Conozcamos la historia y realidad de esa región a través del notable trabajo del español Nicolás de Pedro:
UNISCI Discussion Papers, Nº 16 (Enero / January 2008)
EL CONFLICTO DE XINJIANG:
LA MINORÍA UIGUR Y LA POLÍTICA DE PEKÍN
Nicolás de Pedro
OPEX, Fundación Alternativas
Resumen:
El artículo analiza la situación actual en Xinjiang
y el creciente malestar y alienación de la poblaci
ón
uigur. Para ello, se examinan los tres ejes de la p
olítica china en Xinjiang y sus consecuencias. En l
os
últimos años, Pekín ha combinado la represión siste
mática de toda actividad uigur (con vulneraciones
masivas de los derechos humanos), con la promoción
de la asimilación forzosa y la implementación
de grandes proyectos de desarrollo. Pekín ha consol
idado su dominio sobre Xinjiang, pero a costa de
un creciente malestar y alienación de buena parte d
e la población uigur. A pesar de la calma de los
últimos años, el conflicto dista mucho de estar res
uelto y no es posible descartar por completo un
nuevo ciclo de desórdenes y violencia como el que s
acudió Xinjiang en los años 90.
Palabras clave:
uigur, minoría étnica, conflicto, Xinjiang, China.
Title in English:
“The Xinjiang Conflict: The Uighur Minority and Bei
jing’s Policy”
Abstract:
The article analyses the current situation in Xinji
ang and the growing unrest and alienation of the
Uighur population. Therefore, the three axes of Chi
nese policy towards Xinjiang and its
consequences are considered. In recent years, Beiji
ng has combined systematic repression of any
Uighur activity (resulting in massive violations of
human rights), with the promotion of forced
assimilation and the implementation of great develo
pment projects. Beijing has reasserted its
position on Xinjiang, although resulting in a growi
ng unease and alienation among most of Uighur
population. Despite the calm of the past few years,
the conflict is far enough from being resolved and
a new cycle of turmoil and violence, as those that
shook Xinjiang in the 1990s, is not fully
dischargeable yet.
Keywords:
Uighur; ethnic minority; conflict; Xinjiang; China.
Copyright © UNISCI, 2008.
Las opiniones expresadas en estos artículos son pro
pias de sus autores, y no reflejan necesariamente l
a
opinión de UNISCI.
The views expressed in these articles are those of
the authors, and do not
necessarily reflect the views of UNISCI.
1
Nicolás de Pedro es experto en Asia Central del Ob
servatorio de Política Exterior Española (OPEX) de
la
Fundación Alternativas. Sus principales líneas de i
nvestigación son el proceso político de Kazajstán,
con
especial atención a su política exterior y de segur
idad, y las relaciones internacionales en Asia cent
ral, en
particular las cuestiones relativas a energía, segu
ridad, conflictos y minorías étnicas.
Dirección:
OPEX, Fundación Alternativas, C/ Zurbano, 29, 3º iz
q., 28010 Madrid, España.
E-mail:
ndepedro@gmail.com
.
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Introducción
Xinjiang y los uigures son uno de los grandes desaf
íos nacionales de la República Popular
China (RPC). Xinjiang es una de las cinco regiones
autónomas de la RPC y es, junto con el
Tibet, el único territorio del país en el que los c
hinos no constituyen la mayoría. El grupo
mayoritario está formado por los uigures, una de la
s 55 etnias reconocidas oficialmente por el
Estado chino y los que han mostrado una resistencia
más tenaz a la asimilación y al dominio
de Pekín. Aunque muchos de ellos se conformarían co
n una autonomía real y con el respeto
mínimo de sus derechos culturales y políticos en el
marco de la RPC, la mayor parte de los
uigures sueña con la creación de una nueva repúblic
a del Turkestán oriental o Uigurstán
independiente. Pekín por ello, percibe riesgos y po
sibles amenazas que podrían hacer peligrar
la existencia misma de la RPC.
En los últimos años, China ha tratado de incorporar
su lucha contra el secesionismo uigur
a la “guerra contra el terror” de la administración
Bush. No obstante, las principales
organizaciones de la diáspora, así como la mayor pa
rte de los uigures, abogan por la
consecución de sus objetivos por medios pacíficos,
a través del respeto de los derechos
humanos y de la democratización de la región. Por e
llo, las acusaciones chinas parecen más
un intento de justificar sus políticas autoritarias
y las violaciones sistemáticas y masivas de los
derechos humanos de los uigures que una realidad. N
o obstante, es cierto que existe un
creciente riesgo de difusión de corrientes islamist
as extremistas desde Pakistán y Afganistán
hacia la zona meridional de Xinjiang. En este senti
do, como veremos las medidas represivas
masivas y la creciente marginación económica y soci
al de los uigures agudizan este riesgo.
1. Xinjiang, los uigures y algunas cuestiones termi
nológicas
La región autónoma del Xinjiang Uigur se encuentra
en el noroeste de la RPC y cubre una
vasta superficie de más de un millón y medio de kil
ómetros cuadrados, es decir unas tres
veces el territorio de España. Desde una perspectiv
a geográfica, Xinjiang puede ser divido en
tres regiones:
-
Jungaria es la zona septentrional, separada de oest
e a este del área meridional por la
imponente cordillera del Tien Shan. Urumchi y Yinin
g (Guljá) son los centros urbanos
más importantes, siendo el primero la capital admin
istrativa de Xinjiang. Esta zona
tiene fronteras con Mongolia, Rusia y Kazajstán.
-
El enorme desierto del Taklamakán ocupa el centro d
e Xinjiang.
-
Kashgaria es la zona meridional, con Kashgar y Hota
n como ciudades principales y
fronteras con Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, P
akistán e India (y el Tibet).
Histórica y culturalmente, el Turkestán oriental es
tá muy próximo a Asia central. De
hecho, visto desde Asia central, se trata de una re
gión vecina, cercana y con la que existen
fuertes vínculos, mientras que desde China, se trat
a, históricamente de una región remota. No
obstante, la geografía de la región, o más bien de
las tres regiones antes descritas, ha
determinado que cada una de ellas haya tenido influ
encias muy diferentes. Así, las ciudades
de la Jungaria han tenido una relación comercial má
s estrecha con China y también, el
corredor que existe entre el Altai y los Tien Shan
ha sido una vía de conexión entre Mongolia
y el territorio de Kazajstán. Por otro lado, las ár
eas meridionales han tenido una relación
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Desde una perspectiva lingüística, la región presen
ta una gran variedad. Las principales
lenguas se adscriben a tres grandes familias de len
guas: la altaica, la sino-tibetana y la
indoeuropea. A su vez, las lenguas altaicas de Xinj
iang se adscriben a sus tres grandes
subdivisiones:
-
Túrquica: el uigur, el kazajo, el kirguiz, el uzbek
o y el tátaro. El uigur y el uzbeko
están muy próximos entre sí, al igual que el kazajo
y el kirguiz.
-
Mongol: el mongol y el daur.
-
Tungusa: el manchú y el xibe.
Los Han y los Hui (dunganos) hablan chino, que pert
enece a la familia sino-tibetana. Por
último, con relación a los grupos reflejados en la
tabla el ruso y el tayiko pertenecen a las
lenguas indoeuropeas, pero mientras el ruso es una
lengua eslava, el tayiko es una lengua de
la familia irania (o una variante regional del fars
i dependiendo de los autores).
La religión mayoritaria en la región es el islam su
nnita, ya que uigures, kazajos,
kirguises, uzbekos, tátaros, hui y tayikos se recon
ocen como musulmanes. No obstante, en
este sentido es necesario destacar que; por un lado
, kazajos y kirguises presentan un nivel de
islamización superficial; y por otro lado, los hui,
esto es, chinos étnicos de religión
musulmana, sienten poca afinidad con los musulmanes
no chinos.
Los uigures, por su parte, son un pueblo de lengua
y cultura túrquica y tradición
sedentaria y musulmana sunnita. Tanto por su modo d
e vida como por su lengua, los uigures
están muy próximos a los uzbekos.
Para concluir esta introducción, algunas cuestiones
terminológicas previas. Para
referirnos a los uigures utilizamos el gentilicio ‘
uigur’ con el plural ‘uigures’, el más frecuente
en las (escasas) fuentes recientes en español. Sin
embargo, hasta hace algunos años era
frecuente el plural ‘uiguros’. En inglés, por su pa
rte, puede encontrarse el término como
‘uighur’, ‘uigur’, ‘uygur’ o ‘uyghur’, no obstante,
ninguno se acerca más que otro en su
pronunciación al gentilicio en lengua uigur que es
‘oygur’.
Asimismo, empleamos el concepto de ‘minoría étnica’
con relación a los uigures, pero
conviene tener presente dos cosas: por un lado, que
estamos hablando de un grupo humano de
casi nueve millones de habitantes (a los que hay qu
e se pueden sumar el más de medio millón
fuera de China); y, por otro lado, que en el contex
to de Xinjiang son el grupo étnico
mayoritario. Es decir, que empleamos el término de
‘minoría’, en tanto en cuanto su
adscripción a un grupo étnico diferente del mayorit
ario del conjunto del Estado incide en sus
posibilidades de participación política y supone un
a merma en sus oportunidades de
desarrollo socioeconómico.
Por último, en este artículo utilizamos el término
‘nacionalidad’ en el sentido que tiene en
China (y en el territorio de la antigua Unión Sovié
tica), es decir, como equivalente de nuestro
concepto de ‘etnia’. Así, se distingue formalmente
entre ciudadanía y pertenencia étnica. De
esta manera, cuando utilicemos los términos ‘uigure
s’, ‘chinos’, ‘kazajos’, etc. normalmente,
lo haremos en el sentido étnico del término y no en
función de la ciudadanía estatal que se
posea. Asimismo, es importante destacar que desde l
a perspectiva uigur los términos Xinjiang
o Xinjiang-Uigur son imposiciones chinas, mientras
que desde la perspectiva de Pekín el
empleo de términos como ‘Turkestán oriental’ o ‘Uig
urstán’ supone legitimar o posicionarse
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por la secesión de este territorio de China. Ambos
plantean diferentes problemas, por ello, en
el presente artículo, hemos optado por usar los div
ersos términos en función de cada
referencia concreta, sin que su uso suponga, necesa
riamente, tomar partido por una u otra
concepción.
2. Orígenes históricos del conflicto
Como todo conflicto enquistado en el tiempo, el de
Xinjiang presenta perfiles complejos que
desaconsejan simplificaciones apresuradas. Al mismo
tiempo, chinos y uigures contraponen
dos discursivas historiográficas excluyentes con re
specto al actual territorio de Xinjiang, de
tal manera que la elaboración de una mínima context
ualización histórica del conflicto resulta
también compleja. Obviamente, uno de los elementos
centrales que subyace en este debate es
la lucha por demostrar la legitimidad de las reivin
dicaciones uigures sobre el territorio de la
actual Xinjiang. Para ello, el discurso reivindicat
ivo uigur establece una conexión clara y
directa entre los uigures actuales y los pueblos y
culturas que han ocupado este territorio a lo
largo de los siglos. Por parte china, el objetivo e
s precisamente desmontar estas tesis y
presentar una visión alternativa que destaque los a
ntiquísimos lazos con Pekín y la convierta
en parte integral del devenir histórico de China.
La discursiva uigur presenta las mismas dificultade
s epistémicas que el resto de discursos
historiográficos construidos bajo el prisma de la d
efinición estalinista de las nacionalidades.
De hecho, existe un fluido y encendido debate acadé
mico en torno al proceso de etnogénesis
de los uigures contemporáneos
3
. La conexión lineal y causal con este pasado remot
o, en
buena medida conceptualizado anacrónicamente, es el
eje de esta polémica. El discurso uigur
más esencialista, tiene un evidente carácter teleol
ógico y no resiste un análisis crítico que
considere, en primer lugar, las muy diversas y vari
adas influencias culturales que han
confluido en la región (maniqueísmo persa, budismo,
cristianismo nestoriano, prácticas
chamanistas, etc.) y, en segundo lugar, la desapari
ción del etnónimo uigur desde mediados del
siglo XV
4
hasta su revitalización a principios del siglo XX
5
.
No obstante, la pretensión china de que los poderes
establecidos en Pekín no han dejado
de ejercer una soberanía efectiva y continua sobre
el territorio actual de Xinjiang al menos
desde el 60 a.C. resulta difícilmente sostenible. S
in entrar en mayores detalles, se puede
afirmar que por lo menos desde la retirada de la di
nastía Tang en el 755 y hasta la conquista
por la dinastía Qing en 1758 no hubo ningún poder c
hino establecido en este territorio. En
este sentido, es importante tener en cuenta que est
amos refiriéndonos a la existencia o no de
un poder político chino, otra cuestión diferente so
n los lazos comerciales que han existido
entre, fundamentalmente, la zona septentrional de X
injiang y China.
En cualquier caso, sea problemático o no, conectar
a los uigures actuales con el janato
uigur del siglo VII
6
, se puede afirmar que, a día de hoy, existe un eno
rme colectivo tanto
dentro como fuera de Xinjiang que, por encima de di
visiones y diferencias internas, se
reconoce a sí mismo bajo el calificativo de ‘uigur’
y comparte ciertos elementos
3
Vid.
Gladney, Dru (1990): :”The ethnogenesis of the Uigh
ur”,
Central Asian Survey,
9:1, pp. 1-28.
4
Que, por otra parte, hacía referencia a la poblaci
ón budista del área de Turfán.
5
Decisión adoptada, además, en un congreso sobre pu
eblos túrquicos celebrado en Tashkent en 1921.
6
Por otra parte, este janato uigur con capital en K
arabalgasun de 744 a 840 se estableció en el territ
orio de la
actual Mongolia.
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(fundamentalmente lengua, cultura y religión) y que
, fruto de estas mismas características
están nítidamente diferenciados de los chinos Han (
chinos
strictu sensu
).
2.1. La conquista china y la creación de Xinjiang
El origen del actual dominio chino sobre este terri
torio se encuentra en la invasión acometida
en 1758 por la dinastía Qing
7
. No obstante, hasta mediados del siglo XX este dom
inio fue
frágil y la región se sumergió en un periodo de gra
ndes convulsiones, tanto de carácter interno
por la resistencia ante el poder imperial chino por
parte de las poblaciones musulmanes
locales como de carácter externo por la expansión d
e los imperios ruso y británico por Asia
central y meridional en la época conocida como del
gran juego
. De esta manera, el Turkestán
oriental se convirtió en zona de confluencia e inte
racción entre estos tres poderes imperiales.
Durante el siglo XIX, la debilidad del imperio Qing
fue aprovechada tanto por la población
local para sublevarse contra su poder como por Rusi
a para fortalecer su presencia en la zona.
La región fue escenario de decenas de rebeliones, m
uchas de ellas exitosas que obligaron
al imperio chino a replegarse progresivamente. La p
rincipal fue la liderada por Yakub Beg,
aventurero de Kokand (actual Uzbekistán), que consi
guió establecer un emirato independiente
con capital en Kashgar en 1864, que por unos años d
ominó todo el área meridional. La
debilidad del dominio chino también fue aprovechada
por Rusia para ocupar la cuenca alta del
río Ili en 1871. En 1877 y 1878 se produjo la contr
aofensiva china, con feroz represión
posterior. Pekín acabó con el emirato de Kashgar y,
apoyada también por la presión británica,
consiguió forzar la retirada rusa del territorio de
Jungaria
8
. Por el Tratado de San Petersburgo
de 1881, Rusia devolvía estos territorios a China a
cambio de una fuerte compensación
económica y ulteriores privilegios comerciales. Vis
to su fracaso, las autoridades imperiales
chinas, replantearon su estrategia en el Turkestán
oriental y establecieron las bases
conceptuales del dominio chino sobre la región. Así
, el 14 de noviembre de 1884 se creaba
por decreto la provincia de Xinjiang (que significa
nuevo domino o territorio). Asimismo,
Pekín decidió pasar de un estilo de dominio indirec
to a través de los jefes locales (
begs
) por
un control directo bajo la administración china de
un gobernador Han en Urumchi (reconocida
como capital provincial). Además, dadas las dificul
tades para promover la inmigración china
hacia esta región, se decidió repoblar la zona nort
e de Xinjiang, que había quedado
despoblada tras el exterminio de los oirates, con t
aranchis (futuros uigures) de los oasis del
sur. Al mismo tiempo, se planteaba un primer intent
o de asimilación cultural de la población
túrquica a través de la educación confuciana
9
. Sin embargo, durante este mismo periodo se
producen las primeras manifestaciones de nacionalis
mo uigur en el sentido moderno del
término (aunque de clara orientación panturquista e
n este momento) entre los intelectuales y
comerciantes locales. Los uigures, como el resto de
pueblos turcófonos de Anatolia a Siberia
recibieron la poderosa influencia de los intelectua
les reformistas tátaros y turcos,
7
Esta invasión tenía como objetivo prioritario acab
ar con los oirates, pueblo budista mongol, cuyas in
cursiones
en el Tibet inquietaban seriamente a Pekín.
8
Vid.
Millward, James A. y Perdue, Peter C. (2004): “Poli
tical and Cultural History of the Xinjiang Region
Through the Late Nineteenth Century” en Starr, Fred
erick (ed.):
Xinjiang: China ́s Muslim borderland,
Washington, Central Asia-Caucasus Institute, pp. 56
-62.
9
Vid.
Millward, James A. y Tursun, Nabijan. (2004): “Poli
tical History and Strategies of Control, 1884-1978”
en
Starr, Frederick (ed.):
op. cit.
, pp. 63-67.
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especialmente a través de la figura de Ismail Bey G
asprinski y sus nuevos métodos
educativos
10
.
No obstante, los uigures fueron incapaces de establ
ecer un movimiento unido y eso
explica por qué, a diferencia del Tíbet o Mongolia,
la desaparición del poder imperial chino y
su sustitución por una república en 1911 no provocó
una declaración de independencia de
todo o parte del Turkestán oriental. Por el contrar
io, de 1911 a 1949 Xinjiang vivió un periodo
especialmente convulso, trágico y oscuro. Más allá
de la confrontación generalizada de las
poblaciones musulmanas contra el poder chino, resul
ta difícil establecer bases étnicas para
explicar la convulsión regional toda vez que se pro
dujeron sangrientos enfrentamientos entre
los propios musulmanes (uigures contra dunganos, ui
gures contra uigures, kazajos contra
uigures
11
) y entre los propios chinos (nacionalistas contra
comunistas). La situación se
complicaba aún más por la acción de diferentes seño
res de la guerra y la presencia en
Xinjiang de contingentes de rusos blancos, que busc
aban refugio frente al avance bolchevique
y por la influencia del dominio japonés sobre Manch
uria y Mongolia interior y su promoción
de corrientes panmongolas y panturquistas.
Al mismo tiempo, la Unión Soviética con la reorgani
zación territorial del Asia central de
1924 a 1936 y, con ello, de la delimitación de las
cinco repúblicas actuales, consolidaba su
dominio sobre el Turkestán occidental.
2.2. La primera y segunda repúblicas del Turkestán
oriental
En este contexto, independentistas uigures consigui
eron constituir en Kashgar en noviembre
1933 la república del Turkestán oriental. Esta prim
era república de claro dominio uigur tuvo
una existencia efímera, ya que en febrero de 1934 s
ucumbió ante la acción combinada de las
fuerzas chinas de Urumchi y las fuerzas soviéticas.
La activa participación soviética (con el
envío de dos brigadas) se explica por el temor que
sentía Moscú ante la existencia de una
república túrquica independiente que escapara de su
control y que pudiera servir de
inspiración y apoyo a los movimientos independentis
tas dentro del Asia central soviética. La
acogida de muchos dirigentes
basmachis
12
en el Kashgar independiente y su hostilidad
manifiesta hacia la URSS, debida a su fuerte compon
ente islámico, convencieron a Stalin de
la necesidad de acabar con este primer intento de c
onstitución de un poder uigur soberano.
No obstante, la Unión Soviética ejerció una poderos
a influencia sobre los uigures,
especialmente sobre los radicados en la Jungaria. D
urante buena parte de los años treinta
Xinjiang funcionó autónomamente con relación a Pekí
n, pero bajo una fuerte influencia
soviética; hasta el punto de que fueron tropas sovi
éticas las que aplacaron la rebelión
protagonizada por uigures y dunganos en 1937 contra
el gobierno de Urumchi. Con su fuerte
influencia sobre Xinjiang, además de la propia prof
undidad estratégica, Moscú buscaba un
acceso libre a las considerables reservas minerales
de la región. En cualquier caso, en 1942
una delegación de Chiang Kaishek convenció al gobie
rno de Urumchi, para que rompiera sus
10
Vid.
Bennigsen, Alexandre de (1972): “Los turcos durante
el gobierno zarista y soviético” en Hambly, Gavin
(comp.):
Asia central,
Madrid, Siglo XXI, pp. 189-195.
11
Vid.
Forbes, Andrew (1986):
Wardlords and Muslims in Chinese Central Asia,
Cambridge, Cambridge
University Press.
12
Movimiento de resistencia centroasiático frente al
poder soviético (1918-1928)
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lazos con Moscú
13
. A pesar de todo, la influencia soviética siguió s
iendo muy intensa en las
áreas fronterizas con la Unión Soviética; es decir,
en los distritos de Ili, Tarbagatai y Altai.
En octubre de 1944 se inició la conocida como “rebe
lión de los tres distritos”, que en tan
sólo un mes se hizo con el poder en Guljá (actual Y
ining) estableciendo la segunda república
del Turkestán oriental en el territorio de estos tr
es distritos. El marcado carácter nacionalista,
secular y prosoviético diferencian claramente esta
segunda república del Turkestán oriental de
la primera establecida en Kashgar en 1934. Esta nue
vo Estado uigur pudo mantenerse como
tal gracias al apoyo militar soviético. No obstante
, como en ocasiones anteriores, la evolución
de las relaciones entre Rusia y China condicionó co
mpletamente sus posibilidades para
consolidarse como un Estado soberano e independient
e. Así, el triunfo de Mao Zedong y la
creación de la RPC supuso una nueva etapa en las re
laciones entre Pekín y Moscú. Además,
desde la perspectiva de Moscú, la existencia de una
república túrquica independiente
fronteriza comportaba riesgos para la estabilidad d
el Asia central soviética. Por eso, la URSS
accedió a retirar su apoyo a la República del Turke
stán oriental a cambio de que China
reconociera la independencia de Mongolia exterior.
De esta manera, los miembros más destacados del go
bierno de Guljá incluido su
presidente Ajmetjan Kasimi, conminados por Moscú, a
ccedieron a participar en un congreso
sobre minorías en Pekín invitados por el propio Mao
Zedong. Así, en agosto de 1949
partieron en avión de Alma-Ata
14
con destino a Pekín. Sin embargo, al poco de despe
gar el
avión se estrelló
15
. La noticia, no obstante, se mantuvo en secreto ha
sta el mes de diciembre,
una vez que las fuerzas del Ejército Popular de Lib
eración (EPL) chino habían ocupado todo
el norte de Xinjiang. Al mismo tiempo, Seypidin Ezi
zi (Sayfudin), líder uigur de infausto
recuerdo para sus compatriotas, anunció la incorpor
ación de la república del Turkestán
oriental a la RPC. No obstante, a pesar de sus apen
as cinco años de existencia, el recuerdo de
la segunda república del Turkestán oriental ha qued
ado fijado en el imaginario colectivo
uigur, como el principal referente sobre el que ase
ntar las esperanzas en un nuevo Estado
independiente. No en vano, entre los dirigentes y p
ersonalidades de esta república figuraban
algunos de los políticos e intelectuales uigures má
s brillantes y por ende, más añorados.
2.3. La integración en la RPC y la creación de la r
egión autónoma del Xinjiang Uigur
Durante los primero años, Xinjiang fue gobernado di
rectamente por el EPL, con el general
Wang Zhen al frente del gobierno de Urumchi. El pri
ncipal objetivo era consolidar este nuevo
dominio y para ello, había que fortalecer la posici
ón del Partido Comunista Chino (PCCh) en
la región. Sin embargo, encontrar cuadros locales ó
ptimos para los planes de Pekín era un
tarea complicada, pues los más preparados tenían fu
ertes lazos con la experiencia republicana
independiente y con Moscú.
Con el fin de fomentar las adhesiones y evitar nuev
as rebeliones de la población local, los
primeros años de dominio de la RPC sobre Xinjiang s
e caracterizaron por una relativa
13
Para un relato más detallado de estos sucesos, véa
se Mackerras, Colin (1994):
China ́s Minorities. Integration
and Modernizationin the Twentieth Century,
Hong Kong, Oxford University Press, pp. 86-95.
14
Actual Almaty en Kazajstán.
15
Las circunstancias del accidente nunca fueron escl
arecidas y aunque, existen sospechas razonables de
que
fuera provocado por los servicios secretos soviétic
o, chino o por ambos, nunca ha sido posible aportar
evidencias. No obstante, es difícil, por no decir i
mposible, encontrar un uigur que no esté convencido
de que se
trató de un atentado.
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permisividad con respecto a la especificidad cultur
al uigur. En un principio, Mao Zedong, se
inspiró en la política soviética con relación a las
nacionalidades y de hecho, la concepción
china de la ‘nacionalidad’ (
shaoshu minzu
) es deudora de la elaborada por el propio Stalin e
n
1913
16
.
Con relación a Xinjiang, el planteamiento chino, o
al menos en su manifestación pública,
varió rápidamente tanto por su propia naturaleza ce
ntralista como por el temor que sentía
Pekín por el ascendiente de Moscú sobre los uigures
de Xinjiang. Los primeros años 50
estuvieron marcados por las purgas entre los lídere
s locales y por el rechazo a la propuesta
uigur relativa a la creación en el marco de la RPC
de una república de Uigurstán similar a las
repúblicas soviéticas centroasiáticas
17
. En este punto, la política china fue (y es) nítid
amente
diferente a la soviética, ya que China, con su conc
epción unitaria y centralizada del Estado,
siempre ha rechazado la constitución de repúblicas
en su seno; aunque se acepta el derecho de
autonomía y el respeto a las diferencias culturales
18
.
El 1 de octubre de 1955 se estableció la región aut
ónoma del Xinjiang Uigur, con lo que
Pekín, más que hacer un reconocimiento de la especi
ficidad uigur hacía una declaración
formal de la pertenencia (innegociable) de Xinjiang
a la estructura estatal de la RPC. Desde
entonces y hasta nuestros días, su carácter autónom
o y el respeto (y promoción) de los
derechos uigures ha sido más una realidad
de iure
que
de facto.
La concepción centralizada
del Estado por parte de las autoridades chinas no h
a variado con el tiempo; pero, la política
con las minorías nacionales ha fluctuado entre las
fases de reconocimiento y las fases de
denuncia del nacionalismo y del separatismo.
Los años 50 y 60 estuvieron marcados en Xinjiang po
r la dureza de las condiciones de
vida y los grandes proyectos de transformación (bas
ados fundamentalmente en la
colectivización y en la industrialización). El hamb
re y el clima represivo empujaron a muchos
uigures a emigrar, fundamentalmente hacia la Unión
Soviética y Turquía. Las facilidades y
promesas soviéticas fomentaban estas migraciones. A
l mismo tiempo, las relaciones entre
Pekín y Moscú empeoraban rápidamente, lo que provoc
aba a su vez una tensión creciente en
las áreas fronterizas. De hecho, la frontera entre
Xinjiang y el Kazajstán soviético fue el
escenario principal del enfrentamiento entre ambos
países. Moscú mantenía su influencia
sobre los uigures, lo que contribuía a fortalecer l
as suspicacias de Pekín.. Al mismo tiempo, se
crearon estaciones de radio uigures tanto en Alma-A
ta como en Tashkent, que emitían para
Xinjiang y denunciaban la persecución que sufrían l
as nacionalidades musulmanas en la RPC.
Moscú estaba interesada en la inmigración uigur por
dos motivos: por un lado, dada esta
creciente rivalidad ideológica con China, mostrar l
a superioridad de su política de
nacionalidades; y, por otro lado, utilizar a esta m
asa de inmigrantes como fuerza de trabajo
dentro del contexto del programa de las Tierras Vír
genes, lanzado por Jrushov en 1954 y que
tenía por objeto transformar parte de las estepas d
el norte de Kazajstán, el oeste de Siberia y
áreas del Altai en tierras de cultivo
19
. Dentro de su planteamiento instrumental de la cue
stión
16
Que entiende que un pueblo (
narod
) es “una comunidad estable, históricamente formada
, de lengua, territorio,
vida económica y formación psicológica, que se mani
fiesta mediante una cultura común”.
cit. en Roy, Oliver
(1998):
La nueva Asia central o la fabricación de naciones,
Madrid, Sequitur,
p. 111.
17
Vid.
Millward, James A. y Tursun, Nabijan. (2004): “Poli
tical History and Strategies of Control, 1884-1978”
en Starr, Frederick (ed.):
op. cit.
, pp. 87-98.
18
Para una síntesis panorámica sobre las minorías ét
nicas en China véase Mackerras, Colin (2003): “Ethn
ic
minorities in China” en Mackerras, Colin (ed.):
Ethnicity in Asia,
Londres y Nueva York, RoutledgeCurtzon, pp.
15-47.
19
Vid.
“The Virgin Lands and the Creation of a Socialist
Kazakhstan” en Olcott, Martha B. (1987):
The
Kazakhs,
Stanford, Hoover Institution Press, pp. 225-230; y
Durgin Jr., Frank A. (1962): “The Virgin lands
programme 1954-1960”,
Europe Asia Studies,
13:3, pp. 255-280.