Después de recorrer el continente se encontró con los barbudos cubanos que le invitaron a hacer la revolución. Póngase usted en el lugar de él. Veamos los raciocinios posibles:
La izquierda burocrática, aquella que sólo vive detrás del poder para imitar las aberraciones que se cometían en nombre del proletariado en los países del capitalismo de estado, había definido la etapa como de revolución democrática burguesa y se aliaba con sectores empresariales en los llamados frentes populares de pos guerra, asentados en los acuerdos de Yalta que hicieron llorar a los italianos que tenían el control de gran parte de su país y hubieron de entregarlo junto con las armas a los yanquis, que consideran a la libertad sólo como una estatua.
Era una herejía aquello que planeaban esos barbudos bajo el dedo acusador de los partidos llamados progresistas y otros apelativos también terminados en “ista”. Se salían de la estrategia para reventar esquemas e innovar. Eso fue una maravilla para este médico que también se dejó la barba como símbolo de informalidad y naturalidad, mientras aquellos otros se afeitaban bien para mostrar el bigote tipo Stalin o la barbilla en punta estilo Lenin. Esos otros, prisioneros de los esquemas rígidos y reiterativos, se declararon adversarios de los barbudos en todo el continente, aún los propios del Partido Socialista Popular en la isla acusaban a estos rebeldes de ser apoyados por Estados Unidos. Así, tal como le lee. Hay una enorme variedad de textos y declaraciones de la época.
Innovar y adaptarse a las circunstancias fue la consigna, romper con las recetas de cocina para mezclar libremente los huevos con la harina para amasar el pan de la lucha fue la tónica. Y este médico encontró por fin algo que le parecía más atinado que el seguir los cánones del vaticano de Moscú, donde la ternura había sido asesinada.
Gracias, Che. Fuiste un valiente y osado por no aceptar las guías para la acción y aliarte a rebeldes con y sin ideología para unirte al pueblo oprimido de aquella pequeña gran isla del Caribe donde dejaste tu corazón.
Cuando los barbudos bajaron de la Sierra Maestra y de todas partes, traían un modelo práctico para implementar. Allá arriba habían hecho una reforma agraria, con leyes incluidas, que habían concitado el apoyo y la entrega del campesinado a la nueva dinámica que venía desde abajo. No fueron ganados por la lucha, sino por el cambio, no fueron atraídos por promesas de cambio a futuro, sino que vieron e hicieron con sus propios cuerpos lo nuevo, una nueva economía que debía establecerse como modelo para el resto del país.
Esa es otra lección inolvidable que asustó a los burócratas de todas partes. Hacer otra economía antes de “tomarse el poder”, era sumamente peligroso, pues la propuesta tenía que ser una estatización de la propiedad, que la única economía posible era la capitalista dirigida desde el estado.
El Che visitó fábrica tras fábrica hablando de los valores del comunismo, es decir, de aquella sociedad que para los burócratas era sólo el cielo de los cristianos, una utopía de futuro. Para los burócratas los incentivos deben ser materiales, para el Che debían ser estímulos morales Para él era muy importante el humanismo, lo que se había perdido en la URSS y demás países detrás de la cortina de hierro.
Los partidos seguidores del poder escribieron que la revolución cubana había sido una “excepción histórica”, bajando la agresividad cuando se integra el PSP y se establecen vínculos con la URSS. El Che cuestiona la economía soviética criticando severamente el cálculo económico como modelo a seguir, proponiendo a cambio la centralización de los medios de producción para avanzar hacia la sociedad sin clases, evitando que las relaciones mercantiles empresa-empresa fuesen una simple reiteración de los mecanismo puramente capitalistas. Insistió que desde ahora había que preparar las condiciones de tránsito al comunismo, evitando decididamente estancarse en el modelo capitalista estatal desde donde no es posible avanzar al cambio.
No pudo hacerlo ante la avalancha de técnicos y profesionales del PSP que coparon rápidamente cargos claves para el desarrollo económico. La suerte de los cubanos es que muchos de sus dirigentes históricos provenientes del 26 de Julio tuvieron la lucidez de no permitir que se reprodujese ciento por ciento el modelo ruso, generándose una especie de cohabitación que perdura hasta nuestros días. Con todos sus errores y defectos, la revolución cubana no puede dar un paso atrás, ni para tomar impulso, pues los Estados Unidos están esperando un resquicio para entrar con todo, de manera que dejemos a los cubanos enfrentar de la mejor manera posible sus problemas internos y dediquémonos a lo nuestro, esto es, el cambio en cada territorio donde nos ha tocado vivir.
El Che fue quien levantó la propuesta del socialismo cotidiano, es decir, la idea del socialismo no debía radicar únicamente en el estado, sino en la vida del día a día, en el trabajo, en la casa, el centro de estudios, el barrio, etc. la cotidianeidad de la práctica de los valores socialistas y comunistas era lo que permitiría romper el cerco de los valores individualistas y competitivos del capitalismo.
Como la nueva economía en la Sierra maestra permitió contar con un modelo verificado por la corporalidad de las personas antes del control del estado, el socialismo cotidiano era el sistema de relaciones interpersonales que se asentaría en las nuevas relaciones económicas, lo objetivo y lo subjetivo, la práctica relacional y los contenidos de valores instalados en ella.
Así, podemos aprender con el Che que la posibilidad del cambio está hoy día en la instalación de una nueva economía autogestionaria en los barrios de las ciudades, producción de alimentos y de artículos de utilidad doméstica, intercambio con otras experiencias en la formas de redes solidarias y alternativas, construyendo el modelo que desde abajo se ofrezca como alternativa al predominio del capital y el mercado, rompiendo los lazos materiales e ideológicos con las redes del estado y del mercado, instalando en los barrios formas de energía alternativa que impidan el sometimiento a los cables institucionales y mercantiles organizando sistemas autónomos de salud y educación barrial. Sin embargo esa nueva economía sólo podría tener sentido con nuevas relaciones humanas, el socialismo cotidiano, que en las condiciones actuales se entiende que es la vida en comunidad, saliendo de las casas para hacer cosas juntos.
Para mi ese es el principal legado del Che.
Gracias. Che comandante.
Abrazos
Profesor J
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