Cómo está hoy la minería en Chile

Los proyectos mineros están chocando en Chile con reivindicaciones de comunidades indígenas y ambientalistas, junto a la falta de energía y de agua



Cómo está hoy la minería en Chile
10/04/2013
AFP

Los proyectos mineros están chocando en Chile con reivindicaciones de comunidades indígenas y ambientalistas, junto a la falta de energía y de agua, poniendo en peligro la ejecución de millonarias inversiones en el sector.

Una pequeña comunidad diaguita del norte de Chile logró torcerle la mano a la poderosa minera canadiense Barrick Gold el último miércoles, luego de que la justicia se hicera eco de sus reclamos y ordenara la paralización de las obras del proyecto aurífero Pascua Lama, en la frontera entre Chile y Argentina, con una inversión de unos 8.500 millones de dólares.

La Corte de Apelaciones de Copiapó consideró justificados los reclamos de los diaguitas, quienes acusaron a Pascua Lama de contaminar un río que los abastece y sirve de riego a su pequeña agricultura, además de dañar los milenarios glaciares de los que se surte el rio Estrecho.

Aunque la suspensión total del proyecto debe ser aún ratificada por la Corte Suprema, éste constituye un nuevo revés a la minería chilena, la primera productora mundial de cobre.

En abril de 2012, la minera canadiense Goldcorp sufrió la suspensión del permiso ambiental para la construcción de la mina de oro y cobre El Morro, en el norte chileno, debido a que no solicitó permiso a una comunidad indígena, dueña de la zona donde se encuentra el yacimiento.

Ambos casos, según analistas, son una prueba del endurecimiento de la fiscalización ambiental, frente a cada vez más reclamos de comunidades indígenas y grupos ecologistas.

“La aprobación de los proyectos de estudio de impacto ambiental es cada más complejo, porque la población chilena está más exigente”, dijo a la AFP Gustavo Lagos, experto en minería de la Universidad Católica.

Chile ha endurecido recientemente los requisitos para la aprobación de proyectos, tanto mineros como energéticos, planificados en su mayoría para hacer frente a nuevos yacimientos de cobre o la ampliación de obras ya existentes sobre todo en el norte del país.

Sólo en la próxima década, hay previstos unos 100.000 millones de dólares en inversión minera en Chile, para aumentar la producción de cobre desde las actuales 5,4 millones de toneladas anuales a cerca de 8 millones de toneladas, ante una sostenible demanda China, que requiere mucho cobre para proyectos de infraestructura.

“La demanda mundial al 2024 será de 36 millones de toneladas de cobre (más de la mitad de lo que hoy se produce) del cual más del 50% será requerida por China”, declaró a la AFP, el ministro de Minería de Chile, Hernán de Solminihac, durante el Foro Mundial del Cobre, realizado en Santiago entre el 8 y el 11 de abril.

No obstante, las inversiones deberán someterse a las exigencias ambientales para evitar quedar en medio de pujas judiciales de las que están saliendo victoriosas comunidades indígenas y ambientalistas.

Los proyectos mineros enfrentan además la presión de un cada vez más restringido abastecimiento de energía y agua. De total del inversiones previstas cerca de un 30% habría aplazado o suspendido su ejecución por el alto costo de la energía eléctrica los últimos meses, según fuentes del sector.

“Hay un deterioro general en la industria, en particular por el costo de la energía eléctrica”, dijo Thomas Keller, presidente de la estatal chilena Codelco.

Codelco, la mayor productora del cobre del mundo con 11% de la producción mundial, es el principal consumidor de energía en Chile con un 13,3% del total, seguida por la anglo australiana BHP Billiton que controla Minera Escondida, el mayor yacimiento privado actualmente en operaciones.

“Hasta el 2016, en Chile no existen proyectos para establecer plantas de energía convencional y la producción estimada de cobre en el futuro requiere más energía”, afirmó Erick Heimlich consultor senior del Centro de Estudios del Cobre (CRU), con sede en Londres.

La falta de agua es otro problema con el que debe lidiar la minería chilena. La mayoría de los yacimientos de cobre están ubicados en el desierto de Atacama, el más árido del mundo, pero a la vez Chile cuenta con las mayores reservas de agua dulce ubicadas en el otro extremo del país, de más de 5.000 km de extensión.

La posibilidad de instalar centrales hidroeléctricas en la Patagonia chilena también es fuertemente resistida.

El gobierno chileno, en su Estrategia Nacional de Energía, propuso el año pasado la construcción de una carretera eléctrica pública (para facilitar la transmisión de energía) y la interconexión de los dos sistemas eléctricos en operaciones.

“Debemos asegurar la conectividad del norte para asegurar el abastecimiento para las empresas y con precios más atractivos, y cumplir los desafíos de la energía y el agua”, afirmó el ministro Solminihac.

El proyecto Hidroaysén, que prevé la construcción de cinco centrales hidroeléctricas en la Patagonia, alimentados de dos ríos milenarios, está paralizado a la espera de una decisión de un Consejo de Ministros. (AFP)