Autor: “Manuel Cavieses”

Chile: La izquierda revolucionaria vaga como alma en pena enredada en inútiles polémicas destinadas a fantasmales auditorios.

Cavieses no sólo reconoce la vacuidad de la izquierda revolucionaria, sino que se entrega al reformismo de Boric para volver a lo de siempre en su idea de la idílica vanguardia que asaltará el poder que se entrega al capital, como ha sucedido en los procesos revolucionarios: a) Organizarnos para enfrentar un eventual gobierno de Kast en defensa de los derechos humanos y sociales; y b) Organizarnos para construir de una alternativa popular durante el gobierno de Boric. Su postura exageradamente cargada al estatismo y al reformismo se niega desesperadamente a reconocer el crecimiento de la abstención, del protagonismo popular, de la democracia directa y de la autogestión.


Chile: La “madre del cordero” constitucional

Sólo la rebeldía conseguirá los cambios sociales y políticos que el sistema y la casta política se niegan a ceder.
Cavieses se ha quedado pegado en la vieja izquierda revolucionaria y sigue pensando el asalto al poder del estado y un gobierno al estilo de maduro, el dictador de Venezuela. Para él la rebeldía y la vanguardia son los ejes del proceso. Sin partido no hay revolución. Pero en Chile la población no se ha quedado pegada al estallido buscando vanguardias, sino que está poco a poco descubriendo que puede administrar los barrios entre los propios vecinos con autonomía empezando con la producción de alimentos en las huertas comunitarias, su preparación y distribución en común, para todos todo. Su conclusión de que no habrá nada del pueblo ni para el pueblo en la convención constitucional y que habrá una fuerte abstención en la votación para constituyentes es acertada.