Autor: “Peter Pál Pelbart”
Contra los límites del lenguaje, la ética de la imagen [1]
Un aficionado al cine desde la infancia, fanático por la clandestinidad de la sala oscura, Deligny siempre ha tenido una fascinación ambigua por este arte. Porque no es exactamente la película lo que le interesa, sino las imágenes. No es la narratividad, el contenido, el sentido, la moraleja de la historia, por decirlo brutalmente, sino lo que escapa al dominio del lenguaje o al predominio de la historia. Deligny se refiere a las imágenes como gansos. Existen aquellos, salvajes, que levantan vuelo, ya sea ante una amenaza, sea a punto de aparearse, en cualquier caso, en circunstancias que tienen que ver con la supervivencia de la especie. En contrapartida, hay quienes, domesticados, solo retienen de esa capacidad un tímido movimiento de alas, siempre abortado. Ya no pueden tomar vuelo.
Elementos para una cartografía de lo grupal
Sólo a través de los encuentros aprendemos a seleccionar lo que encaja con nuestro cuerpo y lo que no, lo que con él se organiza, lo que tiende a descomponerlo, lo que intensifica su fuerza de existir, lo que la disminuye, lo que intensifica su potencia de actuar, lo que la disminuye. Un buen encuentro es aquel por medio del cual mi cuerpo se conecta con aquello que le es conveniente, un encuentro por medio del cual aumenta su fuerza de existir, su potencia de actuar, su alegría.