Diferentes factores confluyeron en la sorprendente manifestación zapatista de este viernes 21 de diciembre: Por una parte se recuerda la masacre de Acteal, por otra se acerca el aniversario zapatista, acaba de asumir el nuevo gobierno del PRI y es el día del fin de ciclo maya y comienzo de otro. No podían haber tenido una mejor combinación de coordenadas históricas y geográficas. El tiempo y el espacio, la cartografía de la marginación desde donde viene la voz del silencio, que es al mismo tiempo la voz de los antepasados mayas que entendieron su tiempo en ciclos.
Los puntos de la manifestación fueron los mismos donde atacaron los insurgentes casi en la misma fecha de 1994 y levantaron rústicos escenarios encima de camionetas con escalera atrás y adelante, por donde subieron uno a uno en el más estridente silencio (el placer del oxímoron de los zapatistas), descendiendo por el otro lado, en una imagen de un orador múltiple que no habla, pero dice mucho al no hacerlo, la multitud pasando en silencio por el escenario reservado a los líderes y conductores, la voz de los de abajo, en un idioma sólo descifrable cuando se entiende el lenguaje del silencio. De acuerdo con varios reportes, en San Cristóbal de las Casas estimaron la participación de 15 mil indígenas, en Palenque fueron unos 6 mil, en Ocosingo otros 6 mil, en Altamirano más de 4 mil al igual que en Las Margaritas, lo que resulta en un mínimo de 35 mil participantes, aunque varios acotan que se aproximaría a los 50 mil. Si es por número, podemos afirmar que fue un notable impacto, sin embargo lo que impresionaba era el orden y el silencio, la determinación y combatividad de los rostros. Europa Press noticia que fueron más de 40 mil.
Las marchas que confluían en las ciudades fueron haciendo círculos como caracoles, otra simbología del tiempo-espacio, ya que la forma de organización zapatista para atender sus asuntos públicos es justamente la de los caracoles que reúnen varios municipios autónomos autogobernados mediante las Juntas de Buen Gobierno, caracoles que van desde los municipios hacia el mundo, como lo han dicho en sus escritos, y que a la vez representan (simbolizan) el carácter cíclico de la vida y del tiempo, para mostrar la infinitud del tiempo, del principio y del fin constante. Ello está diciendo sin hablar que se está atendiendo al día del fin de ciclo y comienzo de otro. Con esto los zapatistas han puesto fin a una etapa y comienzan otra, cuyas características pueden ser deducidas (al menos algunas) de la manifestación:
Fue una demostración de fuerza, de presencia, de disciplina y de sujeto común, donde los combatientes son seres humanos muy normales, adultos, mujeres, ancianos, niños y muchas madres amamantando a sus retoños y que todos regresan a sus lugares a continuar produciendo, educando, cuidando y soñando como cada día. Esa es una base, un perfil de sujeto.
Fue una manifestación silenciosa, no sólo porque el silencio dice mucho más que las palabras en este mundo donde los discursos y la retórica sobran, sino porque la acción es más importante y asume un lugar junto a la palabra que camina en la forma de pregunta: ¿Escucharon? Miles de indígenas comunarios y autoridades tradicionales en asambleas y resoluciones tejen la palabra para hacernos a los demás una simple pregunta. Así el escuchar en este caso se dirige hacia lo propio de nosotros – ajeno para ellos: el mundo derrumbándose, que muchos hacen oídos sordos, la crisis económica y la crisis ecológica que amenaza la vida a menos que se vislumbre un cambio civilizatorio, no sólo un cambio de gobiernos o estados que administran lo mismo, sino un real cambio de ciclo, el 13 backtún del calendario maya, donde no es lo premonitorio lo que prima sino el propósito, la voluntad, la armonía con el universo, con lo universal, entendiendo la comunidad humana como parte integral e interactiva con el cosmos.
Ya en la víspera el Movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad (MPJD) que encabeza el poeta Javier Sicilia, pidió al Gobierno Federal y Estatal atender las demandas y conflictos que prevalecen en las comunidades indígenas de Chiapas. También el gobierno estadual de Chiapas había liberado cuatro presos zapatistas y hacía gestos tendientes a la paz y el diálogo con el zapatismo. Se puede pensar que se colocaban un parche antes de la herida, pues el recordatorio de Acteal y el aviso previo de los zapatistas de que habría un pronunciamiento colocaba los pelos de punta a más de alguno.
En vez de fin del mundo, el mundo se encontró con un resurgimiento del zapatismo, casi como un ave Fénix a quien muchos le habían decretado la muerte y aún habían puesto lápidas, en especial sectores de izquierda burocrática interesados en evitar las simpatías que provoca la acción del EZLN, haciendo mofa del silencio.
Fue una marcha pacífica, sin armas, con lo que pone de manifiesto nuevamente que se trata de un proceso que no requiere de la violencia, sino de la paz para seguir produciendo y construyendo.
Sin duda habrán algunas sorpresas en torno a las formas internas de la vida comunitaria, económica y política de las comunidades zapatistas, aunque no bruscas, sino evolutivas, siempre en el rumbo escogido de la autonomía, pero tal vez lo más interesante sean posicionamientos y propuestas en torno a la vida política nacional, agobiada por la guerra entre el narcotráfico y el estado, que viene saliendo de un proceso eleccionario que eligió nuevamente al PRI y quien sabe cuales ases traen en la manga para neutralizar la expansión de la autonomía comunitaria indígena y no indígena en diferentes estados y la multiplicación de las dinámicas multitudinarias contestatarias como el movimiento juvenil y las manifestaciones por la paz y la justicias lideradas por el poeta Javier Sicilia, entre otras. También es esperable un posicionamiento, análisis y propuestas respecto de la situación mundial.
El silencio zapatista no puede confundirse con inmovilismo, muy por el contrario, es una demostración de que se han estado dedicando al desarrollo de la producción, educación, salud y demás asuntos comunes, proceso interno que posiblemente salga más a la luz en esta nueva fase que da inicio al nuevo ciclo. También es posible que se expresen nuevos elementos teóricos, analíticos e ideológicos, ya que el “¿Escucharon?” también debe interpretarse como “abran los oídos, que viene más”.
Por ello es muy posible que el EZLN haga público otro comunicado más explícito y desarrollado acerca de lo que representa este nuevo ciclo y el resurgimiento, que de ser así, será cuando la gente ya esté de vuelta, de modo que puede ser dentro de los próximos minutos.
Para ver antecedentes, datos y noticias del zapatismo, puede hacerlo en la sección “zapatismo” de esta base de datos: http://clajadep.lahaine.org/?cat=15