ya que cuando los últimos estaban aún en La Concha los primeros ya habían doblado varias curvas hasta llegar a la parte final.

Una tarde de abrazos

Tampoco había cámaras todavía cuando Rufi Etxeberria llegó al inicio de la calle Matía, junto a la abogada Jone Goirizelaia. Allí esperaban decenas y decenas de representantes de la izquierda abertzale, muchos de los cuales ya han conocido la cárcel por su actividad política (Karmele Aierbe, Asier Imaz, Iñaki Olalde, Jon Gorrotxategi, Ino Galparsoro, Amparo Lasheras…) Pero antes, Etxeberria fue abordado con efusividad por Adolfo Txiki Muñoz, secretario general de ELA, y por su antecesor, José Elorrieta. Luego harían otro tanto dirigentes de EA como Pello Urizar y Maiorga Ramírez, del PNV como Joseba Egibar, y tantos y tantos otros. «Quienes quieren la paz desde la palabra, merecen nuestro apoyo», afirmaba Egibar.

La fotografía recordaba la de la manifestación por los presos de hace diez años, tras el Acuerdo de Lizarra-Garazi, aunque en la de ayer no estaba Arnaldo Otegi tras haber sido enviado a Soto del Real junto a Rafa Díez, Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez. Y con la diferencia de que esta vez en la primera fila estaban los sindicalistas, con Ainhoa Etxaide multi- plicándose para hacer declaraciones tras la irrupción en la sede de LAB de Donostia.

La satisfacción de los convocantes era muy elocuente: «Por encima de las diferencias, hemos hecho una oferta para que la gente responda», afirmaba Etxaide. Y respondió, cada uno con sus razones

El ex presidente del Athletic José María Arrate las explicaba a GARA sin pelos en la lengua: «He venido porque como esto se prolongue en el tiempo, vamos a acabar como con Franco. Antes de que nos metan los tanques, habrá que decir al menos que no estamos de acuerdo». A su lado caminaba el periodista deportivo Josu Loroño, que no era menos crítico: «Esto ha sido un atropello. Y se están riendo de los vascos, se están riendo. Eso hay que cortarlo como sea».

Xabier Mikel Errekondo, antes balonmanista y ahora alcalde de Usurbil por la izquierda abertzale, había sido uno de los primeros en llegar al Antiguo. No se declaraba sorprendido por la última redada, pero sí convencido de la apuesta y de las posibilidades futuras: «Aquí se ve que este pueblo es consciente de la injusticia. El Estado se ha dado cuenta de cuál es el camino que se quiere recorrer, y está incómodo».

Cerca suyo, Fermintxo Irigoien, concejal de Berriozar que acaba de ser obligado a declarar en la Audiencia Nacional, destacaba también «el ansia de libertad de este pueblo. Es más que significativo que el PNV esté aquí: seguramente no lo hace por convicción, sino porque no tiene otro remedio». ¿Tendrá la última redada un efecto bumerán? «Ya veremos», era la respuesta más escuchada desde los distintos participantes, en tono cauto, pero a la vez con la convicción de que ayer se puso un primer jalón importante para el trabajo conjunto.

Los miembros de Aralar, menos habituados a la represión, sí se declaraban más sorprendidos por la redada. Mikel Basabe, por ejemplo, afirmaba no entender «por qué Aralar sí valía cuando surgió, y a día de hoy se niegue la posibilidad de hacer política a los detenidos».

«Sabotaje» y «boicot»

En todas las declaraciones había una constatación común: al Gobierno de Zapatero y Rubalcaba se le ha visto el plumero con estas detenciones. Basabe hablaba de «sabotaje». Pello Urizar, de EA, de «ataque directo para entorpecer un proceso político para la solución del conflicto». Txiki Muñoz añadía que «el Estado tiene miedo a aquello que no controla, a que la sociedad vasca aborde de forma civil y democrática la confrontación». Y Jone Goirizelaia hablaba rotundamente de «boicot», pero aseguraba que la oferta que define la izquierda abertzale no va a poder ser frenada: «Hay dos estrategias: boicotear por la vía de la represión o seguir avanzando hacia un escenario democrático».

Los gritos lanzados durante la manifestación iban en sintonía con este diagnóstico. Se escucharon con fuerza «Demokrazia Euskal Herriarentzat» e «Independentzia», además de, como es obvio, «Atxilotuak askatu». En el momento inicial sonaron ánimos como «Jo ta ke, irabazi arte». Y durante toda la marcha hubo muestras de apoyo para los presos políticos vascos -«Presoak kalera, amnistia osoa»- y denuncias de la desaparición de Jon Anza.

Desde numerosos pueblos señalaban que los autobuses se habían llenado. A algunos, la Guardia Civil les esperaría en la vuelta. Fue el caso de los que partieron de Iruñea, que se encontraron con un potente control en el peaje de Zuasti.

Deportistas, actores…

Pero los participantes hablaban, sobre todo, del futuro. Y el primer paso, puesto ayer, es el de la unidad contra la represión y por la soberanía. Pello Urizar abogó rotundamente por «no quedarse en esta manifestación e ir más allá». En otras palabras, planteó que la foto de ayer no se quede en una mera curiosidad histórica.

Tras la pancarta llevada por miembros de ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU había también representantes de Hamaikabat o Alternatiba. También políticos de trayectoria muy larga, como Sabin Intxaurraga, Ramón Labayen, José Ramón Beloki o Miren Azkarate (otros más debieron pasar desapercibidos entre la multitud), sin olvidar a Tasio Erkizia, Itziar Aizpurua o Eugenio Etxebeste. La dirigente de Corriente Roja Ángeles Maestro llegó a la carrera, pero llegó. Y Paul Ríos, de Lokarri, tampoco faltó.

Hubo muchos más, aunque buscar caras entre tal multitud no era nada fácil. Periodistas como Josu Juaristi -director de GARA-, Martxelo Otamendi -de “Berria'’-, Odile Krutzeta, Joxerra Bustillo, Jabotxa Fernández o Gaizka Aranguren; bertsolaris como Mikel Mendizabal o Jon Maia; deportistas como Mikel Astarloza; actores como Mikel Losada, Gotzon Sánchez o Dorleta Urretabizkaia; escritores como Edorta Jiménez… Abertzales y demócratas, en suma, más de 37.000. Todo un gigantesco bumerán del Antiguo al Boulevard.

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ANÁLISIS I MULTITUDINARIA MANIFESTACIÓN EN DONOSTIA

Una marea humana en la piscina
La marea humana que ayer salió del túnel del Antiguo para inundar todo el centro de Donostia muestra las posibilidades históricas de la unidad abertzale y explica los miedos de Madrid. Hay mucha agua en la piscina para dar pasos aunque se consideren arriesgados. El camino está marcado.

Iñaki IRIONDO I

El trabajo de Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y otros muchos va dando sus frutos. Basta ver la respuesta que tuvieron anteriores redadas contra otras supuestas reconstrucciones de mesas nacio- nales y compararlas con la inmensa manifestación que ayer recorrió Donostia. No es que estos detenidos caigan mejor que otros, puesto que pasados encarcelamientos del propio Arnaldo Otegi no despertaron una contestación tan enorme con una convocatoria tan plural. Lo que ocurre es que hace meses que se vienen asentando las bases para poner en marcha una estrategia independentista eficaz, y los dirigentes de las principales organizaciones abertzales -como ELA y también EA- tienen constancia de la seriedad de la labor que los detenidos venían desarrollando. Por eso ha sido posible que ahora dieran el paso de llamar a salir a la calle.

Alfredo Pérez Rubalcaba se ha equivocado de cabo a rabo, hasta el punto de que algunos de los partidos que había elegido como interlocutores para tratar de que le acompañaran en su intento de sabotear la iniciativa política que preparaba la izquierda abertzale no han tenido más remedio que sumarse a la protesta de ayer. Allí estuvo buena parte del EBB del PNV, representado por los presidentes de sus distintas ejecutivas regionales. El ministro del Interior aseguró por la mañana que «ya les dije» al PNV en qué andaban los ahora detenidos. Debe ser que los jeltzales no le creyeron o tienen sus propias fuentes de información y, desde luego, conocen suficientemente la realidad de Euskal Herria como para saber que ni los encarcelados ni todos quienes ayer se manifestaron en Donostia están a las órdenes de «una estrategia político militar diseñada por ETA», como dice Rubalcaba.

Lo que ayer se pudo ver en Donostia fue la representación de una importante parte de la ciudadanía vasca que no quiere aceptar atropellos antidemocráticos y hasta se siente a gusto reivindicando conjuntamente la independencia. A partir de la convocatoria de la mayoría sindical, fueron muchas y diversas las siglas que se adhirieron al llamamiento. Pero a nadie que observara la sociología de la marcha se le puede ocultar que en una gran mayoría se encontraba nutrida por la base de la izquierda abertzale.

Es una base a la que el golpe propinado por Rubalcaba y Baltasar Garzón ha conseguido cabrear, casi en la misma medida en la que se va llenando de ilusión al ir conociendo los frutos del trabajo que han desarrollado los ahora detenidos. La manifestación de ayer, al menos en lo que corresponde a una buena parte de los asistentes, se puede considerar también un homenaje a la labor de Otegi, Díez, Zabaleta, Jacinto y Rodríguez.

Pero las manifestaciones pasan y a la base del independentismo le queda ahora el trabajo pendiente de llenar de contenido y llevar a la práctica la iniciativa diseñada. Y mal que le pese al diseñador de este torpe intento de boicotear el salto previsto por la izquierda abetzale, lo único que ha conseguido es espolear a su militancia y, probablemente, aumentar la asistencia a los debates y la asunción general de los principios del proceso democrático.

La marea humana de ayer debe servirle a la izquierda abertzale para ver que hay agua más que suficiente para dar pasos, por arriesgados que resulten. Y un mensaje similar deben entender también el resto de organizaciones independentistas que ven la necesidad de una confluencia de las opciones soberanistas. Hay camino para recorrer conjuntamente y voluntad de hacerlo.

No será fácil, eso es evidente. Y también está claro que surgirán contradicciones, como ayer mismo se pudo comprobar en algunos momentos y espacios de la manifestación. Pero quedó claro que con voluntad y trabajo certero, sabiendo cada cual de dónde viene el otro y sobre todo adónde se quiere ir, es posible alcanzar una estrategia común. A eso le tiene miedo Madrid y quién sabe si también alguno de los que se sumó a última hora a la marcha. Por eso ésa es la estrategia eficaz contra la que se han dictado estas órdenes de prisión.

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MANIFIESTO I MULTITUDINARIA MANIFESTACIÓN EN DONOSTIA

«No nos resignamos a esta situación»
El texto que se reproduce a continuación de forma íntegra es el que procedieron a leer en el acto final de la manifestación unitaria de ayer la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, y el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, «Txiki». Los dos dirigentes sindicales intervinieron en nombre de la mayoría sindical vasca que convocó la marcha nacional que recorrió las principales arterias de Donostia.

Ante todo, agredecer a los miles de hombres y mujeres que hemos abarrotado las calles de Donostia, y demostrado una vez más con esta respuesta que no estamos dispuestos a ser sujetos pasivos ante el escenario de bloqueo que nos quieren imponer. El apoyo recibido a la convocatoria unitaria realizada por la mayoría sindical, el masivo respaldo que ha tenido demuestra que la sociedad demanda este tipo de iniciativas. Iniciativas que hagan protagonista a la propia sociedad, a los y a las trabajadoras que salimos a la calle exigiendo nuestros derechos.

Los sindicatos ELA, LAB, ESK, ESTEE-EILAS, EHNE e HIRU que componemos la mayoría sindical vasca queremos mostrar nuestra solidaridad con las personas detenidas y encarceladas y sus allegados.

Este es el primer sentimiento que queremos trasladar a todos los trabajadores y trabajadoras vascas, así como al conjunto de la sociedad. Sentimiento que es compartido y reforzado por el respaldo que todos vosotros y vosotras habéis dado a esta movilización. Un sentimiento que se agudiza por la indefensión ligada al régimen de incomunicación y a la legislación antiterrorista tantas veces denunciados por la mayoría de la sociedad vasca, así como por importantes estamentos y personalidades del ámbito internacional, incluido el propio relator para los derechos humanos de la ONU.

Los sindicatos que componemos la mayoría sindical vasca, exigimos la puesta en libertad de las personas encarceladas por su actividad política, no debe ser nunca causa de una detención en un sistema democrático. Exigimos, asimismo, la derogación inmediata de la Ley de Partidos. Esta ley no sólo es injusta sino que, y esto es lo más grave, se creó y se está utilizando para intentar eliminar una opción política y social. Lo que el estado viene realizando al amparo del pacto antiterrorista suscrito por PP y PSOE en diciembre de 2001 es un genocidio político en toda regla, al que es preciso poner fin.

A nuestro entender, las detenciones de dirigentes políticos de la izquierda abertzale dirigida por el juez Baltasar Garzón el pasado 13 de octubre constituye un hecho de especial gravedad. Estas detenciones solo se explican desde la decisión política que tiene el Estado español de negar el derecho a la participación política de un sector de la ciudadanía que profesa unas determinadas ideas.

Hemos de denunciar, una vez más, la instrumentalización con fines políticos de la justicia. Leyes y medidas excepcionales se aplican a diario contra la disidencia política en Euskal Herria de la mano de tribunales especiales como la Audiencia Nacional. En este punto queremos recordar los numerosos procesos abiertos contra distintas organizaciones políticas, sociales y medios de comunicación criminalizando a cientos de personas; procesos que carecen de las elemantales garantías jurídicas.

Así mismo, que los medios de comunicación tengan un acceso previo y privilegiado, incluso antes de que los propios imputados o la ciudadanía pueda conocer con detalle las supuestas razones de las de las operaciones, completan el cuadro de una política represiva hecha espectáculo para el fortalecimiento de la «razón de estado».

Constatamos con preocupación en esta estrategia represiva, el papel que juegan los distintos poderes del estado, actuando de común acuerdo sin respetar sus propios ámbitos de actuación y creando de facto situaciones de indefensión. En la legitimación de esta situación los poderes españoles cuentan además con la actitud beligerante de determinados medios de comunicación que, en su mayoría, con contribuyen a entender los conflictos y a vigilar el poder sino precisamente a los contrario: A desinformar para controlar.

Hoy, desde aquí, queremos hacer pública nuestra profunda preocupación ante la deriva democrática, autoritaria y represiva del Estado español en el contexto de la cual hay que entender estas detenciones. Hechos de esta naturaleza deberían llamar la atención de los paises de nuestro entorno que se predican democráticos. Pero lamentablemente no es así.

El Estado español sigue negando las distintas realidades nacionales existentes y con especial énfasis la del pueblo vasco. El Estado español, con actuaciones como la realizada este pasado martes, vuelve a refrendar que la única salida que ofrece a la sociedad vasca es la perpetuación del conflicto negando una salida democrática al mismo.

Quienes hemos convocado esta manifestación no nos resignamos ante esta situación y queremos reafirmar nuestro compromiso con la solución democrática para el conflicto vasco y para ello llamamos al conjunto de la clase trabajadora vasca a redoblar su compromiso con ese objetivo.

Las organizaciones que componemos la mayoría sindical vasca valoramos positivamente que por encima de las cosas que nos diferencian, ante situaciones como esta hayamos sido capaces de compartir el análisis que nos ha llevado a hacer este llamamiento. Este ejercicio se ha visto refrendado con la respuesta mayoritaria que habéis dado hoy en las calles de Donostia.

Mila esker guztioi!

Askatasunaren alde - Eskubide guztiak guztiontzat