Yasuní ITT: el Gobierno se lamenta por la falta de eco
Publicado el 15/Agosto/2013 | 09:52
Diario Hoy
Está previsto que para hoy a las 20:00 el presidente Rafael Correa de un pronunciamiento sobre las acciones del Gobierno con respecto a la Iniciativa Yasuní ITT por medio de una cadena nacional.
Esta semana se realizaron dos reuniones evaluatorias a puerta cerrada sobre el tema y los resultados no fueron alentadores.
El silencio reinó la noche del martes luego de la primera reunión que se dio en la Vicepresidencia. A esa cita con el segundo mandatario, Jorge Glas, asistieron Pedro Merizalde, ministro de Recursos Naturales No Renovables; Marco Calvopiña, gerente de Petroecuador; Oswaldo Madrid, gerente de Petroamazonas; Richard Espinosa, ministro Coordinador de la Producción e Ivonne Baki, jefa negociadora de la iniciativa.
Después de hora y media de reunión solo se emitió un comunicado de cinco párrafos.
Al final señala que Glas dijo que los resultados no fueron los esperados.
Ayer, el Palacio de Gobierno fue la sede de otra reunión, sin embargo, a su salida, el ministro Merizalde no se pronunció al respecto, mientras que el canciller Ricardo Patiño se limitó a lamentarse por la falta de eco internacional de la Iniciativa.
Baki anticipó ante la Asamblea que el apoyo a la Iniciativa no estaba alcanzando los niveles esperados; sin embargo, ratificó que el Plan A seguía siendo prioridad.
Según la propuesta se deberían recaudar $3 600 millones en 12 años, pero la funcionaria indicó que a la fecha del informe (10 de julio) se tenían $336,6 millones, entre dinero depositado y compromisos de aportes.
La expectativa por el destino de la reserva ecológica, que comprende los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT), provocó las primeras reacciones de la dirigencia indígena por la posibilidad de aplicar el Plan B: extraer los 838 millones de barriles de crudo que reposan bajo el parque protegido.
“Más vale la vida que la plata”, dijo Bartolo Ushigua, presidente encargado de la Conaie, asegurando que los indígenas no quieren minería ni petroleras en sus territorios. Él presentó dos alternativas a la explotación.
La primera se basa en el conocimiento ancestral sobre plantas medicinales con las que se pueden curar enfermedades con las que la medicinas no ha podido.
La segunda es que Sarayacu se convierta en una selva viviente. Es decir, que crezca y se desarrolle pero bajo una política de respeto a la naturaleza.
Según el asambleísta Cléver Jiménez, de los 838 millones de barriles de crudo, solo se podrían extraer 400 millones pues el resto están en territorio intangible, ni con autorización de la Asamblea. Jiménez aseguró que si se explota en estos lugares se cometería un etnocidio, que internacionalmente está reconocido como genocidio. De su parte, el presidente de la Ecuarinari, Carlos Pérez, dijo que según una encuesta, más del 70% de la gente está en contra de la explotación y 53% no aprueba el extractivismo minero. Por eso, propuso al Presidente que convoque a una consulta popular para que los ciudadanos decidan este tema.
“Si quiere dinero ¿Por qué no nacionaliza la telefonía celular que percibe ganancias de $5 000 millones anuales?”, dijo Pérez, preguntando además a qué intereses se está defendiendo.
El dirigente anunció que el 27 de agosto iniciarán las movilizaciones indígenas para, entre otros temas, rechazar la posible explotación del Yasuní ITT. (ABT/CG)
Los aportes llegan a $336,6 millones
La propuesta de no explotar el crudo existente en el Yasuní ITT nació en 2007, cuando se presentó ante la Asamblea de las Naciones Unidas. El Yasuní comprende 1 millón de hectáreas de bosque tropical primario, de las cuales el 12% están en el ITT. El proyecto propone no extraer el crudo que representa cerca del 20% de las reservas del país a cambio del aporte de $3 600 millones de la comunidad nacional e internacional. Este monto equivale aproximadamente al 50% de lo que percibiría el país por la explotación de petróleo.
Los fondos que se recaudan son depositados en dos fideicomisos. Uno nacional de la Corporación Financiera Nacional (CFN) y otro administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Según el último reporte de Ivonne Baki ante la Comisión de Biodiversidad de Asamblea los aportes suman $336,6 millones. En el fideicomiso de la CFN se recogen $2 millones, en el del PNUD hay cerca de $10 millones. A estos se suman $50,6 millones en fondos de cooperación para el desarrollo y $54 millones en aportes comprometidos, además de otros $220 millones que estarían por ingresar. Baki indicó que 15 países han aportado y que el 83,7% de los ecuatorianos apoya la Iniciativa.