Tres detenidos en una protesta que ha parado un desalojo en Tetuán
Hace diez años que la familia, que vive allí desde 1954, litiga con el Ayuntamiento para evitar la expropiación de su vivienda por motivos urbanísticos
Un interdicto presentado el martes 13 en los juzgados de Plaza de Castilla, así como la presión social frenan el objetivo del Consistorio
Óscar Manuel Granados / Lola Hierro Madrid 14 AGO 2013 - 14:04 CET3
Ángeles Gracia no para de llorar. Desde lo alto de su casa en el 29 de Ofelia Nieto, agradece su apoyo al centenar de personas que se han manifestado desde la noche del martes y que han evitado que esta mañana su familia fuera desalojada. La fecha estaba marcada. Hoy el Ayuntamiento de Madrid tenía planeado derribar la casa baja de esta familia en el barrio de Tetuán, pues seis metros de su terreno impiden el paso de la ampliación de una acera, incluida en un plan de rehabilitación de la zona que ya ha supuesto la expropiación de otras 18 fincas.
La policía municipal ha confirmado que tres personas han sido detenidas durante la protesta. Los cargos que se les imputan son la alteración del orden público, atentado, desobediencia y resistencia a la autoridad. El Ayuntamiento ha suspendido el desalojo porque antes de iniciarse la diligencia, las personas congregadas “han lanzado piedras” contra los funcionarios policiales y no se podía garantizar su seguridad, según información de la agencia Efe.
Desalojo en la calle Ofelia Nieto / Cristóbal Manuel
Ángeles Gracia, hija del propietario de la casa, ha dicho que se ha interrumpido gracias a un interdicto que se presentó el martes 13 de agosto en los juzgados de Plaza de Castilla. Mientras que el representante de la Asamblea Popular de Tetuán, Álvaro López, ha comentado que la presión social ha frenado el objetivo del Consistorio.
Desde hace diez años el Consistorio ha insistido en desalojar a esta familia que vive en este sitio desde 1954. Los recursos legales interpuestos, durante este tiempo, han evitado que les echaran antes. En 2010, el Consistorio expropió el terreno y ofreció a la familia casi 400.000 euros. “No queremos dinero queremos nuestra casa”, comentaba Ángeles. El representante de la Asamblea Popular de Tetuán, Álvaro López, ha explicado que ha sido la presión social la ha frenado el objetivo del Ayuntamiento.
Desalojo en la calle Ofelia Nieto / Cristóbal Manuel
Hoy a las seis y media de la mañana comenzaron a llegar una decena de vehículos de la policía municipal, según la hija del propietario, Ángeles Gracia. Detrás de ellos, una excavadora y una ambulancia del Samur. Por el momento, el Ayuntamiento ha dado por suspendido el desalojo, según Álvaro López. Sin embargo, no anula la posibilidad de que en los próximos 15 días se derribe la vivienda. Durante varias horas de esta mañana, no ha habido circulación en uno de los carriles próximos.
La noche anterior, unas 70 personas acudieron a la llamada de auxilio que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca realizó a través de las redes sociales. El objetivo: paralizar el desalojo. La manera, acampar durante toda la noche en la azotea del inmueble y esperar allí la llegada de la policía para protestar, resistir y conseguir que la familia Gracia no perdiese su casa. Alrededor de las nueve y media, tres vehículos de la policía municipal custodiaban los alrededores de Ofelia Nieto 29, donde medio centenar de personas protestaban a pie de calle en ambiente festivo, al ritmo de una batucada, mientras otra veintena se asomaba desde la última planta del inmueble afectado. Los manifestantes cortaron el tráfico de uno de los carriles de la calle durante unos quince minutos, pero fueron disueltos por los agentes en medio de abucheos y gritos de protesta.
En el interior del inmueble, las tres viviendas se veían medio desmanteladas: los dos pisos inferiores, hogar de las dos hijas del matrimonio dueño de la propiedad, habían sido vaciados por completo. En la planta superior, donde viven los abuelos y está situada la enorme terraza orgullo de la familia, apenas quedaba una cama de matrimonio en un dormitorio y un aparador con un sofá en lo que un día fue el salón. “El ayuntamiento dice que es una infravivienda, pero a mí no me lo parece”, se quejaba Mariano, un primo de la familia, mientras golpeaba los gruesos muros de la vivienda. “Sois todos bienvenidos a mi casa”, repetía Paco Gracia, el dueño del inmueble, a todos los que entraban cargados de sacos, esterillas y alimentos para pasar la noche. “En este garaje tuve mi taller de mecánico durante 23 años”, relata orgulloso.
Paco, de 77 años y actual propietario, recuerda que cuando él llegó con su padre a vivir allí, solo había algunas casitas bajas, un río y una cañada. La explotación urbanística que vivió Madrid desde los años 60 modificó el barrio, y las casitas unifamiliares de entonces dieron paso, gradualmente, a edificios de pisos más modernos. La familia de Francisco Gracia primero vivió en régimen de alquiler, hasta que en 1954 su padre adquirió el bloque, que figura en el catastro a nombre de su familia pero no en el registro de la propiedad. “En 2010 el ayuntamiento se lo apuntó como suyo, pero yo sigo pagando el IBI”, asegura. “Es un robo manifiesto y no se trata de una cuestión de dinero, sino de dignidad, mi familia lleva más de 50 años viviendo aquí”, protestaba Nines, una de las hijas del matrimonio propietario del inmueble y también inquilina.