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Nota de Jaime Yovanovic (Profesor J)
Las necesidades no están resueltas. Lo que sucede es que las instituciones acostumbradas a soltar gota a gota cualquiera prebenda o papel del estado para mantener a los cachorros saltando y babeando tras la teta de la madre, no pueden consentir que sean los propios pobladores los que organicen sus recursos. Si la solidaridad de la población desde diferentes lugares ha sobrepasado las limitaciones establecidas por la militarización de la ciudad, es un indicador de que las cosas se les escapan de las manos y la población ha ido aprendiendo a operar directamente en relación horizontal, pues las instituciones han sido obviadas y llegan diariamente camiones y camionetas cargados al puerto que no pasan por los acopios oficiales y llegan a los puntos álgidos estimulando la autoorganización.
Aún faltan frutas y verduras, así como productos cárnicos frescos, leche y alimentos para niños. Hasta el día de hoy las brigadas coordinadas con los espacios de La Rinconada del cerro Las Cañas y Las Huaytecas, del cerro La Cruz, hemos llegado con varios vehículos cargados y siguen faltando elementos, por ejemplos utensilios de cocina, balones de gas, frazadas, carpas, sacos de dormir, colchones, botas, linternas, pilas, lonas para la lluvia que ya viene, en fin, es mucho, ya que al principio informaron que eran 400 casas las afectadas, cosa que nadie creía, luego que estaban llegando a las mil, posteriormente que alcanzaban las dos mil, al día siguiente llegaban a las 3 mil. Ello significa que en realidad son alrededor de 4 mil o aún más las casas afectadas. Sin embargo esa cifra apunta solamente a los propietarios, ya que muchos terrenos contaban con dos o tres casas donde residían allegados, una hija, un hermano, en fin varias familias, de allí que si las familias afectadas fluctuaban entre 8 y 12 mil, con un promedio de cuatro personas por familia, por lo menos son 50 mil o más para alimentar diariamente, tienen que lavar ropa y un sinnúmero de requerimientos domésticos y comunitarios que no puedes ser satisfechos con materiales de construcción ni por los alimentos entregados por instituciones oficiales.
La armada declara que los centros de acopio ya están saturados, por eso devolverán los vehículos a sus puntos de origen y nada dicen de las relaciones directas con los pobladores de los cerros.
En el fondo las instituciones prefieren que falten cosas antes de que haya bastante y que ya no se requieran “organizadores” externos que apliquen el torniquete social y el embudo jerárquico que caracteriza todo estado. El estado de abundancia es sinónimo de libertad y de autonomía respecto del mercado. Que no jodan.
Veamos la noticia:
Autoridades restringen ingreso de donaciones a Valparaíso y sólo recibirán herramientas de construcción
El jefe de Defensa Nacional para Estado de Catástrofe, el contraalmirante de la Armada, Julio Leiva, dijo que la medida se debe a que “los centros de acopio ya tienen suficiente para abastecer a las familias damnificadas”.
Casi una semana ha pasado del incendio que afectó a siete cerros de Valparaíso y que dejó a miles de personas sin hogar. Sin embargo, la ayuda que se ha prestado en el lugar ha sido mayor a la esperada, desde el punto de vista del voluntariado que ha acudido a reforzar la limpieza de escombros y de las donaciones que privados y el sector público han enviado al lugar siniestrado.
Debido a eso, las autoridades decidieron restringir el acceso de colaboración, ya que consideran que por el momento es suficiente.
Según explicó el jefe de Defensa Nacional para Estado de Catástrofe, el contraalmirante Julio Leiva, “a contar de este momento se ha dispuesto que los controles de Carabineros de Valparaíso Puerto eviten el ingreso de vehículos que traigan ayuda humanitaria que no sea material y herramientas de construcción. Esta razón tan extrema es porque no han sido oídos los requerimientos del gobierno regional, de que los centros de acopio ya tienen suficiente para abastecer a las familias damnificadas”, indicó el uniformado.