La oposición asume el poder en Kirguistán tras derrocar al Gobierno
Las protestas contra el Gobierno de Kirguistán se saldaron ayer con decenas de muertos en una larga jornada que concluyó con el anuncio, por parte de la oposición, de la toma del poder tras la renuncia del Ejecutivo y la huida del presidente Bakiyev. Las autoridades habían decretado el estado de sitio en la capital, Bishkek, ante la escalada de violencia a raíz del alto nivel de pobreza, la subida de precios y la corrupción.
GARA
Las manifestaciones de protesta contra el Gobierno degeneraron ayer en violentos enfrentamientos entre opositores y fuerzas de seguridad en la capital de Kirguistán, Bishkek, que se saldaron con un centenar de muertos, según la oposición, que anunció que ha asumido el poder tras la renuncia del Ejecutivo y la huida del país del presidente, Kurmanbek Bakiyev. El Ministerio kirguís de Sanidad cifró el número de víctimas en 47 y en 400 los heridos.
Esta es la última de las numerosas crisis que ha vivido esta república centroasiática, que perteneció a la desaparecida Unión Soviética y que el 31 de agosto de 1991 alcanzó la independencia, para pasar meses después a formar parte de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
El malestar social comenzó a evidenciarse a comienzos de marzo debido a la gran pobreza, la subida de los precios y la corrupción política en esta ex república soviética y ha ido subiendo en los últimos días. La chispa se prendió ayer, martes, cuando los opositores comenzaron a congregarse en manifestaciones en la capital, así como en otras ciudades del país. Esta mañana el presidente, Kurmanbek Bakiyev, decretó el estado de emergencia en Bishkek y en otras zonas del país.
Los opositores ocuparon y saquearon el Parlamento y cercaron la sede de la Presidencia en Bishkek, donde también asaltaron la oficina del fiscal general, que fue incendiada, y tomaron el control del canal de televisión estatal KTR.
Al menos una decena de soldados gubernamentales abrieron fuego con armas automáticas contra los miles de oposi- tores que se encontraban frente a la sede de la Presidencia, desde el propio edificio, informó la agencia Reuters.
En el centro de la capital se produjeron intensos enfrentamientos con armas de fuego y una serie de explosiones, según esta agencia, que describió enormes columnas de humo.
Los manifestantes asaltaron edificios gubernamentales en Talas, Naryn y Kerben. En Talas (norte), el primer viceprimer ministro, Aklybek Japarov, y el ministro del Interior, Moldomusa Kongantiyev, recibieron una paliza y resultaron gravemente heridos, según testigos.
Renuncia del Gobierno
El Gobierno y la oposición acordaron negociar para poner fin a los disturbios. Pero, horas después, el primer ministro, Daniyar Usenov, renunció al poder en nombre de todo el Gabinete cuando se encontraba reunido con los líderes opositores en la sede de la Presidencia, según anunció uno de los líderes del opositor Movimiento Nacional Unido, Temir Sariev, citado por la agencia rusa RIA Novosti.
Sariyev anunció también que la oposición formó un Gobierno de confianza nacional encabeza da la ex ministra de Exteriores Rosa Otunbayeva. En cuanto al presidente del país, Kurmanbek Bakiyev, Sariev dijo que había abandonado el país. Este extremo fue confirmado por una fuente del aeropuerto.
La líder opositora confirmó la dimisión del Gobierno, que según dijo le entregó personalmente el propio primer ministro. «El poder está completa- mente controlado por la oposición», añadió. Otunbayeva puntualizó que todavía no han formado un Gabinete, pero sí se han repartido las responsabilidades entre distintas personas. Se marcó como reto inmediato lograr la estabilidad de Kirguistán, informó RIA Novosti.
gabinete
La líder opositora y ex ministra de Asuntos Exteriores, Rosa Otunbayeva, explicó que el primer ministro le traspasó personalmente el poder, pero puntualizó que aún no se ha formado un Gabinete aunque sí repartido responsabilidades.
tulipanes
La llamada «revolución de los tulipanes» desalojó en 2005 del poder a Askar Akayev y aupó a Bakiyev, líder rebelde, cuyo mandato fue validado por más del 88% de los votos ese mismo año. Su gestión ha sido muy criticada incluso por sus partidarios y se le acusa de nepotismo y tendencias autoritarias.
Rusia niega su implicación y se suceden las llamadas a la calma
El viceministro ruso de Asuntos Exteriores ruso, Grigori Karasin, calificó ayer de «provocación burda e infundada» las informaciones que vinculan al Kremlin con las manifestaciones antigubernamentales en Kirguistán, según informó la agencia estatal de noticias rusa, RIA Novosti. Declaró que esas acusaciones son una «falsificación informativa» y pidió que los problemas políticos, económicos y sociales de Kirguistán se resuelvan por vías democráticas, sin el uso de la fuerza y sin perjuicio a la población.
Tanto EEUU, que tiene en el país una base militar fundamental para la logística de sus operaciones bélicas en Afganistán, como Rusia, que cuenta también con presencia militar en territorio kirguís, y la Unión Europea expresaron su preocupación por la situación en el país centroasiático e hicieron un llamamiento a la calma.
Amnistía Internacional, por su parte, había pedido a las autoridades de Kirguistán que no utilizaran «fuerza excesiva» para reprimir las protestas. «Las autoridades tienen el derecho y la responsabilidad de proteger las vidas y la seguridad de los ciudadanos, pero el uso de la fuerza es legítimo sólo cuando es estrictamente necesaria y proporcionada», recordó. GARA
El nuevo Gobierno anuncia elecciones en seis meses en Kirguistán
El nuevo Gobierno de Kirguistán ha prometido elecciones presidenciales en seis meses y ha asegurado que “el poder está bajo control”.
08/04/2010 8:41:00
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Rosa Otunbayeva, líder del nuevo Gobierno interino kirguís. (Vyacheslav OSELEDKO/AFP)
BISHKEK. Rosa Otunbayeva, líder de la oposición que ha asumido el poder en Kirguistán tras la huida del presidente, Kurmanbek Bakiek, ha comparecido en una rueda de prensa y ha anunciado que convocarán elecciones en seis meses.
“El poder está bajo el control del Gobierno provisional”, ha indicado antes de señalar que se mantendrán en el Gobierno durante seis meses para “preparar una nueva Constitución y ordenación de unas elecciones presidenciales conformes a todas las normas democráticas”.
Ha asegurado que no repetiríán los errores de Bakiev, que llegó al poder en 2005 y ha sido acusado por sus propios partidarios de deriva autoritaria, fraude electoral y de distribuir prebendes y puestos de responsabilidad entre los miembros de su familia.
“El presidente (Bakiev) intenta reunir a sus partidarios en el sur (del país) para seguir defendiendo sus posiciones”, mientras que “la oposición insiste para que vuelva a poner encima de la mesa su dimisión”, ha indicado.
Bases militares
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, ha ofrecido el respaldo de Rusia, que tiene una base militar en Kirguistán, a Otunbayeva en una conversación telefónica.
Otunbayeva también ha lanzado un mensaje de tranquilidad a Estados Unidos, al señalar que no está compretido el funcionamiento de su base militar en Manas, por donde pasan la mayoría de sus soldados desplegados en Afganistán.
“Nada va a cambiar” sobre acuerdo firmado por Bakiev y los Estados Unidos, ha asegurado.
Representantes de la ONU y la OSCE
La situación en Kirguistán ha llevado a la ONU y a la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) a enviar a sus representantes al país.
El titular de Asuntos Exteriores kazajo y presidente de turno de la OSCE, Kanat Saudabayev, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, han acordado la medida en una conversación telefónica.
Ambos “expresaron su profunda preocupación por la situación en Kirguizistán”, según el comunicado de la cancillería kazaja dado a conocer por Efe.
Otro episodio del Nuevo Gran Juego geopolítico en Asia Central
Kirguistán, en el caos
Enrico Piovesana
Peace Reporter
Traducido para Rebelión por Gorka Larrabeiti
Reina el caos en la antigua república soviética de Kirguistán, Asia Central. Las manifestaciones de la oposición que comenzaron anteayer para exigir la dimisión del presidente Kurmanbek Bakiyev degeneraron en violentos enfrentamientos con la policía en la capital, Bishkek y otras ciudades del país, que ahora está al borde del caos.
Al menos 19 muertos y 140 heridos. Las fuerzas de la oposición asaltaron y ocuparon la sede de la televisión estatal, el parlamento y la fiscalía general; se hicieron con el control total de las ciudades de Naryn y Talas. En esta última, que fue desde donde partieron las protestas, los manifestantes secuestraron al ministro del Interior y lo dejaron muy maltrecho después de una violenta paliza.
Unidades del ejército se movilizaron para defender el palacio presidencial en Bishkek. El aeropuerto internacional fue cerrado.
El gobierno declaró estado de excepción y toque de queda en todo el país.
La situación se precipitó a última hora de la mañana cuando, después de horas de enfrentamientos violentos entre manifestantes y la policía, el gobierno ordenó a las fuerzas de seguridad abrir fuego contra los manifestantes. Las víctimas, sólo en Bishkek, son al menos 19. Más de 140 heridos. Pero las cifras son todavía provisionales y los enfrentamientos continúan. El líder de la oposición, Omurbek Tekebayev, dijo que había nada menos que 100 muertos.
Por la tarde la emisora de radio rusa Eco de Moscú dio la noticia de que el presidente Kurmanbek Bakiyev había abandonado el país. Tras la dimisión del primer ministro, la oposición creó un gobierno de confianza nacional encabezado por Rosa Otumbaeva. “El primer ministro, Daniyar Usenov, me ha comunicado personalmente su dimisión”, dijo el ex ministro de Exteriores.
Un país todavía filorruso. El presidente Bakiyev gobierna Kirguistán desde hace cinco años, o sea, desde la “Revolución de los tulipanes” de la primavera de 2005 que derrocó al régimen prorruso de Askar Akayev.
Sin embargo, a diferencia de otros gobiernos nacidos de las revoluciones “de colores” patrocinadas por Washington, el gobierno kirguís no cambió la política precedente prorrusa. El país siguió siendo un miembro activo de la OTSC, la alianza militar “anti-OTAN” que lidera Rusia y el Pacto de Shanghai (OCS) que lideran Rusia y China; siguió albergando una base militar rusa en Kant (cerca de la capital ); consintió la futura apertura de una segunda base rusa en Osh (en el estratégico valle de Fergana) y amenazó varias veces con cerrar la gran base de EE.UU. en Manas, que funciona como base principal en la retaguardia de la ocupación estadounidense de Afganistán, que comenzó en diciembre de 2001.
La oposición filooccidental. No es de extrañar, pues, que todos los principales representantes de la oposición kirguís, desde Otumba Roza quien encabezó la revuelta de 2006 hasta Omurbek Tekebayev que lidera la actual, sean partidarios de una mayor apertura a los Estados Unidos y la Unión Europea.
Hace un año, Tekebayev, que mantiene desde hace años las relaciones con el Departamento de Estado norteamericano y la Fundación Soros, fue a Washington para reunirse con varios miembros de los EE.UU., a debatir en público sus planes para derrocar al gobierno de Bakiev con un levantamiento popular.
http://it.peacereporter.net/articolo/21182/Kirghizistan+nel+caos