Las grandes empresas que ganan y las que pierden si gana Marina Silva o Dilma Roussef la presidencia de Brasil

Quienes entregan donaciones a una candidata y quienes a la otra



24 de septiembre de 2014
Donaciones de campaña diferencian a ganadores y perdedores en elección de Brasil
Terra

Los mercados financieros brasileños repuntaron cuando la ambientalista Marina Silva empezó a aventajar a la presidenta Dilma Rousseff en los sondeos para las elecciones de octubre, aunque las donaciones políticas muestran que muchas compañías miran de reojo a una eventual nueva administración.

Las propuestas favorables al mercado de Silva prometen un alivio para la gigante Petrobras, plantas de etanol y bancos privados. Pero también podrían causar dolores de cabeza para una serie de firmas que enfrentan una competencia más dura, mayores costos de endeudamiento y tal vez hasta más impuestos, en especial en las industrias de energía y automóviles.

La recaudación de fondos para la política refleja la división entre potenciales ganadores y perdedores, con la vasta mayoría de las donaciones para la presidenta en ejercicio, reflejo de los poderosos intereses empresariales cómodos con el status quo que representa Rousseff.

Los flujos hacia la bolsa de valores de Brasil han ido en la dirección opuesta, generando un alza en las acciones de compañías que se beneficiarían de una presidencia de Silva y llevando al Bovespa a un alza de hasta un 11 por ciento en el momento en que la contendora subió en las encuestas.

“Ahora en la comunidad inversora estamos enfocados en sacar a Dilma del cargo, pero una vez que Silva esté en el poder es un panorama diferente”, dijo Aryam Vazquez, un economista senior con la consultora de inversiones Oxford Economics.

Rousseff ha captado la mayoría de las donaciones de firmas de construcción y agronegocios como la constructora OAS y el frigorífico JBS.

Grandes nombres en el sector financiero y del etanol, como Santander Brasil y Copersucar, han dado su respaldo a Silva, según datos de la campaña publicados este mes por la corte electoral de país.

Rousseff y los comités nacionales de su Partido de los Trabajadores recaudaron más de 185 millones de reales (79 millones de dólares), o unos dos tercios de las donaciones políticas de los tres candidatos presidenciales principales.

El Partido Socialista Brasileño (PSB), al que pertenece Silva, recaudó más de 34 millones de reales a nivel nacional.

Aecio Neves, el candidato favorito de muchos inversores, recaudó más de 71 millones de reales, en su mayoría antes del avance de Silva en las encuestas. Pero se encuentra en un distante tercer lugar en los sondeos y es poco probable que llegue a una segunda vuelta.

La mayoría de los observadores cree que Silva reducirá la brecha en financiamiento, en momentos en que las encuestas la muestran en una carrera muy reñida con Rousseff en una posible segunda ronda. ((Fundraising graphic: http://reut.rs/1rkCYCV ))

Pero la ventaja de Rousseff en financiamiento será difícil de superar entre los proveedores de crudo y gas, productores de alimentos y bebidas y los grandes grupos constructores que se están beneficiando de proyectos de infraestructura auspiciados por el Gobierno.

Compañías de desarrollo inmobiliario y de ingeniería han donado más de 130 millones de reales a los principales candidatos presidenciales, o un 45 por ciento de todo lo recaudado, y destinaron dos de cada tres reales para Rousseff.

El grupo constructor Odebrecht donó 4 millones de reales a la presidenta, unas cuatro veces su contribución a la campaña de Silva.

Otros constructores fueron incluso más agresivos, como OAS, donando más de 30 millones de reales a Rousseff, casi seis veces lo que destinó para Silva.

Las compañías pueden donar hasta un 2 por ciento de sus ingresos a campañas electorales, aunque varios escándalos de corrupción en los últimos años revelaron un financiamiento de fondos ilegales para sobornos políticos.

APOSTANDO AL CAMBIO

La ventaja de Rousseff no es tan marcada en algunos sectores.

Entre los productores de etanol, por ejemplo, las donaciones han estado divididas en partes iguales entre Rousseff y Silva, debido a una fuerte donación de 1,75 millones de reales del principal operador de azúcar y etanol de Brasil, Copersucar, a la campaña de la ambientalista. La compañía no aportó a la campaña de Rousseff.

La industria del etanol está apostando a que Silva deje subir los precios del gas y cumpla una promesa de restaurar un gravamen al gas eliminado por Rousseff, con lo que aumentaría el atractivo de biodieseles más baratos.

“Gravar los combustibles fósiles abre la puerta a la energía renovable, que reduce las emisiones (de carbono)”, dijo Elizabeth Farina, presidenta del grupo de la industria de azúcar y etanol Unica. “Dados los beneficios ambientales, tiente sentido como parte de la plataforma de Marina Silva”, agregó.

Las acciones del grupo de azúcar y etanol São Martinho SA ganaron un 15 por ciento en un mes, en momentos en que la candidatura de Silva aumentó la esperanza de mayores precios del gas.

La actual política de precios de combustibles también ha cargado a la estatal de crudo Petrobras con profundas pérdidas y crecientes deudas, y el avance de Silva en las encuestas generó un alza en las acciones de la compañía de hasta un 30 por ciento. La acción perdió casi la mitad de esas ganancias cuando la carrera electoral se volvió más pareja.

Pero para los proveedores locales de Petrobras como la compañía de servicios petroleros Lupatech y la acería Usiminas, un gobierno de Silva podría debilitar su posición en un mercado cautivo.

Sus asesores critican una política que presiona a las compañías para comprar plataformas mar adentro con un promedio de dos tercios de contenido nacional, algo que muchos dicen eleva los costos de Petrobras y frena inversiones.

“Promover el contenido local es clave para la industria brasileña, pero necesita tomar en cuenta un camino gradual de crecimiento. No se puede asignar una tarea semejante a la industria nacional si aún no puede cumplirla”, dijo Walter Feldman, coordinador de la campaña de Silva, a Reuters.

Los proveedores globales de la industria de crudo y gas, desde General Electric a Siemens han invertido mucho dinero en fábricas brasileñas para lograr acceso a contratos locales. Varias compañías domésticas han prosperado debido a ese requisito.

“Nos gusta el programa de contenido nacional. Nos permite hacer crecer nuestro negocio y nos haremos más competitivos con el tiempo”, dijo Arnaldo Calbucci, un vicepresidente la firma de astilleros y logística Wilson Sons.

EQUILIBRAR EL PRESUPUESTO

Brasil enfrenta decisiones difíciles en materia económica sin importar quién gane la elección. El próximo Gobierno tendrá que restablecer la disciplina fiscal y reactivar el crecimiento económico para evitar una nueva rebaja en su nota crediticia por parte de las agencias calificadoras.

Pero los planes de Silva de reducir el gasto, el crédito subsidiado a las grandes empresas y bajar las barreras a la competencia extranjera sugieren un ajuste económico acelerado que podría dañar a algunas de las empresas que se están beneficiando de los prestamos baratos y de las medidas de protección al comercio bajo la administración de Rousseff.

“Las corporaciones brasileñas entienden la profundidad de las reformas que se necesitan, pero sin duda que podría ser un ajuste doloroso”, dijo Vazquez, de Oxford Economics.

Silva promete una renovada disciplina fiscal y sus asesores han hablado sobre la necesidad de recortar hasta 100.000 millones de reales en gasto.

Sin embargo, los analistas afirman que los compromisos para con los programas de alivio a la pobreza podrían obligar a un nuevo Gobierno a recaudar ingresos retirando las exenciones tributarias ofrecidas recientemente.

Economistas de Banco Brasil Plural, encabezados por el ex director del banco central brasileño Mario Mesquita, dijeron que un Gobierno de Silva probablemente restablecería el impuesto al combustible y aumentaría un gravamen industrial sobre autos y muebles.

Ambas medidas podrían sumar unos 20.000 millones de reales en ingresos el año próximo, según las estimaciones de los analistas de Banco Brasil Plural.

Durante un evento de campaña realizado este mes, Rousseff criticó a sus rivales políticos por buscar equilibrar las cuentas fiscales poniendo el peso “sobre la espalda del pueblo”.

“No lo vamos a permitir. Es por eso que no apoyamos que se suban los precios de los combustibles y que no apoyamos impuestos más altos”, dijo.

Subir los impuestos podría afectar las ventas de vehículos en uno de los cinco principales mercados para la industria automotriz.

Automotrices globales, desde Volkswagen hasta Ford, ya sufren una desaceleración en el mercado brasileño, junto con fabricantes locales de piezas para autos como Iochpe-Maxion y Autometal.

El principal asesor económico de Silva, Eduardo Giannetti, también critica la actual política industrial por el enorme crecimiento de los créditos subsidiados del banco estatal de desarrollo BNDES a muchas de las grandes empresas de Brasil.

Giannetti ha dicho que la industria debería preparase para ser “destetada” de la actual política, a la que responsabiliza por distorsionar los mercados de crédito y por atizar la inflación. No dio detalles de cómo Silva realizaría tal ajuste, agregando que no había planes para un impacto repentino y “traumático” para los mercados de crédito.

SENSIBILIDAD DE LAS TASAS DE INTERÉS

Aun así, podría haber un pequeño incremento en las tasas de interés. Algunos analistas advierten contra subir la tasa de interés de referencia para las operaciones del BNDES, conocida como TJLP (Tasa de Interés a Largo Plazo), ya que podría afectar a la inversión que se necesita en infraestructura y agravar la recesión actual.

Pero otros economistas como Arthur Carvalho, de Morgan Stanley, pronostican un alza en la TJLP el año próximo, lo que podría reducir el lastre que existe en las cuentas del Gobierno y ayudar a controlar la inflación.

Empresas tan diversas como la eléctrica Eneva, el minorista de electrónica B2W y el fabricante de camiones Randon estarían entre los mayores perdedores del mercado accionario de Brasil si sube la TJLP, según Morgan Stanley.

Los economistas del banco pronostican que las ganancias caerían en un 11 por ciento en promedio por cada 100 puntos básicos de alza en la tasa.

Muchas empresas que no cotizan en bolsa también se verían afectadas, como las gigantes constructoras Odebrecht, Andrade Gutierrez y Camargo Correa.

Reducir el volumen de créditos que entrega el BNDES podría abrir la puerta a que los bancos no gubernamentales tomen la posta. Una victoria de la oposición terminaría además con años de relaciones tensas -e incluso hostiles a ratos- entre el Gobierno de Rousseff y la banca privada.

Un índice de prestamistas brasileños como Itaú Unibanco trepó sobre el 10 por ciento desde el avance de Silva en las encuestas.

Banco Santander, que irritó a Rousseff al poner en circulación una nota a clientes que decía que su reelección sería mala para los precios de los activos locales, donó 1,1 millones de reales al PSB de Silva. Hasta ahora, no ha entregado ningún fondo para la campaña de la presidenta.

La donación, así como muchas otras al PSB, se realizó antes de la muerte del candidato original del partido, Eduardo Campos, en un accidente aéreo el mes pasado. Silva, la compañera de lista de Campos, fue elegida como la candidata del PSB.

Aún cuando era la candidata para la vicepresidencia, Silva tenía un rol importante en el diseño de la plataforma del PSB con Campos, y gran parte del apoyo que logró el fallecido candidato con algunas de las empresas se traspasó a la candidatura de la ecologista, cuyo ingreso a primera línea provocó un vuelco en la carrera presidencial.

“No estoy declarando mi voto, pero la elección de Marina como presidenta de Brasil sería una evolución natural”, dijo Roberto Setubal, presidente ejecutivo de Itaú Unibanco, durante un foro de líderes empresariales en las celebraciones por el aniversario del banco en septiembre.

(Reporte adicional de Jeb Blount y Marta Nogueira en Río de Janeiro, Editado en español por Patricia Avila, Janisse Huambachano y Gabriela Donoso)