Bolivia: Mentalidad colonial y “gobierno de cambio”

05.Sep.10    Análisis y Noticias

Félix Patzi
Nació en 1967 en la provincia Aroma, La Paz. Licenciado en Sociología con maestría en Historia Agraria. Doctor en Ciencias del Desarrollo. Catedrático de la Universidad Mayor de San Andrés, UMSA, de La Paz.
Invitado por el Movimiento al Socialismo,MAS, fue ministro de Educación en el 2006 y secretario general de la Prefectura
paceña. Se postuló el año 2010 como candidato a Gobernador por el
departamento de La Paz, candidatura que le fue negada por el MAS aduciendo haber sido capturado conduciendo su vehículo en
«estado inconveniente».

Mentalidad colonial y «gobierno de cambio»
Félix Patzi

En principio agradecer la invitación y también la presencia
de ustedes. Este va ha ser un momento propicio para
intercambiar ideas sobre los temas de coyuntura, política
y descolonización. Solamente voy a referirme a eso
haciendo una especie de corte. Es decir, un corte que
significa quizás ahora cómo veo desde lo exterior, además
de lo interior.
Todos sabemos que los acontecimientos del año 2000
abrieron una posibilidad de construir otro tipo de país. Se
abrió la posibilidad de saldar salidas, de dar soluciones a
los problemas históricos, especialmente a esa historia más
vieja que viene desde la conquista y a la que todos los
Kataristas Indianistas hemos trabajado buscando solución
a la exclusión y la discriminación fundamentalmente.
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El año 2000 se abrió también posibilidades para los
luchadores la izquierda. Se abrió también la posibilidad de
construir otro país en sus conceptos de bienestar social.
Así, para izquierdistas, indianistas y todas las corrientes
críticas a esta estructura social era fácil unirse, porque
había un enemigo común, el enemigo común era la
oligarquía, la derecha, que se había apoderado del poder.
Evidentemente era fácil organizarse contra la derecha,
esa derecha estricta en su estructura colonial y que
dominaba desde hace décadas. Contra esa derecha era
muy fácil organizarse con el único objetivo de derrotar a
esa estructura vieja y hacer una estructura de una fuerza
nueva, de una fuerza nueva compuesta, diría yo, de una
multiformidad, de una diversidad de ideologías. No se
entiende de otra manera el 2005 y el avance en la lucha
electoral: ¡Se ganó con el 54%! ¡Alegría, felicidades todos!
La esperanza se articuló quizás alrededor de dos temas
estructurales. El más inmediato fue la nacionalización de
los recursos hidrocarboríferos, que había sido una lucha
que conjuncionó tanto los indígenas como a los que
apuestan por la izquierda y que de alguna manera apuestan
por el socialismo. Pero la espectativa indígena, aquello en
que los indígenas depositaron más su confianza fue en la
Asamblea Constituyente, precisamente porque se la
concebía como el instrumento para cambiar esa historia
de exclusión, esa historia de negación y discriminación.
La Asamblea Constituyente debía elaborar una nueva
Constitución que era la esperanza que iba a solucionar
ese problema estructural de exclusión entre indígenas y
no indígenas. En esta lucha había todavía un enemigo
común con el que todavía se midían las fuerzas. En el
referéndum disputan una fuerza vieja contra una fuerza
nueva; una fuerza vieja cada vez con tendencias a perder
y una fuerza nueva con tendencia a ganar. Pero esta
fuerza ganadora tiene ya grandes debilidades: debilidad
ideológica, porque juntaba diversas ideologías, desde las
posiciones kataristas (y los de katarismo tienen diversas
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corrientes, como en el marxismo hay diversas tendencias
desde trostkistas hasta moscovitas) hasta las diferentes
izquierdistas. Entre estas diferentes ideologías, entre estas
diferentes líneas, los izquierdistas han sido los más beneficiados,
los más aventajados, pues estaban prácticamente
muertos, no representaban a nadie, pero el estar en la
estructura de gobierno los revivió. Esta izquierda no revivió
desde las luchas sociales, sino desde el poder de gobierno
que le fue dado, esta es una historia real.
Una vez en gobierno, el MAS acumula triunfos electorales:
62% con la Constituyente, con el Referéndum 67%.
¡Maravilloso, jamás visto en la historia ni siquiera de
América Latina! En términos de lucha electoral el triunfo
ya estaba claro. Aquí hay que destacar como paréntesis
dos cosas: La primera gestión de gobierno del MAS se
compone de tres troncos ideológicos: el neoliberal
acomodadizo pragmático, que es una línea que está
presente en la estructura de gobierno; la otra línea es
fundamentalmente la de izquierda tradicional y la última
línea (que no es decisiva sino algo marginal) es la que
llamaríamos indianista. Esas diversas corrientes en el inicio
están coexistiendo, pero a medida que vamos avanzando
en la derrota del enemigo dos de ellas —la del neoliberalismo
o liberalismo reformado acomodadizo, pragmático y la
otra, la izquierda tradicional— van ocupando mayor fuerza
en la estructura de gobierno, mientras que cada vez a
medida que pasa el tiempo la línea Indianista Katarista va
siendo marginanda y después excluída. Finalmente, para
finales del 2007, 2008, se quedan solamente los troncos
ideológicos neoliberal y marxista y el Katarismo Indianismo
es totalmente excluído.
Quienes apuestan por el Katarismo Indianista están en
esa época totalmente ya al margen. Cuando indico al
margen no me refiero solamente como posición ideológica,
sino que se está al margen ya como presencia física en la
administración de gobierno. La batalla final en este proceso
de exclusión se da el seis de diciembre, en ocasión de las
lecciones generales, cuando el MAS derrota definitiva a la
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derecha y a la oligarquía en términos políticos. Ahora le
toca al MAS la hora de la verdad. Ya no hay enemigo único
al frente y empieza a surgir en su interior lo que yo llamo
discrepancias ideológicas. No son públicas, sino
subterráneas.
Yo comparto con Walter Reynaga el análisis de que se
apoderó de este proceso de cambio la izquierda tradicional,
y en términos políticos yo lo puedo llamar con nombres y
apellidos. Empieza a administrarse el poder desde una
persona, desplazando al resto de las corrientes y al resto
de los protagonistas. El desplazamiento se da también a
nivel del discurso, que es ya explícito de socialismo. Sin
embargo, el socialismo no fue apuesta del movimiento
social como tal. El movimiento protagonista de este proceso
es el movimiento indígena y su apuesta no fue de
reivindicación del socialismo. Quienes posicionaron al
socialismo en el debate fueron Evo Morales y Álvaro García
Linera. Así empieza el debate interno sobre qué es
socialismo y sobre el socialismo y la experiencia de Lenin,
de Stalin, donde es fundamental la colectivización pura
desde los más pequeños negocios. Evidentemente, esa
experiencia históricamente ha llevado a la miseria y a la
penuria a quienes en el mundo han estado en este tipo de
socialismo.
Mi participación en ese debate se trasluce en tres
artículos que publiqué en el periódico La Razón de La Paz
en los que critico primero los bonos, segundo la visión del
socialismo que impera entonces en el MAS. Yo digo
explícitamente que el socialismo concebido como lo hicieron
Lenin y Stalín, como estatización de la economía y
administrado por una burocracia que vive de la plusvalía
de la gente, pero que no libera al trabajador y que más
bien lo somete a la súper explotación es peor que el
capitalismo. Eso ha sido la Unión Soviética y eso es Cuba.
Cuba está viviendo en la miseria, miseria que Bolivia ni
siquiera conoce. Es cierto que en Cuba existen buenos
servicios de educación y de salud, pero en la parte
realmente económica es miseria y penuria.
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Basado en ese tipo de socialismo de miseria y penuria
han acuñado aquí un discurso de «socialismo comunitario».
Quiero contarles aquí una historia, que es una historia
verdadera, que la conocen hermanos que están en la
testera, hermanos Kataristas: En la Asamblea
Constituyente se empezó el debate de si debíamos buscar
ser hegemónicos con la visión Indianista Katarista o
apostábamos por lo plural. En esa ocasión a mí me trataron
como «troskista aymara». Ya surgía entonces esa
discrepancia, porque metimos el tema de descolonización,
el tema del sistema comunitario en la parte económica,
política, jurídica. La primera reacción sobre el que realmente
esos sean sistemas políticos fue todo debate.
Es sabido que en el MAS hay convergencia de varias
divergencias, de varias corrientes. No hay una sola
corriente. Entonces, en el debate para definir qué es
primero, lo hegemónico o lo plural, se decide apostar por
lo plural. Hoy quiero enfatizar, porque es importante, que
muchos salimos a defender ese pluralismo del Estado, que
hemos defendido el pluralismo del Estado, con el único
objetivo de trazamos a este Estado como un «Estado de
transición», de la misma manera que se interpreta al
socialismo como transición al comunismo, igualito. Lo plural
era como transición hacia una hegemonía. No se aceptó
la reconstitución de las instituciones indígenas porque era
más democrático rescatar los dos troncos históricos, un
tronco histórico antiguo ancestral indígena y otro tronco
histórico si quieren occidental, euro céntrico, llegando a
concebir que eso es actualmente Bolivia. Mediante esa
pluralidad se debía encaminar hacia la descolonización.
Sin embargo, actualmente esa pluralidad ya no se efectiviza
como política nacional, ya no se traduce en las leyes o
en los decretos. Y algo que aquí es interesante y muy
importante, se da como un giro en los encargados de
hacer los decretos o de quienes hacen las leyes
nacionales: ya no lo hace un grupo plural, sino que es
tarea de un grupo que yo llamo «grupo duro». Este grupo
duro tiene visión fundamentalmente izquierdista, socialista
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a lo antigua, grupo duro que está encabezado por Álvaro
García Linera y constituido por Héctor Arce y Walter San
Miguel. Sacha Llorenti se coló a este grupo aunque no
tenía mucha capacidad, pero se coló. Otro que se coló es
Gabriel Loza, quien no tenía ni idea de lo que era «lo
plural». Yo los conozco casi a toditos.
Pero lo más interesante en este asunto es, yo creo, la
lectura de Álvaro García da a todo esto. Alvaro imagina el
rol del MAS igual al rol del partido en tiempos de Lenin y
Stalin, cuando el partido sustituyó a los Soviets. En esas
épocas, digamos, la palabra del obrero se expresaba a
través del más conciente revolucionario que era militante
del Partido Comunista. En nuestro caso la diferencia es la
siguiente: El MAS no logró constituirse como partido. El
MAS como partido no está en el gobierno. El MAS como
partido está solamente para pelearse por los cargos, las
pegas, o para convocar a las grandes concentraciones.
La dirección nacional del MAS prácticamente no juega
ningún rol en las decisiones nacionales; quienes usurparon
ese rol del partido son cinco personas a la cabeza del
Vicepresidente. No hay, por lo tanto, ni siquiera dictadura
del partido, hay solamente dictadura de cinco personas.
No hay, mucho menos, dictadura del pueblo que se habría
movilizado: las organizaciones sociales terminan siendo
coptadas totalmente y condicionadas para el apoyo. Las
organizaciones sociales sirven para dos cosas: Para ir a a
las concentraciones y para organizar el voto masivo, que
es utilización y deformación del voto comunitario, pues
sirve simplemente para votar uniformemente y no para
tener influencia en la decisión misma.
Sobre las supuestas evaluaciones que los movimientos
sociales hacen del trabajo de gobierno yo decía, a través
de un artículo, que las evaluaciones en Cochabamba que
se hacían como ritual en la llamada casa campestre, no
eran verdaderas fiscalizaciones del Movimiento Social sobre
la acción del gobierno, sino puros actos de legitimación
de decisiones anteladamente tomadas por esas cinco
personas. Los encuentros en el Hall del Palacio de Gobierno
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es ya el símbolo del lugar donde las organizaciones sociales,
los dirigentes, terminan aplaudiendo, y no es símbolo del
lugar donde ellos deciden o por lo menos influyen en las
decisiones tomadas por el grupo de cinco que se atribuye
su representación.
En la defición de cuál de dos teorías de liderazgo debería
implementarse: la teoría del líder único o la teoría de
liderazgo colectivo, ha triunfado la teoría del líder único.
La teoría del lider único se ha concretizado en la doctrina
del Evo Único. En el MAS ya no hay otros y quien es
dirigente es un disidente y tiene que ser excluido
«democráticamente», sino anulado. Sobre las políticas de
anulación aquí se podría dar cátedra de cómo anular al
adversario. Es triste ver esa parte, porque se trata de la
aplicación de políticas de escarmiento, de hundir a quien
discrepa, hundir es la palabra: hay que hundirlo hasta que
no se levante, hundirlo hasta que desaparezca. No importa
el medio que se utilice, lo importante es que no tiene que
haber competencia a un liderazgo. Ya se van a acordar
ustedes: el 2015 el Evo va a ser nuevamente candidato.
No es absurdo lo que digo, ya está preparada la ley, yo la
he visto.
Sin embargo, es importante saber que la esencia de las
propuestas de cambio no ha muerto, aun cuando ahora se
exprese fuera del MAS. Lo comunitario como una forma de
rescate es una nueva propuesta ideológica. Es interesante
saber que en la primera discusión que surgió después de
la Constituyente se la mató con la «ley de transición».
Cuando se aprobó la Constitución yo voy a la Dirección
Nacional del MAS y demando cómo puede ser que no
rescatemos la lógica del ayllu. Indico que por mecanismo
propio se eligen los diputados uninominales; los
asambleístas departamentales son elegidos por provincia;
incluso los concejales pueden ser elegidos a través de su
mecanismo propio, sin presencia del partido. Todos
aplaudieron, muchos escuchaban por primera vez esta
novedad, claro. Se aprueba y toditos felices, pero se va
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donde Héctor Arce y se anula lo decidido, se decide que
todo ha de estar sometido a la democracia representativa
y su forma de voto popular. Fue la primera discrepancia
ideológica muy fuerte.
Otra discusión fue cuando yo ya era candidato a la
gobernación. Previamente yo he dirigido y coordinado la
redacción del estatuto autonómico de La Paz, trabajando
para ello con todos los dirigentes. Se decidió que los
asambleístas por provincias iban a ser elegidos por turno
de rotación como es la tradición aymara y quechua. Los
dirigentes expresaron que, además, eso siempre se ha
hecho para la elección de sus consejeros, solo que la ley
no les permitía y tenían necesariamente que pagar a los
concejales municipales para formalizar esa costumbre. Con
ese estatuto autonómico estábamos concretizando lo que
está escrito en la Constitución, es decir la democracia
comunitaria. Comunicamos esta decisión al Presidente, el
Presidente la pasa al Ministro de Autonomías quien se
reúne con sus abogados, los que eliminan esa redacción
calificándola de anticonstitucional.
Se ocasionó por ello un conflicto entre Álvaro García y
mi persona, pues yo arguía que eliminar ese proyecto de
estatuto autonómico era más bien anticonstitucional. Si
no ¿por qué diablos hemos puesto esta pluralidad en la
Constitución? Esta bien que en las ciudades sean elegidos
los consejeros o asambleístas por población y por voto
popular, pero en las provincias tienen su mecanismo propio.
El actual gobierno redacta y entiende lo indígena solamente
como lo leco, lo afro boliviano, pero a lo aymara a lo
quechua, que es la población mayoritaria, ya no lo
consideran indígena, anulan su institucionalidad política
más importante, por la que han luchado históricamente
estos pueblos.
Por lo tanto, ya no hay en el discurso y práctica del
gobierno ningún socialismo comunitario, solamente queda
el liberalismo con una cierta perversidad. Yo la llamaría la
perversidad del poder concentrado en pocas personas.
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Esta degradación no solamente afecta al katarismo
indianismo, sino también a las aspiraciones de los
izquierdistas, aspiraciones de liberaciones colectivas en
la que el pueblo mismo decida, que el poder no se enajene…
Esos principios, que son también principios marxistas, se
fueron totalmente al diablo.
Y en la parte económica, otra discusión. Se discutía de
un ingenio azucarero en el norte de La Paz, cosas operativas
porque la política se hace con cosas operativas. Yo había
trabajado una primera propuesta: la caña iba a ser
producida por los campesinos del lugar en la cantidad que
quisieran y el ingenio, la planta misma de refinación, iba a
va a ser administrado por la Prefectura. En unos cinco
años, una vez que los campesinos tengan capacidad, se
les iba a transferir el ingenio constituyendo una empresa
comunitaria moderna, de manera que las ganancias se
queden con los propios campesinos. Sin embargo el Prefecto
se reúne ocultamente con todos los que están implicados,
les reúne y no me convoca. Se decide que la caña va a
ser producida en terreno prefectural, con posibilidad de
comprar más terreno, y que los campesinos van a ser
contratados como trabajadores asalariados. Así, tanto la
producción como la planta de ingenio van a ser del Estado:
una estatización típica cubana.
Hay pues dos visiones y pelea, conflicto ideológico entre
ellas. ¿Dónde está lo comunitario en la práctica de este
gobierno? Lo comunitario pasó a ser folklore o discurso.
Muchos creen que este gobierno es comunitario porque el
Presidente Evo Morales es indígena, pero eso es ingenuidad.
Evo es también cómplice, el presidente no está al margen.
Muchos quieren salvar al presidente como si Evo Morales
no entendiera lo que está pasando, como si fuese
manipulado por un entorno. En realidad Evo también arma
todas esas cosas, hay que ser reales.
Para terminar, lo comunitario, lo «ayllu» para los
Kataristas, aunque esté en la Constitución no se concretiza.
El proceso de cambio se ha desviado hacia una tendencia
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bien firme que es el socialismo estatizado y monopolizado
por cierto grupo de poder. Como no se pudo hacer un
cambio estructural el gobierno distrae con una especie de
reforma moral, que es el moralismo que quiere encubrir un
vacío político: es moralista la supuesta lucha contra la
corrupción, es moralista la ley contra los chóferes, es
moralista el castigo a Patzi. Todo moral, moralista o
actividades de filantropía asistencionalista. Así los famosos
bonos como lógica de bienestar social llevadero no es
sostenible, menos como lógica de transformación de la
economía, pero sí se entiende como lógica de moralismo
asistencialista.
En este momento surge un debate en la población.
Muchos dicen que hay desencanto, que coincide con la
elección de gobernaciones, alcaldías, porque se ponen
como candidatos del MAS a quienes no los eligieron las
organizaciones de base. Cuando los candidatos son
potencialmente líderes y referencia para la población,
cuando tiene pensamiento propio, hay que anularlos, no
ponerlos o excluirlo de la lista; poner a cualquier otro que
sea sumiso: orden, subordinación y constancia. Esto último
es una teoría que trabajó el Álvaro García. Para él hay
general y hay soldado. El soldado se debe a la revolución
y para ello tiene que obedecer en todo al general y no
puede discutir al general. Pero si alguien quiere ser general,
¡que se cuide mucho, pues solo puede haber un general!
Mientras haya general nosotros podemos vivir felices. Pero
si un sale otro general pensante estamos en peligro. La
pregunta es: ¿el verdadero general es Evo, García Linera
o los asesores?
Lo interesante de todo esto es que todavía hay una
mentalidad totalmente colonial. Es decir, el indígena todavía
no puede administrar el poder y el Estado. Ese pensamiento
llega en el actual gobierno hasta el extremo de no
reconocer a los profesionales indígenas en tanto
profesionales. Hay en esta actitud un verdadero racismo,
pues profesional se lo considera sólo a la gente blanca
mestiza. Si se toma atención a los discursos del Presidente
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se constata que incluso en él existe esa mentalidad.
Personalmente, por ejemplo, cuando estuve a su lado nunca
se dirigió a mí en tanto «profesional intelectual», pero sí
se le escucha abundar en elogios a cualquier otro que ni
siquiera tiene producción intelectual.
Esto es la realidad, esto es lo que está ocurriendo. Por
ello no es extraño que paulatinamente la gente le esté
restando apoyo a Evo Morales, pues hay un desencanto.
Mucha gente dice: «Ya no voy a votar por el MAS, el Evo
está muy soberbio», «le hemos dado 64 %, por lo tanto
hay que bajarlo para que se de cuenta de la soberbia y
para que se de cuenta el Evo que cualquier rato también
podemos bajarlo». Esa es la tendencia fuerte y está
primando en este momento.
Pero también se constata en la población otra tendencia
y es el rechazo a la lógica de que el MAS y Evo Morales
son propietarios privados del proceso de cambio, que no
hay nadie más, que si no eres amigo eres enemigo, si no
estás conmigo estás contra mí. Ahora bien, muchos pueden
decirme: «Tú dices esto ahora desde el exterior, cuando
ya estás fuera. No hablabas lo mismo cuando eras parte
del gobierno». Eso es falso y vuelvo a poner como
testimonio los artículos de prensa que escribí entonces.
Cuando estaba en el gobierno, el gobierno condenó esos
artículos y trató que no fueran publicados, me decían que
no podía escribir en La Razón.
Para terminar esta mi lectura sociológica creo que este
proceso está realmente chueco. Creo que el Evo, igual
que Felipe Quispe, ya cumplió su misión histórica. La
misión histórica de Felipe Quispe, en los años 2000 al
2002, fue el haber levantado el orgullo indígena en el
campo y en la ciudad. La generación nueva es tributaria
de esa misión histórica exitosa. La misión histórica de Evo
Morales fue la de haber derrotado a la derecha el año
2005 y en otras elecciones democráticas. Siempre vamos
a recordar el éxito de esa misión, pero creo que ya no
tiene capacidad para cumplir otra misión histórica, la de
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concluir las transformaciones profundas, estructurales, que
el país necesita.
Creo que se va a presentar otra coyuntura en donde se
necesitan otros actores, otros líderes. Probablemente
líderes más letrados. Creo que esta es la enseñanza de la
lectura de la presente coyuntura: La descolonización pasó
a ser de discurso a ser necesidad de ejecución política.
En la actual política del MAS no se entiende qué es lo
que conciben por descolonización. La descolonización debe
referirse fundamentalmente a la igualdad de oportunidades,
a la eliminación del racismo, de todo tipo de racismo;
donde a la gente se mire por su capacidad, por sus méritos
y conocimientos, indistintamente de su pertenencia étnica.
En eso tampoco hemos avanzado. Por ejemplo, no son
convocados indistintamente todos los profesionales
indígenas. No hay una descolonización en ese sentido.
Tampoco en el sentido de recuperar su concepción social
del mundo, que se traduzca en las instituciones,
fundamentalmente como la administración de poder, como
la economía, la justicia. Actualmente todas las instituciones
indígenas igual son relegadas, negadas, como es el caso
de la justicia. Ahora es el mejor momento para reconstruir
esos dos ejes de justicia ordinaria y justicia comunitaria,
pero hay una infravaloración de la justicia comunitaria.
Por ejemplo: justicia comunitaria para un pueblito perdido
en el campo y justicia ordinaria para todos los asuntos del
Estado, para asuntos nacionales.
También hay un desequilibrio en la parte económica. No
hay ninguna institución económica, comunitaria o indígena
que realmente se esté fortaleciendo en este período político
del MAS y de Evo Morales. Por eso la descolonización se
quedó en el discurso, en la palabra, pero no como una
política nacional.
Con eso terminaría hermanos, hermanas. Muchas gracias.