Le tiembla el piso a China. Oleada de los Indignados llega de la mano del Movimiento “Ocuppy Central con Paz y Amor” que convoca a jornadas de desobediencia civil. Paralizada Hong Kong. Miles de estudiantes y ciudadanos en las calles. Choques dejan decenas de detenidos

Pekín anuncia endurecimiento y sostiene que para ser candidatos en Hong Kong, las autoridades chinas deben aprobarlos.



El Gobierno de Pekín intenta asfixiar las aspiraciones democráticas de Hong Kong
Las fuerzas del orden lanzan gas lacrimógeno contra los activistas por democracia

Pekín 28 SEP 2014 -

El mayor desafío en favor de la democracia que ha vivido China en 25 años alcanzó hoy su momento de mayor tensión. La Policía de Hong Kong, con uniforme de asalto, lanzó gas lacrimógeno, gas pimienta y disparó balas de goma contra los millares de manifestantes que paralizaban el centro del territorio autónomo chino para exigir elecciones completamente libres. Las concentraciones iniciaban una campaña de desobediencia civil y culminaban una semana de protestas iniciada por los movimientos estudiantiles, en huelga desde el lunes pasado.

Las escenas en las calles eran de caos. El área más cercana a la sede del gobierno local, ocupada las dos noches anteriores por los estudiantes, había sido cercada por la Policía, que no permitía el acceso, únicamente la salida. En las áreas adyacentes, los cordones policiales trataban de dispersar a la multitud, que mantenía una actitud pacífica. “Están ustedes participando en una concentración ilegal. Les instamos a marcharse inmediatamente”, repetían los agentes a través de los altavoces.

En las áreas de mayor concentración la Policía recurría, además del gas pimienta que ya había utilizado en las dos noches anteriores, al gas lacrimógeno, raramente empleado en Hong Kong. No obstante, los manifestantes continuaron su protesta en extensas áreas del centro de la ex colonia.

“El uso de gas lacrimógeno hoy es inaceptable”, declaraba uno de los líderes del movimiento civil “Occupy Central”, Chan Kin-Man. “La gente ocupaba la calle, pero no tenía más remedio, porque no les dejaban pasar a la zona vallada”.
Una batalla callejera permanente

M.V.L/ P.W

En la noche del domingo más de un centenar de estudiantes se agrupaban en la esquina del Centro Artístico de Hong Kong, a unos 200 metros del cerco policial. Los jóvenes, algunos menores de edad, acarreaban incesantemente cajas de agua mineral, máscaras quirúrgicas, toallas, papel higiénico, plástico para envolver y paraguas, únicos instrumentos de su constante “batalla callejera” (como lo califican algunos medios) con la Policía. La mayoría de estos productos los han comprado los propios estudiantes.

A pocas cuadras, a la salida de la estación de metro Admiralty, una cadena humana de más de 100 metros suministra constatemente los mismos productos a sus compañeros, enfrentados con la fuerza policial antidisturbios. La capacidad de organización y autosuficiencia es impresionante en medio del caos.

Aunque la brecha entre la fuerza policial y el número de manifestantes es abismal, y en varias ocasiones los policías se encontraron rodeados por centenares de manifestantes, raramente se observan acciones más allá de gritos como “vergüenza policial” o”¡dejadnos pasar!”.

Cuando se lanza el gas lacrimógeno la multitud retrocede. Al despejarse el gas, la multitud se reagrupa, encarando a la Policía con los brazos en alto en señal de estar desarmados.

No es que los jóvenes crean en el principio de no violencia profesado por el movimiento civil “Occupy Central”: es que la sociedad de Hong Kong, no acostumbrada a las protestas callejeras, tiene un rechazo profundo a cualquier forma de violencia física. Esto forma parte del carácter de esta ciudad.

“En comparación con estudiantes europeos o coreanos debemos parecer unos cobardes”, dice Minnie, estudiante secundaria de 17 años mientras recarga su móvil.

Entrada la medianoche, el centenar de estudiantes en la esquina ha distribuido sus productos y se ha marchado; casi sin dejar señales de su paso, a excepción de botellas vacías y cajas cuidadosamente apiladas en el basurero.

Pekín ha indicado, a través de un portavoz de su Oficina para Hong Kong y Macao citado por la agencia Xinhua, que “se opone firmemente a toda actividad ilegal que socave el mandato de la ley y ponga en peligro la paz social”. El jefe del Gobierno local, Leung Chu-ying, se ha declarado “decidido a oponerse a los actos ilegales de ocupación de Occupy Center”.

El choque entre el régimen y el movimiento prodemocracia ha entrado con ello en una nueva etapa, en la que es difícil ver que ninguna de las dos partes ceda voluntariamente. Pekín nunca ha estado dispuesto a tolerar ningún tipo de movilización que pueda evocar ni remotamente a las revoluciones de la “Primavera Arabe”. Y los manifestantes quieren defender algo que va, en realidad, más allá de una mera reforma electoral. Al reclamar elecciones libres buscan defender una identidad y unas libertades hongkonesas que sienten amenazadas por una influencia de la China continental que consideran cada vez mayor.

Hong Kong está regida desde 1997 por el principio “un país, dos sistemas” que le otorga libertades inexistentes en la China continental. Pekín se ha comprometido a permitir a partir de 2017 que las elecciones para nombrar jefe del gobierno de la ex colonia se celebren bajo sufragio universal.

Pero el pasado 29 de agosto el Gobierno central presentó su propuesta de reforma electoral, que impone una serie de condiciones que en la práctica garantizan que cualquier candidato tendrá que contar con su beneplácito previo. Entre otras cosas, los aspirantes serán propuestos por un comité de 1.200 miembros, formado en su mayor parte por personalidades que mantienen vínculos con Pekín. Una completa negación de las aspiraciones del movimiento prodemocracia, que había esperado que sus presiones -que incluyeron un referéndum no vinculante en el que participó el 12 por ciento de la población y una masiva manifestación en julio- inclinarían a Pekín en favor de una reforma más liberal.

La concentración ocurría después de que el movimiento civil “Occupy Central with Peace and Love” (“Ocupar Central con Paz y Amor”, OC) declarara la madrugada del domingo el comienzo de su campaña de desobediencia civil, tres días antes del día previsto inicialmente, el 1 de octubre, fiesta nacional de China.

Según Chan, la respuesta popular “está muy por encima de nuestras expectativas. Algunos nos criticaban por ser demasiado pasivos. A primeras horas de la mañana estábamos muy pocos… Luego hemos visto cuánta gente venía y nos hemos quedado muy sorprendidos”.

En las últimas 48 horas, según la Policía, fueron detenidas 78 personas en las protestas. En un aparente gesto hacia los manifestantes quedaron en libertad los líderes estudiantiles Joshua Wong, de 17 años, Lester Shum y Alex Chow, arrestrados en las movilizaciones del viernes y sábado.
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Instagram bloqueda en China

La popular red social de imágenes Instagram estaría siendo bloqueada en China a consecuencia de las diversas protestas a favor de la democracia que se están sucediendo en Hong Kong. Según la web “Blocked In China”, Instagram no es accesible desde las principales ciudades de China: Pekin, Shenzen, Mongolia, provincia de Heilongjiang y Yunnan, de lo cual se deduce que podría estar siendo bloqueado en todo el país. Diversas fotografías de la policía lanzando botes de gas a los asistentes podría haber desencadenado el bloqueo.
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El Movimiento Occcupy Central with Peace and Love

“Occupy Central”, los manifestantes de Hong Kong que tensan las relaciones con China
Redacción BBC Mundo
28 septiembre 2014

El movimiento “Occupy Central” cobra un protagonismo que incomoda a las autoridades centrales en Pekín.

Las elecciones son en 2017 pero a fines del mes pasado el gobierno de China emitió una resolución que limita quién puede presentarse como candidato.

Activistas a favor de más democracia en el territorio se han manifestado en la ciudad en las últimas semanas. Y planean ocupar el distrito financiero como protesta.

Este domingo la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes prodemocracia fuera de la sede del gobierno.

¿Qué quiere “Occupy Central”?

“Occupy Central with Love and Peace” (Ocupa Central con Paz y Amor), conocido como “Occupy “Central”, es un movimiento de desobediencia civil propuesto por activistas a favor de la democracia en Hong Kong.

Los activistas quieren una reforma política y elecciones democráticas que cumplan normas internacionales.
“Occupy “Central” es un movimiento de desobediencia civil propuesto por activistas a favor de la democracia en Hong Kong.

Planean para esta semana una ocupación no violenta de la zona de negocios del ciudad en respuesta a la decisión del gobierno chino contra la realización de elecciones abiertas en 2017.

El movimiento asegura que puede movilizar a unas 10.000 personas en la primera fase de las manifestaciones.

La campaña toma su nombre del movimiento “Occupy Wall Street”, que en 2011 fue lanzado en Estados Unidos para protestar contra la desigualdad social.
Hong Kong está bajo dominio chino, ¿pueden las protestas hacer una diferencia?

Incluso los organizadores del movimiento admiten que es muy poco probable que influyan en el gobierno central de China.

Sin embargo, las protestas públicas juegan un papel importante en Hong Kong.

Los locales tienen libertad de expresión y derecho a protestar, pero no pueden elegir directamente a su gobierno.
Hong Kong es una región administrativa especial dentro de China.

Muchos ven el hecho de salir a las calles como su forma de forzar el cambio.

Algunas manifestaciones han tenido éxito.

Una polémica ley de seguridad nacional conocida como “artículo 23″ fue propuesta en 2002, pero se retiró después de grandes protestas.

Y el gobierno dio marcha atrás en las clases de “educación patriótica” tras manifestaciones contra la decisión.

Pero las demandas de “Occupy Central” son más sensibles.

Exigir plena democracia cambiaría radicalmente cómo se gobierna Hong Kong y Pekín lo vería como un desafío directo a su autoridad.

¿Podría haber violencia?

Los organizadores insisten que la protesta no será violenta.

Con frecuencia se llevan a cabo manifestaciones en Hong Kong y suelen ser pacíficas y estar bien organizadas.

Pero las protestas se han vuelto más combativas con los años al mismo tiempo que la política de Hong Kong se ha polarizado.

En los últimos años se han producido algunos enfrentamientos entre manifestantes prodemocracia y quienes apoyan al gobierno central en Pekín.
Algunos críticos de “Occupy Central” temen que los organizadores no sean capaces de controlar a la multitud.

Los manifestantes han intentado asaltar edificios gubernamentales.

El sábado la policía logró despejar la sede del gobierno de la ciudad, luego de que manifestantes estudiantiles irrumpieran en el edificio durante la noche del viernes y se negaran a abandonar el lugar.

En julio, 500 personas fueron arrestadas por una reunión ilegal después de organizar una sentada prodemocracia que fue visto como un ensayo para “Occupy Central”.

La protesta fue no violenta aunque algunas personas sufrieron heridas leves cuando la policía los retiró del lugar.

Algunos críticos temen que los organizadores no sean capaces de controlar a la multitud.

¿Qué piensa la gente de Hong Kong?

Hay un gran abanico de opiniones.

Las manifestaciones de uno y otro lado han reunido a miles de persones pero las que son a favor del gobierno son menos comunes. Y medios locales han dicho que se le ha pagado a alguna gente para que asista.
Muchos temen hacer enojar a las autoridades en Pekín y que la economía se vea perjudicada.

Hong Kong es una ciudad con visión empresarial y muchos se muestran reacios a participar en las manifestaciones contra el gobierno o a molestar a Pekín por temor a que la economía se vea perjudicada.

Sin embargo, un número significativo de personas quiere más democracia y ha expresado su enojo por la decisión de la China argumentando que no ofrece ninguna posibilidad real de elección.
¿Quiénes son los actores clave?

Los principales organizadores que apoyan el movimiento son Benny Tai, un profesor de derecho, Chan Kin-man, profesor de sociología y Chu Yiu-ming, un ministro de la iglesia.

Son considerados como figuras moderadas del movimiento a favor de más democracia.

“Occupy Central” es apoyado por partidos políticos así como grupos de estudiantes.
El profesor Benny Tai, uno de los líderes del movimiento, se rapó en señal de protesta.

No siempre ha sido un movimiento unitario.

Sin embargo, la decisión de Pekín parece haber generado la unión de distintas personas, que consideran las restricciones sobre quién puede ser candidato en las elecciones de 2017 como antidemocráticas e inaceptables.

Los principales actores contrarios a las protestas son las autoridades en Pekín y los funcionarios en Hong Kong.

Las agrupaciones políticas partidarias de Pekín y con un espíritu de fomento de los negocios suelen ser contrarios a “Occupy Central”, y también se han formado varios grupos opuestos al movimiento.
¿Qué le preocupa a China?

El Partido Comunista de China no quiere que un movimiento pueda ser percibido como un desafío a su autoridad.

El presidente Xi Jinping se ha consolidado en el poder desde que asumió el cargo en 2013 y parece haber adoptado una línea más dura contra la disidencia.

China ha estado preocupado por las crecientes tensiones políticas y el sentimiento antichino en Hong Kong.
El presidente chino Xi Jinping parece haber adoptado una línea más dura contra la disidencia.

Los medios estatales han acusado a “fuerzas externas” de entrometerse en los asuntos de Hong Kong y de fomentar “sentimientos separatistas”.

Se ha especulado sobre si China se involucraría en una ofensiva contra “Occupy Central” si no está satisfecha con la forma en que lo manejan las autoridades locales.

Sin embargo, se piensa que China vería esto como un último recurso, teniendo en cuenta las posibles repercusiones internacionales y a nivel de negocios.